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Resolución

Este capítulo está centrado en Izuku y sus pensamientos sobre ser héroe; todo esto tiene un significado para la trama, por lo que quería explicarlo ahora. Tiene acción, después de todo Boku no Hero Academia es una serie Shonen.

Aclaratorias: Quería aclarar que esta historia está ubicada después de las prácticas que los chicos tuvieron con sus maestros y antes de la saga del campamento de verano. A partir de aquí, nada será igual que en el manga (pero pueden aparecer referencias). Lo siento, es que planee esta historia antes que en el manga se dieran esos giros tan inesperados.

Los pensamientos y énfasis van entre comillas "...", los recuerdos Y/O flashback van entre comillas latinas «...», los desvaríos en alta velocidad de Deku irán entre las tilde ~... ~

Advertencia: Contenido shonen-ai y yaoi (+18). Puede tener spoilers del manga.

Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenece todos son propiedad de Kōhei Horikoshi.

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Resolución

—¿Midoriya, estás bien? —preguntó Kirishima, mientras le extendía una mano para ayudarle a levantar.

"Qué vergüenza, ese grito fue muy sonoro", pensó Izuku.

No pudo evitarlo, después de todo aún no se había recuperado, si hacía algún esfuerzo o se golpeaba, aquel dolor volvía. Aceptó el gesto de su compañero y se puso de pie, ante la mirada desconcertada de todos.

—¡L-Lo siento! E-Es que... me lastimé la espalda cargando unas pesas... —se excusó para tranquilizar a los demás, que enseguida le miraron más preocupados que antes.

—Deberías ir a que te revise Recovery Girl —le aconsejó el pelirrojo.

—No te preocupes Kirishima-kun, yo estoy bien —su mano estaba apoyada en la espalda, caminó con lentitud hasta su asiento para tomar el bolso y dirigirse a los vestidores. En el recorrido, observó de reojo a Katsuki, quien prácticamente lo estaba fulminando con la mirada. "Lo siento" le intentó decir con sus ojos, a lo que el rubio respondió con un bufido y marchándose para ir a cambiarse también.

Esto era tan complicado, sólo habían pasado unas cuantas horas desde que comenzó el día y desde que habían iniciado su relación y un problema sobre otro aparecía.

—¿Deku-kun, seguro estás bien? —Ochako se acercó preocupada.

—Sí, no te preocupes.

—Entonces démonos prisa antes que el sensei se moleste.

Los alumnos fueron dejando el salón para dirigirse a los vestidores. Izuku caminó lentamente hasta el lugar. Adentro se escuchaban las voces de sus amigos, que hacían bromas como de costumbre. Respiró profundo, poniendo la espalda recta para aguantar el dolor y hacer como si nada pasara. Abrió las puertas y todas las miradas se posaron sobre él poniéndolo nervioso, pero segundos después todos volvieron a lo suyo tranquilizándolo.

Enfrente de su locker, se detuvo unos minutos a pensar. ¿Tendría marcas visibles por lo de anoche?, que recordara no, no sintió ninguna mordida hecha con extrema fuerza, quizá sólo por su entre pierna, pero nada que sus shorts no pudieran ocultar. Kacchan había sido muy delicado y cariñoso, al recordarlo un sonrojo se posicionó sobre sus mejillas, le gustaba esa nueva forma de actuar. Era totalmente desconocida, pero eso no evitaba que le enamorara aún más. Respiró aliviado, así que comenzó a desvestirse con normalidad.

Katsuki sacó de su casillero el uniforme de educación física, cosa que le pareció extraña a su amigo más cercano.

—¿No te pondrás tu traje?

—Está dañado.

—Pero si el viernes lo usaste y estaba normal.

—¡Ya no te metas en mis asuntos! —el idiota con cabellos de puercoespín siempre estaba atento a todo lo que él hacía. Tenía que ser cuidadoso de ahora en adelante.

Kacchan esperó unos minutos mientras buscaba el momento adecuado, cuando todos estuvieran distraídos.

—Bakugou hombre, ¿Qué haces por allá? —preguntó Kirishima al ver que Katsuki se estaba cambiando en la zona no utilizada de los vestidores.

—¡Nada que te importe!

La curiosidad obligó al pelirrojo a acercarse para saber porque su amigo tenía tan extraña actitud. Bakugou al verlo venir, trató de colocarse con prisa su uniforme de deportes, sus intentos fueron en vano porque por el apuro se le dificultó subirse la braga y cuando el otro ya estaba frente a él apenas se iba a colocar la parte superior. Los ojos de Bakugou se abrieron exageradamente.

Los de Kirishima también.

—¡Miren todos! Bakugou nos estaba escondiendo algo...

Kirishima lo tomó de un brazo y lo arrastró hasta el ala donde se encontraba el resto de sus compañeros. Enojado por lo que ocurría, lanzaba explosiones, pero Eijiro activó su Quirk evitando el daño. Lo colocó en el centro para que todos pudieran verlo. Sus camaradas miraban curiosos, aún no entendía a que se refería.

—Miren esto —señaló el lugar donde estaba el parche.

—No veo nada extraño Kirishima-kun —respondió Iida inspeccionado al rubio.

Aterrado, Izuku se pegó contra los casilleros haciendo mucho ruido en el proceso, todos voltearon a verle. ¡Los habían descubierto! Eso era seguro, su relación se iría al caño en este mismo instante. Kacchan se volvería loco y lo golpearía, por hacer algo tan tonto como esa marca tan visible.

"Izuku eres un idiota, mira lo que has ocasionado".

Su cuerpo trepidaba de sólo imaginar a su novio enfadado. Sus ojos y su boca vibraban y ya se comenzaba a hiperventilar, pero en ese momento se dio cuenta que Katsuki le hacia un gesto con sus ojos dándole a entender que cerrara la boca o se darían cuenta; o en el lenguaje de Bakugou "Si abres la boca te mato".

