☕☕☕☕☕
Ccino llegó hasta aquella zona de su local al escuchar un grito, topándose con Error de pie contra la esquina, su rostro lleno de señales de error que seguro le dificultaban el ver; mientras que en el sofá, sin descaro, se encontraba un gato parecido a Ink con el pelaje de su lomo erizado.
— Lo siento, olvidé mencionar que éste es un café temático... de gatos... ¿Te molestan demasiado? P-puedo llevármelos hasta que te retires, si gustas...
— Sólo aleja a esa bestia de mí... —Ccino asintió y tomó al animal en sus brazos, como si cargara un bebé, y se lo llevó de inmediato. Error poco a poco pudo relajarse y volvió a sentarse. Varios gatos se paseaban queriendo acercarse pero de inmediato él les apartaba con su pie, sin lastimarlos.
El esqueleto de suéter crema llevaba una bandeja con la orden del mayor, mirando con cierta sorpresa que, contrario a Nightmare, el glitch buscaba únicamente apartar a los mininos, sin llegar a ser brusco. Sacudió ligeramente su cabeza para deshacerse de aquella fugaz comparación y se acercó dejando en la mesita de café una taza, el vasito con agua y un plato con una rebanada de pastel selva negra. Error miró aquel apetitoso postre casi salivando, se veía tan apetecible. Pero de inmediato dejó aquello para mirar una mancha, similar a un moretón, en el brazo derecho del otro esqueleto.
Suspiró, agradeciendo en voz baja y justo llevó la taza hasta su boca sin dar un solo trago, cuando decidió hablar, Ccino apenas habiendo dado un par de pasos para retirarse.
— Nightmare, ¿o me equivoco? —el menor se giró a verle, sin acabar de entender —Esa marca, estoy seguro que la ha provocado él —afirmó, para enseguida ser testigo del rubor que apareció casi al instante en los pómulos ajenos y notarlo cubrir inútilmente esa horrible marca en su cúbito.
— Es... algo celoso... —evitó mirar directamente al otro, mientras apretaba la bandeja con la mano que aún tenía libre —Lo hace porque quiere cuidarme, no es gran cosa.
Error le miró por un instante más antes de restarle importancia, procediendo a comer. Ccino se mantuvo un momento ahí con él antes de intentar irse de nuevo. Escuchó un leve "esto está delicioso" de parte ajena que, sin poder evitarlo, le hizo sonrojar nuevamente en ese delicado tono mora de su magia.
Nightmare jamás diría algo así tras comer alguno de sus postres, le asqueaban los dulces; y ese pequeño comentario, viniendo de un amigo de su pareja, le causó interna alegría. Sonrió, por primera vez en años... con verdadera felicidad.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro