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Capítulo 20: prae dolore

Dedicado a todos mis lectores: 

"sin ustedes no hubiera sido posible el ganar el segundo lugar en #Treeawards2019. Muchas gracias por todo su apoyo y amor a mi libro, son la razón del porque escribo y espero que sigamos juntos ahora y en mis siguientes obras"


Observo mí alrededor y mi habitación no ha cambiado nada desde la última vez que la vi, sus paredes frías y su aroma a humedad me recuerdan los momentos vividos durante años en este hospital

Una luz se enciende y afuera de mi habitación haciendo brillar los bordes la puerta indicándome mi camino a seguir

Camino con paso firme hacia la puerta y extiendo mi mano para coger el pomo de la puerta y este antes de tocarlo comienza a girar abriendo suavemente la puerta produciendo un sonido chirriante y perturbador

La puerta queda entre abierta generando una corriente de aire gélido que congela mi espina dorsal a su paso

Una risa suave se escucha en el ambiente y mis manos comienzan a temblar por miedo a lo que me encontrare al otro lado de la puerta

—¿Eres tu verdad?- pregunto sin obtener respuesta alguna —sé que eres tu ¿Qué es lo que quieres esta vez?

—Quería verte- la voz de Alizee resuena en mi cabeza haciéndome temblar de pies a cabeza

Abro la puerta en mi dirección lo más rápido que puedo y al quedar frente a frente con el umbral de la puerta, me encuentro con la nada frente a mí y un sentimiento de agonía en mi pecho

—¿Qué se siente tenerla tan cerca y a la vez tan lejos, que se siente perder a la primera amiga que tuviste en años?- la voz del otro yo resuena por los alto parlantes de los pasillos —aunque pensándolo bien ¿ya significaba algo más que una amiga para ti?

Las palabras del otro yo me llenan de ira mientras observo la oscuridad de los pasillos frente a mí. Mi cabeza pareciera explotar mientras avanzo en la oscuridad del hospital psiquiátrico

Observo las afueras del hospital con nostalgia mientras una luna carmesí baña los alrededores con su tonalidad rojo sangre

—¿¡Por qué no te muestras frente a mí, acaso me tienes miedo!?- grito con todas mis fuerzas mientras gritos y lamentos se escuchan a mi alrededor —¿¡querías terminar nuestro juego!? ¡Aquí estoy!

Las paredes comienzan a temblar mientras los lamentos se transforman en gritos, de las puertas y paredes comienzan a surgir extremidades que intentan atraparme con sus dedos delgados y negros

Junto a las extremidades comienzan proyectarse rostros que mimen y gritan pidiendo su propia muerte

—¿¡Crees que esto me detendrá!?- grito mientras golpeo uno de los rostros en la pared reventándole y bañándome en la sangre que me mancha el rostro

Con mi antebrazo limpio la sangre de mi rostro y la risa de las sombras resuenan a mí alrededor. Observo el pasillo infinito frente a mí y distingo una tenue luz al final del corredor mientras los gritos y suplicas no cesan en ningún momento

Comienzo a correr y un dolor en mi pecho me hace sentir más y más iracundo con cada paso que doy. Mi cabeza no deja de reproducir la voz de Alizee una y otra vez nublando mi visión y haciendo que las risas de las sombras resuenen más fuerte a cada momento

El pasillo comienza a cambiar poco a poco, del piso y las paredes comienza surgir cientos de manos que me arañan y desgarran mi ropa, ralentizándome y logrando que la puerta que lograba distinguir al final del pasillo se aleje más y más

—¡Suéltenme hijos de puta!- grito mientras pateo y golpea las manos que me sostienen. Escucho huesos crujir con cada patada y pisotón que doy. Avanzo lentamente mientras escucho detrás de mí el sonido de algo cayendo y haciendo eco a mí alrededor

Volteo y observo el brillo de una tubería de agua tirada en la suela bajo una de las sombras que flota expectante sin realizar ningún sonido

Retrocedo en busca de la tubería y caigo de bruces al suelo. Soy arañado por todo mi cuerpo, desgarrando mi carne y haciéndome brotar más y más sangre. Continúo acercándome poco a poco a la tubería y al lograr cogerla puedo sentir el frío metal entre mi sangrante mano y sin dudarlo arremeto contra las manos que sostienen y desgarran mi carne

