XX
La cena había sido un completo éxito.
KyungSoo había disfrutado del buen momento junto a sus amigos más queridos; se divirtió, rió, lloró un poco con algunos recuerdos compartidos y se abrazaron con fuerza cuando tuvieron que irse.
Desde entonces, él se ha encargado de reunirse con todos cuando tiene tiempo. MoonByul y YongSun lo visitaban en el Abrazo del Pingüino en las horas de almuerzo; para cuando llegaban, KyungSoo ya tenía listo un plato delicioso y una mesa reservada; SooBin y Mark también era un par que veía muy seguido.
SooBin había traído a algunos amigos de la universidad con él y ahora tenía un grupo de jóvenes vigorosos haciendo que el ambiente fuera más agradable, cálido y juvenil. MinSeok, JongDae y su pequeña bebé lo esperaban los viernes sin falta en su departamento, listos para comer juntos, ver películas o simplemente hablar por un par de horas antes de irse.
En cuanto a la señora Suárez, bueno, ella había estado muy bien durante esos años. JongIn y BaekHyun consiguieron un lugar para ella en la cafetería de Lu Han, también le ayudaron a pagar un pequeño apartamento en una zona segura y contactaron a su familia después de tanto tiempo sin poder hacerlo. Ellos retribuyeron muy bien todo el apoyo y la ayuda que habían recibido de su parte y KyungSoo se encontraba muy feliz y agradecido por el gran aporte de JongIn en todo ese proceso.
Desde entonces ya habían pasado dos meses y las cosas parecían seguir igual de bien que antes.
JongIn había aceptado asistir a terapia con él y SeHun los recibió a ambos con los brazos abiertos y una sonrisa honesta. El trabajo en conjunto fue bueno y progresivo; eran pequeños cambios importantes que habían dado juntos y que los hacía sentir mejor: libres y dichosos, evolucionando para tener una vida y una mentalidad mucho más saludable.
Iban tan bien como la relación floreciente de Ana y JiHyun, y por eso, porque estaban planeando y trabajando por un futuro juntos, es que ambos estaban en búsqueda de una casa para poder mudarse próximamente.
Si bien el departamento era agradable, no había nada mejor que un lugar íntimo para ellos solos como familia. Querían privacidad y un poco más de espacio para poder recibir y acomodar a los bebés que tendrían en el futuro, un par de habitaciones de huéspedes extra para cuando llegaran las visitas y, en general, algo para asentarse y formalizarlo todo aún mas.
Y ese era uno de esos días que pretendían ser libres pero que, en realidad, estaban llenos de opciones que ver, caminatas largas y opiniones agotadoras.
KyungSoo suspiró en medio de la sala de estar de la casa número tres del día y lo miró todo con atención. Los ventanales de piso a techo, las baldosas bajo sus pies, el impresionante espacio abierto que conectaba la cocina con la sala y el pasillo de entrada, las escaleras que daban vista al segundo piso y el techo altísimo, todo pareciendo especialmente encantador, moderno, pero acogedor. Él podía verse aquí en el futuro, correteando niños, riendo y siendo muy feliz.
Mientras esta imagen se desarrollaba en su mente, un par de brazos lo sostuvieron y un cuerpo grande, cálido y fuerte se apegó a su espalda; una barbilla descansó en su hombro y el inconfundible aroma de la canela lo arropó y acogió fácilmente.
—¿Qué te parece esta? ¿Es bonita? —preguntó su amante antes de dejar un beso en su cuello pálido y juntar sus mejillas afectuosamente—.
KyungSoo colocó sus manos en los antebrazos bronceados y recostó su espalda en el pecho fornido del menor con completa confianza y comodidad.
—Sí, es muy linda. Me gusta.
—Has dicho eso de las últimas dos y el resto que hemos visto en toda la semana —recordó con diversión y KyungSoo sonrió de inmediato—.
—Es porque todas son muy lindas.
—Aunque todas sean lindas, debemos escoger una. Sigo pensando que al pobre señor Ahn le dará un infarto pronto.
