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Prototipo No.1 -Parte 2


Me disculpo, el capítulo se subió mal, sin querer lo borré, perdí sus sukulentos comentarios T___T, el wattpad me troleó feo xDDDD! Los que ya lo leyeron, bueno... no hay muchas diferencias... errores de redacción y palabras mal escritas xD, pero si desean volver a dejarme sus comentarios seré sumamente feliz *-*


Este capítulo se alargó más de lo que esperaba, no quise fraccionarlo, porque si ya estaba escrito ¿para qué aumentar la tortura? Para los que me preguntaron qué cuanto le falta al fic por terminar... En mi mente mucho, escrito tal vez sea más, algún día... xD... Y yo con tantas ideas para fics, pero hasta que no termine este no puedo empezar otro long-fic.

*Hay días que quiero ser un pulpo, y no para hacer cosas pervertidas xD, sino para poder hacer tantas cosas a las vez*

-Pensamiento reflexivo-

Espero que lo disfruten.

Advertencia: Contenido shonen-ai, yaoi y lenguaje vulgar (+18).

Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenece todos son propiedad de Kōhei Horikoshi.

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Prototipo No. 1 - Parte 2

Los escalones se convirtieron en un sendero interminable que solo alargaba los minutos para que su escape fuera perfecto, las zancadas que daba no eran suficientes para que estuviera por fin sobre el suelo firme. En ese trayecto, su mente quedó en blanco al intentar analizar lo que acababa de ocurrir. No entendía el porqué de su nerviosismo. No era la primera vez que tocaba esos labios, ni la primera vez que le robaba un beso, entonces, era inentendible ese palpitar acelerado que le estaba robando el aliento y que bombeaba más sangre de lo normal a las mejillas. Se sentía como un idiota. Ser «romántico» era peor que una patada en el trasero.

Después de que sus pies tocaron el último peldaño, suspiró y caminó a toda la potencia que sus piernas le permitían, hasta salir de esa cuatros paredes que prácticamente lo asfixiaban. Ya en el lobby, se apoyó en unos de los pilares de la estructura para recuperarse de lo que acontecía dentro de sí. De vez en cuando miraba hacia la puerta de la sala por donde recientemente había salido, esperando ver al nerd. No fue sino hasta unos minutos que pudo detallar como aquel muchacho venía andando de un modo particular, un tanto desorientado y moviendo lentamente sus extremidades inferiores en un intento de coordinar sus acciones y que eso resultara en pasos. Lo más impresionante, fue que sin previo aviso se detuvo y tocó sus labios con extrema delicadeza. No podía saber con exactitud que rostro mostraba porque ya tenía las gafas puestas, pero de sólo imaginárselo le creaba un remolino en sus entrañas.

Izuku todavía no emergía de su asombro, sino fuera porque los encargados lo obligaron a desocupar para poder limpiar, aún estuviera sentado en aquel lugar como un tonto. Esto había sido diferente a otras ocasiones. Estuvo lleno de inocencia, picardía y ternura. Katsuki era una cajita de sorpresa, y su corazón era demasiado susceptible a ellas. Si algún día muriera por culpa de eso, lo haría feliz y con una enorme sonrisa en su cara, como esa que no podía quitarse ahora mismo de su faz.

A lo lejos pudo distinguir la silueta de su amado, quien ahora tenía puestos sus lentes y la gorra, la cual prácticamente le cubría la mitad de su rostro.

Se acercó con cautela hasta que la distancia entre ambos sólo era de unos centímetros. El cuerpo le quedó estático, porque al verle, la sensación que sintió allá adentro le inundó de nuevo. Recordarlo le paralizó y se quedó observándolo sin decir nada.

Queriendo lucir sereno, Bakugou evitó el contacto directo, cruzándose de brazos para esperar algún comentario, uno que nunca llegó. De reojo, notó la cara de Deku, que se hallaba cubierta de un leve rubor y donde su boca temblaba intentando decir algo. Estaba idiotizado a un lado suyo. El saber que esos ojos color verde le miraban con intensidad le molestaba, muchas cosas de Izuku le desagradaban y esta era una de esas. Su maldita obsesión con observar a las personas.

Nada pasaba... de nuevo el silencio entre ambos, esto no estaba funcionando.

Se exasperó, pero tan pronto lo hizo se calmó de nuevo. No quería arruinar todo, así que optó por ser él quien eliminara ese detestable silencio.

-¿Acaso tengo algo en la cara? -preguntó con sarcasmo. Esas simples palabras fueron suficientes para que el menor saliese de su ensoñación y volviese a actuar con normalidad. Bakugou se dispuso a caminar sin importarle nada si era seguido o no, quería alejarse lo más posible de ahí y que con eso pudiera ser olvidado ese episodio.

Viendo como su amigo se marchaba sin él, corrió para alcanzarlo.

-¡Kacchan, espera!

-Muévete, no voy a estar todo el día parado esperando que quites esa cara de inepto.

-¡Lo siento! -pronunció nervioso, caminando un poco más rápido para seguirle el ritmo.

El chico observó al rubio curioso, por su mente pasaban un sin número de interrogantes que se iban acrecentando con el pasar del tiempo. Muchas de las cosas que hacia Kacchan lo desconcertaban, nunca sabía que estaba pensando y eso a veces le preocupaba. Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando chocó contra la espalda del mayor. Este se detuvo sin avisar.

-¿Q-Qué sucede?...

-Tengo hambre... -dijo casi en un susurro.

Midoriya recordó que su estómago también llevaba rato gruñendo, había sido mala idea no comprar algo para merendar durante la película. Emocionado, se movió para quedar a su lado, esperando el nombre del lugar a donde irían a comer. Seguramente él tenía todo preparado.

-¿A dónde iremos? -Preguntó a los minutos al no obtener respuesta. Parpadeó un par de veces para entender porque el rostro de Kacchan se fruncía con enojo y se enrojecía un poco.

"¡Que idiota eres Katsuki!" Se decía así mismo el otro al escuchar ese cuestionamiento. "¿Estabas esperando que saltara a tus brazos con unbentō?"

Lo de la otra vez, le gustó. No estaba acostumbrado a disfrutar de comida casera muy seguido, ya que su madre no era muy habilidosa para esas cosas -o mejor dicho no le gustaba hacerlas-, las pocas comidas decente que tenía, eran los días que su padre estaba en casa o cuando el mismo se preparaba su cena, pero eso no sucedía todo el tiempo. ¡Qué idiota! Decir eso... así de repente... anhelando que apareciese de nuevo con un almuerzo para dos. Había que ver que se estaba convirtiendo en... algo que detestaba.

