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Capítulo 21: el costo de la verdad

Dedicado a todos mis lectores habidos y por haber, yo y mis sombras no seriamos nada sin ustedes. Muchas gracias por su apoyo y cariño para conmigo y mi historia  

Frente a mi encuentro la sala de estar con las murallas cubiertas de arañazos y sangre. Ingreso a la casa y cierro la puerta suavemente detrás de mí, los sonidos parecen amplificarse dentro de mi casa y cada paso que doy genera eco en todas direcciones.

Escucho a las sombras reír levemente. Las luces se prenden y se apagan hasta que los focos estallan sobre mí, bañándome con cristal molido de pies a cabeza

—¡Salem! ¿¡Qué fue eso!?- el grito de Juan me hace pegar un brinco y mi pecho se aprisiona mientras respiro agitadamente

—¡Demonios, Juan, casi me haces gritar del susto! ¡Vuelve con Kaya ahora mismo!- grito pateando hasta el final del pasillo un zapato tirado frente a mi

—¡Salem, ven a comer!- la voz de mi madre se escucha en dirección de la cocina y mis piernas se mueven por cuenta propia

Camino con paso acelerado hasta que una pequeña silueta cruza el corredor frente a mí dejándome en alerta

—Mamá ¿Qué hay para cenar?

—Comida y punto, ve a lavarte las manos y trae a papá ahora mismo

La conversación se detiene y puedo recordar las voces de esta, eran las voces de mi madre y la mía cuando era pequeño

—¿Extrañas eso?- volteo rápidamente en dirección del origen de la voz y frente a mi aparece Alizee tan calmada y hermosa como la última vez estuvo conmigo —¿me extrañas a mí, Salem?

Mis ojos comienzan a llorar y caigo de rodillas sin perder a Alizee de vista

—Perdóname, Alizee, perdóname por favor. Lo lamento mucho- mi pecho se oprime y una de las sombras aparece detrás de Alizee rodeándola con sus brazos —¡aléjate de ella, no le hagas nada!

Grito con todas mis fuerzas hasta casi romper mis cuerdas vocales

—Salem, finges no entenderlo, pero tu único enemigo eres tú mismo- el rostro de Alizee se torna tranquilo con una sonrisa tenue dibujada en este ¾las acciones que decidiste hacer te llevaron a lo que eres ahora, pero lo que me sucedió no es culpa tuya, no te sigas lamentando sobre lo ocurrido. Tanto Leithy como yo sabíamos las posibilidades y decidimos seguir junto a ti

La sombra comienza a consumir el cuerpo de Alizee eh intento alcanzarla cayendo eh impactando mi cara con el suelo haciendo crujir mi nariz, siento como algo sujeta mi pierna y al levantar la mirada Leithy ha desaparecido dejándome completamente solo.

Siento el agarre en mi pierna y giro en busca de quien me sujeta y frente a mi estoy yo, mi yo de hace unos diez años atrás, nuestras miradas se cruzan por un instante hasta que intento acercar mi mano y el pequeño yo corre subiendo por las escaleras mientras se aleja de mí escapando de mi visión

Corro detrás de él y llegando a las escaleras mi cuerpo se detiene observando hacia arriba encontrándome con el otro yo, el ríe mientras mantiene agarrado al pequeño yo del cuello y este gime de dolor alzando su mano en mi dirección pidiendo ayuda

—¿¡Dónde está mi papá, maldito enfermo!?- pregunto mientras subo lentamente los peldaños de las escaleras afirmándome del pasamanos

La mirada del otro yo se torna psicótica mientras escucho crujir el cuello del pequeño yo y este deja de retorcerse dejando caer sus brazos como péndulos y de su boca comienza a dibujarse un río carmesí hasta su cuello

—Que frágil éramos, solo un poco de presión y cualquier psicópata podría habernos matado- me comenta el otro yo mientras contiene su risa

Siento una sensación de nauseas al ver como el cuerpo del pequeño yo cuelga como un muñeco de trapo sostenido del cuello

—¿Dónde está mi padre?- pregunto más calmadamente mientras subo lentamente las escaleras

—¿Porque lo llamas padre con tanto respeto? No es más que un alcohólico que torturo a mamá hasta los últimos días- las palabras del otro yo me intrigan e este se escucha con pesar e ira mientras lanza al pequeño yo por las escaleras mientras se disuelve de un momento al otro dejando solo una nota cayendo por los peldaños —la verdad es cruel Salem, por eso es que las personas prefieren ocultar su dolor y reprimen todo aquello destruye sus almas

—¿De qué hablas?- pregunto inquieto mientras lentamente subo uno a uno los peldaños que rechinan paso a paso

—¿Estás seguro de que papi era lo que recuerdas, o simplemente es lo que tu mente quiere hacerte recordar?