—¿Qué sucede Midoriya? —preguntó Kaminari al verlo en ese estado.

—N-Nada...

Todos pensaron, que al ver a Bakugou siendo objeto de burla se había asustado. Ellos sabían de la mala relación que ambos tenían y como el rubio se pasó toda su infancia molestándolo, por lo que no les prestaron más atención y dirigieron sus ojos de nuevo hasta el acusado.

—Si Kirishima, ¿de qué estás hablando? No veo nada extraño —preguntó Sero.

—Yo tampoco, hasta que Bakugou se fue a esconder para que nadie lo viera.

—¡Déjate de tonterías! ¡Me lastimé cuando estaba practicando! —su paciencia se estaba acabando, estos metiches lo estaban haciendo enfadar.

—¿Enserio? ¿Entonces por qué la ocultas? Te has lastimado en otras ocasiones e igualmente te desvistes sin ningún pudor.

—¡Eso es cierto! —le apoyó Mineta.

—O será que nos estas ocultando algo más vergonzoso... —Kirishima trató de acercarse a Bakugou, pero este se puso violento, pequeñas explosiones salían de sus palmas con el único objetivo de librarse de aquella situación.

—¡Déjame tranquilo bastardo!

—¡Kaminari, ayúdame!

Los tres jóvenes comenzaron a forcejear, hasta que en un momento el pelirrojo tomó el extremo del parche y lo removió. Todos miraron asombrados los que estaban encima del hombro del rubio.

—¡Que mierda es eso! —gritó Mineta muy asustado.

Kirishima a pesar de haberlo hecho en juego, se asustó al ver el tamaño de ese moretón en su amigo. Posó ambas manos sobre los hombros ajenos y lo sacudió un poco pidiéndole una explicación. —¿Bakugou, qué te paso? ¿Quién te hizo esto? ¡Lo siento! Yo pensé que escondidas un chupetón o algo así... No esperaba esto... —Mientras seguía mirando con detenimiento la zona afectada se dio cuenta de algo— Espera... Estas son marcas de dientes... ¿Alguien te mordió? —Su cara cambió a una llena de picardía— ¡Me has hecho preocupar por nada!

La cara de Katsuki se encendió, estaba avergonzado y furioso, no sabía que decir y sólo soltó lo primero que se le vino a la cabeza. —¡No es lo que crees! ¡Me mordió un perro!

—¡Claro, claro...! —palmeó varias veces el hombro del rubio.

—¿Quisiste decir, me mordió una perra? —bromeó Kaminari alejándose cautelosamente de Bakugou.

—¡¿Qué mierdas dijiste?! —Su rostro ahora era puro enojo, de sus ojos brotaba fuego y sus manos comenzaron a soltar humo y a liberar explosiones mientras se acercaba a Kaminari.

—No es hora de estar haciendo espectáculos, Aizawa nos está esperando —comentó Todoroki terminando de colocarse la mochila de su traje en la espalda— Además... Bakugou, tu vida amorosa no me importa, pero me parece vulgar que estés exhibiendo eso en la escuela. Ten un poco de decencia, aún somos estudiantes de preparatoria.

—¿Qué dijiste? —Ahora si estaba realmente enfurecido, ese bastardo dos cara siempre le hacía enojar demasiado, se acercó hasta él y puso su frente contra la otra en modo desafiante. —Si no te gusta lo que hago dímelo en la cara, y te haré mierda en un instante...

Ninguno retrocedió ni un centímetro.

El ambiente se tornó tenso, los ojos bicolores de Todoroki no dejaban de desafiar a los de color carmín que estaban injertados de furia.

Nadie se movió tampoco, esto era un asunto de hombres, si se excedían intervendrían, de resto serían simple espectadores.

Izuku no soportó, no quería imaginar a su amigo y a su novio en una pelea sin sentido, se acercó hasta ellos tembloroso, con miedo de enojarlos más de lo que ya estaban y que empeoraran las cosas. Sin más, se armó de valor en el último segundo y les tocó los hombros a ambos llamando su atención. Sus ojos no podían más que mostrar preocupación, cosa que los dos jóvenes notaron enseguida.

—No peleen, por favor, todos somos amigos.

Su agarre no cesó.

El rubio le miró sorprendido, pero su rostro volvió a tornarse lleno de cólera cuando recordó como había llegado a ese predicamento. No iba perdonar que ningún bastardo se burlara de él, en especial si era ese idiota dos caras, que según su opinión se creía más que los demás y siempre trataba de humillarlo cada vez que podía.

—Suéltame nerd —gruñó al golpear la mano que le tocaba. —No permitiré que este bastardo siga con esa cara de mierda, aunque sea un gesto de dolor quiero verle —apretó los puños, asustando más a Midoriya, quién supo enseguida que era inútil tratar de persuadir a Kacchan.

—Todoroki-kun, por favor.

El chico de cabello bicolor lo miró sin mostrar ningún sentimiento, más cuando esos ojos color verdes parecían estar suplicándole que se detuviera no se pudo negar. Suspiró y cerró sus parpados. —Midoriya, no te preocupes, entiendo lo que quieres decir. —Evadió a Bakugou y se dirigió hasta la puerta.

—Gracias Todoroki-kun —dijo con una sonrisa.

—¡¿Adónde vas?! ¿Eres un cobarde? ¿Te hiciste en los pantalones del miedo? ¡¿Ehh?!

El aludido volteó con una mirada seria en su rostro, en ese instante, el ambiente empezó a cambiar, un frió abrumador les rodeó debido a que las paredes y el piso ya había sido congelados. —Agradécele a Midoriya, de no ser por él, esto hubiera terminado mal. Tu actitud... Alguien debería ponerte un alto.

