Capítulo 17: deseos y pecados
Siento como una luz del sol calienta mi rostro y unas sábanas envuelven mi cuerpo, abro mis ojos y estoy sumido en una habitación con un solo rayo de luz proveniente de una ventana cubierta con una tela oscura
Un hielo familiar se siente en el ambiente, salgo de mi cama a tientas por la oscuridad que no me deja ver nada a mí alrededor. Camino sin chocar con nada y una pregunta me invade con cada paso "¿Dónde están las chicas?", mi pulso no deja de acelerar y un sobresalto invade mi cuerpo cuando a tientas encuentro el frio interruptor en la pared, soy contacto para encender las luces y siento como mi corazón se detiene de súbito al observarlo todo.
—Esto no puede estar pasando, esto no es real- la habitación frente a mí se ilumina enseñándome su interior, el interior que he estado viendo día tras día por los últimos años, mi habitación del hospital psiquiátrico me rodea y siento como mi corazón se aprisiona y se detiene lentamente
—Salem despierta ¿cuánto más seguirás durmiendo?- la voz de Damián atraviesa mi puerta y al voltearme lo veo frente a mí, está Damián tal cual como el día en que lo vi por primera vez
—¡¿Otra vez estas aquí?! ¡Dime donde está el otro yo! Le grito y este queda perplejo frente a mí con una mirada atónita
—¿Enserio quieres empezar así el día?- pregunta Damián mientras me lanza una manzana verde la cual no logro coger y golpea mi rostro
Damián ríe y se acerca preocupado pero no puedo estar tranquilo ante la escena frente a mí
—¿Damián, eres tú en verdad o eres la creación de mis miedos y mi culpa por dejarte morir?- la expresión de Damián cambia nuevamente y este con un movimiento de cabeza me indica que salga de mi habitación
Salgo de mi habitación y me encuentro con un pasillo lleno de vida, los mismos rostros de los internos cruzando frente a mí que he visto durante años. Me uno a la multitud mirando a todos lados esperando lo peor
Camino junto a todos y llegamos juntos a los baños donde aguardo mi turno mientras los guardias controlan el ingreso lentamente
—Te encuentras bien- la voz de Damián junto a mí me hace sobresaltar y observarlo fijamente mientras me mira por el rabillo del ojo ¾tienes una mirada un tanto acomplejada desde la mañana
—¿Acaso te interesa lo que haga?- la expresión de Damián observando el cielo del pasillo denota molestia —¡Malditas desgraciadas muéstrense!
Golpeo la mesa mientras grito en todas direcciones y algunos pacientes debido a mis gritos comienzan a alterarse y golpearse entre ellos y a sí mismos los demás guardias me someten lanzándome al suelo impactando de cabeza, provocando que mi visión se altere y comience a ver todo como en cámara lenta
Escucho pasos por todas partes y veo como a los demás pacientes se le administra medicamento a la fuerza y caen como moscas
—¿Salem, que es lo que te sucede?- la voz de Damián me suena lejana y distorsionada mientras un pinchazo atraviesa mu cuello haciendo que pierda poco a poco el control de mi cuerpo —intenta descansar Salem, no sé qué te sucede pero tú no eres así
Me cogen de las piernas y los hombros y soy llevado en camilla de regreso a mi habitación donde soy dejado en mi cama y encerrado nuevamente
Mi cuerpo se siente de piedra y no puedo mover ni un musculo mientras observo en todas direcciones esperando a las sombras para torturarme en mi estado actual
Minuto a minuto comienzo a sentir un poco mi cuerpo hasta el punto en donde logro sentarme en la cama apoyando mi espalda contra el respaldo de la cama. Observo en todas direcciones, todo se ve calmado y en silencio mientras mi cabeza no deja de gritarme que algo no está bien
Cojo mis piernas y las muevo dejándolas colgando en la orilla de la cama mientras estoy sentado en esta
No sé cuánto paso desde que me trajeron aquí, el tiempo no es algo que pueda tomar a la ligera dentro de estas cuatro paredes
Hola Salem- la voz de Damián se cuela en mi silencio y al levantar la mirada lo observo parado en la entrada de mi habitación ¾tienes visitas amigo, volvieron a venir a verte, intenta no ponerte como loco otra vez