El otro yo se desvanece entre tinieblas y la leve risa de las sombras queda revoloteando en el ambiente. Cojo el papel que estaba en el yo pequeño y al abrirlo encuentro escrito "llama a la policía", observo la nota y reconozco mi letra de cuando era pequeño en este trozo de papel, pero el contenido no logro asimilarlo con nada que recuerde

Guardo la nota y sigo subiendo las escaleras sin poder distinguir un final de esta, los peldaños se vuelven interminables y la poca luz que me rodeaba comienza a ser escasa

Subo poco a poco a tientas de no caer en un paso en falso. No logro distinguir nada a más de un metro de mi nariz

Una risa inquietante comienza a escucharse más adelante y un sudor frio recorre mi frente hasta encontrarme con el final de las escaleras, frente a mí se yergue una puerta metálica oxidada y nada más. En donde debería estar el resto de mi casa solo hay una puerta irreconocible para mí

Observo la puerta y detrás de esta se escuchan un leve silbido, casi imperceptible. Empujo la puerta frente a mí y esta comienza a rechinar por el óxido que la baña casi por completo, la puerta se abre y una corriente de aire me golpea de frente en el rostro haciéndome cerrar los ojos. Camino palpando con mis manos el borde del marco de la puerta y al abrir los ojos me encuentro en la azotea del hospital psiquiátrico

Quedo desorientado mientras observo cada lugar de la azotea, me giro para salir por donde vine y me encuentro sin puerta ni mi casa detrás de mí

—¿Salem? Creí que no nos volveríamos a ver- la voz de Damián llega hasta mis oídos y al voltearme lo encuentro frente a mi —¿Por qué estás aquí?

Las palabras de Damián me traen recuerdos de cuando charlábamos los dos sobre nuestras vidas

—Vine por mi padre, él está en casa ahora mismo

—Y dime ¿Qué haces aquí entonces?- pregunta Damián mientras camina en mi dirección —buscas a tu padre o quieres volver a matarme

—¿De qué hablas? Sabes muy bien que lo hice para salvarme a mí y a Leithy de ti y las sombras

—Todo lo que le sucede a la gente que te rodea es culpa tuya, no eres más que la desgracia hecha persona- las palabras de Damián me hacen enfurecer

—¡Dime dónde está mi padre ahora mismo Damián, sé que eres creación del mi subconsciente y del otro yo! ¡Quiero que esto acabe!- el cielo se torna rojo escarlata y del suelo comienzan a emerger llamas que se expanden sin control a nuestro alrededor

Damián saca una pistola y apunta el cañón en mi dirección mientras su rostro comienza a quemarse poco a poco

—Tú no eres más que una mierda que no tiene por qué vivir y solo busca culpar a otros

­—¡dispárame, dispárame y acaba con esto, dispárame y termina lo que no pudiste terminar ese día aquí maldito fracasado!- grito hasta quebrar mi voz y el sonido del disparo me alerta, cierro los ojos y al abrirlos me encuentro en el final de la escalera y frente a mi está el pasillo del segundo piso lleno de tinieblas. 

Palpo mi torso en busca de la herida de bala sin éxito, mi respiración se agita y poco a poco vuelvo a calmarme y continúo caminando en busca de mi padre.