Ahora estaba enojado, no con Deku -bueno tal vez un poco con él, por no percatarse de sus deseos- sino consigo mismo, y la maldita hambre le estaba carcomiendo el estómago. Debió preparase algo mejor para desayunar que una simple tostada. ¡No quería llegar tarde! No tenía nada prevenido para este caso. En su mente siempre supuso que el idiota le traería de comer, así que no estaba en sus planes algún restaurante o ningún sitio que vendiera comida decente para una cita. ¡Pero al demonio! Lo primero que vio fue el letrero de un establecimiento de comida rápida. No dudó en encaminarse hasta el allí.

-¡Vamos ahí! -vociferó estando ya del otro lado de la calle.

Izuku lo siguió un tanto nervioso, aun no lograba descifrar que había sido aquella actitud, pero al entrar todo eso se le olvidó. Sus ojos recorrieron con ilusión el espacio. El lugar era bastante agradable, tenía mesas pegadas a la fachada de vidrio y otras a mitad del pasillo. El decorado iba de acuerdo con el logo de dicha empresa, haciendo combinaciones expertamente logradas en tonos rojos y amarillos. Lucía limpio y cuidado, excelente para tomar un café o comer algo.

Para el más joven era una experiencia nueva, su madre siempre evitó venir a sitios como estos, pues según ella este tipo de alimentos eran malos para su salud. No negaba que se sentía bendecido por tener almuerzos espléndidos hechos con todo el amor por su querida madre días tras día, aunque de vez en cuando deseaba probar las maravillas que degustaban los chicos de su edad. Tampoco tuvo la oportunidad de venir con sus amigos y eso era porque... Nunca tuvo amigos... Así que el estar ahí y con Katsuki era un privilegio con el cual se sentía agraciado.

El amplio menú le confundió al principio, sin embargo, tras una simple ojeada entendió a la perfección el procedimiento, seleccionando con facilidad lo que deseaba comprar.

Bakugou ya estaba haciendo la fila para cuando se percató.

El primero en pedir fue el rubio, quien sin titubear pidió dos hamburguesas con refresco y papas. Se hizo a un lado para que el otro hiciera su orden.

Antes de hablar con la cajera, Izuku sacó su monedero para contabilizar de cuanto efectivo disponía. "¿Sólo queda esto?" Su cara de desilusión fue notoria. Eso no alcanzaba para mucho. Suspiró resignado y pidió sólo una hamburguesa y un refresco.

Katsuki no perdía de vista la situación, supo enseguida lo que sucedía. "Elnerdse gastó todo el dinero comprando tonterías en el cine", pensó con perspicacia. Después de estar compartiendo con Deku por un tiempo sabía la perfección que eso no le bastaría para saciar su hambre.

-Oiga, él se ha equivocado. Quiso decir tres hamburguesas, doble ración de papas y un refresco -le indicó a la chica que se encontraba detrás de la pantalla.

-Espera, yo no...

-Siempre causando molestias, nerd... -murmuró para callarlo. Terminó pagando por lo suyo y lo de su acompañante, como si fuera de lo más normal.

No obstante, para Izuku fue algo lamentable. No sólo le pagó su entrada en el cine sino que también la comida, esto era un golpe duro para su hombría, y todo por dejarse llevar por su fanatismo.

Esperaron unos pocos minutos hasta que les entregaron su pedido en bandejas.

-Te lo pagaré, después... -dijo con vergüenza mientras caminaban, al recordar lo de hace un momento.

-¡Pues claro! -respondió con arrogancia para que su orgullo no fuera violentado- no pensaste que te estaba invitando a almorzar ¿no?

-No, por supuesto que no...

-Bien, vamos a sentarnos, tengo mucha hambre.

Tomaron asiento uno frente al otro en una de las mesas que se localizaban cerca de la ventana, era una vista excepcional, se podía disfrutar del pequeño jardín de rosas que se encontraba frente del local y de los grandes edificios que decoraban la ciudad.

El de cabellos verdes miraba entusiasmado lo que estaba a punto de ingerir. "Buen provecho" canturreó alegremente, uniendo sus manos en señal de agradecimiento.

Aquella escena le pareció tierna a Bakugou, se sintió bien por haber hecho esa buena acción. No iba a permitir que su... novio... estuviera pasando hambre cuando él podía pagarle algo decente que comer. Trató de no pensar en eso, y se concentró en su comida, la cual comenzó a devorar con prisa.

Todo estaba saliendo a la perfección hasta que en un momento, los ojos color rubí detallaron a dos personas que venían transitando por la avenida. Dos personas que para su desgracia conocía muy bien. El idiota tira rayos y el bastardo de Kirishima, quienes se acercaban hasta su posición.

"¡Malditos! ¡Tantos lugares en la cuidad y tienen que pasar por aquí!"

Sus inquietudes se hicieron tangibles en ese instante. Era cierto que se encontraban prácticamente disfrazados, pero eso no quitaba la posibilidad que los descubrieran, pasaban mucho tiempo juntos en la escuela, no era de extrañar que pudiesen diferenciarlos a pesar de todo. Ya se encontraban a unos escasos metros y se maldecía a sí mismo por haber escogido una mesa donde cualquiera que pasase pudiese verlos. ¡Malditos muebles acolchados! Fue seducido por ellos y ahora se lamentaba. Desesperado, observó a Deku quien terminaba su primera hamburguesa.

-Oye, ven aquí.

Izuku no comprendía a que se refería hasta que el mayor hizo un ademán con la mano invitándolo a sentar a su lado. Con los nervios a flor de piel, se levantó temeroso de su puesto hasta sentarse a un costado de su amigo. Un brazo lo rodeó y terminó por apoyarlo en el pecho de Katsuki en un abrazo fuerte. Eso fue inesperado, se sintió nervioso, el corazón se le aceleró, estaba incrédulo a lo que ocurría. No era posible que a Kacchan no le importarse que se abrazaran en público. Seguro que comenzaba a aceptar su relación... Sí... Seguro era eso... Prefirió no decir nada, temiendo que cualquier cosa pudiese enfadar al chico, y no era tan difícil imaginárselo con el terrible carácter que poseía siempre. Así que simplemente disfrutó de lo que le brindaba si cuestionarse más.

"¡Bastardos de mierda! ¡Apúrense y pasen de largo como si nada!"