Cada golpe que doy contra estos entes repercute en mi cuerpo haciéndome retorcer de dolor, golpe tras golpe daño mi cuerpo y escucho crujir huesos, aunque ya no distingo si son huesos míos o de las manos que me sostiene

Las manos comienzan a soltarme y antes de que me dé cuenta otra toma su lugar como la hidra de la mitología griega, mi brazo derecho con el que arremeto con la tubería comienza a ceder debido al cansancio

Siento las manos rasgando mi cuerpo, los rostros sobresaliendo de la superficie arrancan mi ropa y carne con sus dientes afilados provocándome espasmos de dolor al rojo vivo

—¿Te rindes?- la voz de Alizee resuenas en mi cabeza y me hace reaccionar nuevamente como un disparo en mi cabeza —creía que nada te detendría

Aprieto mi mandíbula y siento mis dientes crujir mientras alzo la tubería y la desciendo impactando los cráneos y extremidades reventando sus huesos en un sonoro réquiem de agonía y éxtasis

Me incorporo y danzo destrozando todo a mi paso abriéndome camino a través de un pasillo carmesí teñido con la sangre de los entes que no dejan de surgir uno tras otro

Siento como mi cuerpo se llena de una euforia total con cada paso que doy atravesando el mar de extremidades frente a mí, el réquiem de los huesos quebrándose y la risa de la sombra que resuena a mi espalda

El baño de sangre se detiene con el crujir del último hueso y al voltear puedo admirar a la sombra flotando sobre el río carmesí creado con mis propias manos

—¿Estas feliz?- pregunta la sombra mientras coge un cráneo destrozado del suelo y lo acuna en sus brazos como si se tratase de un bebé —mira lo que provocas, solo tenías que usar la tubería para hacer palanca y librarte de sus manos; en cambio destrozaste a estas pobres almas que solo pedían ayuda. Eres un asesino sin piedad, Salem

Las palabras de la sombra me llenan de ira y miedo al darme cuenta que pierdo el control cada vez más rápido, mi mente comienza a fragmentarse entre mi desesperación y mi ira, observo mis manos teñidas de sangre y al levantar la vista veo los cuerpos de los pacientes del hospital destrozados entre charcos de sangre, cráneos rotos y extremidades amputadas debido a los golpes que partieron sus huesos en dos

—Salem, creo que no eres más que un humano reprimido que escapa de lo que eres en verdad, tu miedo a ti mismo es horrible, reniegas de lo que te hace humano y gracias a eso no logras entender que es lo que eres ni que es lo que somos

Lanzo la tubería a los pies de la sombra quien flota como una pluma sobre el suelo

—Yo no soy mejor que nadie, no intento serlo y no quiero que intentes hacerme entender lo que es la ira ¡mira lo que logro al enojarme, lárgate y déjame en paz!- me volteo y sigo caminando mientras un aire gélido envuelve mi cuerpo con una neblina casi congelada a mi alrededor

Siento el frío abrazo de la sombra rodeando mi cuerpo mientras hunde sus garras en mí vientre. Su frió aliento congela mi nuca y puedo sentir como poco a poco me lleno de cólera e ira, al intentar inútilmente alejarla de mí

—¡Suéltame, déjame ir maldita perra!- grito con todas mis fuerzas hasta lanzar a mi captora lejos de mi generando un estruendo con el impacto

Me volteo ante el estruendo y ante mi está el cuerpo de Alizee tirado en un charco de sangre, las luces se encienden encegueciéndome temporalmente y al adaptarme a la luminosidad, me encuentro en la morgue del hospital frente a una camilla con un cuerpo tapado completamente con una manta blanca

Siento un sonido detrás de mí y mi sangre comienza a enfriarse lentamente mientras mis piernas se paralizan

Los pocos sonidos que logro escuchar reverberan en mi cabeza haciéndome perder el equilibrio cayendo sobre el cuerpo cubierto con la manta

—¿Salem, porque me dejaste morir?- mi cuerpo se sobresalta y me pongo de pie a duras penas buscando el origen de la voz —Salem, salvaste a Leithy y a mí no ¿Por qué no pudiste ayudarme?