El pasillo se siente frío y pareciera que las puertas se alejaran cada vez que avanzo. Los murmullos de las sombras no me hacen esperar y las paredes comienzan a llenarse de manchas de sangre y rasguños mientras las luces sobre mí se encienden y apagan a cada momento dándome una sensación de psicosis y desorientación

—¿Estás ahí? ¡Padre responde!-grito acercándome a la recamara de mis padres obviando la mía

Una sensación de desolación me invade y cojo el pomo de la puerta abriéndola por completo dejándome ver la morgue del hospital de la ciudad

Mis manos se sienten heladas con el ambiente de la morgue y puedo percibir mi aliento blanco brotando entre mis labios

—Hola ¿no deberías estar disfrutando de tu vida?- la voz de Alizee se escucha detrás de mí haciéndome estremecer por la tensión del ambiente —¿Por qué no estas con Daniela y Leithy disfrutando de estar vivos?

Me volteo en búsqueda de Alizee y esta ha desaparecido por completo dejando una neblina blanca en donde se supone que estaba

—Alizee, sé que no eres así, sé que eres parte de mi subconsciente, pero lo lamento. No quería verte muerta, prefería morir yo a que algo te pasara

Las paredes comienzan a zumbar y escucho un fuerte golpeteo proveniente de las taquillas de cuerpos de la morgue

Mis manos comienzan a temblar mientras volteo en la dirección de las casillas. Trago saliva antes de avanzar y mi garganta se siente como si tragara arena

Camino en dirección de las taquillas y voces comienzan a salir de todos lados rodeándome de sonido

—Es tu culpa

—Pudiste salvarme

—Creí en ti

Las voces no se detienen y cada vez se vuelven más intensas y sepulcrales mientras me acerco a las taquillas

—Morirán todos por tu culpa, Salem

—Violaremos a tus amigas y las torturaremos una y otra vez

—Alizee fue solo el comienzo

—La verdad está más cerca de lo que parece

Continúo caminando intentando no escuchar las voces, tapando mis oídos inútilmente

—Míranos Salem, tu nos mataste a todos- rostros comienzan a salir de las paredes. Rostros calcinados gritando y acusándome de haberlos matado

—Deténganse, yo sé que tengo culpa en sus muertes, pero no pienso morirme dejando todo como esta, no dejare que el gane- llego frente a las taquillas y comienzo a observarlas fijamente distinguiendo nombres conocidos

Camino observando las taquillas haciendo oídos sordos, cada nombre frente a mi es un clavo en mi pecho "Gertrudis, Damián y Alizee". La taquilla de Alizee esta roída y al coger la manilla de esta escucho golpes provenientes desde dentro de esta

—¿Alizee, estas detrás de mi verdad?- pregunto mientras una corriente de aire helado pasa por mi espalda —¿sabes? Cada día agradezco el que nos conociéramos y el que fueras parte de mi vida- me giro y Alizee está frente a mí a escasos centímetros observándome con una mirada fría y sin vida —la verdad es que luego de perderte me di cuenta cuanta falta me haces y como te falle. Creía que mientras más me alejara de las personas ellas estarían mejor sin mí, pero ahora me doy cuenta de que cometí el error más grande de mi vida, debí decirte cuán importante eras para mí, debí decirte cuanto te necesitaba y sobre todo debí decirte que sentía algo por ti

Palpo el rostro de Alizee con mis manos y esta comienza a llorar cayendo de rodillas frente a mí. Me arrodillo y la abrazo con todas mis fuerzas mientras mis lágrimas caen por mis mejillas con una mezcla de dolor y felicidad

—¿Sabes Salem? las consecuencia de nuestros actos son unas de las verdades de las que el ser humano siempre intenta escapar- el otro yo se materializa frente a mí con el cuerpo de mi madre en sus brazos —observa a tu madre, los únicos dos errores que cometió en su vida fueron estar con tu padre y darte a luz a ti, maldito engendro mal parido

Siento como poco a poco el cuerpo de Alizee comienza a enfriarse entre mis brazos, mi cuerpo se estremece suavemente acompañado con un escalofrió en mi espalda

Bajo la mirada, el cuerpo de Alizee ya perdió todo su calor y observo sus ojos en blanco sin vida frente a mí

—Gracias, sé que esta no es la Alizee real, pero al menos pude decir lo que siento sin miedo a que las sombras me dominen como aquella vez- observo al otro yo y este me mira con unos ojos negros como la noche, pero puedo sentir como su mirada se clava en mi