Bakugou no quitaba los ojos de la calle atendiendo con detalle los movimientos de sus molestos compañeros. Sabía que Izuku sería el más fácil de distinguir, por lo que la única idea que se le ocurrió fue cubrirlo con su propio cuerpo lo mejor que pudo sin parecer sospechoso. Se arregló la gorra para ocultar un poco más su rostro y se acomodó la capucha evitando así que cualquiera de sus cabellos rubios escapara. Para su mala suerte, aquellos monstruos asechadores se detuvieron justo enfrente del restaurante. Sacaron sus teléfonos y comenzaron teclear.

"¡Malditos, lárguense!"

No fue poca su sorpresa cuando sintió vibrar su propio móvil dentro del bolsillo de su pantalón, pero no lo sacó, sería demasiado sospechoso, tampoco quería que el nerd se diera cuenta que lo estaba escondiendo de una forma más enfermiza aún. Aumentó la presión del abrazo, arrimándolo contra su torso. Todo eso sin dejar de observarlos.

Luego de unos minutos, su cólera aumentó al ver aparecer a un tercer intruso. Era el que faltaba para completar el trío de idiotas con la que él se la pasaba regularmente. Chocaron sus manos en señal de saludo y hablaban como si planificaran algo.

"¡¿Qué demonios?!"

Irritado por el reciente acontecimiento bajó su mano derecha con violencia, haciendo que involuntariamente la cara de Deku quedara estampada sobre la mesa.

Aturdido, el chico levantó el rostro quejándose por el dolor.

-¡¿Qué te pasa Kacc-?! -Ni siquiera pudo terminar la frase cuando notó que algo húmedo se deslizaba por sus labios. Sangre. Puso las manos debajo de su nariz para tener el sangrado.

Había hecho aquello sin intención alguna, fue una reacción espontánea por la conmoción que lo embargaba. Se sintió mal al ver que Deku en un intento casi inútil aguantaba las ganas de llorar. No pudo decir nada, disculparse era algo que no hacía. Nunca lo haría. Y disculparse con Deku... era inimaginable... En ese instante, todo le dio vueltas en su cabeza, formulando una excelente idea que lo ayudaría salir de ese predicamento, aquel accidente resultó ser muy ventajoso. Sacó un pañuelo del bolsillo y se lo dio.

-Toma, ve a limpiarte.

A pesar de que había sido culpa de Kacchan que estuviese lastimado, le enterneció el gesto que hizo por él. Definitivamente, se estaba comportando muy atento y tierno durante su cita. Vacilando tomó el pañuelo entre sus manos, y se levantó para dirigirse al baño.

Momento que Bakugou aprovechó.

Sacó el celular para cerciorarse de que lo que ocurría sólo era una terrible coincidencia. Y era cierto. Se dio cuenta que fue agregado a un grupo de chat hace no más de una hora, donde los tres jóvenes llevaban una conversación. Al principio escribían puras estupideces, pero cuando siguió leyendo algo llamó su atención, se pusieron de acuerdo para reunirse repentinamente con el propósito de divertirse un rato en su día libre. También lo habían invitado y no se percató de ello porque seguramente no sintió que su teléfono vibraba cuando se encontraba en el cine.

"¡Me arrepiento de haberle dado ayer mi número al bastardo de Kirishima!"

Si, esto era malo, pero a la vez ventajoso. Usaría esto a su favor para tratar que se largaran pronto, y sin más les escribió.

.

KingExplode_14:30

Pedazo de inútiles, ¿Qué hacen?

Ejiro_14:31

Bakugou, hombre, por fin respondes.

Estamos en el centro,

queremos hacer algo divertido en nuestro día libre,

ven con nosotros.

ChargeElectric_14:31

Sí, eso, ven :D!

KingExplode_14:32

¿A dónde irán?

Ejiro_14:32

Iremos al centro de juegos,

pero antes vamos a comer algo.

.

Todo empeoraba, por como seguían las cosas, era definitivo que entrarían. Deku no tardaría en volver, los verán juntos, se burlarán, descubrirán lo de su relación, su reputación será destruida y todo se irá al carajo. Debía hacer algo y ya.

.

KingExplode_14:35

Iré. Sé de un lugar que venden buena comida,

no comeré cualquier porquería que ustedes quieran.

Espérenme cerca de la estación cuatro.

Ejiro_14:36

Ok, te esperamos entonces.

ChargeElectric_14:36

Ok. (y)

HantaxHanta_14:36

Ok.

.

Los chicos se miraron entre sí y comenzaron a caminar hacia el norte de la ciudad, dirigiéndose hasta la estación cuatro para esperar a su amigo ahí.

-¡Eso idiotas, lárguense y quédense esperando como unos imbéciles allá! -exclamó soltando una risa malvada, al saber que su plan dio resultado.

Su celebración fue interrumpida cuando Deku regresó.

-¿Todo está bien? -preguntó al ver la actitud extraña de Katsuki.

Tragó grueso y se sentó mejor para recobrar la compostura.

-Claro... -respondió tajante.

El menor al escuchar eso se tranquilizó y extendió su mano para devolverle el pañuelo que le prestó hace un momento.

-Toma, no lo utilicé, no quería llenarlo de sangre.

-No importa, quédatelo.

¿Esto era real?

Izuku miró el pañuelo ilusionado, sus ojos le brillaban, se sintió muy feliz. Era el primer objeto que Katsuki le regalaba, uno que era de su propiedad, que era usado por él y que cuando lo tomó entre sus manos pudo sentir el aroma dulce de Kacchan desprendiendo de él.

-B-bueno... -susurró suavemente, mientras lo apretujaba con sus dedos. Tras unos segundos, el dolor punzante volvió a aparecer haciéndole recordar lo acontecido. ¿Por qué rayos había hecho eso? Aun no sabía el porqué. Si lo estaban pasando bien y no dijo algo que lo pudiese molestar- ¿Oye Kacchan, qué fue eso?... -se señaló la nariz para que supiera de que hablaba.

Era imposible para el rubio hablar con franqueza y menos porque al hacerlo se enteraría que casi habían sido descubiertos.

-No lo sé, quizás mi mano extrañaba esas épocas en las que te azotaba contra el pupitre.

Ante ese comentario el menor arqueó una ceja. No era gracioso, no era para nada gracioso... Quería olvidar esa época tan triste por la que pasó, así que no le parecía divertido jugar con esos recuerdos tan delicados. Quiso no darle importancia para todo siguiera con normalidad por lo que se dirigió hasta su puesto con la intención de seguir con su almuerzo, pero en ese instante Katsuki le volvió a llamar.