La voz fúnebre hace que un escalofrío recorra mi columna vertebral percatándome que el origen de la voz está en el cuerpo bajo la manta detrás de mí

Volteo lentamente mi cabeza para mirar sobre mi hombro y me encuentro una camilla vacía donde antes reposaba el cuerpo sin vida de alguien

Observo en todas direcciones en busca del cuerpo, pero no importa a donde observe, el sonido se ha perdido y solo quedo yo dentro de la morgue girando buscando algo que no quiero encontrar, pero intento hacerlo

—¡Este juego me está cansando!- grito en todas direcciones y mi cabeza comienza a abombarse —¡me canse de este juego sin fin, comencemos nuestra última partida! ¡Tú y yo!

La sala completa comienza a temblar y gritos desesperados comienzan a sonar a mí alrededor pidiendo clemencia y gritándome que los condené a agonizar por el resto de la eternidad

Los gritos poco a poco comienzan a aumentar mientras el suelo no deja de temblar desestabilizándome y haciéndome caer de rodillas

Mi estómago se revuelve sin razón hasta que vomito todo el contenido de mi estómago, siento como mis entrañas arden constantemente con cada arcada que doy. Al abrir los ojos observo un inmenso charco de sangre debajo de mí, mis manos tiemblan apoyadas en el suelo manchado rojo

Mi reflejo se ve distorsionado en el espejo carmesí debajo de mí, los ojos de mi reflejo se tornan negros y una sonrisa se dibuja en la boca de este. Mi corazón se siente apresado y una voz tenue se escucha mientras los labios de mi reflejo articulan palabras

—la vida y la muerte no son nada, un parpadeo en comparación a la existencia misma de la humanidad y sus pecados, ven a mí, seamos lo que debimos ser al nacer, seamos uno nuevamente- intento ponerme de pie y unas manos surgen del charco de sangre sujetándome de los brazos —vamos Salem, prueba el éxtasis

Comienzo a hundirme lentamente forcejeando contra el agarre del otro yo inútilmente

—¡Salem!- escucho un grito suavemente mientras mi rostro es hundido en el charco lentamente, siento la calidez de la sangre rodeando mi rostro —¡Salem, detente por favor!

Abro mis ojos y me encuentro en la azotea del hospital rodeado por Cristian, Jonathan quien me apunta con su pistola sin basilar, Leithy y Daniela junto al padre Juan quien sostiene un rosario en mi dirección

—¿Qué hacen?- pregunto sin encontrar una respuesta —¿Por qué Jonathan me apunta con una pistola?

Las miradas de todos están clavadas en mí, comienzo a caminar en su dirección y de inmediato un grito de Jonathan me hace detener de lleno explicándome que me disparara si me muevo

Observo a todos y me percato de que Cristian tiene evidentes heridas en su cuerpo, Daniela y Juan se encuentran en estado de alerta y Leithy tiene su brazo derecho vendado

—¿Qué fue lo que paso?- todos me miran extrañados sin decir una palabra ¾hasta hace poco estaba en el hospital psiquiátrico con las sombras, o al menos una de ellas me acompañaba

—¿No recuerdas nada?- pregunta Leithy abriéndose paso entre los demás hasta quedar frente a mi —llevamos casi dos horas persiguiéndote, tu nos atacaste y comenzaste a correr por los pasillos atacando e hiriendo a todo aquel que se te acercara. El hermano de Cristian te intento inmovilizar y te trajo hasta aquí; No sé qué es lo que te paso, pero me alegro de que estés bien ahora

Jonathan bajo su arma y saco sus esposas caminando lentamente en mi direccion

—Salem, por el ataque y agresión hacia los civiles y funcionarios públicos del hospital, te pongo bajo arresto temporal -Jonathan se aproxima a mi lentamente mientras Cristian agacha la mirada y Leithy voltea a mirarlo

—¡No es justo!- grita Leithy, intentando cubrir mi cuerpo con sus brazos extendidos —Salem no tiene la culpa de lo ocurrido. Todos vimos como sus ojos estaban negros y al hablar...