El señor Ahn era el agente de bienes raíces que los había recibido. Había estado trabajando arduamente por culpa de ellos y su indecisión y no sería una sorpresa que el mayor los considerara la pareja más difícil de complacer en toda su carrera (tampoco les sorprendería si él quisiera deshacerse de ellos de inmediato).
El hombre había sido muy bueno en su trabajo. Presentó opciones realmente maravillosas a un precio considerable y en vecindarios seguros y agradables y eso solo dificultaba las cosas. Y aunque el beta no se había mostrado frustrado ni exaltado por ello, KyungSoo aún se sentía culpable.
Ahora solo quería aceptar una de estas casas en su corazón, decir que sí y mudarse pronto. Esta en particular parecía ser la ganadora definitiva.
—Esta me gusta mucho más que las otras. Las habitaciones son lindas, el piso es agradable, el diseño me gusta mucho y hay tanta luz... no puedo dejar de mirarlo todo.
—Y no olvidemos el baño de la habitación principal: ese jacuzzi se ve increíble y la ducha es hermosa. Me gustan los azulejos y las puertas de vidrio, son elegantes y modernas.
KyungSoo rió y lo miró de reojo con una ceja alzada.
—¿Lo único que detallaste a profundidad fue el baño? Podrías hacer una tesis sobre él.
—No es así; también me gustó el patio trasero, el jardín y la cerca en la entrada; nos daría muchísima privacidad, también podríamos jugar con la jardinería y sembrar algunas flores juntos. Además, la idea de los columpios fue muy linda, nuestros futuros hijos podrían jugar ahí.
—Hum... también lo pensé. La piscina y los espacios de descanso exteriores también fueron muy buenos; podríamos hacer grandes reuniones y barbacoas los fines de semana sin ser molestados ni preocuparnos por el espacio para nuestros amigos.
—Y no hablemos de la cocina, ¿acaso no fue impresionante?
KyungSoo asintió nuevamente y una larga exhalación brotó de sus labios sonrientes.
—Sí, lo es. Realmente quiero decirle que sí a esta casa, ¿tú que piensas?
—Pienso que el piano debería ser colocado justo en ese lugar junto a un sillón cómodo y bonito para poder tocar para ti todas las noches. ¿Qué dices?
La sonrisa de KyungSoo se amplió y sus ojos se cerraron por un momento para recibir un beso en su sien.
—Digo que sería genial.
—Bien, acabemos entonces con el sufrimiento del señor Ahn.
Se mudaron tres días después.
Habían resuelto el papeleo de la casa realmente rápido, pero se tomaron su tiempo al recoger todo y empacar. KyungSoo tuvo que tomarse un par de días del trabajo para ayudar en la selección de los objetos, guardarlos en cajas y luego instalarlo todo en su nuevo hogar.
Fue un trabajo duro, pero pudieron apañarselas con la ayuda de Baek y ChanYeol. Justo como la primera vez que se mudaron juntos (trabajando como un equipo), evocaba los recuerdos del pasado.
Ahora, con los muebles listos, las cosas en su lugar y una casa limpia oliendo a nuevo y a mejorías, KyungSoo sonrió brillantemente y colocó sus manos en su cadera, complacido con los resultados del esfuerzo colectivo.
—Ah, todo se ve tan bien. Las horas de trabajo duro han valido la pena —dijo BaekHyun, que se había echado en el suelo con la ropa sucia y sudorosa—. Es bueno que hayan encontrado esta casa en el mismo vecindario que la de ChanYeol. Sería doloroso estar tan separados nuevamente.
KyungSoo se acostó a su lado y escuchó vagamente a los alfas haciendo alguna cosa en la cocina (probablemente buscando agua y algo para cocinar).
—Sí; honestamente, no podría soportar la idea de estar lejos de ti y JiHyun me hubiera matado de haberlo hecho. Quería dar este paso con JongIn, pero no podía hacerlo si te dejaba atrás.
BaekHyun lo miró con sus lindos ojos cafés fuertes y decididos gracias a la llegada de la confianza y la determinación, sus rasgos flojos y complacidos y un afecto tan profundo que KyungSoo podía sentirlo directamente en su corazón.