-Ven acá.

Obedeció un poco confundido y es que... ¿No acababa de golpearlo contra la mesa?

Bakugou jaló la charola de Izuku para ponerla en frente de su dueño. Necesitaba tenerlo lo más cerca posible por si algo ocurría, podría cubrirlo o tal vez meterlo debajo de la mesa si era necesario, más no quería esperar a que eso ocurriera, la mejor opción era comer lo más rápido posible e irse de ese peligroso sitio.

-Abre la boca.

-¿Eh?

-¡Joder, no me hagas repetir las cosas!

Acató sin entender muy bien esa extraña petición.

El rubio le metió una de las hamburguesas que le restaban dentro de la boca, sin ninguna delicadeza.

-Come -ordenó con autoridad. Tenía que obligarlo a comer de prisa, así que le ayudaría a acelerar el proceso.

Deku quedó asombrado por eso, ese asombro no tardó en convertirse en vergüenza, una que se comenzaba a hacer visible sobre sus pómulos.

¿Acaso Kacchan le estaba dando de comer en la boca?

No lo soportaba, él no era tan fuerte, su corazón no se encontraba preparado para que su relación avanzara tanto en un solo día. Sin saber bien lo que hacía, dio un mordisco al alimento para tomarlo entre sus manos y seguir consumiéndolo por cuenta propia, totalmente fascinado por la actitud amable de su novio. Se estaba enamorando cada vez más y pensaba que eso no era posible, porque era seguro que se sentía loco de amor por Katsuki. Siguió comiendo en modo automático, imaginando escenas románticas en su mente sin poder evitar el creciente sonrojo que ya se había apoderado totalmente de su rostro.

A su lado, el mayor comía a toda prisa, hasta un par de veces se atragantó. Gracias a la bebida no terminó ahogándose, porque el idiota de Deku ni siquiera le prestaba atención, aunque eso no le importaba por ahora, lo que ocupaba su atención era él salir lo más antes posible de ese ahí. No podía estar seguro que esos no volverían por aquí.

Así que cuando terminaron, salieron del establecimiento rápidamente, Bakugou tomó la mano de Izuku y prácticamente comenzó a correr en el sentido opuesto por donde se habían ido sus compañeros.

No entendía porque iban tan rápido ¿Llegarían tarde a algún lado? No parecía ser el caso, aunque esto no dejaba de ser raro. Al pasar cerca de una librería Izuku puso resistencia haciendo que el otro se detuviera.

-Espera.

-¿¡Qué pasa ahora!? -preguntó con un ferviente enojo que se notaba a simple vista.

-Iba a aprovechar, para comprar algo que necesito ahí -señaló la entrada del local- entremos, por favor, solo será un minuto.

-Si no hay más remedio...

-¡Gracias! -pronunció con una enorme sonrisa, encaminándose hasta el lugar.

El aroma embriagante a libros nuevos llenó sus pulmones completamente. Midoriya amaba leer y hartarse de información, aunque no tenía la posibilidad de adquirir muchos libros en físico, usaba su computadora o su celular la mayor parte del tiempo para estudiar todo lo que le interesaba. Dando pequeños brincos alegres, fue directo hasta la parte de atrás.

Katsuki no sabía qué demonios iba a comprar, pero esperaba que lo hiciera rápido. Se dirigió hasta la zona de revistas que se localizaba cerca de la ventana, abrió una muestra aleatoriamente y simuló que estaba leyendo. Era un simple mecanismo para ocultar su rostro aun más de lo que ya estaba por los accesorios extra que vestía, todo eso mientras observaba con hincapié hacia la calle, ya sospechaba que se había vuelto paranoico ¡Pero era mejor ser precavido! No solo existía la posibilidad que los otros regresaran, sino que cualquiera de su escuela pudiese verlos.

Las personas que pasaban afuera y algunas que se encontraban dentro de la tienda lo miraban extrañados. Con ese atuendo y su forma particular de actuar, parecía un acosador.

-¡Kacchan mira! ¡Encontré esto! -Llegó con un libro entre sus manos. Era un ejemplar que le fascinaba sobre héroes de otros países. Deseaba mostrárselo porque ver cosas en una librería era sumamente divertido y quería compartir su felicidad con él. Pero su rostro lleno de alegría cambió al instante, cuando el rubio ni siquiera volteó a verlo.

-¡Si, si, toma! ¡Apresúrate! -sacó de sus bolsillos un puñado de dinero y se los dio de forma violenta sobre sus manos, hundiendo el rostro más dentro de la revista que cargaba entre las manos.

-¿Ah? P-Pero yo no... -¿Qué significaba eso? Él no le estaba pidiendo dinero...

-¡No molestes más, sólo cómpralo y vámonos! -gritó pataleando el suelo con enojo.

-B-bueno...

Eso lo había desilusionado bastante, a veces olvidada quien era su novio... Ah, sí. Bakugou Katsuki, la personas que lo odio la mayor parte de su vida. A veces se le olvida eso y su carácter detestable. Suspiró y se fue a pagar, aunque no era por eso que había venido, tampoco iba perder la oportunidad de comprarlo, después buscaría la forma de devolverle todo el dinero que le prestó.

De nuevo, el paranoico Katsuki, fijó su mirada hacia afuera, analizando con detenimiento a los transeúntes, pero en ese instante, sus oídos captaron la voz de una persona conocida.

-Jojojo... Por fin salió el nuevo número de la revista Miss Hero...

El cuerpo se le tensó de inmediato, lo único que pudo hacer, fue ver disimuladamente por encima de su hombro a la persona que se encontraba en el pasillo detrás de él y al saber quién era, sintió que el mundo se le vino encima.

"¡Es el enano pega mierdas!"

Sostenía en sus manos una revista, la cual observaba con una mirada lasciva, chorreando baba por la boca al ver la fotografía de una mujer en traje de baño. Definitivamente esa la mirada de un hombre pervertido. Si el parecía un acosador, Mineta se llevaba el premio mayor. Traía puesto una gabardina, lentes, guantes, botas altas y una gorra. Seguramente le avergonzaba que lo descubrieran viendo ese tipo de cosas, después de todo es un estudiante de Yuuei, no estaría bien dar tan mala impresión en la calle. Lo consiguió distinguir fácilmente al escuchar su voz chillona y enfermiza.

¿Cómo saldría de esto?