—¿Visitas, de que hablas Damián, yo no tengo visitas de nadie?- mi cabeza intenta procesar lo que me acaban de decir, Damián se acerca a mí y me da un golpe con la palma abierta en la nuca
—¿Día por medio vienen a verte y hoy porque estas de malas los dejaras esperando? Párate y cámbiate de ropa que tus padres te esperan- las palabras de Damián resuenan y sin darle tiempo a reaccionar lo empujo y corro en dirección a la sala de visitas
Corro a tientas tropezando con la nada debido al adormecimiento parcial que tengo en el cuerpo, mis pulmones arden debido a mi respiración agitada. Mis pies duelen al correr sin zapatos y siento como si algo estuviera punzando en medio de mi pie
Corro y los guardias intentan detenerme pero solo los esquivo como puedo y sigo corriendo hasta llegar a la entrada de la sala de visitas
Mi corazón late como condenado a muerte y comienzo a sudar frio mientras observo la puerta que durante mucho tiempo soñaba con abrir alguna vez
—Ábrela- escucho y al girarme me encuentro solo
—Salem, última llamada. Sus padres aguardan por ti- la voz en el altoparlante me saca de mi transe y abro la puerta segándome por el cambio de luz de ambas salas
Intento ajustar mi visión y al lograrlo veo a mi madre y a mi padre sentados charlando con una sonrisa en sus rostro, mis manos comienzan a temblar y unas calidad lágrimas recorren mi mejilla mientras toco mi cabello el cual hasta ahora me percato de lo largo que esta otra vez
—¿Salem?- la voz de Damián me llega al oído y siento como me empuja hacia adelante —¿no creo que quieras estar aquí parado durante la hora de visitas o sí?
Comienzo a caminar hacia mis padres y estos voltean y me saludan como si no hubiera pasado un día desde que nos vimos
Corro como nunca y abrazo a mis padres los cuales caen conmigo al suelo y sin importarme nada comienzo a llorar rodeado por los cálidos brazos de mi padre y madre
—¿Hijo, estás bien?- mi madre me coge mi rostro y limpia mis lágrimas con sus mangas como cuando era un niño pequeño y mi padre suspira como si su alga fuera a salirse de su cuerpo
—Hijo, aunque te quiero mucho sigues siendo pesado y no es algo que un viejo como yo pueda aguantar por mucho tiempo- exclama mi padre intentando apartarme
Me pongo de pie y ayudo a mis padres a pararse y observo como todos me miran y ríen por lo que hice
—vinieron solamente a ver si estabas muerto o no- la voz nuevamente vuelve a surgir y aunque intento buscarla con la mirada no encuentro a nadie hablándome
—¿sucede algo hijo?- pregunta mi madre mientras me coge de mi mejilla
— tranquila, estoy bien- sonrío y palpo la mano de mi madre sonriendo
Mis padres comienza a hablarme de lo que ha pasado en la ciudad, de cómo me extrañan y esperan que pueda salir luego de este hospital psiquiátrico. Mi padre meda una bolsa con una hamburguesa y un guardia nos observa solo sonríe tranquilamente dejándome comer tranquilamente mientras mis padres ríen y hablan conmigo
La tarde de visitas pasa más rápido de lo que creía y me despido de mis padres llorando de la misma manera en que los saludé
Veo salir a mis padres por la puerta principal y Damián me acompaña tranquilizándome hasta llegar a mi habitación
—Veo que estas más tranquilo de lo que estabas esta mañana- Damián se acerca a mí y se sienta conmigo en la cama —¿qué era lo que te pasaba hoy? era como si no fueras tú mismo, incluso con tus padres fue como si no los hubieras visto en años
Observo a Damián y puedo ver cómo murió cayendo a los brazos ardientes de este hospital psiquiátrico en llamas
—No lo sé, es como si esto no fuera real o lo otro no era real, las sombras no están pero siento como me observan constantemente o al menos eso creo. Ya no se ni lo que digo Damián, tu habías muerto por culpa mía, mis padres estaban en el hospital y mi madre murió en este antes de poder llegar con ella y Alizee y Daniela estaban...- hasta ahora no me había percatado de su ausencia —Damián ¿dónde están Daniela, Leithy y Alizee?