—¿Mi forma de hablar?- pregunto un tanto extrañado —

—Hablabas con una voz sepulcral, era como si dos personas hablaran al mismo tiempo- añade Juan quien camina en mi dirección y detiene el andar de Jonathan —aquí el culpable soy yo, yo debía vigilar a Salem. Arréstame a mi ,Jonathan

—¿Juan, que haces?- pregunto a Juan y este voltea y me sonríe gentilmente

—No quiero fallarle a nadie más por temor a lo que digan, ya le falle a alguien importante para mí hace mucho tiempo y no quiero repetir un error similar ahora- observo a Daniela y esta mira a Juan con una expresión melancólica y llena de sentimientos encontrados

Una risa macabra se cuela en el aire, mi corazón se detiene por un instante al observar al otro yo parado detrás de Jonathan sonriéndome mientras hace un ademan de silencio con su dedo en sus labios mientras pasa un dedo de su otra mano por su cuello aludiendo que matara a alguien si intento hablar ahora

—Salem, mi querido y estúpido Salem ¿Cuánto tiempo crees que le queda a tu padre?- siento una punzada en mi corazón al escuchar al otro yo —deberías ir y hablar con el sobre lo ocurrido el día del ataque, puede que te lleves una sorpresa

Jonathan guarda sus esposas y puedo sentir su mirada intensa clavada sobre mí

—Jonathan, no sabes todos los detalles de lo que ocurre a mi alrededor, pero debes creerme que nunca le...- Jonathan me interrumpe golpeando la muralla frente a el

—Salem, no se los datos de lo ocurrido contigo, pero si vuelves a atacar a Cristian, te prometo que olvidare mi rango de oficial y te pondré una bala en la cabeza- Cristian le grita a Jonathan y este se marcha serrando de golpe la puerta de la azotea, Cristian se marcha detrás de su hermano sin decir nada y el otro yo ríe brevemente hasta desvanecerse como una niebla

—¿Salem, estas bien?- la voz de Leithy me trae de regreso de mi inconsciencia —¿qué fue lo que te sucedió? Es primera vez que te mueves inconscientemente

—No, no es la primera vez, esto paso en el hospital psiquiátrico muchas veces, pero nunca a este nivel de no poder recobrar la conciencia solo

Camino en dirección de la puerta un al llegar a la puerta, esta se abre golpeándome en el rostro lanzándome de espalda contra el suelo

—¡Salem, tu padre desapareció!- Cristian aparece gritando y sin adarme tiempo a recuperarme con mis manos en el suelo me impulso y corro al interior del hospital.

Corro por los pasillos y las escaleras buscando llegar a la habitación de mi padre, mis pies se sienten como si no tocaran el suelo y las personas a mi lado solo son meras estatuas inmóviles mientras corro entre ellos pensando solamente en mi padre

Los pasillos parecen interminables y los murmullos de las personas son opacados por los gritos de mis compañeros que vienen corriendo detrás de mí

Las sombras revolotean a mí alrededor riendo estridentemente hasta que soy detenido de súbito por un agarre a mi cintura haciéndome caer de cara contra el suelo

Levanto la mirada y volteo encontrando a Kaya quien me tiene abrazado de la cintura

—¿Kaya, que demonios haces?- le pregunto a esta quien solamente solloza con su rostro hundido en mi vientre —¡kaya, suéltame! ¡Debo ir donde mi padre!

—Tu padre regreso a tu casa. Regresaba del baño cuando tu padre ya se había ido del hospital, dejo una nota pidiéndome que no le hablara a nadie más de su ubicación que a ti, Salem. Él quiere que vayas a la casa a encontrarlo- las palabras de Kaya tranquilizan mi cabeza y puedo distinguir a aquellos que me rodean.

Daniela me ayuda a ponerme de pie y Leithy me observa desde lejos con una mirada inquieta. Juan posa su mano en mi hombro y saca las llaves de su vehículo haciéndolas sonar frente a mi

—¿Necesitas un aventón?- me pregunta Juan mientras sonríe y con su cabeza me indica que lo siga

Las demás comienzan a seguirnos, pero Juan les pide a Kaya que nos guíe y que el resto se queden debido a que no hay que levantar sospechas

Bajamos hasta el estacionamiento y junto a Kaya comenzamos nuestro camino hasta mi hogar, el hogar que me vio crecer y corromperme con las sombras

—Salem ¿estás preparado?- las palabras de Juan me llenan de duda ante lo que sea que me espera y puedo sentir el apretón de mano de Kaya quien está sentada a mi lado —en la azotea podía escuchar una voz similar a la tuya hablándote sobre tu padre ¿o me equivoco?

