Baile de graduación.

Para muchos la oportunidad perfecta para llenarse de valor e invitar finalmente a aquella persona especial, ya saben, esa en la que no puedes dejar de pensar, la misma que con sólo un saludo te hace sonreír como idiota por todo el día, esa de la que llevas prendado por más de dos años y te hace imaginar un futuro a su lado.

Bueno, quizás exagero, pero se entiende el punto ¿cierto?

Al menos los de Yuuei lo entendían, y en especial los estudiantes de la clase 3-A, quienes en su mayoría ya tenían una preferencia romántica por uno de sus otros compañeros de clase.

Siendo los valientes en dar el primer paso e invitarse mutuamente al baile de graduación la pareja conformada por Tokoyami y Tsuyu, aquellos que para nadie había sido sorpresa tal invitación a bailar, pues entre sus mismos compañeros de salón intuían que ellos dos acabarían juntos.

Era algo que estaba destinado a pasar, según ellos.

—¡Baila conmigo, Izuku! —se oyó decir entonces a una confiada y emocionada Uraraka, quién luego de tres años junto al peliverde había decidido por fin dar el primer paso al darse cuenta que su tímido compañero no lo haría por pena y vergüenza.

Aunque justamente aquello era algo que gustaba de él. Esa inocencia y amabilidad que poseía el ojiesmeralda habían sido esenciales para que ella acabara enamorándose perdidamente de él.

—¡S-Sí, por supuesto! —respondió Midoriya con sus pecosas mejillas sonrojadas, provocando que la castaña dueña del quirk de gravedad saltara de la emoción y se lanzará a darle un abrazo al peliverde para luego tomarlo de la mano y arrastrarlo a la pista de baile.

Escena bastante esperanzadora para aquellos otros que se encontraban dentro del gimnasio de entrenamiento y que no se atrevían aún a pedir invitación para el baile dado los nervios, el temor y la vergüenza que sentían al pensar que podían llegar a ser rechazados por la persona que habían escogido.

Siendo Kaminari el primero de la lista en tener esos pensamientos tan pesimistas dada su situación.

—¡Suéltame, dije que no voy a hacerlo!

—¡NO TE ESTOY PREGUNTANDO PIKACHU DE MIERDA, INVITARÁS A BAILAR AL BASTARDO PELO PINCHO Y DEJARÁS DE LLORAR POR ÉL DE UNA VEZ POR TODAS ¿ENTENDISTE?! —gritó el rubio ceniza sin importarle que todos los demás estuviesen escuchando la discusión que mantenía con el rubio eléctrico, inclusive el pelirrojo de quirk de endurecimiento había oído aquello, quedando paralizado de la sorpresa al escuchar que uno de sus amigos guardaba sentimientos románticos por él— ¡Y TÚ NO TE QUEDES AHÍ PARADO COMO IDIOTA! —volvió a gritar dirigiéndose ésta vez a su mejor amigo pelirrojo al mismo tiempo en que mandaba a volar de una fuerte patada en la espalda a Kaminari, logrando que éste último chocara de frente con Kirishima y ambos cayeran súbitamente al suelo uno encima del otro— Tsk, ahora se los dejo a ustedes, bastardos —susurró con una media sonrisa al ver cómo sus dos amigos se ponían de pie nerviosos y sonrojados mientras se interrumpían uno al otro a la hora de hablar.

Todo aquello siendo presenciado de cerca por un chico de doble quirk que miraba la escena con una pequeña sonrisa asomándose en sus labios, acercándose así al ojirubí por la espalda mientras que de a poco el resto de sus compañeros hacía exactamente lo mismo unos con otros con mayor confianza para pedir eso que hace tiempo venían deseando en su interior.

—Sé mi pareja, Bakugō —claro que, nadie era más confiado y suicida que él.

Y es que para Todoroki Shōto no había temor, ni nervios y mucho menos vergüenza cuando se trataba de invitar a ese explosivo rubio ceniza delante de toda su clase.

—¡¿AH? YA TE DIJE QUE NO, BASTARDO! —aún si lo rechazaba no una, ni dos, sino mil veces, para Todoroki ese explosivo, sexy, lindo, malhumorado y orgulloso chico de ojos color rubíes seguiría siendo su meta, esa que después de todo un año de intentos no se cansaría nunca de intentar alcanzar— ¡Y QUITA ESA CARA DE IDIOTA CUANDO ME ESTÉS VIENDO!