Damián me observa con una cara un tanto extraña mientras se pone de pie
—¿Cómo sabes de Leithy y de Alizee?- exclama Damián mientras me observa incrédulo
—¿De qué hablas, porque no las conocería si son las que me ayudaron todo este tiempo?- Damián me mira un tanto molesto y cierra mi puerta con llave para luego apagar su radio trasmisor
—Salem, ni siquiera deberías saber quiénes son ellas, lo que sucedió no debería saberlo nadie además de los guardias y el personal del hospital- la expresión de Damián se ve preocupado y camina de un lado a otro intentando entender de lo que hablo —Salem, cuanto conoces a Alizee?
Damián me mira fijamente mientras se quita su gorra y toma asiento en la cama junto a mí
—Alizee llego transferida y la conocí en la azotea de este hospital, hemos estado juntos desde hace un buen tiempo, ella fue la primera persona que pudo ver a las sombras además de mi tu estuviste atacándola constantemente mientras...- Damián me interrumpe y con una expresión de tristeza comienza a hablar
—Salem, Alizee si fue transferida a este hospital hace unos días, pero es imposible que la conocieras en la azotea, ella se lanzó de la azotea ayer cayendo en el estacionamiento trasero que da al patio falleciendo al instante- las palabras de Damián hacen que mi corazón comience a latir más rápido de lo normal mientras los recuerdos de Alizee viene a mi mente como un flashback
Escucho como Damián intenta hablarme pero no logro entender nada de lo que dice, intento comprender como es que Alizee se quitó la vida y como no pude impedirlo
Un golpe en mi cabeza me hace reaccionar y observo a Damián quien me mira fijamente
—Intenta concentrarte Salem ¿de dónde conoces a Leithy?
—Leithy, ella era una chica en el área de encierro, llevaba años soportando abusos y torturas de los guardias hasta que la ayudé a escapar junto a mí, tu intentaste usarla para llegar a mi cuando...
—Basta- Damián me interrumpe y se pone de pie frente a mí tomándome de los hombros —no sé cómo sabes lo de los abusos, pero ella esta mañana fue encontrada muerta junto al cadáver de uno de los guardias a quien le arranco la yugular con su boca defendiéndose de ser violada. Usando la camisa del mismo guardia se ahorco hasta morir dejando solo su cuerpo sin vida y un cuaderno con los registros de todo lo que vivió durante años, tú no la sacaste de ahí Salem, ella se suicidó para escapar de todo eso
—nunca las salvaste, nunca las salvaras- nuevamente la voz vuelve a aparecer siendo imperceptible para Damián
Mi cabeza se siente como si fuera a explotar y mi corazón da la sensación de que se fuera a salir de mi pecho mientras me pongo de pie y camino alrededor de mi habitación intentando comprender lo que sucede ahora
Salgo corriendo de mi habitación recorriendo los pasillos sin parar, corro sin importar nada hasta llegar frente a la puerta de ingreso a la azotea la cual se encuentra cercada con cinta de seguridad, quito la cinta a tirones y abro la puerta encontrando frente a mí un cielo rojizo de atardecer el cual me muestra una reja de seguridad rota amarrada con la cinta policial en el punto donde estaba Alizee el día que la conocí
—¿Qué es todo esto, porque nada es como lo recuerdo?-Comienzo a caminar y me paro frente a la reja de seguridad mirando por donde Alizee se lanzo
— lánzate, ya nada tiene sentido sin ellas
—¡Salem, aléjate de ahí!- un grito me hace salir de mi transe y al voltearme observo a Damián parado en la entrada de la azotea mirándome fijamente mientras sostiene su radio cerca de su boca —no sé qué es lo que te sucede hoy Salem, pero aléjate de ese lugar y ven conmigo ahora mismo, veamos si la doctora Daniela esta aun en el hospital para que hables con ella de todo lo que te está pasando
