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Capítulo 13: sombras de concreto


El llanto de Leithy no cesaba mientras mis gritos rompían entre los gritos de las personas que se aproximaban a ver el cuerpo del chico

—Sabes que no puedes escapar de lo que eres- la voz del "otro" se cuela en mi cabeza y comienzo a buscarlo por todos lados

El tiempo parece detenerse a mí alrededor

—La muerte es hermosa, no podemos hacer más que esperarla abierto de brazos, ella viene con sus alas negras y su sonrisa rojo carmesí- Damián aparece frente a mí de entre las tinieblas quienes consumen todo a mi alrededor

—¿Damián, que se supone que significa esto?- mi voz suena cada vez más baja y poco a poco me cuesta hablar

—Antes eras alguien que no se rendía nunca, no te rendiste ante mí y luchaste por lo que querías hasta el punto de matarme- las manos de Damián cogen mi brazo y sin vacilación desgarra mis tejidos y separa mi brazo de mi cuerpo haciéndome gritar de dolor sin poder moverme de mi lugar

El dolor es insoportable mientras intento bloquear la pérdida de sangre con mi mano. Mi cuerpo convulsiona esporádicamente por el dolor sin poder detenerme

La risa de las sombras se apodera de mi cabeza y me dejo caer de cara al suelo intentando no escucharlas golpeándome la frente contra el frio asfalto repetidas veces

—¡Salgan de mi cabeza!- grito desesperado mientras las risas comienzan a volverse imperceptibles

Mi respiración comienza a tranquilizarse y puedo sentir como un líquido cálido empapa mi frente y recorre mi rostro al ponerme de pie

La mirada de Damián es la de un maniquí sin vida, es la misma mirada que tenía cuando las sombras lo obligaban a atacarme, esos ojos negros me observan sin parpadear y antes de darme cuenta, detrás de Damián comienzan a emerger siluetas reconocibles ante mi ojo

Alizee, Daniela, Kaya, Leithy, Juan, mi madre, mi padre, Cristian y mi otro yo quien viene de la mano con las sombras

—Hola Salem- exclaman todos al unísono generándose un escalofrió tan fuerte en mi columna vertebral que creí que se saldría de mi cuerpo

—Tu otra vez- me pongo de pie mientras intento hablar con las fuerzas que tengo —¿Qué es lo que quieres esta vez? ¡Tomaste la vida de ese niño como si fuera un juguete, una mera burbuja de jabón que aplastaste con tu mano!

Mis gritos resuenan en el silencio del ambiente, las cuerpos frente a mi retroceden mientras grito con todas mis fuerzas contra el otro yo quien ríe grotescamente frente a mi

—¿Yo lo mate?- exclama el "otro" mientras extiende sus manos como un ave que emprenderá el vuelo —estas equivocado mi amigo, el único culpable de que muriera eres tú, te lo advertí y aun así quisiste estar cerca de él, nosotros acabaremos con cada pisca de felicidad que tengas en este mundo hasta que tu mente se rompa y tu corazón muera

Siento una fuerte punzada en mi espalda, bajo mi mirada para encontrarme con una mancha carmesí en mi remera y una punta sobresaliendo de mi cuerpo y atravesando la tela

Giro mi rostro buscando al culpable y mis ojos no pueden creer lo que veo, el niño está detrás de mí sosteniendo un cuchillo incrustado en mi cuerpo

—Me mataste- murmura en pequeño mientras retuerce el cuchillo en mi cuerpo haciéndome gritar y llorar de dolor —por tu culpa mi vida llego a su fin y nunca más podré seguir buscando a mis papás

La voz de niño se entre corta por llanto y el cuchillo es retorcido con cada respiración que doy

—Yo, yo no te mate. Tu muerte no es culpa mía, es de él- levanto mi brazo y apunto en la dirección del "otro" mientras la sangre empapa mi cuerpo y mi visión se torna borrosa y oscura