—Nunca me dejarías atrás. Eres demasiado sentimental y blando para hacer algo así después de haberlo experimentado una vez.
—Tienes razón; no quiero volver a perderme de ustedes después de haber estado tres años lejos. Creo que JongIn tampoco me lo hubiera permitido sabiendo lo importante que eres para mí. No podría soportarlo.
BaekHyun sonrió suavemente y lo tomó de la mano, entrelazó sus dedos y luego dejó un apretón reconfortante.
Se mantuvieron en silencio por un tiempo luego de eso y se dedicaron a pensar en muchas cosas, probablemente lo mismo, tal vez teniendo los mismos recuerdos y llegando a las mismas conclusiones.
Fue BaekHyun quien se animó a romper el silencio después de unos segundos más, hablando con voz baja y suave, en ese tono que había conseguido cuando la esperanza floreció y conoció la felicidad.
—Ha pasado mucho tiempo desde que estamos juntos —KyungSoo lo miró de inmediato y esperó para escuchar lo que tenía para decir con paciencia, sin moverse ni romper el agarre de sus manos cálidas—. Siempre luchamos para sobrevivir en nuestro mundo, siempre haciendo sacrificios, soportando la inmundicia, la injusticia, los golpes y el peligro; hemos luchado tan duro durante todos estos años, lo hemos hecho con tanta fuerza, y ahora, después de tanto tiempo, finalmente hemos llegado a este punto, conocimos la felicidad juntos.
»Entramos juntos en la desgracia y salimos juntos de ella... si esto no estaba destinado a ser, entonces no quiero pensar en ello. Si no estábamos destinados a amarnos y apoyarnos de esta manera, entonces nuestra vida es una broma.
BaekHyun lo miró de vuelta en ese momento y KyungSoo sintió un apretón en su corazón pronunciándose firmemente entre tantas emociones dispersas que luchaban arduamente por tomar el control de su cuerpo.
Los ojos de BaekHyun, arqueados en los bordes, cargaban lágrimas contenidas y su sonrisa era la más brillante que había visto en mucho tiempo. Era imposible que sus propios ojos no ardieran y su nariz picara en este punto.
—Has sido muy fuerte y muy valiente, KyungSoo; estoy orgulloso, tan orgulloso de ti y de todo lo que has conseguido. Muchas gracias por permitirme ser tu hermano y mantenerme a tu lado durante todos estos años. Gracias por apoyarme y cuidarme cuando te necesité, y aunque te lo he dicho antes, quiero que recuerdes que es hora de que vueles libremente. Ya tienes la libertad que tanto deseaste en tus manos, así que disfrútala, vívela y aprovéchala, porque todo esto te lo mereces.
Para ese punto, las lágrimas corrían salvajemente como ríos que se desbordaban en los bordes y filos de sus rostros. La sonrisa temblorosa de KyungSoo apareció, brillante y hermosa, para darle belleza a su rostro; el abrazo que compartieron fue cálido y apretado, tan, tan apretado que era difícil respirar, pero ninguno se atrevió a alejarse ni soltar en lo más mínimo.
No en ese momento, no con esas palabras dichas tan sinceramente.
—Gracias —susurró KyungSoo en su oído—, gracias por todo a ti también. Eres el mejor hermano y también estoy muy orgulloso de ti. Estoy feliz por ti, tu valentía te ha llevado tan lejos y ahora estás tan bien... Baek, por favor, sé feliz y vive saludablemente el resto de tu vida.
BaekHyun asintió, el rostro hundido en su cuello y su olor siendo refrescante en su olfato, tan bueno, tan cómodo y confortable.
KyungSoo no había pensado mucho en ello en esos años, no realmente, pero ahora, viendo al pasado, nota el giro completo que ha dado su vida. Nota los peldaños escalados con persistencia y determinación, cómo ha evolucionado su familia, cómo dejaron atrás el miedo y el dolor retumbante y llegaron a este punto.
