Maullidos en algunas partes del local, y unos pasitos apresurados de un esqueleto aún joven y dedicado fervientemente a su empleo; eran esos dos únicos sonidos los que se percibían en mayor volumen. Los murmuros de conversaciones entre clientes eran tan suaves que de verdad apenas eran perceptibles comparadas al resonar de los pasos de Ccino al ir y venir de un lado a otro en la cafetería.

Se suponía que debía recuperarse de sus malestares, pero se enfocó en trabajar el doble con intención de compensar a sus clientes frecuentes por los días que no pudo servir por su ausencia; incluso sin haberse recuperado del todo de su anterior vivencia hacía todo en su disposición al incluso esforzarse más de lo recomendado anteriormente por Alter.

Era todo un caso, parecía que no aprendería ni aunque su vida estuviese en riesgo como ocurrió hace apenas unos días; pero a pesar de todo sonreía, llevando bandejas con postres y bebidas a todos los monstruos y humanos que se encontraban en su cafetería.

Se detuvo cuando entregó todos los pedidos, tomando asiento en una silla detrás de los exhibidores para recuperar por completo el aliento. Aún su alma estaba demasiado forzada para mantenerlo con vida, y le costaba mucho seguir su trabajo sobre todo si Nightmare no ayudaba, como siempre...

Uno de los gatos llegó para sentarse en sus piernas, aquel de oscuro pelaje suave y esponjoso que se asemejaba tanto a Error; y entonces la duda se apoderó de la mente de Ccino en lo que mimaba con suaves caricias al minino, ¿dónde se habría metido Error? Hace tiempo que no le veía ni rondar siquiera, lo que era tan raro pues de verdad había parecido gustarle el café y los pasteles... quizás... se había hartado de él. Sus ánimos terminaron por el suelo ante aquella idea.

Justo cuando creyó haber conocido a alguien que pudiera ser su amigo a futuro, parecía que todo fue una fachada y ya; claro, era parte del grupo de su pareja; ¡qué estúpido de su parte creer tal fantasía!

El gatito maulló, poniéndose de pie cuando un cliente entró al local. Ccino se asomó, de inmediato sonrió ante aquel humano y apartó al gato de sus piernas para ponerse de pie y atender.

Sólo era una visita rápida para conseguir café, no más que eso. Debía hacerse a la idea que todos eran únicamente sus clientes y jamás nada más allá de eso; por su bien tendría que captar aquello para no hacerse más daño emocionalmente hablando.

Sacudió su delantal y acomodó las mangas de su suéter, dispuesto a continuar su trabajo.

Bandeja por bandeja iban vaciándose, cada vez había menor cantidad de galletas y postres en los mostradores; era la hora del día en que menos clientela había y Ccino podía relajarse. Si acaso sólo había cinco individuos más en el local; facilitando su trabajo y dejándolo tranquilo debido a que ya no tendría que hornear más panecillos, pues en un par de horas más cerraría para recibir a su novio.

Suspiró, pasando las páginas de un libro en sus manos tras leerlas. Recientemente había comenzado a leer en casa de su alterno, y éste le obsequió varios libros que por fortuna Nightmare aceptó llevar a la casa; y no era secreto que aún a Nightmare le gustaba leer de vez en cuando así que se apoderó de algunos aunque seguro Alter se molestaría si llegara a enterarse... obviamente no le contaría de ello si volviera a verlo.

La campana de la entrada le dio indicio de que debía dejar su lectura un momento y atender; sólo que apenas se levantó su expresión de sorpresa y ligera emoción se apoderó de él.

Error estaba ahí.