03
Seungmin
── Siento que mi padre te haya obligado a ser mi entrenador personal. ── Dijo bangchan después de fallar el intento de atrapar el balón que le lancé. ── Soy un asco en deportes. ── murmuro apenado.
── Yo también lo fuí en algun momento. Todos los grandes lo fueron. ── Trató de animarlo volviendo a lanzar otro balón que nuevamente no logró atrapar.
Literalmente parece tenerle miedo a la pelota. Me daban ganas de decirle que el balón no es una bomba que esta apuntó de estallar.
Seguimos la práctica y mis pensamientos se desvían hace unas semanas atrás, cuando nos bañamos en la ducha de los vestidores, el día que fuí testigo de lo que se carga Bangchan dentro de los pantalones.
Carajo, esa imagen me había estado persiguendo durante toda la semana. Simplemente me era inevitable no pensar en el gran miembro de Bangchan.
¿Acaso eso era una especie de un extraño Síndrome?
Pero peor lo era cuando me encontraba con bangchan en los pasillos de la escuela o en los entrenamientos. No podía mirarlo a los ojos por que persistían en bajar a aquella zona donde se encontraba mi objeto deseado.
Ésto no podía estar pasandome a mi. A alguien como yo.
Yo era conocido por mi extensa linda de conquistas. Había teniado sexo con cada chica que te puedas imaginar: rubias, morenas, de pechos grandes y pequeños, bajitas y altas, cabello corto y largo. Y después de todo eso, en este momento aun sigo deseando un chico antes que cualquier mujer en el universo.
Y no era un simple chico, Bangchan, al que habia molestado por años llamándolo nerd asqueroso.
Vaya que la vida da vueltas.
Por eso terminé aquí, en el patio de la casa de bangchan, con la excusa de enseñarle a practicar, aunque mi verdadero deseo era dejar el estúpido balón a un lado y exigirle que me tomara para que hacerme lo que el quiera.
Genial, ya ni yo mismo me dominaba activo. Esto se esta poniendo cada vez mejor.
Tan perdido estaba en mis pensamientos que no note el balón que bangchan me arrojó y golpeó justo mi nariz.
Solté un gemido de dolor y me limpié con el dorso de mi mano.
Sangre, ¡mucha sangre!
── ¡Capitan Kim! ── Bangchan salto en si lugar alarmado y vino hacía mí. ── ¿Se encuentra bien?
¡No, imbécil, acabas de romper mi perfecto perfil!
Es lo que deseaba decirle, pero me retraigo al reconocer veridica preocupación en su rostro.
── Estoy bien. Buen tiro. ── mostre un pulgar arriba con unq mano y con la otro apretaba mi nariz.
── Vamos adentro, te daré algo de papel. ── Bangchan se ofreció y me condujo hasta el interior de su casa.
No hacía falta que me guiará pues conocía gracias a las cuantas veces que el entrenador me invitó a cenar.
Solía decir que era como el hijo que siempre quido tener, obviamente cuando Bangchan ni su madre estaban presentes.
El sangrado pareciaparecía haber parado e igualmente bangchan se encargó de limpiar con un algodón humedo; los restos de sangre seca sobre el labio.
── Creó que esto sera suficiente. ── aseguró concentrado.
Mi mirada se enfocó en los labios entreabiertos de bangchan y subieron hacia sus pequeños ojos que brillaban como miles de constelaciones.
Retuve la respiración por un segundo perdido en el castaño de ssonrisa con hoyuelos y en cada uno de los detalles de su rostro que únicamente se percibían en la cercanía.
¿Siempre había sido tan... extremadamente lindo?
── ¡Termine! ── canturreo sonriente y se apartó.
── ¿Por que haces ésto?
── Bueno, no podia dejarte sangrar, arruinarías la Alfombra.
── No, hablo de ser amable conmigo.
── ¿En que me beneficiaría no serlo? ── Pregunta mientras se lava las manos.
Optó por no objetar y mirar alrededor pensando en que jamás conocí la habitación del mayor.
Muerdo mi labio indeciso. Estábamos solo en casa de bangchan y preguntarle si podemos ir a su habitación no sería lo mas prudente teniendo en cuenta lo mucho que lo deseó, bueno al menos su parte baja.
No era gay y no iba dejar que mi instinto gay se apodere de mi nuevamente.
── Estoy hecho un asco, ire por ropa nueva a mi habitación. ── El chico aviso a punto de subir por la escaleras.
Abro mis ojos y coloco mis manos en los bolsillos de mi chaqueta.
!Vete, impulso gay!
── Te acompaño. ── Me adelanto a decir mas desesperado de lo que estába.
Esta bien, yo era un adolescente de diecisiete años, confundido con su sexualidad, lo cuál suponía que era completamente normal.
Sin embargo para saber si realmente me gustan los chicos, tenía que probar algún pene en mi vida aunque no quiera.
Y el de bangchan aunque lo lamentara mucho, era el indicado para recibir la primera mamada de Kim Seungmin.
¡Holaa! ¿Que tal? Me había tomado un tiempo por el estrés acumulado.
Perdonen las faltas de ortografía las estoy corrigiendo. ¡Porfavor díganme si ven una!
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