Habían pasado de no tener nada a tenerlo todo. Había una casa nueva, un trabajo bueno, estudios importantes realizados exitosamente, compañeros amables y gentiles, una estabilidad mental que nunca pensaron tener... habían ganado por donde sea que se mirara la situación. Al final, después de tanto dolor, tenían lo que cada uno de ellos merecía.
Sus padres, sin duda alguna, podían descansar en paz finalmente, porque todos se encontraban bien ahora.
El pensamiento trajo una nueva oleada de lágrimas frías y un apretón aún más intenso en su abrazo. Entonces la calidez se amplió y la seguridad aumentó, y cuando KyungSoo alzó la mirada se encontró con la sonrisa gentil y amorosa de JongIn, y todo estuvo tan bien que no pudo dejar de llorar ni un poco.
Esta era su vida ahora. Este era su todo. Aquí estaba todo lo que una vez deseó secretamente. Tenía más de lo que había querido en el inicio y él estaba dispuesto a aceptarlo todo sin reservas.
Ya no era ese KyungSoo indeciso y marchito, y estaba dispuesto a disfrutar de los beneficios de esta personalidad segura, auténtica y brillante.
. . .
KyungSoo se había quedado dormido esa mañana, y ese era el primer punto preocupante del asunto. Porque KyungSoo jamás se quedaba dormido, nunca, y mucho menos lo había hecho hasta las once de la mañana.
El segundo punto preocupante era el calor insoportable que, como lenguas de fuego, lamía su piel sonrosada y sudorosa.
El tercer punto era la humedad entre sus piernas y su erección dolorosa y latente.
El cuarto punto era su deseo inhibido y profundo por su compañero, el querer exagerado; el anhelo indomable de ser follado, mordido y domado completamente por su hombre invadía su mente sin decoro ni desvíos y entonces llegó la fantástica revelación:
Estaba en celo.
La segunda revelación:
Era la primera vez que entraba en celo desde que se había reunido con JongIn.
Ya que los celos de los omegas golpeaban cada tres meses, no era de extrañar que este llegara por esas fechas, sin embargo, aún era un poco impresionante saber que, a diferencia de ocasiones anteriores, ahora podía contar con la ayuda de JongIn para poder sobrellevarlo juntos como compañeros destinados.
Como apenas estaba en los inicios de su primer día, el dolor podía ser soportado un poco. Por ello, KyungSoo reunió fuerzas y se incorporó, tomó su teléfono celular y escribió rápidamente mientras la fiebre aumentaba y se apropiaba de todo su cuerpo.
JiHyunnie ♡
Love, love, loveeee ꒰⑅ᵕ༚ᵕ꒱˖♡
10:56 p.m.
Hoy, 11:10 a.m.
Ji-Ji, quédate con Baek y ChanYeol durante los próximos días; he entrado en celo recientemente, así que espero que lo entiendas. Cuídate mucho, sé responsable con tus deberes y, por favor, avísale a Ana para que esté preparada. Te quiero. ✓✓
Ah, está bien, Soo, no te preocupes. Tengo ropa y libros en la casa de Baek, así que estará bien.
Mucha suerte con tu celo. Espero que JongIn cuide bien de ti ( ͡° ͜ʖ ͡°)
Te quiero mucho. Nos vemos en cinco días~ (~ ̄³ ̄)~
Después de eso, KyungSoo entró en el chat con JongIn y también envió un mensaje rápido.
JongIn ʕ´•ᴥ•'ʔ
Hoy, 6:23 a.m.
Lo siento, no te levanté porque creí que estarías agotado (es bueno que descanses, así que hazlo~, has trabajado muy duro últimamente).
Ahora que ya estás despierto, quiero desearte un buen día. Dejé el desayuno para ti en el microondas, no es tan bueno como el que tú haces, pero aún es comestible.
También hay café, JiHyun lo ha hecho, así que es delicioso (◡ ω ◡)
Espero que hayas dormido bien. Yo voy rumbo a la oficina y te extraño. Mientras tanto, te envío un beso y muchas energías para que llegues con seguridad al trabajo.