—¿Daniela, ella esta aquí?- Damián me mira extrañado y guarda su radio mientras me acerco a el
—Obvio que está aquí, ella es la psicóloga de tu área- Damián hace una ademan con la mirada para que lo siga y comenzamos a bajar por las escaleras hasta llegar frente a la puerta de Daniela
Observo como Damián toca a la puerta sin respuesta alguna hasta que un sonido estridente nos hace ingresar de golpe apreciando a una Daniela tirada en el suelo tapada con papeles y libros sobre ella
Daniela levanta la mirada y nos observa mientras intenta quitarse los libros de encima inútilmente
—¿Me podrían ayudar o se quedaran mirando cómo estatuas?-exclama Daniela mientras nos mira con unos ojos cansados y ojerosos
Damián y yo corremos a socorrerla y quitamos los pesados libros descubriendo un delgado cuerpo bajo la pila de enciclopedias y archivos
—¿Estás bien Daniela?- pregunto mientras la ayudo a ponerse de pie
—No creo llevarme tan bien con usted señor Ramael, refiérase a mi como su doctora- Daniela se aparta de mi lado y se acomoda su camisa la cual tiene una mancha de café enorme desde su pecho hasta su estomago
—¿A qué te refieres? Tú fuiste la que me dijo que te llamara "Daniela" la primera vez que nos vimos ¿lo olvidaste?- Daniela me observa y Damián me toma el hombro y con una mueca me indica que guarde silencio
—Algo le pasa a Salem, Doctora Roger. Desde que despertó a estado un tanto extraño hablando de sombras y como yo morí y escapo del hospital junto con las dos chicas que fallecieron en estos últimos días, ahora mismo quise traerlo para ver si puede hacerle una evaluación sobre su estado psicológico
Damián no deja de hablar y la mirada de Daniela se fija en mí, penetrante como nunca la ha tenido, como si quisiera leer mi mente o hacer que hable sin decirme nada
—Como es que sabe de las chicas que fallecieron, Alizee fue transferida y el mismo día se suicidó y Leithy solo era conocida por el persona de aislación los psicólogos
—¡Es lo que intento explicarles, esto no es real, no sé qué pasa, pero esto no es como debería ser! Grito de impotencia mientras intento recordar todo lo ocurrido las ultimas horas ¡Yo me encontraba en un hospital donde mi padre estaba internado debido a un ataque que sufrió junto a mi madre la cual falleció, en la morgue las chicas estaban atrapadas por un desgraciado que quería comérselas y al pelear con el resulte herido y me desmalle al parecer, cuando desperté me encontré aquí y nada es como debería ser y las sombras no están por ningún lado y esto no tiene sentido alguno!
Daniela y Damián me observan mientras yo los observo con lágrimas en los ojos esperando una respuesta de estos
—Damián por favor retírate, necesito estar a solas con Ramael un momento- Damián intenta objetar pero Daniela lo toma del brazo y lo encamina a la salida cerrando la puerta detrás de él ¾listo, ahora Salem toma asiento, es momento de que hablemos los dos sobre tu caso de paranoia y esquizofrenia resiente
—¿Esquizofrenia, crees que esto es por una estúpida esquizofrenia? ¡Esto es más grande de lo que crees Daniela, esto no es lo que sucede, esto no es lo que sucedió o lo que sucederá, ya ni siquiera sé que es esto donde estoy! ¡Cada persona que conocía se fue a la mierda y ahora solo estamos tú, Damián y yo! ¡Pero no importa que diga ustedes me creen loco otra vez y ya no sé qué hacer!
