Capitulo 12
Fishhh.....
El sonido del metal rompiendo el viento. Un centenar de flechas fueron arrojados al cielo, Aldebarán quien no se encontraba muy lejos abrió los ojos de par en par viendo a Camus inmóvil en medio de todo el caos
-¡ Niño! ¡Escondete! ¡Muevete!
Pero Camus no lo hizo, no se movió, viendo sus infructuosos esfuerzos de poner bajo alerta al muchacho perderse junto al caos, Aldebarán no tuvo de otra más que correr en su dirección y mientras corría recojer lo que fuera para cubrir al niño. No entendía porqué, pero por alguna razón no quería ver morir a éste niño en un lugar asi
-¡ Pequeño rojo!
Camus jamás le había revelado su nombre, pero aún así escuchar aquello pudo despertarlo de su trance, volteó a ver hacia Aldebarán y no tuvo tiempo para hacer nada más, Aldebarán le había arrojado un trozo de lo que parecía ser una puerta de una destruida carroza
Camus sostuvo la madera en sus manos y con velocidad se cubrió bajo ella, es solo que. Todo fue tan rápido, había acuclillado su cuerpo bajo la vieja madera mientras desde un costado aún lograba ver a Aldebarán, quien tristemente no pudo conseguir algo más para cubrirse a si mismo
Camus vió en Shock las flechas perforar y atravesar todo el gigantesco cuerpo del invencible hombre. La lluvia de flechas fue momentánea pero como la lluvia de una tormenta el ejército de fuego fue inclemente. Las flechas estallaron e incendiaron por todas partes.
Camus rodeado por el fuego atinó a arrojar la madera que anteriormente lo había protegido, enderezó su cuerpo y empezó a buscar el cuerpo de Aldebarán, que para ese entonces fue imposible de encontrar entre tanto fuego. Camus sintió latir su corazón como nunca antes, sintiendo ésta sensación de que en cualquier instante algo en su interior estallaría, las comisuras de sus ojos enrojecieron debido al llanto que refrendaba con insistentesia, el gritó con el corazón partido
- ¡¿ Aldebarán?! ¡Aldebarán!
Buscando... Siempre buscando
Su voz resonó quebrada y aún con tintes infantiles, la respiración de Camus se volvió agitada, casi sentía ahogarse del dolor
Sus ojos vieron por todas partes ,todo el tiempo buscando, sin percatarse de que sus propios cabellos empezaban a flotar y adquirir el color del fuego mismo.
No muy lejos de allí, más bien en el cielo, el inmenso Dragón de Hielo detuvo su vuelo, sus inmensas alas agitaban las nubes mientras su feroz cabeza giraba mirando hacia una dirección en particular. Él había sentido algo extraño
Cómo olas rompiendo en las agitadas costas, la feroz ave el llamas no le permitió distraerse por más tiempo. Degel esquivó la bola de llama y de inmediato contraatacó, su gélido aliento rompió las nubes y congeló el viento. El ave a duras penas pudo esquivar, aunque tal vez su cuerpo no resultó salir tan ileso
Milo (quien yacía convertido en un fénix) gruñó con rabia al ver la punta de sus alas congeladas. ¡Maldito Degel!
Furioso el fénix dió un grito desgarrador, como si quisiera llamar a alguien, el dragón no permitió que siguiera gritando. Una bola de hielo comenzó a formarse en su boca, pero entonces, justo antes de lanzar su ataque una feroz llama lo golpeó desde atrás, primero uno, luego incontables veces. El dragón rugió de dolor
Kardia también se había unido a la batalla y ahora, junto con Milo, en los cielos lo estaban haciendo pedazos
En tierra Aiacos( subgeneral a manos de Minos ) solo pudo respirar agitado y mirar con angustia hacia su príncipe heredero en los cielos mientras blandía su espada con fiereza. Él no podía socorrer a Degel. Con dos flancos atacando, el propio ejército del norte estaba siendo despedazado
-¡ Aiacos!
- ¡Esa voz!- el pelinegro giró justo a tiempo para ver a un Minos arrojar una lanza hacia él con la intención de asesinar al guerrero de llamas con el que peleaba. Aiacos gimió asustado cuando vió al guerrero mirarlo con los ojos inundados en sangre, la lanza había atravesado su cabeza
- Minos... ¡ Principe Minos!
Aiacos sonrió feliz cuando vió al albino descender y desenvainar su espada mientras se dirigía a pasos firmes hacia él. Después de asesinar a un total de 13 guerreros, ambos finalmente pudieron estar frente a frente
- ¿ Cuál es la situación en la capital?
Indagó el principe de cabellos plateados, Aiacos Tragó saliva con fuerza y con fluidez resumió la situación.
- Entonces él...
Minos miró a Degel quien estaba siendo acorralado en los cielos, echó un vistazo hacia una dirección en particular. El clan de Dragones rojos no se había presentado
- Principe Minos, su alteza el principe Degel, él...