Bakugou analizó rápidamente la situación, si esperaba tan siquiera un minuto más, Deku volvería, y el otro se daría cuenta de todo. ¡No lo iba a permitir! Caminó sin moverse de la posición que se encontraba, dando pasos laterales hasta estar cerca de la caja donde Deku estaba a punto de pasar para pagar.

-¡Apresúrate nerd!

-¡S-Sí! Ya voy.

-Disculpe señor -habló la señorita que atendía la caja- ¿Va comprar eso que tiene en la mano?

-Ah... Sí, sí, sólo dese prisa -Colocó el producto sobre el mostrador para ser facturado y siguió vigilando.

Los ojos de Midoriya se abrieron con sorpresa cuando se percató de que revista se trataba. Y lo más interesante era el título del encabezado: «Test para descubrir si él es el amor de tu vida».

Era una revista para chicas.

-No sabía que te gustaba este tipo de lecturas... -dijo con la voz entrecortada.

-¿De qué mierda estas...? -Su voz se fue perdiendo en el viento cuando supo a que se refería. El rostro se enrojeció y hasta creyó echar humo por las orejas al ver como la gente que se encontraba en la fila lo miraba con burla- ¡Eso es... para mi mamá! -Explicó con enojo, pero eso no evitó más risas disimuladas por parte de los clientes.

Se arrepintió de haber dicho que la compraría, más ya era tarde, la empleada la había empacado y entregado a Deku. Ese pequeño incidente le hizo olvidar por un segundo en el mortal peligro en el que se hallaban. Olvidando el bochorno que sintió, dio un pequeño vistazo hacia el pasillo donde se localizaba el mayor de sus males y este seguía profanando con la vista a aquella mujer, eso era beneficioso porque aún no se enteraba de que estaban ahí.

-¿Ya es todo? -preguntó, recibiendo una afirmación por parte de Izuku. Lo tomó de la muñeca y lo arrastró afuera.

No era seguro estar en lugares públicos, lo que planeó se arruinó completamente, todo se ponía peor cada segundo que pasaba. Aún era muy temprano para dar por terminado con esta desastrosa cita. Entonces, recordó un sitio donde podrían estar seguros. Caminó con pasos agigantados hasta la parte más sur del centro y sin previo aviso dobló por un callejón que se situaba entre dos edificios muy altos.

Esto no tenía buena pinta, llevaban unos minutos caminando entre un laberinto de pasillos totalmente oscuros, no había nadie por allí, o eso pensaba, hasta que escuchó un fuerte sonido retumbar por las paredes. Se sorprendió cuando a lo lejos divisó a un hombre parado frente a una puerta. Era bastante musculoso, vestido con traje negro y lentes, diría que medía unos dos metro o más, su estatura podía rivalizar con la de All Might. Daba bastante miedo. Katsuki lo soltó y se acercó al misterioso hombre quien parecía custodiar una entrada. Luego de un intercambio furtivo de palabras, pudo ver como sacaba algo de su bolsillo y se lo daba al hombre, quien se acercó hasta la puerta y la abrió.

-¡Listo! Ven, Deku.

Izuku, se acercó con desconfianza, no gustándole para nada la situación y supo que era cierto cuando se asomaron por el umbral y pudo ver lo pasaba dentro.

Esto era muy malo...

-No te quedes parado como un idiota, vamos -de nuevo lo tomó del brazo y lo jaloneó hasta dentro.

-¡Pero!...

Ya era muy tarde, ya habían entrado.

Era una disco clandestina.

El paisaje parecía ser sacado de una película. Mujeres y hombres de toda clase se daban cita en aquel hueco de mala muerte. El olor a cigarrillo inundaba el ambiente y podría decirse que el humo del mismo no dejaba ver con claridad. Todo se encontraba en completa oscuridad, lo que brindaba un ápice de visibilidad eran las luces fluorescentes en el suelo que guiaban por un camino hasta la pista de Baile y unas que otras lámparas tenues cercas de las mesas que tampoco cumplían muy bien su función. Risa, gritos, golpes y... sonidos extraños... se escuchaban a un tono casi imperceptible porque el ruido producido por las grandes cornetas distribuidas por todo el espacio, era abrumador.

La música a todo volumen impedía que Katsuki escuchara las quejas de Izuku, y aunque lo hiciera tampoco le haría caso. Este era el único lugar donde podrían estar tranquilos. Aquí a nadie le importaba lo que hicieran los demás, todos estaban pendientes de sus asuntos, nadie les reconocería. La escoria de gente que venía aquí, no se preocupaba por cosas estúpidas como andar pendiente de la televisión o saber quiénes serán los próximos héroes que les salvaran el trasero. Solo les importa divertirse y volver su vida una mierda. Eso lo sabía muy bien.

Se acercaron hasta una mesa pegada a la pared que hallaba desocupada, el tapizado acolchado en terciopelo asustó un poco a Izuku, quien trato de controlar el temor que sentía, pero era inútil, todo esto era extraño. -¡Kacchan! -gritó para poder ser escuchado- no creo que sea buena idea estar aquí.

-¡Esto está bien!

-¿Cómo puede estar bien? ¡Somos menores de edad, no podemos estar en un lugar así!

-¡No lo andes gritando, idiota! ¡Pero eso aquí no importa! ¡Basta con darle algo de dinero al guardia y ya te vuelves mayor de edad!

-¡Kacchan, eso es un delito! ¡Seremos héroes, esto no está bien!

-¡Rayos, Deku! ¡Por una vez en la vida, deja de pensar en ser héroe y sólo piensa que estas aquí conmigo!

Ambos abrieron los ojos al escuchar eso, hasta el mismo Katsuki ni siquiera supo porque lo dijo, más eso noe evito que ambos se sonrojaran, tal vez había escogido mal las palabras... Guardaron silencio, después de eso, un silencio que fue interrumpido por el más bajo.

-Está bien... -le susurró a la oreja después de unos minutos, no queriendo discutir más.

A pesar que se encontraban en un lugar animado, lleno de personajes divirtiéndose, en un sitio creado especialmente para compartir un buen momento; ninguno decía nada, no se miraban, sólo de nuevo el silencio que ahora era como un tercer individuo que formaba un trío en esta disfuncional relación. Se ocuparon en ver a las personas que bailaban, bebían y reían amenamente.

Una chica con ropa erótica se acercó hasta ellos para tomarles el pedido.

-¡Tráenos una botella de vodka! -dijo Bakugou con toda la confianza del mundo.

-¡Kacchan!