Te amo mucho ♡
Hola, cariño; lo siento, acabo de despertar. ✓✓
Tengo noticias: el celo ha llegado... ¿crees que puedes venir a casa? Es vergonzoso, pero te necesito mucho aquí. ✓✓
(Lo siento también por el desayuno, creo que no va a poder ser aún (╯︵╰,)) ✓✓
¡¿Ya es momento de que llegue?!
Pensé que sería en unos días más...
Está bien, no te preocupes, corazón, estaré ahí en poco tiempo. ¿Cómo lo estás llevando?
Aún es soportable. Puedo escribir decentemente y eso lo dice todo. ✓✓
Pero hace tanto calor y, honestamente, no quiero moverme de la cama. ✓✓
Oh, Soo...
De acuerdo, iré rápidamente. Solo espera un poco más, ¿de acuerdo?
Está bien. Conduce con cuidado en el camino. ✓✓
Lo haré.
Te amo.
También yo. ✓✓
Después de eso, KyungSoo reunió fuerzas y se levantó de la cama. Arrastrando los pies, se dirigió al baño y se masturbó rápida e incómodamente. Cuando se corrió, orinó, se dio un baño con agua fría para tratar de contrarrestar el ardor de su piel y luego se lavó los dientes y se secó el cabello.
Era un desastre, pero había cosas que no podían dejar de hacerse.
Luego de eso, KyungSoo fue en busca de ropa, sábanas y un par de peluches que JongIn le había regalado recientemente. Así, con el instinto a flor de piel, construyó un nido hosco sobre la cama con todo lo que tenía al alcance.
No había hecho un nido en mucho tiempo, normalmente un omega lo haría cuando llegaba un celo y se sentía lo suficientemente feliz y seguro para mostrar esto a su pareja, para crear esto para ambos.
Era la segunda o la tercera vez que KyungSoo construía uno, el primero y el último hechos cuando sus padres aún vivían y le brindaban esa felicidad y seguridad necesarias, y por eso KyungSoo no podía hacer el mejor trabajo del mundo. Aún así, puso su mayor esfuerzo en ello y el resultado fue bastante cómodo, caliente y agradable.
Además, olía tan, tan bien que su cuerpo reaccionó con una nueva erección y un chorro de líquido saliendo de su entrada palpitante.
KyungSoo tomó una de las camisas de JongIn y la llevó a su nariz, inhaló profundamente y un gemido bajo y necesitado escapó de su boca. Sus mejillas ardieron, su piel picó por todas partes y él no pudo evitar rodear su miembro con la tela suave e inundada en la esencia de su pareja y frotarlo desesperadamente.
El contacto era un poco incómodo, aún rasposo por la falta de buena lubricación en su pene, pero pensar en la idea de oler a JongIn en esa zona le excitaba tanto que podía olvidar esa molestia y disfrutar un poco de ello.
Con la intensidad ciega de su omega comenzando a llenar sus sentidos y embotando cada pensamiento racional en su mente, KyungSoo se convirtió rápidamente en una masa jadeante y desesperada sobre el nido; sudó fiebre ardiente, su piel se sensibilizó y su cuerpo desesperado tembló copiosamente, vibrando bajo el olor acanelado de su alfa.
Su mente dispersa pidió por JongIn, el omega ansioso se retorció y chilló y su muñeca ardió. Todo era tan caliente, todo ardía tanto y, mierda, KyungSoo necesitaba tanto a su compañero, lo quería tanto.
Fue de esta manera por minutos enteros, sollozando torpemente con las mejillas enrojecidas, sintiendo tanto dolor y corriéndose tantas veces sobre su abdomen. Se había tanteado con los dedos y también se había apretado en su mano y, llorando, suplicó para que el tiempo pasara rápido y JongIn llegara pronto.
También fue afortunado, porque había sido escuchado y más temprano que tarde tenía las manos amplias de su alfa rodeando su cuerpo, una boca generosa besando y lamiendo la piel de su cuello y dientes sensuales raspando su carne.
—Ya llegué, cariño. Lamento hacerte esperar.
Y fue solo eso: su voz, su olor y su calor, lo que desencadenó un orgasmo largo y exquisito que estremeció su cuerpo y avivó su deseo y su anhelo.