—Vamos Salem, no me des todo el crédito a mí- el otro yo suela a las sombras y se aproxima hacia mi e introduce la mano en la carne viva donde estaba mi brazo —tú no eres tan inocente, eres igual que yo, somos la misma cara de la moneda mi amigo

Su mano se retuerce en mi herida y comienzo a gritar de dolor mientras los presentes ríen histéricamente

—Adelante Salem, grita como la puta que eres, Damián tenía razón sobre lo que dijo, ahora no eres más que un cobarde escapando de todos nosotros- el "otro" acerca su rostro al mío y con su lengua recorre mi rostro mientras las risas no cesan en ningún momento

La sangre que emana de mi cuerpo mancha el suelo formando un espejo carmesí

—Mátalo- una voz se cuela en mi cabeza —si no lo haces tú, él te matara y se apoderara de ti

Las risas no cesan mientras grito de dolor y la voz en mi cabeza no deja de repetir que los mate

—Me pregunto cómo se habrá visto el rostro de la puta de tu madre al morir, debe hacer sido hermoso ver su expresión de histeria y dolor mientras su vida se esca...- abro mi boca y clavo mis dientes en la garganta del "otro" haciendo que se calle

Mis dientes de clavan en su yugular y todos dejan de gritar. Un silencio lúgubre invade el ambiente y en un movimiento lleno de ira desgarro y arranco su carne haciéndolo vomitar sangre mientras intenta seguir hablando sin poder concretar una palabra

Siento la sangre correr por mi boca y la carne palpitar mientras la presiono más y más entre mis dientes

Los cuerpos parados a mí alrededor se abalanzan contra mí y sus manos se clavan en mi cuerpo desgarrando mi carne haciéndome abrir mi boca y dejando caer el trozo de garganta negruzco y lleno de gusanos

—Eres un hijo de puta- grita el otro mientras mi carne es desgarrada y yo me vuelvo loco de dolor

Frente a mi esta mi madre arrancando mi carne y llevándosela a la boca, intento librarme pero es inútil, mis extremidades ya han sido arrancadas y mi cuerpo no tiene fuerzas ya en el

Mis gritos son opacados por los gemidos de todos mientras arrancan y devoran mi carne

Sierro mis ojos para dejar de ver los rostros de quienes son mis compañeros atacarme y me dejo caer en los brazos de la muerte para dejar que todo acabe

—Salem, Salem vámonos, no podemos seguir aquí- la voz de Leithy se escucha a lo lejos y al abrir los ojos me encuentro parado en el mismo lugar, el lugar en donde contemplaba el atropello el chico. Observo, inspecciono y palpo mi cuerpo con miedo de encontrar las heridas hechas por ellos

Una bofetada me hace reaccionar y al mirar veo a Leithy quien con ojos cristalizados me coge de la mano y me jala y me pide que salgamos lo más rápido de aquí

Las patrullas se sienten venir por todos lados mientras cruzamos el viejo edificio donde dormimos y entre correr y correr damos con una habitación llena de dibujos hechos con tiza de familias y de hogares. Cierro mis ojos y corro a toda velocidad junto a Leithy para dejar atrás todo lo ocurrido

Corremos por los callejones hasta salir a una concurrida calle donde chocamos con cada persona distraída con sus celulares que se cruza con nosotros

Mis pulmones piden clemencia y mi cerebro me grita que siga corriendo mientras veo el rostro rojo de Leithy ser recorrido por un hilo de cristal que sale de sus ojos

Me detengo de golpe haciendo que Leithy frene con brusquedad quien voltea rápidamente hacia mí

—Lo lamento Leithy, por mi culpa todo esto está ocurriendo, el chico murió sin siquiera saber su nombre, lo más probable es que la policía este tras nosotros y la libertad por la que tanto anhelabas se complique cada vez más- un golpe seco en mi canilla me hace arrodillarme de dolor