Daniela me mira y continua anotando en su libreta al igual que lo hacia el Doctor Frank
— Bien Daniela, no quieres creerme ¿verdad?- Daniela me observa fijamente mientras hablo
—Salem, es imposible lo que tú dices, prácticamente es una novela de fantasía mesclada con terror lo que aseguras es tu realidad- Daniela se pone de pie y se dirige a la puerta para dar por terminada la sección y enviarme de vuelta a mi habitación
—Tu madre y Juan estudiaban juntos para seguir el camino de la fe, comenzaron a vivir juntos y cuando les tocó volver y elegir sus caminos, tu madre se negó a seguir el camino de la fe, pero Juan quería seguir y convertirse en sacerdote. Pasaron doce años y tu madre fallecido. Juan renegó de ti y cuando intentaste acercarte a él, él te grito exclamando que no eras nada y que desaparecieras- la mirada de daniela cambio de un semblante calmado a estar desconcertada en un parpadeo
—¿Cómo, como es que sabes todo eso de mí, quien te lo dijo?- Daniela se aleja de la puerta y camina en mi dirección soltando su libreta mientras se lleva sus manos a su cabeza
—El padre juan me lo conto el día que tú lo llamaste para ayudarme, tú fuiste una de las personas que me ayudo a escapar de aquí- daniela toma asiento nuevamente y comienza a hiperventilarse mientras con su mano coge la mía en busca de tranquilidad
—Nunca te e presentado a Juan ¿cómo es que puede ser posible?
—No lo sé Daniela, pero quiero saber que sucede con mi mente
Las risas de las sombras inhundan mi mente y puedo verlas materializándose frente a mi, observo en todas direcciones y las paredes cambian a murallas escretando sangre y carne que se cae a pedazos, al voltea a ver a Daniela y esta está tirada en el suelo de la habitación con un par de tijeras clavadas en su cuello brotando sangre como si de una fuente se tratara
Retrocedo y siento un cuerpo detrás de mí meciéndose lentamente como un péndulo del cual no me atrevo a mirar por miedo a encontrarme a mi compañera ahorcada frente a mí
—No puedes escapar ni siquiera en tu mente y tampoco te dejas destruir maldito enfermo
La voz del otro yo es interrumpida por un golpe seco a un lado mío el cual me hace saltar y voltearme instintivamente mostrándome el cuerpo destrozado y reventado de Alizee quien gime de dolor mientras pide mi ayuda. Mis estomago devuelve todo su contenido y mancho mis pantalones con una mescla de sangre y bilis mientras escucho los gemidos de Alizee y Daniela quienes claman por mi ayuda en su agonía
—No puedes salvarlos a todos, ni siquiera pudiste salvar a la puta de tu madre-volteo hacia la puerta y ahí está el otro yo con el cuerpo colgado de Leithy quien esta desnuda con golpes y cortadas por todos lados mientras el otro yo introduce sus dedos en la vagina de Leithy haciendo que el cuerpo de esta se contonee al ritmo de su mano —¿sabes que es lo lindo de todo esto? A pesar de lo que intentes hacer, yo ganare y tú no serás más que una mera mierda regada en la calle apreciando lo que logro
El otro yo ríe e introduce sus dos manos al interior de Leithy y en un segundo desgarra su cuerpo abriéndola en dos partes mientras esta grita de agonía
—Esto no es real, ellas no son mis amigas- exclamo mientras lágrimas de dolor e impotencia corren por mi rostro
—Cierto, si esto fuera real seria aburrido simplemente ganarte así- una sonrisa se dibuja en su rostro —despierta y vive la agonía de tu vida desgraciado, estaré esperando por ti
Un choque eléctrico recorre mi cuerpo con las palabras del otro yo y un segundo golpe eléctrico recorre mi cuerpo haciéndome enceguecer por un momento para luego encontrarme con miradas rodeándome y una luz frente a mi
—¿Chico, sabes quién eres?- una voz que no consigo saber de dónde viene me habla mientras intento entender que es lo que sucede —chico tu corazón se detuvo unos segundos y estuviste en riesgo vital durante media hora, bienvenido de vuelta al mundo de los vivos
—Si, bienvenido al mundo de los vivos Salem- la voz del otro yo se cuela en mi mente y frente a mi revolotean las sombras riendo y gimiendo mientras soy llevado a algún lugar desconocido para mi —espero que hayas disfrutado tu pequeño descanso porque tendrás que asistir a un funeral cuando te recuperes
El otro yo ríe a carcajadas mientras las sombras giran y gimen lanzando su secreción negra que escurre de sus bocas y yo comienzo a abrazar los brazos de Morfeo cerrando mis ojos y perdiéndome nuevamente en la oscuridad
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