Y en cuanto dijo eso, vapor comenzó a invadir el cuarto, el hielo se derritió y agua goteaba desde el techo. El chico salió, seguido por varios de sus compañeros que estaban listos también y que para ellos era obvio que estar en el mismo lugar que Bakugou en esos momentos no era buena idea.

—¡¿Qué dijiste, maldito?!— Estaba a punto de abalanzarse, pero sintió la mano temblorosa Deku que le apretaba el brazo para detenerlo.

—Kacchan, espera...

—¡Suéltame! —respondió con un grito que asustó al de cabellos verdes. A Bakugou no le importó en lo más mínimo que fuera Izuku el que lo retuviera, más bien eso lo enojaba aún más, no dejaría que ahora creyera que tendría atribuciones especiales porque eran algo más. Iría a partirle la cara a ese idiota ya mismo. Golpeó la mano de Deku y caminó hasta la puerta.

Kirishima se interpuso y le apretó por el cuello.

—Cálmate hombre, no es para que te pongas así... Lo siento, creo que me pasé un poco, no pensé que las cosas se fueran a tornar así —le extendió la mano en señal de paz.

Katsuki miró la enorme sonrisa de su amigo y después chasqueó la lengua con disgusto. —Eres un idiota descerebrado.

—Sí, sí... Vamos, terminemos de vestirnos, antes que el sensei se enoje —soltó al rubio y caminaron hasta sus casilleros— Pero no es mi culpa hombre... Que iba a saber yo que tenías eso ahí. Dile a tu novia que no te muerda tan fuerte... Seguro es una fiera ¿no? ¡Qué suertudo eres, Bakugou! —le palmeó la espalda con fuerza haciendo que se arqueara por el dolor.

—¡Deja de molestar, bastardo! ¡Te mataré!

Deku observaba como Katsuki discutía alegremente con Kirishima. Era increíble la amistad que tenían esos dos. Kirishima tenía la habilidad de calmar a Kacchan con facilidad, aunque no quisiera aceptarlo eso le producía algo de envidia. A pesar de que ahora eran novios, muy dentro de él sabía que nunca podrían tener ese tipo de relación, ya que Kacchan nunca lo vería como alguien que está a su altura, siempre sería un inútil debajo de él en cuanto a habilidades se tratara.

Por cosas como ésta, aun no podía creer que tuviesen una relación, era tan ilógico que ni siquiera lo entendía.

Suspiró, pensar en eso era agotador.

Ni modo, por lo menos estaba aliviado que nadie se diera cuenta que ese mordisco lo había hecho él. Rió un poco al recordar las palabras de Kaminari.

«¿Quisiste decir, me mordió una perra?»

Ahora resultaba que él era una "perra", eso era algo que debía agregar a la lista de insultos que alguna vez le dijeron. "Además, la cara de Kacchan fue realmente graciosa, aunque después dio mucho miedo". Se colocó los guantes y cerró el locker, estaba listo para la prueba.

En la entrada del edificio J, se encontraban reunidos esperando las indicaciones de su profesor.

—Bien, ya estamos todos.

—Si sensei, he revisado que todos vengan rápidamente y sin perder tiempo —le informó Iida con su mano levantada en noventa grados.

—Ah, sí, gracias Iida. Por cierto, Bakugou. ¿Qué le pasó a tu traje?

Katsuki bajó el rostro y apretó los dientes con enfado. —Se rompió en la clase anterior...

Todos los hombres comenzaron a reírse, algunos se tapan la boca y a otros simplemente no les importó la reacción del rubio y estallaron en risas. Izuku temblaba de sólo ver la cara de Kacchan en ese momento, parecía que mataría a alguien y sus puños aplicaban tanta fuerza que su mano temblaba.

Las chicas no entendían lo que ocurría por lo que miraban extrañadas la situación.

—No sé qué ocurre, pero dejen sus tonterías para otro momento —dijo con desgano Aizawa.

—¡Lo sentimos sensei! —se disculparon todos.

—Bien, no importa... Este es el Edificio J, un área creada especialmente para prueba que haremos a continuación. Hay tres zonas, así que se estarán llevando tres pruebas al mismo tiempo. En el interior hay la recreación de un espacio aleatorio, no puedo decirle que, pero no es nada parecido a lo que han visto antes. Pueden usar sus poderes como gusten y su objetivo será llegar hasta la salida, lo más ilesos que puedan. Recuerden que esta prueba trata sobre su velocidad de reacción ante situaciones de peligro, por lo que les recuerdo, que ustedes son "héroes", actúen como tal.

—Sensei, ¿cómo se otorgaran los puntos en esta prueba? —preguntó Yaoroyozu.

—No puedo decirles eso, al final lo sabrán. Confórmense por ahora con saber que les estaré esperando del otro lado para decirles su puntuación. Entraran de uno en uno, cuando esa luz verde se encienda —señaló una pequeña señal luminiscente que se encontraba sobre la puerta que daba entrada al enorme edificio— Eso indica que la persona que estaba adentro ya finalizó. No hay límite de tiempo, el día de hoy fue escogido específicamente para esto, por lo que no habrá más clases aparte de esta hoy.

—¿Por qué sensei?

—Este será el último entrenamiento práctico intensivo de héroes que tendrán por al menos tres meses, los exámenes normales de la escuela comenzaran así que sus entrenamientos de héroes quedaran limitado al fortalecimiento de sus Quirk a las horas de educación física. Sus estudios normales también son importantes por lo que deben esforzarse en ellos.

—¡No puede ser! Odio los exámenes —comentó Kaminari bastante preocupado.

