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Capítulo 9: Entre humo y fuego

Dedicado a aquellos que creen en mi, gracias por su apoyo y mensajes de animo a lo largo de todo este tiempo y los que vendrán 

Los pasillos se llenan de un humo y mi corazón no deja de latir a toda prisa mientras los gritos de los internos quemándose vivos me hace estremecer. Cubro mis oídos para evitar escucharlos, pero es inútil. Escucho los gritos y peticiones de clemencia mientras las llamas consumen todo a su paso

—No eres nada sin nosotras, solo deja que todo acabe- las sombras se proyectan frente a mí y a medida que avanzo su voz es cada vez más fuerte —deja que nosotras te demos lo que quieres, tus padres, tus amigas, tendrás todo lo que desees

—¡Deseo que se callen de una vez y me dejen en paz!- las sombras atraviesan mi cuerpo y las visiones de la gente quemándose frente a mí me hacen vomitar mientras veo y escucho gente gritando, su carne se chamusca y se arrastran pidiéndome que los ayude

Las visiones se hacen cada vez más claras, los gritos incluso tapando mis oídos retumban en mi mente haciéndome arrodillar de dolor

Los cuerpos calcinados se arrastran hacia mí, me pongo de pie de golpe al sentir como las llamas me rodean y queman mi piel

El miedo invade mi cuerpo mientras mi mente me muestra imágenes de Leithy siendo devorada por las llamas

—¡Basta, ya!- grito mientras las visiones se desvanecen, mostrando el real infierno desatado a mi alrededor

Las llamas sin darme cuenta se propagaron rápidamente incluso bloqueando parte de los pasillos, corro en dirección de Leithy esquivando obstáculos y evitando escuchar cualquier grito de ayuda para no caer en las garras de las sombras

Mis pasos cada vez son más cortos y mi respiración se dificulta con cada segundo que paso entre el humo de las llamas, logro llegar a la sección de aislamiento donde se encuentra Leithy y me doy cuenta de que las llamas no han invadido esta área en su totalidad

Recorro los pasillos en busca de la celda de Leithy y me doy cuenta de que todas las celdas están vacías, los internos ya fueron evacuados y no hay nadie gritando a mí alrededor lo cual hace que una sensación de miedo se me clave en el corazón

Mi corazón se acelera con cada paso que doy más cerca de mi destino y un sudor frio recorre mi frente

Los pasillos tan callados y el crujir de la madera quemándose me hacen estremecer por la tensión en mí

—¡Ella está muerta, olvídala y regresa!- exclama Kaya mientras se aparece frente a mi —¡¿Por qué arriesgas tu vida así, por alguien que apenas conoces?!

Las palabras de Kaya resuenan en mi cabeza y me detengo frente a ella mirando a los ojos

—Dime algo, sé que no eres la real y que probablemente solo seas producto de mi locura- la falsa Kaya me observa con sus ojos impasibles —lo que yo quiero saber, es si me puedes perdonas por todo el daño que te cause, sé que no eres la verdadera, pero quisiera escucharlo de la chica que fue la persona más importante para mi

—Sabes que no soy la real y sabes que no puedo perdonarte, pero me alegra escuchar que poco a poco vas cambiando, sé que no eres el mismo de cuando entraste aquí y sé que aras lo que creas correcto. Ve tras tu propio camino Salem

La figura de Kaya se desvanece frente a mí, dejando solo su silueta gravada en mis ojos

El calor aumenta cada vez más mientras me percato de que las llamas están a pocos metros de mí

Corro el resto que me queda para llegar hacia donde Leithy.

