Con tantos deberes por completar, TaeHyung se vio en la penosa obligación de permanecer encerrado en el departamento que alquiló al otro lado de su ciudad, contrario en donde estaba la enorme morada de sus amados padres.

Siempre trataba de aprovechar el tiempo libre al máximo para adelantar sus más exhaustivas asignaciones y no dejar acumular todo para último. Era terrible y él lo sabía porque una vez le pasó sin quererlo, y estaba seguro de no querer pasar nuevamente por aquello.

Tomó un respiro y masajeó sus sienes con algo de cansancio. Definitivamente ese libro de anatomía humana de unas seiscientas páginas que leía y del cual tendría un examen muy pronto, estaba siendo difícil para él en ese momento.

Por el contrario, siempre le resultaba sencillo a Taehyung leer los enormes textos que la carrera le exigía, y en muchos casos terminaba investigando de más, nutriendo de conocimientos su bien dotada cabecita; lo consideraba como una buena habilidad que no todos poseían.

Se aseguró de echar un último vistazo y de recordar el número de página en la cual quedó, volviendo a la cocina por un vaso de agua. Luego de meditarlo por un par de segundos, decidió que dejaría el estudio para más tarde, después de todo, era fin de semana y ya tendría tiempo.

Rápidamente, su vista se posó en su refrigerador que no era muy grande, trayéndole un vago recuerdo del día de ayer. Al abrir la puerta observó el exquisito trozo de pastel de tres leches que compró en aquella cafetería en la cual comenzaría a trabajar el lunes. ¿Cómo pudo olvidarse de esa delicia?

Una pequeña sonrisita pícara se dibujó en su rostro y suspiró ansioso. Solamente probaría un bocadito y guardaría para después, pero al dar el primer mordisco ya fue muy tarde para dar marcha atrás, no pudo evitar comerse el pedazo entero con tanta culpa.

Saboreó cada bocado de ese manjar, deleitándose con el delicioso sabor que este postre tenía. Casi por mera suposición, intuyó que fue Jungkook quien preparó cada platillo que hay en su café, tenía que ser obvio, por lo cual Taehyung quedó impresionado de la gran habilidad que él poseía para la repostería. Por alguna extraña razón, ya ansiaba comenzar su nuevo trabajo, para así probar cada delicia y satisfacer su enfermiza obsesión por lo dulce.

¡No! ¡Taehyung! ¡No sólo es para eso! ¡Tienes que trabajar para ganar el dinero con el que vives idiota!

También le pediría amablemente a su nuevo jefe que le enseñara a preparar uno que otro de esos postres. No quería sentirse un completo inútil que sólo iba a limpiar y atender. Quería ir por todo como el ambicioso que era.

Cuando ya no quedó nada de su preciado pastel, el repicar del teléfono le hizo correr a buscar el susodicho. Para su agradable sorpresa, era su padre SeokJin, quien le marcaba como casi siempre para saber cómo estaba. Se preocupaba mucho por él y le causaba algo de ansiedad el no tener a su pequeño y único hijo a su lado.

ㅡOh papi, que bueno que llamas.ㅡsu amplia sonrisa no tardó en aparecer en el momento en el que escuchó la voz de su padre.ㅡYa empezaba a extrañarte.

ㅡMi pequeño cachorro, me alegra escucharte.ㅡla suave pero melodiosa voz del adulto le trajo tranquilidad al omega, aún así si era por medio del teléfono y él estuviese al otro lado de la línea.ㅡ¿Qué tal todo? ¿Cómo te va en la Universidad? Por favor, por favor, dime que todo está más que excelente Taehyung, ¿Estás comiendo bien? ¿Has tomado agua? ¿Acaso te has desvelado por mucho tiempo?

Aunque la mayoría de veces se pasara de paranoico, su padre SeokJin era tan enérgico y entusiasta como lo recordaba; un omega decidido pero preocupado por los suyos, siempre asegurándose de su pequeña familia estuviese excepcionalmente bien, aún si eso significaba dejar tirado su trabajo en la floristería para correr a atender alguna emergencia familiar.

Por esas y tantas cosas más, era que lo apreciaba y amaba en demasía. También, estaba muy seguro de que un calmante a la preocupación diaria de SeokJin, era NamJoon, su otro padre. Un despreocupado, valiente pero inteligente alfa; aquel que le enseñó por primera vez la carrera que ahora mismo está estudiando y ama con su vida, pues él admiraba y deseaba ser como su padre algún día, un respetado médico cirujano en el hospital más importante de Seúl.

Por eso, desde pequeño estuvo inmerso en el misterioso pero grandioso mundo de la medicina, tanto así que le rogaba a su papi SeokJin que lo llevara al hospital a visitar a NamJoon cuando este último se quedaba de guardia o si tenía que pasar consultas en su oficina durante todo el día.

ㅡPapiㅡinterrumpióㅡ. No te preocupes, estoy más que bien, aunque los próximos exámenes me tienen algo ocupado y agotado.

ㅡOh, que alivio, NamJoon me dijo que no me preocupara, pero para mi era simplemente inaceptable cuando se trata de ti, cachorrito precioso de papi.

ㅡTengo 21 años.

ㅡAún si tuvieses 50 años seguirías siendo mi jodido bebé.

Ambos rieron por lo dicho y se quedaron un largo rato conversando de manera amena, contándose cosas que sucedieron en la última semana y hasta a veces hacían un pequeño recuento. Sin embargo, llegó el momento de contarle a su padre sobre el trabajo, pues así sus padres ya no le tendrían que enviar más dinero a partir de la otra semana.

ㅡ¿Qué? ¿En serio? ¡Felicidades! ¿En dónde trabajarás?

ㅡEn un café muy cerca en pleno centro de Seúl, comienzo el lunes en la tarde y estoy tan contento.

ㅡEstoy tan orgulloso de ti, de verdad Taetaeㅡdicho esto, el adulto hizo una breve pausaㅡ. Aunque bien sabes que no es necesario que trabajes porque tu padre y yo perfectamente podemos mantenerte, el dinero no es problema.

Taehyung rodó los ojos y suspiró. Era como la quincuagésima vez en el mes que su padre le mencionaba lo mismo.

ㅡPapi, ya hablamos sobre esto muchas veces. Quiero ser independiente y ganarme mi propio dinero con trabajo, ¿Es acaso eso malo?

Ciertamente Taehyung siempre fue un chico afortunado y privilegiado porque se crió en un hogar lleno de mucho amor en donde nada le faltaba, es más, el dinero le sobraba gracias a la enorme riqueza que sus padres cosecharon con el pasar de los años. Aunque tuviese todo a su favor, iba a demostrar que pese a tener una vida acomodada, podía ganarse su propio dinero con esfuerzo y continuaría con sus estudios sin ningún inconveniente.

Sin más, a SeokJin no le quedó más remedio que resoplar y aceptar el hecho de que su único hijo necesitaba extender sus alas y volar por su cuenta, aún así si eso significaba tenerlo un tanto lejos de él.

Un momento bastó para que a SeokJin le surgiera un gran pedido de muchos arreglos florales para una boda en concreto que se llevaría a cabo muy pronto, por lo que tristemente tuvo que despedirse de su cachorro, no sin antes avisarle que en el transcurso de la semana, él y NamJoon pasarían por su departamento a cocinarle algo sumamente delicioso para tener un lindo momento sólo los tres juntos.

El timbre de su vivienda irrumpió su aparente tranquilidad. Frunció el ceño y se preguntaba quién demonios podía ser, ya que sus amigos no iban a visitarle mucho por ahora, pues cada uno estaba muy ocupado en sus respectivas carreras en periodos de exámenes, trabajos y un sin fin de prácticas.

ㅡ¡BaekHyunnie!ㅡTaehyung exclamó.

No esperaba para nada que fuese su mejor amigo el que estuviese tras esa puerta, tenía entendido que estaba ocupado poniéndose al día y recuperándose de la semana que faltó a la Universidad porque tuvo una muy fuerte gripe acompañada de fiebre considerablemente alta.

El más bajito apretujó a Kim entre sus brazos, diciéndole lo mucho que le extrañó durante ese tiempo que no pudo asistir a la Universidad.

ㅡOh Taetae, te he echado de menos estos días, sobre todo, he extrañado los chismes entre tú y yo en la clase de bioestadística.

Divertido, el más alto rió e invitó a pasar al chico de cabellos color rosita con mucha cordialidad. Tomaron asiento y rápidamente la conversación entre ambos fluyó como un riachuelo en su cause natural.

Baekhyun contó lo horrible que fue estar toda la semana encerrado en casa con la temperatura a casi cuarenta grados y teniendo a sus madres muy preocupadas corriendo de aquí a allá; incluso fue a parar en un Hospital. Para su buena suerte, la situación no se salió de las manos y no pasó a mayores, ya estaba al cien por ciento.

ㅡOh Baek, me alegra saber que te recuperaste. Me tenías muy preocupado, eh.

El mencionado río enternecido y se tiró a los brazos de su menor, siendo gustosamente recibido por este. Ambos se abrazaron y se dieron mimos mutuamente durante un buen rato, aunque el silencio que fue mantenido en algún punto fue roto por Taehyung, diciendo una cosa que sin querer no podía ni mencionarla, pero Baekhyun era curioso y le sacaría toda la verdad de cualquier forma.

ㅡYa hablaste Tae, ahora dilo.ㅡexigió.

ㅡNo sé si debería decirte, hyungㅡKim jugó un poco con los dedos de sus manos, era una clara señal de que estaba nervioso. Recibió una mirada de desaprobación por parte de su mayor y tragó en seco, observando con aparente pena a Baekhyunㅡ. ChanYeol estuvo buscándote toda la semana en la entrada de la facultad para hablar contigo.

ㅡ¿Y le dijiste algo del por qué no asistí?ㅡA esas alturas la expresión de Baekhyun era todo un dilema. Realmente estaba molesto por todo aquello que Taehyung le estaba comentando.

El menor negó inmediatamente y procedió a relamer sus labios.

ㅡSi te preocupa tanto, no, no le dije nada. Simplemente lo ignoré, no tienes que pensar más en ello Baek, sólo te hará más daño.

Un aparente alivio recorrió todo el cuerpo de Baekhyun y pudo suspirar como respuesta. No quería volver a ver a ChanYeol nunca más en su vida, eso era seguro.

Estaba sumamente agradecido del hecho de que hace nada se mudó de casa de sus madres a una zona muy cercana de donde vivía Taehyung, por lo tanto, ChanYeol no ha sido capaz de dar con su paradero actual.

ㅡMuchísimas gracias TaeHyung, yo... No quiero saber de ChanYeol, estoy exhausto de que siempre intente buscarme.

Las manos de TaeHyung viajaron hasta el rostro de BaekHyun y lo acunó con mucha delicadeza. Sabía todo lo que ocurrió entre su mejor amigo y su ahora entonces ex novio que no dejaba de molestarle. Baekhyun estuvo para él en las buenas y en las malas, y se sentía bastante seguro de que no lo abandonaría, por el contrario, tendría que mostrarle todo su apoyo.

ㅡYa, ya no sigamos hablando del temaㅡinterfirióㅡ. Mejor, ¿Por qué no te preparo algo de comer?

ㅡTaeHyungㅡEl rostro de BaekHyun ya lucía muchísimo más relajado que hace rato. Era buena señalㅡ. No me lo vayas a tomar a mal, pero... Cocinas del asco, mejor déjame a mi.

Ambos omegas rieron de forma despreocupada hasta que Taehyung captó toda la frase que su mayor le dijo hace unos segundos atrás. Una mueca de indignación apareció en su semblante y frunció el ceño con aparente molestia.

ㅡ¡Oye! ¡Eso no es cierto!

Los pasos de Baekhyun hacía la cocina sólo se hicieron más notorios. Taehyung de mala gana se levantó del sillón, siguiendo muy de cerca al de cabellera rosa hasta la habitación.

Evidentemente, no hay punto de comparación entre la magnífica y deliciosa comida de su hyung a la suya. A duras penas podía cocinar un huevo frito sin quemar el departamento en el intento, pensaba que era muy lamentable.

Si bien su Baekhyunnie se veía tan perfectamente relajado al rebanar esas cebollas en Juliana, sabía que en el interior le carcomía la preocupación de todo aquello que escuchó de su boca hace algún rato. Tenía el mayor conocimiento de todo el calvario que el chico sufrió junto a Chanyeol durante algún tiempo, pues este último no se veía una mala persona a primera impresión ajena.

Pero por supuesto como todo en este mundo, las apariencias engañan.

Suspirando, sólo se resignó a esperar lo que prepararía el omega mayor para comer. Esos dos años que Baekhyun invirtió yendo a la escuela de cocina a medio tiempo no habían sido en vano, de eso estaba seguro Taehyung que siempre amó su comida desde el inicio.