—Por eso es importante que den todo en esta prueba. Pongan en práctica lo que han aprendido hasta hoy. El orden de entrada fue escogido aleatoriamente y la zona que les toca también, los primeros en pasar serán... —observó su celular— Ashido: Zona 1. Kaminari: Zona 2. Ojiro: Zona 3. Este será el orden por el que entrará el resto —activó el proyector de su aparato para mostrarles su posición— Me retiro entonces, suerte y que gane el mejor.

Los jóvenes fueron entrando de uno en uno como su profesor se los indicó, lucían ansiosos por no saber que se encontrarían detrás de esas puertas. Todos se tomaban un tiempo bastante considerable en culminar su prueba, mientras los demás esperaban sentados su turno. Bakugou fue el número quince en ingresar, sus compañeros quedaron asombrados que ni veinte minutos habían pasado cuando la luz verde se activó de nuevo.

—¡Wow! Bakugou lo logró muy rápido—, comentó Hagakure.

—Es de Bakugou quien hablamos, gero.

Izuku nunca podía dejar de maravillarse de lo genial que era Katsuki, su fuerza y habilidades no tenían comparación, fue el más rápido de todos, aún más rápido que Todoroki o que su amigo Iida. A decir verdad estaba nervioso, no quería fallar esta prueba, quería ser el mejor y demostrarles a All Might y a él mismo que era capaz de ser un héroe. También mostrarle a Kacchan que no era tan inútil como pensaba.

Izuku fue el número dieciocho en entrar y antes de hacerlo respiró profundo.

A dentro todo estaba oscuro. No podía ver ni sus propias manos.

Unos segundos pasaron hasta que una luz de color rojo se hizo presente, cubriendo todo de dicha tonalidad. Alarmas, gritos, y detonaciones se escuchaban fuertemente en varias direcciones, aturdiéndolo al instante.

—¿Qué es esto?! —estaba asustado, no sabía que debía hacer, el objetivo era llegar hasta la salida ¿no?

Sondeó el lugar para establecer una estrategia, pero no le tomó mucho tiempo darse cuenta que la salida estaba frente a él a una distancia algo considerable, era fácil de detectar si encima de la puerta había una señal iluminada con la palabra "EXIT". Si seguía recto, lo lograría rápidamente, aunque le parecía extraño que nada más ocurriera. Seguramente era una trampa, pero debía seguirla para poder finalizar esto.

Corrió todo lo que pudo, entre un cantidad descomunal de escombros que se encontraban en las calles. Era una ciudad completamente destruida, autos desmantelados, los edificios en ruinas, el viento soplaba con ráfagas de viento fuera de lo normal. El ambiente era desolador, parecía ser una zona de guerra. No supo porqué, pero en ese momento sintió miedo. Miedo de que algún día pudiese ver un panorama como este con sus propios ojos en el mundo exterior. ¿Dónde estarían los héroes para permitir que algo como esto sucediera?

Algo en su pecho se agitó, pensó entonces que situaciones como ésta sucedían todo el tiempo en muchas partes del mundo, y como consecuencias, personas perdían sus vidas. Era intolerable saber que además de villanos, también existían las guerras, y que éstas eran concebidas con fines políticos y económicos en beneficios de unos pocos. Gente inocente era involucrada por simples caprichos. Los héroes no tenían permitido intervenir en casos como esos o producirían un problema mayor, todo eso quedaba en manos de los gobiernos mundiales, pero ahora que lo pensaba, su objetivo como héroes era salvar a las personas inocentes ¿no? El mundo estaba seriamente corrompido.

Por eso, entendía la ideología de Stain hasta quizás la de Tomura, aunque sus acciones no eran las más adecuadas, sus ideales eran racionales. Podía entender también la frustración de su maestro cuando no podía salvar una vida, porque seguramente muchas veces le ocurrió, que por simples tecnicismo o reglas no pudo evitar muertes.

Se detuvo por completo a mitad del camino, a analizar un poco la situación. ¿Qué objetivo tenía este entrenamiento? ¿Capacidad de reacción ante peligros? No lograba entenderlo. En este lugar la tragedia ya había sucedido, no había nada que pudiese sorprenderlo más.

No había villanos por los alrededores. Los oídos le chillaban cada vez que una explosión hacía temblar el suelo y el viento le mecía el cabello con violencia. Apretó los puños llenos de frustración.

—All Might, si algún día llego a ser el símbolo de la paz, no dejaré que ninguna personas que mi vista pueda alcanzar, muera.

Los llantos descontrolados de alguien lo distrajeron. No era posible que alguien estuviera ahí ¿cierto?

"Ayuda", volvió a oír. Definitivamente alguien estaba en problemas. Sabía que su objetivo era salir de ese lugar lo más antes posible, pero no podía dejar pasar esa señal de auxilio. Por un instante se imaginó si era alguno de sus compañeros que quedaron envueltos en un problema. No había tiempo, el aire parecía agotarse, fuego comenzó a extenderse por toda la zona donde se encontraban las casas producto de algunas detonaciones, si no se daba prisa algo malo ocurriría. El sonido provenía de aquella arboleda cerca del parque, que se hallaba a la izquierda de la ciudad. Se adentró intentando localizar al dueño de esas suplicas. De nuevo el llanto. ¿Era un bebé? Con velocidad, se desplazó siguiendo el sonido. Ahí, en lo oculto de aquel bosque, pudo distinguir las siluetas de un grupo de personas que se encontraban escondidas.

—Cálmense, estoy aquí para ayudar. El fuego aún está lejos. No se preocupen, los sacaré.