Los pasillos se vuelven eternos cuando al fin logro llegar, intento meter la llave en la cerradura, pero grande es mi sorpresa al encontrar su celda abierta y una nota colgada en la puerta por el otro lado de esta, "no nos hagas esperar, estaremos en la azotea" se escribe en la nota y sin pensármelo corro en dirección de las escaleras y en mi mente solo se dibuja la imagen de Damián

Las escaleras y el humo hacen que pierda el aliento mientras subo sin parar hasta quedar frente a frente con la puerta de acceso a la azotea

Empujo la puerta y la luz de las llamas y la luna en su esplendor arriba de mi hacen que las sombras que se proyectan dancen a mi alrededor

Frente a mí se ve la silueta de Damián, cogida por su cuello hay una chica arrodillada de cabello corto y rubio, la cual me mira desesperada como pidiendo ayuda y detrás de ellos se ven las malditas sombras como fantasmas flotando, danzando ante la imagen de un humano quien se transformó en un demonio

—¡Me tienes aquí Damián, déjala escapar antes de que las llamas consuman todas las salidas­!- Damián me observa mientras una sonrisa se dibuja en su rostro y sus ojos casi completamente de color carmesí

—¿Crees que esto es por ti? Esto no es más que un comienzo para nosotros dos y un final para aquellos que se relacionen contigo, aquellos que te rodean morirán por las llamas que tu creaste, escucha los gritos de aquellos que se calcinan y piden clemencia

Las sombras danzan en mi dirección y comienzan a gritar haciendo que mi cabeza se parta de dolor

—Damián, deja ir a Leithy de una vez o lo lamentaras- mi cabeza duele cada vez más mientras intento acercarme poco a poco hacia Damián

—No te acerques, este tipo está loco. Escapa de una...- un golpe seco en el rostro de Leithy calla su voz de golpe

—Maldita, cállate y se una buena zorra- exclama Damián mientras arroja a Leithy hacia un lado

Corro en dirección hacia Damián y este me recibe con una patada en mi estómago haciéndome perder todo el contenido de mi estomago

Mi cuerpo se tambalea por el golpe y el cansancio y antes de caer al piso veo como Damián cae hacia mi derecha junto a Leithy quien lo empuja y me coge de la mano

—¡Vámonos, debemos escapar de aquí!- sus ojos me miran fijamente y por un instante puedo ver al fin el rostro claramente de Leithy, su ojo izquierdo azul y el derecho marrón me cautivan por un segundo hasta que una bofetada me hace reaccionar —¡deja de estar babeando chico, debemos irnos!

Me pongo de pie y observo a Damián detrás de nosotros quien coge una botella y la arroja hacia la puerta esparciendo su contenido por todas partes

—¡¿A dónde crees que vas hijo de puta?! El juego comienza ahora- exclama Damián quien coge y lanza un encendedor hacia la puerta incendiando nuestra salida y condenándonos a los tres

—¡¿Qué mierda haces maldito animal?! ¡Nos mataras a todos!- grita Leithy quien aprisiona su pecho con sus manos

Mis ojos buscan una manera de salir mientras Damián y las sombras ríen y gritan haciéndome sangrar la nariz debido al dolor que provocan en mi cabeza

—Ya no tengo nada que perder Salem- Leithy me mira fijamente al escuchar que Damián dice mi nombre —tu provocaste el incendio y condenaste a las personas a morir calcinadas por las llamas

—Yo no fui el que provoco el incendio- mis manos tiemblan al poder ver las sombras acercándose y riendo mientras gritan y tienen en sus manos los cuerpos calcinados de internos del hospital

—Ellos son quienes tú has condenado a morir, estos son los hijos e hijas, esposos o esposas de alguien y tú condenaste a sus familias a sufrir las pérdidas de ellos

Los gritos comienzan a aumentar y de entre el piso surgen manos quienes intentan alcanzarme, frente a mi están las sombras con sus cuerpos físicos y me doy cuenta de que Damián y Leithy ya no se encuentran junto a mi

—Querido Salem, posiblemente esta sea la última vez que nos veamos- las palabras de las sombras hacen eco en mi cabeza generándome dudas sobre la veracidad de lo que dicen

Las sombras se abren paso entre el mar de muertos frente a mí, mientras los cadáveres calcinados se vuelven cenizas a su paso

Sus cuerpos cada vez más cerca comienzan a convulsionar mientras sueltan gemidos en mi dirección