-¡No seas idiota! ¡No voy a beber, sólo que si no pedimos una bebida nos echaran de la mesa!

-Ya veo...

-Se la llevaré a la vieja, a ella le gustan estas cosas.

-¿No te va a regañar si lo haces?

-No, no es la primera vez que lo hago.

Izuku no supo que pensar, no sabía si se refería a que no era la primera vez que venía a este sitio o no era la primera vez que le llevaba alcohol a su madre. Prefirió no preguntar más, pero esto se sumaba a la lista de cosas que no conocía ni entendía de Katsuki.

Las luces se volvieron más tenues, cuando la música cambió algo más relajado.

Bakugou estaba aburrido. Es cierto que él fue el que propuesto venir, pero eso no quitaba el hecho que este tipo de ambiente no le agradaba para nada. Tampoco esto parecía contribuir a que su relación mejorara en lo más mínimo, más bien pensaban que era peor que en el cine, lo sabía al ver la cara de preocupación de Deku y porque él no se estaba divirtiendo. Suspiró cansado, ya ni siquiera entendía porque se estaba esforzando tanto en esto.

Observó a su alrededor, tratando de entretenerse con algo porque ya no soportaba ver las expresiones desagradable de su acompañante. Y en su recorrido se dio cuenta de algo... Había muchas parejas en aquel lugar, no podía distinguirlas con claridad, ni siquiera sabía si eran hombres o mujeres, pero de algo estaba seguro, hacían cosas indecentes. El bulto inentendible que se formaban mientras hacían cualquier tipo de vulgaridad se lo dejaba en claro.

Miró a Izuku y un pensamiento pecaminoso se le vino a la mente. Ya sabía en que podría entretenerse.

-Deku...

El aludido le miró, sólo para que unos segundos después, Katsuki se apoderaba de su boca y lo besara con lujuria. Comenzó a disfrutar eso, era excitante besarse en público y cuando intentó usar sus manos por debajo de la mesa para acariciar la espalda baja del contrario, Izuku lo apartó.

-Kacchan, no... Eso no está bien...

-Mira a tu alrededor, nadie nos está mirando y a nadie le importa. Este tipo de lugares fue creado para esto.

Observó esos ojos color rubí que resplandecían en medio de la oscuridad llenos de seriedad. Un sentimiento de seguridad le fue transmitido y no pudo más. Ese planteamiento fue lo suficientemente convincente para que Midoriya lo aceptara y dejara de poner resistencia. Después de todo, Katsuki se esforzó para planificar su cita, él también se esforzaría al máximo. Haciéndole caso a su corazón y no a los cuestionamientos de su conciencia, cerró los ojos para indicarle a su pareja que estaba dispuesto a hacerlo.

Se besaron por un largo rato, en un beso lleno de pasión, que fue subiendo de nivel por cada minuto que transcurría, el solo chocar los labios no fue suficiente, sus lenguas se movían de forma armoniosa para degustar la boca ajena, a veces simplemente la usaban para rozarse y otras veces era introducida completamente intentando llegar hasta lo más profundo que pudiese.

El ruido que había a su alrededor terminó por desaparecer para ellos, y lo único que oía Katsuki era unos leves gemidos que Izuku soltaba contra sus labios al haberse dejado llevar por completo. Esto le gustaba. Se separó por unos instantes dejando a Izuku con su boca entreabierta, aún esperando la continuación de ese beso. Se quitó los lentes e hizo lo mismo con los de su pareja, pudiendo ahora acariciar con gusto el rostro pálido y perfilado, mientras continuaba con lo que hacía hace unos segundos. Ya a este punto, sus respiraciones se comenzaron a agitar, produciéndoles la necesidad de ocupar sus manos en otra cosa, y así lo hicieron. Las extremidades superiores por debajo de la mesa se movían expertamente, palpando la espalda, sus muslos y de vez en cuando sus entrepiernas.

No sabían cuanto tiempo transcurrió, pues la percepción de este desapareció para sus sentidos que sólo trabajaban para captar cada sensación que era brindada por el otro. La pasión mezclada con el aleteo que sentían en sus estómagos les hacía difícil concentrarse, pero cuando sus labios comenzaron a arder, esos besos vehementes se convirtieron en suaves y cortos hasta que ellos mismos les indicaron que era el momento de separarse. Izuku colocó su frente contra la de Katsuki mientras respiraba por la boca tratando de recuperar el aliento. Ese fue el mejor beso que había experimentado en su vida. Nunca hubiera imaginado que lo recibiría en un antro como ese. Tal vez no fue tan mala idea el venir ahí.

Inmersos en sus delirios, no se prepararon para lo que seguía. En ese instante, una luz incandescente se encendió apuntándolos de lleno. ¿Los habían descubierto? Era algo posible. En un rápido movimiento, se separaron muy asustados. No entendían lo que estaba pasando, y esa luz enceguecedora no les dejaba pensar con claridad.

-¡No teman mis pequeños tortolos! ¡Eso significa que han sido elegidos para participar en nuestro reto! -Habló un hombre vestido con un traje estilo punk, que se encontraba sobre el escenario.

-¿Qué es esto? -Tartamudeó el menor invadido por el temor, apretó la chaqueta de su acompañante tratando de encontrar seguridad.

Katsuki no se encontraba tan diferente de Deku, no entendía nada.

-No lo sé, nunca había visto esto.

Una jovencita en leotardo negro y con medias de malla se acercó hasta la mesa llevando consigo un micrófono para acércalo a los chicos.

-¡Vamos, vamos no sean tímidos! ¡Apláudanlos para que se animen! -exclamó el animador de nuevo.

Lo que menos querían era llamar la atención, y ahora esto, prácticamente todos en la disco les miraban emocionados. La mujer le colocó el micrófono lo más cerca que pudo al rubio para que hablara.

-¡Deja de molestar bastardo!

-Oh... El pequeño niño está molesto... ¡Que alguien llame a su mami! -El tono de burla que fue usado para expresar esas palabras, enfureció a Bakugou, de tal manera que no dudó en poner uno de sus pies sobre la mesa listo para abalanzase sobre ese idiota y no dejar rastro de él.

-¡¿Qué?! ¡Ya verás malnacido!

-Cálmate Kacchan, sólo está intentando provocarte! -Lo tomó por el brazo para tratar de detenerlo, sabía que podría hacer un alboroto de escala monumental y eso no era conveniente, primero por el sitio en donde se encontraban y segundo porque si alguien se enteraba quienes eran estarían en problemas. Esas manos explosivas de su novio eran reconocibles en cualquier lado.