Me pongo de pie y camino hacia la camilla central de la morgue, las sombras emergen alrededor de la camilla y estas comienzan a chillar y gritar frente a mí mientras reposo el cuerpo sin vida de Alizee en la fría camilla metálica y la tapo con una manta blanca dándole un beso en la frente como ultima despedida

Me volteo en busca del otro yo y este desapareció sin dejar rastro. Me encuentro en la habitación de mis padres mientras las luces comienzan a parpadear enseñándome las manchas de sangre en las paredes

Un llanto se escucha detrás de mí mezclado con las risas inconfundibles de las sombras

Volteo y en la cama de mis padres observo el cuerpo inerte de mi madre muerta y el de mi padre parado a un lado de esta sosteniendo en su mano un cuchillo de cocina

—Padre ¿Qué hace el cuerpo de mamá en casa? ¿No debería estar en el la morgue?- me quedo inmóvil mientras observo como las sombras rodean el cuerpo de mi padre con sus manos

—Todo es su culpa, es de ella y tuya- mi padre comienza a balbucear mientras desliza la contra palma de su mano con el rostro de mi madre, acomoda el cabello que cubre su rostro y este me observa apuntándome con su cuchillo

—Padre ¿Qué fue lo que paso el día del ataque que sufrieron y que significa esta carta que escribí de pequeño?- lanzo la carta en la dirección de mi padre y este la recoge del suelo observándola y asiéndola añicos

—¿Por qué tienes esto, de donde lo sacaste?

—Eso no importa ahora ¿o sí?- cierro la puerta detrás de mí —supuestamente fue un ataque por un tercero, pero no importa como lo mire, es imposible que fuera un tercero el que realizara el ataque porque no se encontraron huellas digitales además de las tuyas y las de mamá. Lo preguntare una vez más ¿Qué fue lo que sucedió ese día?

—Tú ya lo sabes hijo, tu madre me desobedeció e intente hacerle entender su error, pero se resistió e intento atacarme y tuve que hacer uso de mi fuerza y castigarla- mi sangre comienza a hervir mientras observo una sonrisa melancólica dibujarse en su rostro —ella intento ir a verte cuando supo por parte de esa psicóloga amiga tuya todo lo que te estaba pasando en el hospital. Intente que reaccionara y me obedeciera pero ella  decidió desobedecer mi orden. Una cosa llevo a la otra y termine clavando este mismo cuchillo en su cuerpo, todo por ti, me tuve que auto-apuñalar a mí mismo para que no sospecharan de lo que sucedió y gracias a que tu madre callo en un coma no pudo hablar nada. ¡Desde tu nacimiento fuiste mi desgracia más grande, arruinaste nuestras vidas y nos hiciste vivir esclavizados a ti!

La mirada de mi padre cambio a unos ojos completamente negros y de su boca comienza a escurrir saliva mezclada con sangre mientras las sombras ríen y gritan

—¡tú, tú atacaste a mama!- comienzo a enfurecerme más y más mientras una de las sombras se acerca a mí y atraviesa mi cuerpo haciéndome entrar en cólera ¾era tu esposa, era mi madre la que intentaste matar, maldito hijo de puta

Mi cólera se vuelve más y más grande mientras la sombra que me atravesó abraza mi cuerpo por mi espalda

—Eres un ingrato, te crié, te di todo lo necesario para que crecieras bien y ahora me faltas al respeto dirigiéndote a mí de esa forma

Mis piernas se mueven solas y corro en dirección de mi padre, pero soy frenado de golpe por un impacto de lleno en mi rostro, siento la porcelana de la lámpara de mano quebrarse contra mi rostro y mi sangre fluir del corte en el tabique de mi nariz. Caigo y siento la sangre fluyendo sin parar

Las risas de las sombras se comienzan a volver descontroladas mientras observo el cuerpo de mi padre a la defensiva. Escucho como una pequeña lluvia se convierte en tormenta fuera de la casa golpeando el techo

—Devuélveme a mi madre, me interesa una mierda lo que tengas que decir o pensar, pero me devolverás a mi madre en estos momentos o tendré que tomarla de vuelta por mano propia- mi sangre hierve con cada bocanada de aire que cojo y a medida que hablo la expresión del rostro de mi padre se vuelve mas y más grotesca con una sonrisa dantesca dibujada de extremo a extremo en su rostro —¡deja de reírte de mí, maldito hijo de puta!