—Escúchame bien, el chico se mató solo, sus ojos no eran normales cuando eso pasó, tú no tienes por qué cargar con todo. Además que sin importar lo que suceda estoy segura que no nos atraparan- una sonrisa tranquilizadora se dibuja en el rostro de Leithy haciéndome calmar dando paso a un abrazo cálido

—Los encontré- una voz familiar me hace estar alerta y al girar veo la silueta de Juan frente a nosotros —vendrán conmigo ahora mismo o de lo contrario me veré obligado a llamar a la policía por un par de fugitivos

Leithy se pone de pie y se comienza a dirigir hacia Juan quien extiende su mano en su dirección esperando cogerla

—No volveremos- agarro la mano de Leithy quien se estremece ante mi contacto —quiero ver a mi padre, quiero ir a ver a mi madre antes de que la sepulten, quiero ser libre, ya no dejare que me digan que hacer, ni tu ni nadie me volverá a hacer sentir encerrado. Llama a quien quieras pero no me detendrás Juan, iré a ver a mi padre y Leithy ira conmigo

Me pongo de pie frente a Juan quien me mira fijamente y sin pestañear

—Ya no eres el niño que conoce aquel día en el hospital psiquiátrico, te has vuelto todo un hombre- la voz de Juan se tranquiliza y una muesca similar a una sonrisa se dibuja en su rostro —puedes ir a ver a tus padres, no lo impediré más, pero tu forma de pensar tiene un problema muy grave y simple a la vez

Las palabras de Juan me hacen sentir un poco confundido hasta que Leithy me mira con mueca de "tiene razón"

—Dime que es en lo que falle, Juan- pregunto mientras el ruido de la ciudad pareciera enmudecer a nuestro alrededor

—¿Acaso sabes en que hospital están tus padres?- la simple pregunta de Juan me hace reaccionar a mi estupidez —sígueme Salem, te llevare al hospital para que los veas

Juan comienza a caminar y Leithy me coge de la mano y me mira con preocupación

—Sigámosle Leithy, la mirada que tenía Juan en los ojos es la misma que tenía el día que lo conocí

Leithy asiente con la cabeza mientras seguimos a Juan a través de la jungla de asfalto

Las risas de las sombras comienzan a escucharse tenuemente mientras camino siguiendo el paso de Juan

—Disculpe joven, puede acompañarnos un momento- una voz gruesa y profunda me hace estremecer haciéndome apretar con más fuerza la mano de Leithy

Me volteo y frente a mí se yerguen dos figuras uniformadas quienes me observan fijamente a través de sus lentes oscuros

El oficial extiende su mano hacia mí y sin darme tiempo de pensar hago un puño con mi mano y soy interrumpido por la voz de Juan antes de golpear al policía

—Oficial, ellos son mis asistentes, ellos me han estado acompañando a hacer mis compras desde la mañana y ahora nos dirigíamos al hospital a visitar a un familiar- el oficial se quita su gorro y los lentes dejando ver un distintivo ojo completamente blanco y una cicatriz que recorría el parpado

—Padre Juan, no sabía que estos chicos estaban con usted.- el oficial le extiende la mano a Juan y este le devuelve el saludo —¿Cómo se encuentra Cristian, está comiendo bien?

El oficial y Juan comienzan a charlar casualmente mientras Leithy y yo somos dejados al margen

—Oye- la voz de Leithy me llama mientras pellizca mi nalga izquierda, haciéndome saltar del dolor y la sorpresa —¿Por qué crees que el oficial nos querría detener?

Las palabras de Leithy dan vueltas por mi cabeza, pero solamente una razón me viene a la mente en este momento

—Debe ser por la muerte del niño- susurro lo más bajo que puedo hacia Leithy, evitando que el oficial o Juan nos escuchen —alguien debió vernos escapando y dio nuestra descripción

Los nervios invaden mi cuerpo y no dejo de pensar en lo que le harían a Leithy si se le acusa de cuasi homicidio

El oficial fija su mirada en nosotros mientras nos susurramos el uno al otro. Un silencio se cuela entre nosotros mientras manteniéndonos inmóviles

Intento girar mi cabeza para observar de frente al oficial pero las manos de Leithy cogen mi rostro y sus labios cubren los míos en un beso largo y profundo

—Bueno, Padre Juan, fue un gusto verlo- la voz del oficial se escucha mientras la lengua de Leithy se enrolla con la mía —debería mantener el ojo en esos dos, no querrá que hagan tonterías mientras se descuida

Leithy separa sus labios de los míos y logro distinguir un delgado hilo de saliva uniendo nuestras bocas. Un golpe seco golpea mi nuca haciéndome golpear con mi frente el rostro de Leithy

—Deberían tener un poco más de pudor, están en la vía publica y sobre todo están frente a un sacerdote y un oficial de policía par de descarados- la sensación de la mano de Juan golpeando mi nuca, el dolor del cabezazo y la sensación de la lengua de Leithy me deja con un aire de confusión en mis sentimientos

El oficial se sube a su patrulla y se marcha del lugar dejándonos solos entre la muchedumbre

El rostro de Leithy denota enojo mientras se refriega la frente en el punto en donde nos golpeamos

La mirada de Leithy y la mía se cruzan, el rostro enrojecido de Leithy brilla frente a mí, casi al unísono una carcajada se escapa de nuestros cuerpos recordando lo sucedido y un suspiro se escucha salir de Juan

—¿A qué se refería Jonathan al preguntarme si sabíamos algo sobre una muerte aquí cerca?- la voz de Juan corta la risa y hace que mis manos tiemblen — quiero que me contesten con la verdad

Leithy presiona su pecho con sus puños y una expresión amarga se dibuja en su rostro enrojecido

—¿Recuerdas a las sombras?- exclamo mientras me contengo de subir la voz —ellas nunca se fueron de mi lado, ellas siguen conmigo y ahora han hecho que un pequeño que me ayudo se mate frente a nuestros ojos

Las lágrimas recorren el rostro de Leithy ante mis palabras y las mías son ahogadas por la ira que mi cuerpo tiene en este momento

—Nosotros presenciamos todo lo ocurrido y luego de que el pequeño muriera, las sombras intentaron tomarme- Leithy aprieta temblorosamente mi mano y puedo sentir el sudor frio recorrer nuestras manos juntas —recobré la conciencia gracias a Leithy y escapamos antes de que nos acusaran de algo por estar ahí

La mirada de juan cambio drásticamente mientras continuaba hablando sobre lo ocurrido

—Debemos irnos, pasaremos a buscar a Daniela y a Alizee para ir al hospital. Ellas esperan tu llegada, anoche salieron a buscarte por todos lados

—Lo lamento Juan, no quería causarles problemas, pero debes entender que tengo que ver a mis padres- juan posa su mano en mi hombro y una sonrisa recorre sus rostro

Caminamos entre las personas hasta llegar a un estacionamiento subterráneo en el cual ingresamos en busca del vehículo de Juan

La oscuridad es opacada por tenues luces parpadeantes sobre nosotros que más que iluminar, molestan con su parpadeo constante

Camino observando a todos lados cuando un susurro se escucha a lo lejos, una voz suave e irreconocible

Observo a todos lados y no logro encontrar a Leithy ni a Juan

Pequeñas voces se escuchan a escasos centímetros, las luces sobre mi comienzan a estallar en una lluvia de cristales dejándome entre tinieblas y murmullos tétricos a cada segundo que pasa

—¿¡Leithy, Juan!?- llamo a mis compañeros mientras intento encontrar una pared donde apoyarme —¿¡Leithy, donde estás!?