—¿A qué se refieren con que posiblemente será la última vez que nos veamos?- mi pregunta hace que las sombras se detengan

—Eso lo averiguaremos una vez que cruces la línea Salem, pero recuerda que cada decisión que tomes, cambiara el curso de las cosas

Sus cuerpos comienzan a desvanecerse lentamente mientras frente a mi visualizo a dos siluetas una sobre la otra

Mis ojos se acostumbran al brillo y veo a Damián sobre Leithy asfixiándola con su antebrazo

Intento ponerme de pie y mi cuerpo cae sin fuerzas azotando mi rostro contra el piso, las llamas se sienten arder detrás de mí y al voltearme veo como la salida sigue en llamas y más intensamente que antes

Apoyo mis manos en el caliente piso y levanto mi cuerpo mientras las palmas de mis manos me piden que pare, mis piernas arden al forzarlas a un impulso drástico y me lanzo en la dirección de Damián, golpeándolo y liberando a Leithy

Me gano sobre Damián y mis manos cogen su cuello y este con las suyas golpea mis costillas intentando hacer que lo suelte

—¡Eres un maldito hijo de puta Damián, debí matarte la vez que te deje inconsciente, el día que peleamos en mi habitación debí acabar con tu vida como el perro que eres!- una sonrisa se dibuja en la cara de Damián mostrando sus blancos dientes teñidos de rojo por su propia sangre

—¡Eso es, deja que la ira se apodere de tu ser, no eres más que yo, somos la misma cara de una moneda, eres al igual que yo un simple desgraciado que lo único para lo que es bueno, es para dañar a otros!

Mis manos aprisionan con más fuerzas su cuello mientras este forcejea intentando librarse y perdiendo oxigeno de sus pulmones

Mis brazos se sienten arder mientras escucho las risas de las sombras a mí alrededor, los ojos de Damián se tornan negros y de su boca comienza a salir un líquido oscuro, casi negro con una tonalidad rojiza

—Tú, me recuerdas a mi padre. Siempre fue un bastardo que creía que todo lo que hacía estaba bien, incluso el golpearme hasta romper mis huesos- exclama Damián mientras su mano rasga mi ojo ya herido, dejándome sin visión en mi ojo izquierdo

Me aparto de su lado y esta tose sin parar, mientras yo intento detener el sangrado de mi ojo. Un sonido extraño y molesto se cuele entre el crujir del hospital por las llamas. La voz de Leithy llama mi atención al gritar mi nombre y al voltearme hacia ella con lo poco que logro ver, distingo como Leithy apunta hacia el cielo

Alzo mi vista y sobre nosotros emerge un helicóptero como nuestro salvador de entre la fumarola que sale de las ventanas del hospital

Leithy se aproxima a mí, mientras el helicóptero desciende hasta quedar a metros de nosotros, una escalera plegable cae desde el helicóptero y un rescatista se asoma gritándonos que nos apresuremos, mientras con su mano nos hace un ademan para que subamos

—¡Leithy, sube tu primero! ¡Debes ponerte a salvo, rápido!- grito lo más que puedo mientras sostengo la escalera

Leithy se aproxima a mí, mientras su cabello corto revolotea con la intensidad de las ráfagas de viento que lanza el helicóptero

—¡Debes subir tú, eres quien está más herido de los dos!- Me grita Leithy quien coge mi rostro mirando mi ojo

Me niego y aparto su mano de mi cara mientras le ofrezco la escalera y con un movimiento de mi rostro le indico que suba y esta asiente con una mirada de preocupación

Comienza a subir y poco a poco a pesar de la distancia esta logra subir y llegar al helicóptero. Volteo hacia Damián quien sigue tirado, las sombras danzan a mí alrededor y esporádicamente atraviesan mi cuerpo haciéndome flaquear y caer de rodillas

—Déjalo morir, él se lo merece. Él te dejaría morir si tú estuvieras en su lugar- la voz de las sombras resuenan en mi mente cada vez que estas atraviesan mi cuerpo