Con los ojos vidriosos y la respiración hecha un lío, KyungSoo miró a JongIn de reojo. El menor le abrazaba por la espalda, sosteniéndolo fuertemente contra su pecho, su boca estaba a milímetros de tocar su cuello y sus irises cafés, oscurecidas por el deseo y el instinto a flor de piel, se enfocaban en su rostro. Las fosas nasales se hallaban dilatadas y él aspiraba grandes cantidades de su olor mientras lo llenaba del suyo, y era tan bueno y satisfactorio, mierda.
KyungSoo gimió con agudeza, un sonido alto y sexual que acompañó muy bien el arco pronunciado de su espalda y el choque de su trasero con el pene endurecido y dispuesto de JongIn.
Abrió sus labios con anhelo y pronto su deseo fue atendido, siendo barrido con un beso voraz que le quitó el aliento y le aceleró el corazón.
JongIn se desnudó con prontitud, manejándolo suavemente mientras le besaba, le lamía y le apretaba la carne. Se apretó contra él, piel sobre piel, ardiendo y sudando por igual, y lo besó de nuevo en la boca, hundió su lengua en su caverna y lo domó y lo tomó como un hombre sediento que había alcanzado, finalmente, el dulce néctar que tanto había anhelado.
En medio de su lujuria y delirio, KyungSoo se sintió tan deseado y tan amado que no podía evitar emocionarse, rodearlo con los brazos y las piernas y entregarse completamente a este calor y esta atención diligente.
JongIn tomó el lubricante del cajón de la mesita de noche y vertió una cantidad generosa en su mano antes de llevarla a su miembro, apretarlo en su puño y comenzar a acariciarlo. Fue electrificante, emocionante y delicioso, mantuvo a KyungSoo con los dedos de los pies enroscados, la boca abierta y húmedo en todos lados.
No resistió demasiado. A pesar de su exploración en los temas de cama recientes, KyungSoo tenía mucho que descubrir y mucho por conocer, además, un celo censuraba su resistencia y fortaleza, por lo que no era extraño que los flujos interminables de deleite y placer fueran expulsados uno tras otro sin descanso.
Bastó algunas sacudidas y un tanteo en sus testículos para retorcerse nuevamente y deshacerse entre los brazos de su alfa.
JongIn lamió su esencia, mirándolo a los ojos en todo momento, y luego se inclinó y lo besó de nuevo, llenó su boca con su lengua y le mordisqueó los labios.
Besó su mandíbula y su barbilla, su garganta y su cuello, lamió todos los lunares a su alcance, adoró la depresión de sus clavículas y chupó vigorosamente sus pezones sensibilizados y completamente erectos para él, todo esto mientras colocaba sus manos sobre sus glúteos y los apretaba e impulsaba a friccionar su miembro con el suyo sensible y palpitante.
Esta vez, a diferencia de sus encuentros sexuales anteriores, no hubo tiempo para palabras bonitas ni susurros cursis; eran puro instinto fluyendo, el cuerpo hablando por sí mismo y no hubo cabida para nada más que jadear, gemir y gruñir.
Los dedos de JongIn llegaron a su entrada mojada y no tardó en masajear sus bordes y estimular ese punto delicioso desde su perineo. Ya que resultaba ser algo difícil en esa posición, JongIn los giró y se acostaron de lado sobre el nido; KyungSoo alzó una pierna y la colocó sobre las caderas desnudas de JongIn y de esta forma hubo espacio suficiente para la exploración activa de sus dedos.
Mientras el masaje íntimo se llevaba a cabo, su boca se aseguró de crear aún más placer y deleite al rozar y amar la zona sensible de su cuello. Lamió su glándula de olor, mordisqueó el arco de su cuello y saboreó su garganta. Algunos chupetones también fueron plasmados sobre su piel cremosa e hicieron de él un completo desastre.
Así, relajado y maleable, JongIn introdujo dos dedos en su interior palpitante y accesible. Los hundió profundamente después de algunos segundos intensos y tanteó la zona, dilatándola y preparándola para el futuro.