No recibió respuesta, por lo que se acercó más. Cuando estuvo a escasos metros de ellos supo que se había equivocado. No eran personas. Eran... Robots con apariencia humana... Muy realistas, cabe decir. Se movían por sí solos, estaban sucios por el polvo y las explosiones, algunos tenían sus ropas rasgadas y quemadas.

Sólo para asegurarse tocó al pequeño bebé que tenía una mujer en sus brazos y el llanto volvió a aparecer, la piel por fuera era suave, similar a la de un humano, pero el interior era duro. Lo supo entonces, definitivamente eran robots.

—Fui engañado, perdí mucho tiempo al venir aquí. Capaz el tiempo también era parte de la puntuación y yo aquí desperdiciándolo —Estaba a punto de irse, pero al darse la vuelta una pequeña niña robot dijo con una voz dulce e infantil: "Ayuda".

Un frío en la boca de su estómago se hizo presente, tenía remordimiento. ¡Pero eran simples robots! No podía gastar tiempo y energía en salvarlos.

Los volvió a mirar.

Izuku llevó una mano hasta su frente y cerró los ojos. Era un idiota por lo que haría, pero no podía dejarlos aquí. Contó rápidamente y habían diecisiete, contando al bebé y a la niña.

El miedo que experimentó hace un momento se disipó por completo, al ver como la niña se acercaba y le tomaba la mano. Un fuego recorrió su interior, diría que se trataba de valor; que surgió como respuesta a ver personas que le necesitaban, se armó de valor porque se sentía responsable por ellos.

"Es cierto, es como dijo Aizawa-sensei, en este preciso momento somos héroes y debemos actuar como tal".

—¡Puedo hacerlo! ¡La salida no está muy lejos! —Volteó hacia las personas metálicas y colocó ambas manos en la cintura dándoles una gran sonrisa— ¡Soy Deku! ¡No se preocupen ciudadanos! ¡Ya estoy aquí para ayudarlos! ¡Hahaha! —Terminó imitando la risa de su maestro.

Tomó a la mujer con el bebé en brazos y a la niña la subió en su espalda, le pidió que se agarrara con fuerza de su cuello y ella obedeció. Era increíble que esos robots tuvieran actitudes tan humanas, entendían lo que les decía y acataban las órdenes.

Cubrió todo su cuerpo con el One for All para usar su súper velocidad y acelerar las cosas, el viento soplaba fuertemente haciendo que el fuego se extendiera muy rápido. Debía darse prisa o llegaría al parque en pocos minutos. Salió corriendo a máxima velocidad, esquivando cada obstáculo que se le presentaba.

"Esto está bien, en unos segundos estaré cerca de la puerta. Las dejaré ahí y regresaré por los demás. Estarán seguras en ese lugar. Gracias al One For All puedo recorrer esa distancia muy rápido. Aún no sé porque no lo usé en la última prueba. Quizás estaba demasiado preocupado por Kacchan y lo primero que hice fue dejarme llevar por el impulso y usé el cien por ciento del poder, rompiéndome las piernas. Bueno, eso no importa ya... después de todo, gracia a eso ahora estamos juntos".

Una sonrisa decoró su rostro al recordar eso. Se sentía bien, estaba ayudando a personas y al mismo tiempo le cumplía a su maestro. También, adquiría experiencia y habilidad para alcanzar a Kacchan y ser tan fuerte como él, para no decepcionarlo. Esta prueba era una de las mejores que recordara.

Todo iba perfecto hasta que un robot gigante apareció frente suyo, estaba oculto dentro de un edificio y al salir lo hizo estallar en mil pedazos. Las rocas volaban por todos lados, y él, al haber saltado, no tenía movilidad en el aire por lo que una roca le impactó. Por inercia, había usado su cuerpo para resguardarlas recibiendo un fuerte golpe en su espalda. Cayeron al suelo, rodando hasta toparse con un auto que estaba completamente destruido. Con dificultad se levantó, viendo a sus protegidas que al parecer no tenía ningún rasguño. Se sintió aliviado.

Debía derrotar a ese monstruoso villano si quería rescatar al resto. El tiempo corría, debía ser rápido o los otros morirían incinerados. Saltó para subirse al cuerpo del robot y golpearlo con sus puños, era realmente duro, parecía no ceder ante sus ataques. Optó entonces, por buscar algún punto débil, pero no veía nada fuera de lo normal. Fue golpeado nuevamente, y enviado hasta un estanque extenso y profundo que había en el parque, estaba completamente empapado. En ese instante una idea vino a su cabeza: es un robot... ¿Qué tal si lo mojaba?

Atrajo su atención lanzándole rocas y al estar a una distancia prudente, usó uno de sus dedos para hacer una onda expansiva y rociar el agua sobre el villano. Chispas comenzaron a salir, seguido de explosiones hasta que el robot sucumbió delante de él.

—Esto hubiera sido pan comido para Kaminari —comentó mientras trataba de recuperar el aliento.

Recordó a las chicas y corrió hasta donde estaban, las cargó y las dejó por fin en la entrada.

—Esperen aquí, iré por los otros.

Volvió hasta el bosque, si seguía así no le daría tiempo de salvarlos a todos. No entendía de donde provenían tantas explosiones y cómo el fuego estaba expandiéndose tan rápidamente.

Esta vez tomó uno en cada brazo y dos se subieron a su espalda. Llevaría cuatro por ronda, así se agilizaría el rescate. La suerte le acompañaba, porque los entrenamientos cargando a All Might le habían servido para soportar el peso. En su trayecto, más robots comenzaron a aparecer, uno a uno fue derrotándolos pudiendo así dejar a la mayoría de las personas a salvo. Volvió por última vez cuando sólo quedaban tres.

—Deprisa, sólo faltan ustedes.