Minos miró hacia donde Degel peleaba, su expresión era fría e indiferente. No planeaba ayudar a Degel, esta era una oportunidad única, debía deshacerse de él para asegurar su trono. Con Degel fuera podría desposar a Camus y mostrar su buena a Lugonis, de este modo, éste lo apoyaría y nadie se atrevería a oponerse a su ascensión como nuevo Rey de Mahelia
- ¡ Señor!
Aiacos lo llamó desesperado, su expresión gritando ¡Ayuda al principe heredero! Pero Minos lo ignoró, dijo con frialdad:
- Aquí abajo también hay guerreros muriendo, la vida de ellos es igual de valiosa que la de mi hermano. Degel es el principe heredero, saldrá de ésta, siempre lo hace.
Luego caminó y grito
-¡ Guerreros! ¡Formense!
Demonios, sin la dirección de Degel, este lugar estaba hecho un verdadero caos
•
Palacio Carmesí ( Clan de los dragones rojos)
- ¿En verdad no piensa participar en ésto?
Uniti arrojó una bolsa en la mesa donde un anciano de cabellos rojos bebía té parsimoniosamente, Lugonis , Patriarca y Líder del clan de los dragones rojos abrió los ojos con lentitud, para inconformidad del albino él contestó con otra pregunta
- ¿ Dónde está mi nieto?
Uniti formó una mueca de desagrado
- Huyó, no quiso creerme
- Veo que mi nieto es alguien listo, incluso alguien como él intuye lo venenoso que eres. Debió ser tú olor nauseabundo, alguien tan puro como él sentiría náuseas en presencia de alguien como tú
Lugonis era un viejo cortante y sus palabras fueron igual de dañinas
Uniti lo miró con desagrado, sin embargo, al recordar lo que había en la bolsa de inmediato volvió a sonreír
- De verdad soy asqueroso, pero ¿ Seré más asqueroso que tú?- el torció su sonrisa convirtiendo parte de ella en una burla - Después de todo cargas con la sangre putrida de tu nieta en tus manos, por orgullo te negaste a saber de ella y Krest la trató así. Encerrandola en una prisión donde moría de hambre con su bebé en brazos mientras su querido abuelo se sentaba a beber té con el estómago lleno. Jajajaja jajajaja ¿ Puedes olerlo viejo Lugonis? Tú olor es peor que el mío ¿ Qué te hace pensar que tu nieto te aceptará con ese olor encima?- con precisión recogió la bolsa que había arrojado y tiró lo que había dentro -Tú eres la misma mierda que yo.
Lugonis miró con tristeza aquellos cabellos rojos sobre la mesa. Incluso hasta ese momento no quiso creer nada de lo que Uniti había dicho. Siempre queriendo crecer que era una exageración y que Cristal no había parido un niño entre la mugre y el lodo. El no había visto a Camus en persona por ello había solicitado a Uniti que le trajera sus cabellos. Es solo que, él no pensó que estos cabellos... Fueran tan idénticos a los de su princesa...
Lugonis recogió los suaves mechones y los llevó contra su pecho adolorido. Su mirada ensombrecida, Uniti no sabía lo que pensaba. Miró los cabellos de Camus esparcidos sobre la mesa, recogerlos había sido toda una odisea, eludir la calculadora mirada de Degel era prácticamente imposible. Si no fuera por la escencia de hierva del Dragón que había esparcido en el atuendo de Camus ese día cuando lo llevó al campamento Militar. El efecto atrasado de la hierva sería drogar y dormir. Gracias a eso pudo filtrarse en la habitación de ambos y así disponer del cabello de Camus.
En cuanto a si Camus culpaba a Degel, eso no le importa en absoluto. Siempre y cuando odie a Degel y lo quiera lejos...
- ¡¿ Dónde está? !
Lugonis indagó, su mirada furiosa. Uniti lo miró descolocado
-¿ Él? Supongo que debería estar corriendo por palacio... Aunque conociendo sus formas, debería estar en medio de todo el caos allí afuera
Lugonis se situó de pie con violencia ,el gritó:
- ¡¿ En medio de esa guerra dices?!
•
Un último ataque, Degel cayó desplomado de los cielos, fue imposible para el ir a la par que los dos hermanos. Cayó y su cuerpo regreso a su forma original en el trayecto. Giró por el viento sus ropas blancas destrozadas y su cuerpo entero cubierto de heridas. Incluso su tan característico cabello verde había perdido su color y se había vuelto negro. Había quedado sin fuerzas
Justo antes de caer inconsciente logró vislumbrar un estallido rojizo a lo lejos, una honda expansiva... Dos...
Degel vió destellos rojizos y a su mente no pudo evitar acudir los cabellos rojizos junto a unos ojos igual de hermosos
Poco después cayó inconsciente
Milo y Kardia que permanecieron en el aire también fueron empujados a lo lejos por la feroz honda expansiva que arrasó con todo en un radio de sesenta kilómetros a la redonda. El impacto fue tal que incluso el gran palacio fue sacudido
Tanto Milo como Kardia vieron horrorizados la situación adelante. Su ejército que había ganado hasta ahora.
Había quedado completamente aniquilado.
.
.
•
•
Continúa parte 13....
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro