No era posible que una situación como ésa fuera posible. Ccino no era capaz de despegarse del sofá, mientras Nightmare estaba afuera queriendo librarse de todo ese asunto estúpido; el esqueleto de colores negativos estaba en el mueble, acostado boca abajo quejándose de cuánto le dolía la cabeza.

— Te lo buscaste... ¿Quién te manda beber tanto? —regañó el menor, con los brazos cruzados y haciendo un mohín.

— Tampoco tenías que golpearme con una bandeja —murmuró dolido el otro, a lo que Ccino se alzó de hombros.

— Es tu culpa por ser un tonto conmigo; primero me dejas de hablar nuevamente y ahora vienes como si nada cuando Nightmare estaba en casa; sabes que si se entera que nos hemos estado viendo mucho antes de tu "desaparición", seguro que me mata —tomó un vaso con agua mineral y se la ofreció al contrario para su resaca —. Tienes suerte de que no soy rencoroso; a pesar que seas un... idiota.

— Vaya que te costó insultarme, ¿no? Ambos sabemos perfectamente que te agrado de cualquier manera... —se incorporó. De verdad, que beber para tomar valor e ir a ver a Ccino no fue buena idea; menos porque se terminó tres botellas de vodka que robó de otros universos. Qué bueno que no poseía riñones, que ya lo estaría resintiendo en unos años —Y... lamento todo lo ocurrido...

— ¿Desde qué punto? ¿Desde besarme o romper tu promesa de ayudarme con mi problema? —el otro lo meditó, tomando su agua primero —Mira, realmente me dolió más el que no hayas venido a visitarme; digo, creí que algo había hecho para arruinar nuestra amistad o que te habría ocurrido algo... estaba preocupado, y tú no te dignaste en siquiera venir a ver a Nightmare cuando se reunieron sus amigos de nuevo aquí anoche...

— No tenía ánimos de verlos aún; menos sabiendo que estarías aquí y habría sido...

— ¿Incómodo? No más que ver cómo te caes de borracho, todo esto sí es incómodo... —sonrió gentil, acariciando el cráneo de Error —Pero me debes algo por cargarte hasta acá, considera que eres más alto que yo y por ende pesas mucho —chilló, dejando al otro finalmente cuando éste le prometió compensarlo —. Estaré abajo, que tengo que abrir de todos modos; si necesitas algo puedes pedírmelo si no estoy muy ocupado... ¡Ah! Puedes tomar lo que quieras cuando te dé hambre; sólo no toques las barras de chocolate amargo de Nightmare, son costosas y me torturará a mí si desaparecen...

Error asintió, dejando así a Ccino irse a trabajar. Nuevamente, había arruinado todo; y lo peor es que no recordaba mucho de lo de hace rato...

Caso contrario al menor, quien apenas bajar pudo sentirse aliviado. Se había contenido. Quería lanzarse a abrazar a Error en cuanto éste le dijo que lo amaba; si no fuera que estaba ebrio y se desmayó, claramente.

— Error, eres un tonto sin remedio —musitó, con una mano sobre su pecho. Su alma se aceleró mucho con ese recuerdo... pues el destructor jamás le había mentido hasta ahora, ¿lo diría en serio? —Ah... sigue soñando, Ccino... es demasiado para ti.

Esos pensamientos le atormentaban. Él, un simple esqueleto dueño de un café, ¿pareja del temido Error? Sí, claro.