Observo a Damián y este, inconsciente como esta, se encuentra llorando mientras su rostro de ver con quemaduras por estar tendido sobre el suelo el cual se calienta por las llamas bajo nosotros

Me pongo de pie y poco a poco, paso a paso me aproximo a Damián para cogerlo y salvarlo de esta muerte

—¡¿Porque lo salvas, él es solo un maldito que intento matarnos?!- los gritos de Leithy llegan a mis oídos como un pequeño murmullo abriéndose paso entre el ruido del helicóptero

El cuerpo de Damián no emite movimiento alguno mientras lo cojo y cargo para llevarlo cerca del helicóptero de rescate

Mis piernas se sienten como si fueran a derrumbarse, bajo mi peso y el de Damián mis músculos gritan piedad con el paso de cada segundo

Logro llegar a la escalera y un rescatista baja hasta nosotros con un arnés especial para subir a Damián, el rescatista coge a Damián y lo deposita en el suelo mientras intenta amarrarlo con el arnés con dificultad

Una risa diabólica sale de la boca de Damián y este en un segundo clava el cuello de vidrio de la botella en la garganta del rescatista, un manto carmesí brota de entre la herida manchando mi cara y ropa mientras una risa descontrolada me invadía, haciendo que mi cabeza se sienta a punto de explotar mientras las sombras meten sus manos en la cabeza de Damián

—¿Sabes?, a pesar de todo lo que hacemos, nada te perturba- la voz que salía de la boca de Damián no era la de él, sino la de las sombras al unísono mientras este se pone de pie, alzando el cuerpo de Damián como si fuera un maniquí —no creíamos que fueras capas de divertirnos tanto como hasta ahora

Las palabras de las sombras me congelan y hacen quedar inmóvil mientras cruza frente a mí en dirección a las mallas de seguridad puestas en los bordes de la azotea

—Lo más interesante de todo, es que este chico creía que entregándonos su mente y cuerpo lo ayudaríamos a lograr todo lo que quisiera- Damián se apoya de espalda contra la malla ¾nos encantara ver como tu desesperación crese al contemplarlo

—¿A qué se refieren con contemplarlo, contemplar qué?- intento ponerme de pie y antes de que pudiera levantarme completamente veo una sonrisa inquietante en los labios de Damián mientras las sombras se apartan de el

La malla de seguridad comienza a romperse mientras el cuerpo de Damián se inclina cada vez más y más hacia el vacío

Las sombras comienzan a gritar y gemir mientras corro a toda prisa para evitar que Damián se desplome al vacío

Mientras corro un grito desesperado sale de la boca de Damián y casi en el momento preciso de su caída lo cojo de la mano y su cuerpo pende de nuestro agarre sobre el vacío de la caída hacia el patio del hospital

—¡Damián, sujétate bien de mi brazo e intenta subir!- Damián me observa y puedo ver en sus ojos al chico que conocí por primera vez cuando llegue a este hospital

—Salem, quiero pedirte disculpas por todo. Déjame ir ahora, ellas no se detendrán hasta que me dominen por completo

Las palabras de Damián calan hondo en mi cabeza, mi corazón se acelera y mientras me mantengo recostado en el piso evitando que Damián caiga, mi cuerpo se siente arder las risas de las sombras hacen que mi cabeza comience a doler y frente a mí, veo los cuerpos de los internos calcinados emergiendo de entre las llamas gritando y culpándome por lo sucedido

—Salem, eres alguien increíble. Quisiera que nos hubiéramos conocido antes, las cosas tal vez habrían sido diferentes- la voz de Damián me inquieta y mientras termina de hablar abre su mano y comienza a deslizarse de mi agarre

—¡Maldito estúpido, sujétate fuerte!- la mano de Damián se desliza mientras fuerzo el agarre cada vez más hasta el punto de hacer que mis huesos crujan por la presión