Iba de regreso, cuando más y más llantos comenzaron a escucharse, era una ciudad muy grande, era ilógico que solo esa poca cantidad de habitantes estuvieran ahí. No podría salvarlos a todos.

—¡No! —se auto reprendió— Debo salvarlos, no hay tiempo límite en la prueba. ¡Si tengo la oportunidad lo haré!

Siguió su instintivo y las voces que escuchó a lo largo de su excursión por las calles, gritaba diciendo que la ayuda había llegado, algunos de los habitantes robots se acercaron como respuesta haciéndole más fácil el trabajo, a otros tuvo que rescatarlos de dentro de los edificios. Sabía que si no emitían ningún sonido no podría encontrarlos, por lo que reflexionó que en un desastre real muchas personas morían por esta causa.

Villanos seguían apareciendo durante todo el tiempo, poco a poco la energía se le iba agotando, ni siquiera sabía cómo seguía en pie, pero no se detendría por nada del mundo. Era su deber como héroe salvarlos. La última de las personas que pudo hallar fue puesta en la seguridad de la entrada.

Izuku suspiró al ver que había terminado la misión y que todos se encontraban a salvo, pero en ese instante, el suelo se comenzó a mover ¿Era un terremoto? Los ciudadanos caían al suelo debido a la turbulencia, y algunos se aferraban a donde podían.

Lo que no esperó ver, fue una horda de robots dirigiéndose hasta ellos, el alboroto y los gritos hechos por Deku los atrajeron hasta ese lugar. No sabía qué hacer, eran demasiados, la cabeza le dolía por esa maldita sirena que no se detuvo en todo ese tiempo, y ya le fallaba la visión debido al cansancio. ¡Al demonio todo! Lucharía con ellos, pasara lo que pasara, no los había salvado por nada.

Se puso en posición de ataque, esperando que llegaran hasta él. Mientras analizaba la situación buscando algún truco que le ayudara a salir victorioso, uno de los robots apareció por un lado e hizo una explosión sobre su brazo izquierdo dejándolo gravemente lastimado. Salió volando hasta toparse contra una roca y cayó al suelo quejándose por el dolor. Tenía todo el cuerpo maltratado: la espalda le mataba, el dolor del brazo era insoportable y la punzada de su trasero tampoco lo dejaba en paz. Sus piernas no estaban lastimadas, pero se tambaleaban por la fatiga; aun así, usó toda su fuerza de voluntad para ponerse de pie; en ese momento, la pequeña niña robots que le pidió ayuda en un principio, se colocó frente de él para servirle de escudo.

—¡Hey! ¡¿Qué haces?!—gritó desesperado al ver como los villanos se acercaban hasta ella.

—Yo... ayudar...

La energía pareció volverle sola al instante, la empujó para apartarla del camino antes que fuera aplastada o algo peor. —Yo soy el que te tengo que salvar, no hagas cosas imprudentes. Quédate aquí y ve como tu héroe salva el día —le dijo con amabilidad a la niña.

Miró su brazo lastimado por la explosión y supo que no tenía nada que perder. Se colocó enfrente del ejército que venía con intención de eliminarlo y concentró todo el poder de su One for All en un solo puño, mandándolos a volar y destruirse por el fuerte impacto hecho por el viento.

Afuera, los jóvenes que ya habían terminado su prueba esperaban impacientes a que el último alumno saliera. A pesar que Hagakure y Sero fueron los últimos en entrar ya habían salido también.

—Aizawa-sensei, no cree que ya fue mucho tiempo —Se acercó Uraraka muy preocupada por su amigo.

—La prueba no tiene límite de tiempo así que no se apresuren.

—Pero sensei, todos terminamos entre un rango de veinte minutos a una hora, ¿cómo es posible que aún esté adentro? Ya han pasado casi tres horas.

—Los inútiles necesitan más tiempo para hacer las cosas... —dijo Bakugou con arrogancia.

Esas palabras no habían sido ni bien dichas cuando la puerta de la Zona 2 se abrió. Todos quedaron con la boca abierta cuando vieron a Midoriya caminar lentamente hasta ellos. Su brazo estaba cubierto de sangre y completamente inutilizable, su traje rasgado y en alguna zonas tenía quemaduras, su cabello más desordenado que de costumbre, un parpado levemente inflamado impidiéndole que pudiese abrir el ojo con normalidad y una gran cantidad de polvo lo cubría.

—Lo logré... —murmuró con una sonrisa y unas lágrimas que amenazan salir por sus ojos. Sus piernas se tambalearon, cayó de rodillas y antes de caer al suelo por completo Uraraka salió corriendo y lo atajó.

—¡Deku-kun! ¿Qué te pasó?

Bakugou quien tenía los brazos cruzados para ese momento, encajó sus dedos sobre su brazo para aguantar la tentación de salir corriendo para ver qué demonios le pasaba. Parpadeó un par de veces y se dio la vuelta para no ver la escena, haciendo como si no le importara, tampoco es que le gustara mucho ver como la perra esa lo tenía entre sus brazos, pero nada se podía hacer al respecto.

—¿Midoriya te encuentras bien? —preguntó Aizawa.

—Sí, sólo estoy cansado y un poco lastimado del brazo, pero estoy bien.

—Estas lejos de estar bien, mira como quedaste —refutó Ochako.

—Lo logré, los salvé... —dijo dirigiendo su mirada a la puerta donde un montón de robots con apariencia humana movían las manos felices sin moverse de donde estaban.

—¿Qué son esas cosas?

—Son los robots que estaban adentro —respondió Todoroki.

—Bueno chicos, ya es muy tarde, miremos las puntuaciones para que podamos irnos —en la pantalla de su celular aparecían las puntuaciones de cada uno y las estadísticas que habían obtenido en diferentes categorías durante la prueba— El ganador es... —Activó el proyector— Bakugou, con 960 puntos. El segundo lugar, Midoriya, con 956 puntos; y el tercer lugar, Todoroki, con 950 puntos.