El hombre viendo la actitud extravagante de Bakugou no dudó en emocionarse, sería una perfecta fuente de entretenimiento para su negocio.

-¡Esta bien! Les explicaré el procedimiento. Cada hora hacemos mini retos para animar el ambiente, escogemos personas al azar para que participen. ¡Si ganan les daremos un trago gratis!

"¿Con que era eso?"

Sus nervios se disiparon. Era una tontería como esa y no algo más importante... Aunque, eso no le quitó el enojo por la reciente burla que recibió.

-¡No voy a participar en algo tan estúpido!

-Oh... ¡Él bebé de mamá tiene miedo de perder!

La poca paciencia que disponía fue echada por la borda. ¡Nadie se burlaba en su cara sin pagar las consecuencias!

-¡Suficiente! ¡Haré que se calle! -Se levantó llenó de enojó golpeando la mesa con fuerza en el proceso- Espera aquí, yo seré suficiente para acabar con esa basura -y sin más, caminó hasta subirse al escenario.

La gente se aglomeró alrededor de la tarima y un grupo de seis personas se hallaban paradas al lado del presentador, esperando la explicación de que consistiría el reto.

-Pulsadas. Jugaremos pulsadas. Eso sí, los poderes están prohibidos. ¡Esto es sólo fuerza bruta! Comencemos.

Fue un torneo bastante breve y el resultado fue más que obvio. Kacchan fue el ganador. Ni siquiera le importó derrotar a una mujer que también se encontraba participando.

-¡Dinos tu nombre muchacho! -preguntó el animador punk colocándole el micrófono de cerca para que todo escucharan la respuesta.

Ni loco diría su verdadero nombre, no podía negar que era un tanto «famoso» y si lo hacía, eso podría acarrearle problemas. Dudó en que sería lo correcto, tampoco quería decir algo estúpido y verse como un idiota. "Eso puede funcionar", pensó. Puso una sonrisa excéntrica, acompañada de una pose atiborrada de orgullo, alzando sus dos brazos a los costados como si fuera hacer sus explosiones y mirando arriba en señal de grandeza.

-¡King Explode! -gritó emocionado.

-¡Ahí lo tienen! ¡Un fuerte aplauso a King Explode! Ahora toma tu premio -Le acercó un pequeño vaso con licor que acaba de ser vertido desde un botella que se veía bastante costosa. A simple vista no era deducible que tipo de trago se trataba, pero debía ser algo fuerte para que sólo le dieran una porción de ese tamaño tan diminuto. Katsuki lo miró y dudó en hacerlo- ¡Vamos no me digas que puede derrotar a todos, pero que te vencen unas gotitas de alcohol!

El público lo abucheó y ese simple incentivo fue suficiente para que tomara el vaso y se lo bebiera de un solo sorbo. ¡Porque él no le tenía miedo a nada! Bajó los escalones, sin importarle la ovación animada que estaba recibiendo y se acercó hasta su mesa, pero al llegar, dos mujeres se encontraban sentadas una a cada lado de Izuku. Éste lucía bastante nervioso y aquellas mujeres le manoseaban el rostro y apretaban sus brazos para comprobar su físico. Eso le enardeció, no podía alejarse ni un minuto porque ya venían a tocar lo que le pertenece.

-¡Lárguense bastardas, sino quieren que las mate ahora mismo!-, exclamó sin contenerse, ya conocía la calaña de gente que era esa.

Las chicas salieron despavoridas al ver la cara desquiciada que puso el rubio, esa que ponía a temblar hasta a los más valerosos.

-L-lo siento Kacchan... Ellas... yo no... -Movió sus manos en todas direcciones, nervioso y se veía que sudaba de sobremanera. Trataba de explicar de forma coherente lo que acababa de pasar, pero nada entendible salía de su boca. El sonrojo que aún sentía al tener esas mujeres sobre él le había sofocado un poco.

-Ya cálmate idiota, sé que no fue tu culpa, pero sino estas atento cualquiera se aprovechará de ti -dijo para tratar de calmarlo. No negaba que eso le molestó y más que Deku fuera tan incompetente con las mujeres. Debía tener cuidado, este lugar no era muy sano que digamos, debía hacerse responsable por eso ya quien fue él mismo que lo trajo ahí. Le miró con un rostro serio y le advirtió: -No bebas nada que te ofrezcan. Nunca sabes si te pondrán alguna droga dentro de la bebida.

Ahora sí que tenía miedo... ¿A dónde demonios entraron? ¿No podían estar tranquilos ni un minuto? ¿Eso quería decir que en el trago que bebió Katsuki también podía haber algo raro? -Pero tú acabas...

-Tonto -lo interrumpió antes que continuara- vi que lo sacaron directo de la botella, no soy tan idiota.

-Mira Kacchan, la chica de hace un rato trajo esto. ¿También es peligroso? -Señaló la mesa, donde había una botella de Vodka, una hielera, una jarra de jugo de naranja y dos vasos de vidrio.

-Claro que no, nerd. Esto lo compramos. Bueno, por lo menos ya tenemos con qué refrescarnos, hace un calor del demonio aquí -comentó abanicando la franelilla que llevaba debajo del abrigo.

-Kacchan no deberías tomar...

-¡Me refería al jugo de naranja! ¡Y ya para con eso! ¡¿Eres mi jodida mamá o qué?! ¡Si me da la gana bebo y ya! -Le estaba cansando la actitud correcta e intachable de Deku, gritó eso con fuerza, descargando todo el enojo que tenía contenido. ¡Es que él hacia todo esto para que su relación mejorara y el idiota sólo arruinaba todo!

El momento se tornó incomodo, no había actuado tan bien al gritar de ese modo. Kacchan suspiró y se acercó para quedar a un lado de Izuku. -Mejor sigamos donde quedamos... -le susurró en la oreja. Y de forma inesperada siguió besándolo como hace un rato.

Estuvieron ahí por varias horas. Donde invirtieron el tiempo en manosearse y besarse todo lo que pudieron, donde sólo interrumpían su apasionada actividad para que Bakugou participara en esos retos, le habían gustado y ya había participado en tres, en todos ganó. Se sentía muy bien salir victorioso y ser alabado por la gentuza que se encontraba allí. Lo malo era que cada vez que volvía encontraba una molestia tratando de seducir a Deku, la cual desechaba de inmediato. Izuku también se comenzó a divertir viendo como Katsuki hacia su mejor esfuerzo en la tarima, ver a las personas bailar, tomar jugo de naranja y viendo las escenas celos que tenía Kacchan cada vez que volvía. Por cuarta ocasión, Bakugou se levantó para participar, esta vez era el juego de piedra, papel o tijeras. En un parpadeó venció a los participantes y reclamó su premio lleno de orgullo.