—Gracias por intentar salvarme, lo lamento Salem- las palabras de Damián resuenan en mi cabeza mientras su manso se suela de la mía y este cae al mar de fuego debajo de nosotros

Grito su nombre mientras intento divisar el cuerpo de Damián en caso de que estuviera vivo. Un jalón de mis ropas me hace reaccionar y veo a otro rescatista quien me intenta sacar de la azotea mientras forcejeo para seguir buscando con la vista a Damián

El arnés de Damián es ubicado en mi espalda y el cuerpo sin vida del rescatista es colocado en una camilla la cual pende a centímetros de mí

—¿Salem, tu eres ese Salem?- la voz de Leithy me hace reaccionar y al voltearme veo los ojos de la chica con la cual he estado hablando a través de una puerta de metal

—Así es Tinieblas, soy Salem- los ojos de Leithy no se apartan de mi mientras ascendemos entre la fumarola que sale del edificio

—¿Salem, tu provocaste el incendio?- la mirada de Leithy cambia lentamente mientras mi garganta se seca de la impresión —el maldito lo repetía una y otra vez antes de que llegaras, quiero saber si es tu culpa todo lo que paso

Los ojos de Leithy se cristalizaron mientras un delgado rio surca desde su ojo hasta su barbilla

Aparto la mirada de ella y observo el vacío por el que se desplomo Damián, observo como las sombras giran entre el humo mientras las llamas consumen los restos del hospital donde viví por bastantes años

—Sabes Leithy, es la primera vez que hablamos mirándonos a los ojos y aunque no quisiera decirlo. Como decía Damián, posiblemente yo sea el culpable de todo lo que ha sucedido aquí.

—Tu no ocasionaste nada, fue una fuga de gas ocasionada por otro paciente- la voz del rescatista junto a nosotros me hace recordar al chico que libere —él lo confeso todo cuando lo encontramos en el pasillo cerca de la salida

Escucho más claramente las sirenas de las ambulancias, las luces de las balizas son casi visibles mientras descendemos hacia un área abierta

El helicóptero poco a poco se posiciona a centímetros del área de aterrizaje y logro divisar a Daniela, Alizee y el padre Juan

Siento el aterrizaje del helicóptero y sin pensarlo me desato el cinturón, corro a su encuentro y antes de llegar a ellos veo a Damián parado detrás de ellas con su rostro ensangrentado y quemado mientras sostiene su linterna

Un grito desesperado sale de mi garganta, siento como las sombras me rodean y comienzan a gemir a mí alrededor mientras los presentes me rodean intentando calmarme

Los miro a todos y veo sus rostros masacrados con quemaduras y yagas sangrantes mientras de sus bocas salen gusanos cubiertos de sangre y fluidos estomacales

Las ganas de vomitar invaden mi cuerpo y en cuestión de segundos, vacío mi estómago por completo mientras las risas de las sombras invaden mi cabeza, las voces se distorsionan mientras intento calmarme

La herida en mi ojo comienza a arder más que antes, Damián comienza a acercarse poco a poco, a escasos centímetros de mí se escucha su voz, pero no consigo escuchar bien que es lo que intenta decirme mientras su figura se desvanece y los rostros de los demás se tornan normales

Escucho nuevamente los murmullos y voces de todos a mí alrededor. Siento una mano coger mi hombro y al voltearme veo a Leithy quien coge mi rostro y pasa sus dedos por mi ojo herido

Las yemas de los dedos de Leithy se sienten cálidos, su tacto a pesar de causarme u leve dolor, también causa una tranquilidad increíble en mi cabeza

—Tu ojo, por culpa de todo lo ocurrido conmigo. ¿Puedes abrirlo?- la mirada de Leithy humedecida por las lágrimas mientras un abrazo cruza mi cuello y una mano se posiciona en mi cabeza, es el padre juan y Alizee quien se apegan a mí y sin rodeos el padre juan dice las palabras más dulces que pudieran decirme

—Hijo, no puedes seguir aquí. Ustedes vendrán conmigo y yo asumiré como su custodio en mi parroquia

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