—¿Puedes escucharlo? Creía que era el único que podía sentirlo- miro a Juan, quien esta concentrado en el transito dejándome al margen de su mente

Observo mi reflejo en el vidrio de la puerta del vehículo y doy un salto al observar como uno de mis ojos es completamente negro

—¿Estás bien, Salem?- pregunta Juan mientras no aparta la mirada del camino y Kaya me coge de los hombros observándome fijamente —¿él está aquí?

—No, solo me asuste por una estupidez ¿falta mucho para llegar a mi casa, Kaya? No recuerdo con exactitud las calles y francamente todo a cambiado mucho desde la ultima vez que estuve aquí

—Tranquilo, ya le di a Juan la dirección; Intenta descansar un poco- Kaya toma mi cabeza y la apoya en sus piernas mientras acaricia mi cabello suavemente —estas muy cambiado, ya casi no puedo reconocer al pequeño llorica con el que me crié

—¿Llorica? Si mal no recuerdo la llorona eras tú. Sobre todo cuando me enojaba contigo y no quería salir a pasear junto a ti. Tus berrinches eran únicos al punto que me chantajeabas

—Yo no lo recuerdo así, tu siempre fuiste un llorica que corría con su madre cuando...- Kaya se detiene y mira melancólica mientras con una de sus manos cubre mis ojos —perdóname, no debí mencionar a tu madre, no debí dejarte solo todo este tiempo, fui una horrible persona al no ir donde estabas, no estuve ahí cuando mas nos necesitabas 

La voz de Kaya comienza a cortarse entre sollozos mientras cubre con sus manos mi rostro evitando que la mire

Gotas caen en mi cara y se deslizan por mis mejillas. Siento la calidez de los sentimientos de Kaya y su dolor por lo ocurrido y sin poder hacer nada siento el rose de sus labios en mi frente

Mi corazón se acelera y juan frena tan abruptamente que mi cuerpo por la inercia sale proyectado cayendo al piso del automóvil

—¡Juan! ¿¡Quién mierda te enseño a manejar!?-  exclamo mientras intento ponerme de pie y Kaya se ríe de mi posición actual

—Eso te pasa por no usar cinturón de seguridad- me explica Kaya mientras desliza su dedo índice por su cinturón de seguridad

—Llegamos a tu casa, Salem- Juan me abre la puerta, logro salir y ponerme de pie. Frente a mí se yergue la casa que considere un hogar durante muchos años

—¿Salem, estas bien?- Kaya me toma del brazo y me mira fijamente

—Tranquila. Espérame aquí, no tardare- acaricio la cabeza de Kaya y esta me golpea en el estomago

—¡No iras solo, me he lamentado todo este tiempo el dejarte solo y no lo volveré a hacer ahora!- Kaya rodea mi cuello con sus brazos ¾quiero ser tu apoyo, Salem, quiero poder ayudarte ahora

—Lo lamento- le susurro a Kaya al oído mientras la empujo dentro del vehículo y Juan cierra el vehículo evitando que esta salga —el otro yo estará ahí, no quiero que resultes herida

Juan y yo cruzamos miradas y este con rostro melancólico me extiende su mano entregándome un rosario de color negro y plata

—¿Qué es esto Juan?- pregunto mientras Juan me sonríe con un rostro melancólico

—Esto es un regalo que recibí de la madre de Daniela, esto me ha protegido durante estos años. Ahora quiero que te proteja a ti mientras estamos dentro de tu casa

—Lo lamento Juan, pero no vendrás conmigo. El otro yo debe estar detrás de todo esto y francamente prefiero que cuides a Kaya. ya fuiste testigo de lo que puedo hacer si pierdo el control de mi cuerpo. Si algo me llega a pasar llévatela lejos de aquí- los gritos de protesta de Kaya se escuchan tenuemente detrás del vidrio de la puerta que esta golpea constantemente —nos vemos, Juan

Cojo el rosario y lo coloco al rededor de mi cuello mientras Juan sonríe de manera frustrada y asustado. Me giro y camino a un lado del vehículo y escucho los gritos y suplicas de Kaya. Observo a Kaya y está llorando me grita e insulta apoyando su cabeza en el vidrio

Sigo mi camino y llego frente a la puerta de mi casa. El umbral de la puerta se ve más grande de lo que recordaba y mis manos no dejan de temblar y sudar mientras cojo el pomo de la puerta; lo giro y abro la puerta, encontrándome una escena que no hubiera querido ver


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