Me pongo de pie y siento como corre la sangre por mi cara. Cojo un trozo de porcelana del piso y lo aprisiono entre mis manso tan fuerte que el filo corta mis palmas como mantequilla

Te advertí que me devolvieras a mamá, ahora la tomare yo mismo- corro en dirección de mi padre y este corre en mi dirección impactando directamente mi cuerpo con su hombro, quedando mi arma encajada en su cuerpo

—Querido hijo, fuiste un error en mi vida, fuiste lo peor que me pudo haber pasado y ahora por fin seré libre- siento un dolor punzante en mi vientre y me aparto de mi padre observando la herida sangrante en mi cuerpo —¡mírate, tantos años intentando deshacerme de ti, en el juicio abogue en tu contra para que te metieran en prisión por intento de homicidio y solo te internaron en un manicomio!

Me arrodillo por el dolor en mi vientre mientras el sonido de la lluvia mese el ambiente a mí alrededor. La sangre brota constantemente mientras aprisiono la herida entre mis manos intentando que esta fluya

—¿Tanto odio me tienes? Si querías desacerté de mí, podías simplemente irte de la familia y listo

—Crees que dejare a esta puta solo porque si, esta puta se sometía a mi como la perra que era ¿y querías que la dejara?

—Habría sido mejor a haberla matado- siento como mi visión se oscurece y ya casi no siento dolor en mi estomago

El otro yo aparece detrás de mi padre y comienza a observar el cuerpo de mamá con una expresión melancólico

—Mátalo- susurra el otro yo levemente mientras una sonrisa dantesca comienza a crecer en su rostro —¡mátalo!

El grito del otro yo hace que mi visión vuelva a restablecerse y me lanzo contra mi padre haciéndolo caer al piso

—¡Suéltame hijo de puta!- grita mientras mueve el cuchillo en todas direcciones intentando acertar un golpe —¿Por qué no te mueres maldito bastardo?

Golpeo la cabeza de mi padre contra la mía y esta suelta el cuchillo de golpe, asesto golpe tras golpe sin detenerme haciendo que su cara se desfigure y se llene de sangre

Mis puños comienzan a doler con cada golpe que asesto y mis músculos se sienten como si ardieran y cuando me doy cuenta algo sujeta mi brazo y me aparta de golpe del cuerpo inmóvil de mi padre

—¿Qué has hecho hijo?- la voz del padre Juan me lleva de vuelta a la consciencia absoluta y frente a mi está el cuerpo de mi padre siendo revisado por el padre Juan —¿Por qué hiciste esto?

Mis manos no dejan de temblar, observo mis manos y estas están rojas y chorreantes de sangre. El dolor en mi vientre vuelve una vez más y noto como mi playera y pantalón están cubiertos de mi sangre chorreante

—¿Salem?- la mirada del padre Juan se fija en mi mientras comienzo a perder parte de mi visión lentamente —¿hijo estas bien?

El padre Juan se acerca a mí y me ayuda a apoyarme en uno de los muebles de la habitación para no caer de golpe

La voz del padre comienza a escucharse difuminada, mi visión se torna borrosa pero logro distinguir una silueta alzada detrás de Juan. Mis palabras no logran salir de mi boca, observo impotente como mi padre clava el cuchillo en la yugular del padre Juan haciendo que de la herida comience a llover sangre sobre mí y la habitación

La risa histérica de las sombras reverbera en las paredes y el cuerpo de Juan cae sobre mí, ya sin vida y rebosante de sangre el cuerpo inerte de Juan pesa sobre mí ya cansado cuerpo

Las sirenas de policía resuenan y el rostro de mi padre cambia de una sonrisa a un rostro de ira

Mi padre corre hacia la salida y escucho unos golpes en la puerta principal y en un par de segundos observo como Kaya entra en la habitación y deja salir un grito estruendoso que hace que los oficiales de policía irrumpan de golpe apuntándome con sus armas en conjunto mientras el dolor en mi vientre se vuelve más y más fuerte hasta que Kaya se lanza sobre mí apartando el cuerpo de Juan mientras me protege de los oficiales

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