—¡Pero si es la misma que pones tú cuando lo ves, Blasty!

—¡CIERRA LA PUTA BOCA, MALDITO PELOS DE MIERDA! —gritó el ojirubí entonces mientras un ligero sonrojo adornó sus mejillas a la vez que pequeñas explosiones salieron de sus manos con intención de hacer callar a ese bastardo, pues recién en ese momento se arrepentía de haberle confesado a su mejor amigo el nombre de quién gustaba.

Y es que fue inevitable para él que el bastardo mitad-mitad no le gustase, sobre todo después de aquel tiempo en primer año donde habían compartido más de un día juntos mientras ambos intentaban obtener sus licencias provisionales. Suceso que días después los unió como compañeros hasta que tanto el heterocromático como el ojirubí habían comenzado a hablar cómodamente entre ellos, sorprendiendo de esta forma a todos los de su misma clase y algunos de otros cursos que habían presenciado el repentino acercamiento entre ellos.

Ya que ese había sido el punto de inicio exacto de aquella extraña e impensable amistad.

Una que con el pasar de los meses había ido evolucionando hasta llegar a tal grado donde los sentimientos de amistad que tenían ambos habían quedado en el pasado, dando paso a una atracción más allá de lo pensado en donde ninguno de los dos podía controlar el desenfrenado latir de sus corazones que se manifestaba cada vez que se topaban de frente con la mirada contraria.

Situación que para el ojirubí ya era difícil seguir ignorando. En especial si el bastardo frente a él seguía mirándolo con esos dilatados y brillantes ojos color azul y gris junto a la sonrisa que era dirigida especialmente para él.

Haciéndolo ver tan condenadamente perfecto que Bakugō tuvo que cerrar los ojos por un momento para no dejar ver el cariño que brotaba de éstos.

—Sé mi pareja —pidió Todoroki una vez más entonces, aproximándose de manera rápida al oído del rubio ceniza a la vez que sin descaro ni arrepentimiento alguno aprovecho el acercamiento y mordió el lóbulo del contrario con sensualidad y coquetería de por medio, provocando así, que tanto la cara como las orejas de Bakugō se tiñerán de un fuerte color rojo ante tal atrevimiento por parte del chico de quirk dual, dejándolo por primera vez, completamente vulnerable—. Katsuki... por favor...

Tan vulnerable, que con sólo escuchar como su nombre fue acariciado por esa profunda y serena voz, le hizo pensar que quizás, y sólo quizás darle una oportunidad al hijo de Endeavor no era tan mala idea.

Tal vez ya era hora de bajar la guardia y dejar que su corazón hablase por él.

—Más te vale que bailes bien, bastardo —terminó diciendo un avergonzado Bakugō con su característico entrecejo fruncido en cuanto tomaba la muñeca del mitad-mitad para arrastrarlo al centro de la pista mientras que el contrario no hacía más que dejarse llevar por el explosivo chico con una sonrisa en el rostro y un calor creciente proveniente de su pecho.

Y es que definitivamente, esa sería considerada una de las mejores noches de toda su vida.

Una noche marcada por las brillantes y cálidas luces que se posaban sobre ellos haciendo que ambos pares de ojos brillarán con tanta intensidad como para cegarlos mutuamente de amor.

Una noche marcada por el acompasado bailar de dos jóvenes tan diferentes el uno del otro, pero que aún así se complementaban y completaban perfectamente entre sí.

Una noche donde el resto no existía.

Dónde tanto Bakugō como Todoroki se miraban fijamente ignorando al resto, ignorando las sonrisas y miradas discretas que eran dirigidos hacia ellos con emoción.

Una noche para recordar que Bakugō Katsuki, al fin daría rienda suelta a sus reprimidos sentimientos.

—Sí Shōto, acepto ser tu pareja.

Y por último, una noche donde dos corazones finalmente se encontraron el uno al otro, bailando la misma canción.

Final pa' penca xd pucha lo intenté djsj :')

Tenía ésta cosa escrita de hace rato pero se me había olvidado, revisando cosas en el celu fue que lo encontré y completé xd

Bueno, ojalá haya gustado(?