—Nadie vendrá Salem, no hay donde escapar- la voz del otro yo resuena de entre las sombras cada vez más cerca

Mi cabeza comienza a sentirse abombada y con presión. Las risas de las sombras suenan estrambóticamente haciéndome caer de rodillas por el dolor

—¡Déjenme en paz!- golpeo mi cabeza contra el suelo dejando una mancha de sangre,el dolor es horrible y golpeo una y otra vez mi cabeza hasta que un grito me hace levantar mi mirada

Frente a mí se encuentra Leithy quien me coge en sus brazos y con un pañuelo intenta detener el sangrado

—¿¡Qué demonios haces!? ¡Desapareciste de repente y cuando te encuentro estas golpeando tu cabeza hasta hacerte sangrar!- el rostro preocupado de Leithy mientras me abraza y cura mi herida me hace recordar la sensación de los cálidos abrazos que Kaya me daba cuando éramos niños

Mi mano coge su rostro y limpio el sudor que corre por su rostro

—¿Sabes? Tienes unos ojos hermosos- un jalón en mi mejilla y un fuerte golpe en la cabeza al dejarme caer me hacen gritar de dolor nuevamente

—Si estas tan bien como para decir estupideces, significa que me preocupe sin razón de ti

—Sabes, por lo general se trata con más cariño a alguien herido- exclamo mientras extiendo la mano pidiendo ayuda para ponerme de pie

—Párate solo, yo no ayudo a degenerados- exclama Leithy mientras se va murmurando e insultándome

Me pongo de pie y camino lo más aprisa que puedo hasta llegar al lado de Leithy y beso su mejilla y esta se enoja y me golpea en las costillas

Un auto a unos metros más adelante enciende su luz y toca el claxon una y otra vez llamándonos

Nos subimos al auto y juan arranca en busca de Alizee y Daniela. Las calles de la ciudad se ven atestadas a través de la ventanilla de la puerta

Las personas no dejan de ver sus teléfonos celulares mientras caminan chocando unos con otros, Leithy coge mi mano y se acurruca junto a mí dejándose llevar por los brazos de Morfeo

—¿Leithy se durmió?- pregunta Juan sin apartar la mirada de las calles

—Si, ella se durmió, hoy pasamos por mucho y creo que está agotada

—Bien, quiero hablar algo contigo, es sobre Daniela- la mirada de Juan cambia rápidamente —quiero que me prestes atención, ella está un poco alterada por lo que paso, se culpa por darte la mala noticia de tu madre. Llora a cada momento y no a dormido por buscarte

—Ya veo, es verdad que en cuanto recobré la conciencia escape sin decirles nada- observo a Leithy y quito un mechón de su cabello que cae sobre su rostro —lamento lo que ocurrido pero, ¿Qué quieres que haga?

Juan detiene el vehículo de golpe frente a la iglesia y voltea a mirarme fijamente

—Quiero que le hables, que arregles todo con Daniela y que te alejes de ella. Es mi hija Salem y aunque sé que no tengo el derecho de pedirte esto, quiero que la dejes en paz. Ella es una buena chica y ya ha sufrido mucho tanto por mi como por ti, no quiero volver a verla desesperada- la voz de Juan es es cada vez mas gruesa

—Ella ya es bastante grande como para que un padre que nunca estuvo con ella decida su vida en la cual nunca se interesó- la voz de Leithy me produce un sobresalto y los ojos de Juan se abren de par en par —Daniela es una mujer fuerte, un tanto infantil en ciertas cosas pero eso es lo que la hace ella

Juan y yo nos quedamos callados mientras Leithy sale del vehículo y camina hasta el interior de la iglesia

—¿Sabes algo Juan? Hay cosas que no se pueden cambiar. Lo que Leithy te dijo es cierto, pero ahora, es hora de hacer lo correcto por ella y dejarla vivir su vida

Salgo del vehículo y camino hacia el umbral de la puerta de la iglesia y frente a mi aparece las sombras levitando mientras el otro yo camina en mi dirección

—Esto no se ha acabado Salem, esto es el comienzo de mi réquiem de tortura -el otro yo se detiene frente a mí y puedo ver a través de sus ojos la furia e ira contenida contra mí

—Intenta lo que quieras, yo no volveré a escapar de ti ni de nadie –la risa de las sombras se vuelve estrambótica mientras la mirada del otro yo se queda fijamente clavada en mi      

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