—¡La diferencia no es mucha! —gritó Ashido.

—Me sorprende Midoriya, quedó de segundo lugar a pesar de como quedó —comentó Sero al no entender bien el sistema de puntuaciones.

—A mi me sorprende que no esté en el primer lugar —respondió Aizawa.

—¿Qué? —dijeron todos al mismo tiempo.

—Según estas estadísticas, el mejor fue Midoriya. Miren, comparémoslas con las de Bakugou.

En la pantalla se podían visualizar unas barras de estadísticas. En la de Bakugou había cuatro barras llenas al tope: Agilidad, estrategia, fuerza y poder destructivo.

En la de Midoriya, todas estaban casi iguales, llenas un poco más de la mitad. La de estrategia y rescate estaban full.

—Bakugou es puro poder destructivo —dijo Kaminari.

—Eso es importante en un héroe, pero ¿cuál es el deber de un héroe? Salvar personas. Miren.

Se podía ver el conteo final, por el cual se adjudicaba la posición del ganador. Uno muy parecido al del examen de ingreso.

Bakugou:

Cantidad de personas salvadas: 0.

Villanos destruidos: 520.

Midoriya:

Cantidad de personas salvadas: 111.

Villanos destruidos: 354.

—Más aún —continuó Aizawa— no entiendo porque ninguno salvó a los ciudadanos, excepto por Midoriya.

—Pensábamos que el objetivo era pasar los obstáculos y salir lo más rápido de ahí —explicó Yaoroyozu.

—Aún les falta mucho por aprender. Esto es lo que tuvieron que haber hecho.

El proyector volvió a aparecer mostrando escenas de la pelea que tuvo Izuku previamente dentro del edificio. De cómo salvó uno a uno a los civiles, como su brazo fue lastimado, como salvó a esa niña y como eliminó a los robots.

Katsuki miraba el video con asombro, ese nerd se veía mucho más genial de lo que esperaba. De nuevo pasaba lo mismo... Apretó los dientes aguantando el enojo que eso le producía, después de todo, el perder no era algo a lo que estaba acostumbrado; porque perdió, aunque la máquina dijera lo contario y frecuentemente le estaba sucediendo eso.

—¡Midoriya eres genial! —comentó Mineta.

—¡Esas son las actitudes de un héroe! —dijo Uraraka con una enorme sonrisa.

—Midoriya está escalando sin que nos demos cuenta... —insinuó Tokoyami mientras se tomaba de la barbilla.

—¡Siempre haces las cosas ruidosas y a lo grande, como todo un hombre! —gritó emocionado Kirishima.

Sintiendo el apoyo de sus compañeros, se apenó. —Gracias chicos por su apoyo, pero miren como terminé —rió irónicamente.

—Cierto —afirmó su profesor— ten más cuidado para la próxima. Y para los demás, aquí están sus resultados —mostró la proyección— Piensen en lo que hicieron y como tienen que mejorar.

—¡Sí! —respondieron todos.

Después de eso, Izuku fue llevado a la enfermería para ser tratado por Recovery Girl, por suerte, su brazo roto pudo ser sanado, aunque todavía necesitaba prestarle cuidados por lo que tuvo que ser vendado para que no se lastimara por algún movimiento excesivo. Las heridas leves desaparecieron enseguida por el asombroso poder de la heroína.

Ya estaba atardeciendo cuando se dirigió hasta la salida de la escuela, se sentía demasiado débil, el Quirk de Recovery Girl era genial, pero el precio a pagar era agotador. Uraraka e Iida lo esperaban como siempre. Al verlos, se sintió algo decepcionado y no es que no le gustara la compañía de sus amigos, es que deseaba ver a otra persona en su lugar.

En toda la tarde Bakugou no lo había ido a ver y ni siquiera lo había esperado a la salida. Quería verlo, eso le haría sentirse mejor, pero sabía qué su relación no era normal, debía conformarse con lo poco que podía recibir y estar agradecido por ello. Les dio una sonrisa a sus amigos y juntos se fueron rumbo a la estación del metro.

El paisaje ya comenzaba a oscurecerse frente suyo, el camino hasta su casa había sido un infierno porque las piernas se le tambaleaban como gelatina, deseaba lanzarse en su cama en este mismo instante y descansar; suspiró, cuando sólo le quedaba una cuadra para visualizar su edificio, más se sorprendió ver a Bakugou esperándolo cerca del parque, traía consigo una bolsa de víveres y estaba comiendo un helado.

Katsuki al verlo, se acercó hasta el menor y le lanzó una paleta que con mucha dificultad logró atajar debido a que solo tenía un brazo libre.

—¡Kacchan! —le llamó muy emocionado. Se aproximó para abrazarlo, pero Bakugou lo detuvo poniendo una mano en su frente.

—Come.

Miró el dulce que tenía en sus manos y abrió el envoltorio para luego probarlo. —¡Está delicioso, gracias!

—Vamos.

Caminaron en silencio unos metros. Izuku veía el semblante serio de Kacchan que caminaba despreocupadamente. —¿Kacchan me estabas esperando?

—No, fui a comprar unas cosas y te vi venir.

—Ya veo... —su novio no sabía mentir, estaba claro que lo había estado esperando ahí para que nadie de la escuela se diera cuenta.

Katsuki miró de reojo al muchacho que tenía a un lado, lucía muy bien para como estaba en la tarde. —Oye, ¿C-cómo está tu brazo?

—Está bien, Recovery Girl hizo un excelente trabajo, casi no me duele.

—Y lo demás...

