Capítulo 02: Fiestas y apuestas.
—Vamos.—Dice Lily haciendo un puchero.—No quiero ir sola, me puede pasar algo malo, ¡tienes que acompañarme!
Pongo los ojos en blanco ante su propuesta. —Ya sabes que no me gusta ir a esa clase de fiestas, simplemente no son para mí. Prefiero quedarme leyendo mis libros.
—¡No seas tan aburrida! Eres exactamente la misma desde que teníamos cinco años. Tienes que expandir tu mundo, vivir nuevas aventuras, ser más feliz. No vas a lograr nada encerrada en tu cuarto. Además, la fiesta la organizan chicos de tu preparatoria, todos son conocidos por ser muy guapos, no puedo dejar pasar esta oportunidad.—Sigo sin responder así que Lily añade: —De todos modos voy a ir, y si me violan será tu culpa.
—Está bien, te acompaño.—Termino cediendo ante su amenaza.
Lily salta de la cama donde estábamos sentadas por la emoción e inmediatamente empieza a rebuscar por mi armario algo de ropa para la fiesta. Solo encuentra camisetas grandes y jeans gastados. Me mira reprobatoriamente y me excuso diciendo:
—Soy solo una chica invisible, no me preocupo por esas cosas como las demás.
***
—¡Espere!—Le grito a la mujer misteriosa, pero entonces el sonido de la página cambiándose suena otra vez. Abro mis ojos y ya es de noche, en frente mío hay una gran mansión refinada, con tres pisos de alto y tiene las paredes exteriores pintadas de un color claro. Está llena de ventanas y la puerta principal se alarga hasta el tejado. El camino hacia ella está ocupado por personas que ya empezaron la fiesta desde temprano y tambalean mientras se ríen, la música resuena por todo el vecindario y también hay luces parpadeantes que iluminan la casa. Vasos rojo están dispersados por todo el pasto, que me hacen entender que estoy en la típica fiesta adolescente americana.
Mis pies se mueven solos y me obligan a entrar.
Alguien me abraza con confianza como si nos conociéramos de toda la vida y me lleva a donde están algunos jóvenes reunidos en un círculo. ¿Están haciendo algún tipo de ritual satánico?
—Te reto a que te acuestes con la primera chica que pase por esa puerta.—Dice Dylan señalando la entrada.
—No gracias, hoy solo quiero beber.—Responde su amigo Liam con una sonrisa tratando de evitar la presión que los demás quieren ejercer en él.
Giran otra vez la botella y ahora es el turno de que alguien rete a Dylan.
—Te reto a que te acuestes con...
—Ya se acostó con todas las chicas de la preparatoria.— Lo interrumpe alguien y los demás asentimos confirmando su promiscuidad.
—Todavía falta una.— Dice Liam de la nada.— Ella.— Todos volteamos a donde él está señalando y observamos como Samantha entra a la casa. Viste unos jeans ajustados con una blusa que deja al descubiertos sus rectos hombros. Su cabello castaño cae hasta su espalda en suaves ondas y sus ojos brillan por la emoción que la fiesta le causa.
—Puedo acostarme con la nerd, no hay problema.— Asegura Dylan confiado.— No existe mujer que se resista a mis encantos.
—Eso veremos.—Termina diciendo Liam y el sonido extraño resuena. Abro mis ojos y me encuentro otra vez en el salón de clases.
Aunque esa apuesta me parece muy cruel para Samantha, la dejo a un lado, tengo que encontrar a la misteriosa mujer.
Trato de hacer memoria de sus facciones, lo último que recuerdo es que parecía unos años mayor que nosotros, su rostro era alargado y cabello negro. No puede ser una madre de familia porque es joven y también es mayor para ser una estudiante, la única opción es que trabaje aquí.
En el receso busco en cada una de las aulas con la posibilidad de que la mujer sea una profesora pero no la encuentro ni en la sala de maestros. Empiezo a hiperventilar, ella era la única prueba de que el dragón del otro día no era solo producto de mi imaginación aunque para este punto de mi búsqueda creo que a esa mujer también me la imaginé.
—¡Mira por donde caminas!—Grita enojada Alisson. Por estar corriendo tropecé con ella y tiró su café.
—Lo siento.— Le digo y me dispongo a seguir mi camino cuando ella llama al conserje y la mujer que estuve buscando aparece ante su llamado. Ella seca rápidamente el líquido vertido en el suelo y al terminar le pregunto:
—¿Vio ayer lo mismo que yo, verdad?
Ella suelta sus implementos de limpieza y me mira atónita: —¿Lo recuerdas?
—¿Cómo podría olvidarlo? No es común ver todos los días un dragón volando en el cielo.—Respondo sarcástico pero ella sigue observándome con perplejidad.
—Eres el primer personaje al que le pasa.— Susurra para sí misma pero logro escucharla.
—¿Personaje?—Le pregunto confundido. Ella me ignora y empieza a caminar murmurando más palabras ininteligibles así que yo la sigo hasta el almacén de limpieza donde se detiene.
—Siéntate.— Me ordena seria mientras me analiza cuidadosamente.— ¿Realmente quieres saber lo que está pasando?
—Sí.—Respondo seguro. No quiero seguir pensando que estoy loco.
Me mira a los ojos y dice: —Eres un personaje de un libro.
Empiezo a reír por la broma que hizo pero ella permanece inexpresiva. Detengo mi risa y me empiezo a preguntar si ella está tan loca como yo.
—No estoy bromeando y tampoco estoy loca.— Responde leyendo mi mente.
—Lo que dices no tiene sentido.—Finalmente digo.
—Sí lo tiene.—Dice segura.
Empiezo a caminar nuevamente, mi búsqueda de respuestas ha sido en vano, simplemente voy a acudir a un psiquiatra.
—¿Estás sufriendo pérdida de memoria, verdad?—Pregunta de repente la mujer. Me detengo en seco.—Sientes que el tiempo pasa en un abrir y cerrar de ojos y cada vez que escuchas el sonido de una hoja pasar te encuentras en un lugar completamente diferente.
—Todo eso es lo que estoy pasando.—Le digo mirándola a los ojos asustado.
—No eres humano, las pérdidas que hay en tu memoria son en realidad los vacíos que hay entre escenas de la historia. Los días pasan incluso cuando no duermes, no recuerdas venir a la escuela pero tu ya has llegado. Con un pestañear de ojos varios días han pasado. Esos son algunos de los síntomas. Si fueras un personaje normal no lo notarías pero tú eres ahora consciente de ti mismo y confundes lo que te pasa con la pérdida de memoria o con la demencia.
—Es una locura.—Le respondo incrédulo.
—Al principio es difícil de aceptar pero con el tiempo lo terminarás haciendo. Vivimos dentro de una novela juvenil. Y tú, tú eres un personaje de esta historia.
Mi mente empieza a dar mil vueltas tratando de entender la nueva información adquirida. Todo suena muy extraño.
—Pruébalo. Todavía no te creo.
—¿Cómo te llamas?—Pregunta. Abro la boca para responder con facilidad a esa pregunta sencilla hasta que me doy cuenta de que no tengo nombre.
—No lo sé.—Respondo mientras mi corazón se encoge de tristeza.
—Es porque eres un personaje tan insignificante que el escritor no se tomó la molestia de nombrarte.
Todavía incrédulo corro hacia mi salón y busco en el anuario mi foto. La encuentro al final pero sin un nombre escrito debajo de ella. ¿Por qué nadie se había dado cuenta antes?
Tiene que ser una broma de mal gusto trato de hacerme creer, no puedo ser solo un personaje de un libro y aún peor, no puedo ser solo un extra.
Empiezo a retroceder asustado y como consecuencia choco con alguien.
—Lo siento.—Digo para no ser insultado.
—No te preocupes, me pasa todos los días.—Responde Samantha con una sonrisa mientras se agacha para recoger sus libros que por mi culpa ahora están en el suelo.
—No, fue mi culpa.—Me inclino y le ayudo a levantar todas sus demás cosas esparcidas.—De veras lo siento.
—Tranquilo. Eres la primera persona que me ha tratado bien desde que llegué a la preparatoria. ¿Cuál es tu nombre?
Me quedo callado, ni siquiera sé qué responder. —No tengo uno.—Termino diciendo.
—Bueno...—Lo piensa unos segundos y agrega:— Tú rostro es tan tierno como el de un cacharro así que te llamaré Tobby.—Dice en son de broma mientras sonríe dulcemente y extiende su mano.— Mucho gusto Tobby, soy Samantha.
Estrecho su mano y después de un largo día logro sonreír de verdad, ahora mi nombre es Tobby.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro