—buenas tardes, ¿qué desea ordenar?

—mira, hablé hace unos minutos, ¿con quién hablo?

—¿ya ordenó algo?

—no, ¿con quién hablo?

—no tengo permitido decir nombres.

—¿eres jimin?

—... sí, ¿con quién hablo?

—oh, bien. te dije que ya ibamos para allá, ¿lo recuerdas? —se oyó un suspiro cansado— así que para que evites que lleguemos te daré una hora para ir a el cajero más cerc...

—ya le dije, que no. venga usted mismo y ya, aquí le daremos lo que quiera porfavor deje de hacerme perder el puto tiempo 

—pe-pero ya casi llegamos...

—entonces haré una malteada para ti y te vas a largar y no a molestar de nuevo y hacerme perder el tiempo en extorsiones estúpidas de un wey que seguro está sentado en su sala sin hacer ni madres. buenas tardes."

y volvió a colgar.

—¿eres jimin?

jimin miró al chico tatuado con ojos entrecerrados, la voz haciendosele muy familiar.

—lo soy, ¿cómo sabes mi nombre?

diji dejando las cartas en la mesa, viendo como el chico las miraba superficialmente, mientras su ceño se fruncía

—se podría decir que hablé contigo mas temprano.

y jimin entendió a lo que se refería, sonrió alzando las cejas, cruzándose de brazos

—¿quieres tu malteada, a eso viniste?

—vine a partirte tu madre —jimin palideció— pero no pensé que fueras tan bonito. ¿que tal si mejor te espero y saliendo de tu turno vamos a cenar algo?

jimin recuperó el color y sonrió, asintiendo.

—antes debo saber tu nombre, no quisiera decir que voy a salir con un extorsionador sin nombre.

—soy jungkook.

—... jungkook el extorsionador entonces, ¿te traigo algo?

—una malteada —sonrió.—de lo que tu quieras.

jimin sonrió asintiendo para irse, a seguir atendiendo.

y fin tkm