—No tuve heridas más graves... Y si te refieres a otra cosa... Y-Ya estoy bien... —tartamudeó— Creo que gracias al poder de Recovery Girl también sanó...

Se sonrojó al saber a qué se refería. —¡Yo no te pregunté nada de eso! —gritó furioso para no mostrar su vergüenza.

—Lo siento —pronunció con una sonrisa en sus labios y es que le encantaba ver cuando Kacchan se avergonzaba por cosas como esas. Caminaron hasta la calle que daba a sus casas e Izuku se detuvo cuando vio que el rubio se dirigía hasta su apartamento. —¿Vas a mi casa?

—¿No es obvio?

Llegaron y se quitaron los zapatos, su madre estaba en la cocina preparando la cena, cuando escuchó que alguien llegaba.

—Ya llegué mamá.

—¡Bienvenido Izuku! —le respondió con una gran sonrisa que desapareció al verle el brazo lastimado. —¡¿Hijo que te pasó?!

—No te preocupes mamá, me lo lastimé un poco cuando hacíamos una práctica, la enfermera me vio y dijo que estaba bien que solo necesitaba descanso.

—Ten más cuidado, el corazón de tu madre no puede soportar verte así todo el tiempo.

—Lo siento...

Deku quedó sorprendido, su madre estaba como siempre, al parecer, el extraño episodio que sufrió en la mañana había terminado.

—Con permiso... —murmuró el rubio al entrar a la cocina.

—¡Katsuki-kun! Bienvenido.

El chico se acercó hasta la mujer y le dio la bolsa que traía en sus manos. —Inko-san, le traje esto.

Observó el contenido. —¡Es una sandía! ¡Y eso que no estamos en temporada! ¡Espero que no haya salido muy costosa!

—No se preocupe...

—La comeremos después de la cena. Te quedarás a cenar ¿verdad? —El joven movió su cabeza afirmativamente y ella se emocionó— ¡Me apresuraré entonces!

Izuku miraba atónito la peculiar relación de esos dos. "¿Inko-san?" ¿Desde cuándo tenían esa clase de confianza? Luego le preguntaría a su madre que traían entre manos.

Mientras esperaban, fueron hasta su habitación.

El mayor se sentó en la cama mirando las paredes e Izuku se apoyó contra la puerta mirando a al invitado. Le parecía extraño que viniera hoy, a no ser...

—K-Kacchan... ¿te quedarás a dormir hoy?... —dijo con un leve sonrojo en la mejillas.

Viendo la cara avergonzada del otro, también se sonrojó. —¿Ah? ¿En qué estas pensando, maldito pervertido? ¡Vine por mi ropa!

—¡C-Cierto, aquí está! —le dio una bolsa donde se encontraban las prendas y se recargó sobre la puerta del armario mirando al suelo.

De nuevo se quedaron en silencio.

Deku no lograba entenderlo, cuando estaban juntos nada podía ser de forma natural, todo era incomodo y vergonzoso. ¿Así debía ser una relación? ¿En qué demonios estaban pensando cuando se hicieron novios? Seguro fue por la emoción del momento, porque esto no tenía ningún sentido.

Mientras estaba sumergido en sus pensamientos el otro habló: —Ven —dijo secamente.

El de cabellos verdes no sabía a qué se refería y se le quedó mirando sorprendido. Katsuki se enfadó, le molestaba que nunca entendiera lo que trataba de decirle.

—¡Que vengas! —gritó, jalándolo del brazo y sentándolo a su lado a la fuerza.

Izuku estaba rígido, no se movió para nada y comenzó a sudar de sobremanera. Ni siquiera le había pasado la impresión cuando sintió que una mano le acarició la cabeza y terminó por apoyarlo sobre el hombro de Kacchan. Ninguno decía nada y el mayor no dejaba de mirar la pared mientras lo hacía.

Katsuki tocaba con suavidad los cabellos rizados, una y otra vez, eso lo tranquilizaba de alguna forma, pero solo cuando estaban solos, porque cuando había gente de por medio tenía el efecto contrario, quería alejarlo de un golpe y no verle la cara de idiota que ponía con los demás.

El corazón de Deku saltaba en su pecho lleno de sosiego, ahora lograba entender porque estaban juntos. El simple hecho de estar el uno al lado de otro era motivo suficiente para él, el experimentar esas sensaciones de paz y alegría valían la pena a pesar de la incomodidad que a veces existía entre ellos. Sabia la perfección que el carácter de su amigo no era nada fácil y que el estar haciendo esto significaba un esfuerzo muy grande de su parte. Seguramente lo hacía por él y por su relación. Sus ojos color esmeralda se llenaron de lágrimas, sentía que era injusto que fuera tan feliz en este momento. Llevó su mano hasta el pecho ajeno y apretó la ropa entre sus dedos, haciendo que el rubio lo observara con asombro.

Sus miradas se encontraron.

Sus corazones latieron.

Sus labios se unieron.

Esa era la mejor respuesta que pudo recibir Izuku, no debía tener una lógica para estar juntos. Estaban enamorados y eso era más que suficiente.


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No podía cerrar este capítulo sin un poco de amorsh... x3! Lo necesitaba, o se me acababa el aire xDDD... Por fin comienza el desarrollo de la historia... Es que todo lo demás fue el prólogo (?)...

Lamento si fue un poco aburrido este capítulo, pero en lo personal me encantó, me fascinan los capítulos con mucha acción. Soy una mujer que le encanta el Shonen, la sangre, los músculos, las peleas y los hombres sudorosos... x3!

De nuevo gracias por seguirme, besitos y abrazos para todos ustedes.

Y si leyeron hasta aquí, les agradezco, necesito expresarme de alguna forma xD...

Nos vemos en el próximo capítulo.

Byebye!

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