-¡De nuevo, nuestro invencible King Explode! ¡Un aplauso para él!

Se limpió los restos de licor de la boca y tomó el micrófono del tipo sin avisar.

-Ahora que estoy aquí, aprovecharé el momento para decirlo y sólo será una vez... Aquel nerd de allá... -señaló la dirección donde se encontraba Izuku y una luz lo enfocó- es mío... ¡Oyeron! ¡Así que cualquiera que vuelva a acercarse a él lo mataré! -Soltó el micrófono al suelo y comenzó a caminar hasta su asiento.

-¡Y ahí lo tienen! ¡Un hombre cuidando lo que le pertenece! ¡Yo no me acercaría allá! -La gente aplaudió y gritó animada ovacionando a King Explode por su valentía al lanzar esa advertencia.

Katsuki se sentó de un solo golpe al lado de Izuku y pasó su brazo por detrás para atraerlo cerca de él.

-¿Entonces... dónde quedamos Dekuuu...?

Los ojos entre abiertos en un intento de no cerrarse, el tono de voz irregular y la forma de actuar ligera, le dejaron en claro que aquel chico de carácter fuerte había sido derrotado por cuatro copas de licor.

"¿Quién lo diría?", se burló sarcásticamente por dentro.

-¿Kacchan, estas ebrio? -le preguntó para cerciorarse de sus sospechas.

-No.

Las palabas que dice cualquier borracho, negando lo que es visible a simple vista, pero a él no lo iba a engañar...

-Estás actuando extraño, no es normal que dijeras eso por micrófono.

-No estoy borracho, estaba cansado de ver a sanguijuelas cerca de ti cada vez que me levantaba.

Ahora se preguntaba si el mismo escuchaba lo que estaba diciendo, en otro momento negaría rotundamente el hecho que le molesta que alguien estuviera a su lado, así fuera amenazado con puñal entre sus costillas, pero ahí, diciéndolo despreocupadamente como si fuera lo más normal. Hablar con él en este momento para desmentir el hecho que no se encontraba del todo sobrio, no iba a llegar a nada.

-Está bien... -murmuró para no largar más esa conversación sin sentido.

-Ya cállate y bésame -No esperó que Izuku lo hiciera, esa palabras solo fueron para avisarle lo que estaba a punto de hacer, el mismo se acercó para besarlo, mientras se hallaba ocupado en aquella labor, no entendía porque sentía un calor que le iba subiendo desde los pies, pero que cuando llegó hasta su garganta le obligó a separarse para tomar aire. Necesitaba relajarse o iba a explotar. Sin premeditarlo miró a la gente que bailaba y le pareció divertido hacerlo también, además le ayudaría a deshacerse de esa tensión que sentía acumulada en los músculos. -Vamos a bailar...

-¿Eh? Y-Yo no sé bailar... Además eso es...

El evidente nerviosismo que inundó a Deku era de esperarse, pero Bakugou no le iba a dar el tiempo necesario para que iniciara un monologo del porque no quería bailar. Lo agarró de la mano y lo llevó hasta la pista de baile donde una música tecno sonaba a todo volumen. La gente bailaba, saltaba eufórica y movían sus manos al cielo al son de la música. El rubio metió las manos en sus bolsillos y comenzó a mover un pie y su cabeza en un solo compás como siguiendo el ritmo de la canción.

"Kacchan definitivamente está ebrio", pensó al ver como Katsuki hacía un intento por «bailar», aunque no podía negar que verlo actuando de esa manera resultó ser bastante cómico. No le quedó otra opción que unirse a él, pero lo único que hizo fue subir un brazo arriba y abajo como lo hacían las demás personas. La música finalizó rápido para suerte de Midoriya quien no aguantaba la vergüenza.

-Eso fue divertido...-dijo Bakugou en un tono bajo, jadeando levemente como si hubiera realizado una ardua actividad física.

Deku se acercó a él preocupado para servirle de apoyo al notar cómo se tambaleaba de vez en cuando.

-Vamos a sentarnos, Kacchan.

No habían descansado lo suficiente cuando el presentador volvió a anunciar el siguiente reto. Consistía en una competencia de tragos. Se levantó emocionado, esta sería su quinta victoria consecutiva, pero antes de poder marcharse Deku lo agarró del brazo para impedir que se fuera.

-¡Kacchan tu no vas a participar en una competencia de tragos!

-¡Claro que participaré!

Esto se estaba saliendo de control.

Antes había aceptado porque Katsuki parecía saber lo que hacía. En este punto, ya no podía confiar en él. Siendo el único cuerdo, era su deber llevarlo hasta su casa antes que hiciera una locura de la cual se arrepintieran luego. Aunque ya se estaba arrepintiendo, nunca debió permitir que bebiera esos tragos. ¡Son menores de edad! Inexpertos, susceptibles al alcohol. Tal vez, ni siquiera debió permitirle que entraran ahí en primer lugar.

-¡Dije que no! -Frunció el ceño muy enojado y aumentó la fuerza con que lo apretaba- Más bien... ¡Nos vamos ya mismo! -Izuku cargó ambas mochilas, se puso sus lentes y tomó los de su compañero.

Viendo la seriedad con la que Deku actuaba no tuvo más remedio que aceptar, sacó dinero para dejarlo sobre la mesa y tomó entre sus manos la botella de Vodka que aun se encontraba sellada. Salieron del sitio a toda velocidad, Bakugou siendo guiado por un enojado Deku que no tenía las intenciones de detenerse por nada.

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Chan, chan, chan... Este Izuku... ¿Ahora si te pondrás serio?... Ah, pero bien que no te quejaste cuando te estaba manoseando... ¡Deja al muchacho divertirse! xP!

*Disculpen las faltas ortográficas por ahí, tengo lumbago (Si como las viejas chochas) y tuve que revisar acostada en la cama xD!* También si se enredaron un poco con los chats, nunca trabajé con ellos porque no me gusta, pero quise hacerlo para aprender como se hace. No sé si quedó del todo bien, pero... :V!

Gracias por sus comentarios hermosos, y por leer esto cada semana.

Besitos.

Byebye!

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