KyungSoo jadeó largamente y fue en busca de su boca para un nuevo beso. Sus manos se aferraron a la espalda musculosa de su alfa y sus dedos se hundieron en la carne caliente, morena y sedosa sin reparos.
Los labios se sintieron sensibles después de dejarlo ir y su lengua barrió la saliva persistente en su boca. Sintiéndose ansioso y dispuesto, KyungSoo bajó una de sus manos por el pecho trabajado del menor, acarició los músculos duros y hermosos de su abdomen y encontró rápidamente el vello púbico y el miembro ardiente y pesado.
Lo tomó en su palma y descubrió la agradable cantidad de humedad viscosa que cubría su carne. JongIn se estremeció en su mano, suspiró contra su boca y volvió a besarlo cuando KyungSoo aumentó su confianza, lo sostuvo con firmeza indomable y bombeó de esa manera que había descubierto que le gustaba.
La piel de su pene era suave y resbaladiza, sus venas palpitaban y el ardor le escocía la mano. Era grande y poderoso, viril y masculino, y tenerlo en su mano, llevarle placer y saber que esto le gustaba, que a JongIn le encantaba tanto como a él mismo le hacía feliz, lo hacía sentir como el hombre más poderoso y capaz en el mundo, y esto trajo una nueva ola de satisfacción para su cuerpo y su mente.
JongIn chupó su cuello, su hombro y lamió su piel sudorosa. Sus dedos se movieron en su interior, dentro y fuera, abriéndolos y cerrándolos para aumentar la flexibilidad que ambos sabían que tenía en ese momento y KyungSoo empuñó sus testículos, los acarició con determinación y rozó la zona sensible bajo estos con la punta del índice.
Su alfa gruñó profundamente contra su oído, mordió el lóbulo de su oreja y luego susurró en un tono bajo y poderoso:
—KyungSoo, ¿quieres bebés ahora o más adelante? ¿Puedes responder con coherencia a esa pregunta en este momento?
Y de alguna forma, KyungSoo pudo hacerlo. Pudo encontrar un atisbo de raciocinio al escucharlo, al pensar en ello y saber lo que significaba.
No habían llegado a este punto aún, no habían hecho el amor de esta manera y era un poco atropellado que ocurriera a causa de un celo. No fue planeado, y todo era bastante caótico en ese momento, pero era agradable y especial porque era con JongIn. Era lo mismo para la pregunta que había formulado.
No habían planeado exactamente cuándo comenzar a tener bebés, no habían comprado nada ni habían hablado con sus familias. KyungSoo ni siquiera había conocido formalmente a los padres de JongIn aún, pero, de todas formas, era algo que deseaban y que sabían que terminaría ocurriendo.
Ellos estaban bien, eran felices, eran estables. Tenían una casa bonita, una familia bonita, grandes amigos y un futuro prometedor, entonces, ¿por qué prolongar aún más la espera? KyungSoo definitivamente los quería, y si JongIn estaba dispuesto, entonces haría todo lo posible por conseguirlo.
El omega retrocedió para darle paso al humano y KyungSoo lo miró directamente a los ojos. Ambos eran un desastre, estaban sudados, sonrojados y tenían el cabello desordenado. Había fluidos por todas partes y su cama estaba hecha un lío de ropa usada y olorosa que había sido mancillada por él; no era exactamente romántico ni cursi, pero en ese justo instante, KyungSoo lo sintió como el momento adecuado para decir que sí.
Y él lo dijo con una sonrisa.
—Sí. Sí a ambas. Quiero bebés ahora, JongIn. Quiero ser el padre de tus hijos, así que asegúrate de dejarme cargados con ellos luego de esto, ¿de acuerdo, corazón?
JongIn lo miró entonces con adoración, con su propia sonrisa flotante, y no tardó en abrazarlo y besarlo de nuevo, una y otra vez mientras asentía y sonreía como un completo idiota.
—Haré mi mayor esfuerzo.
Giraron en la cama una vez más y JongIn lo apoyó sobre sus manos y rodillas, colocó una almohada bajo sus caderas y subió sus nalgas a la altura adecuada. Él apreció la vista por un momento y luego se inclinó, le cubrió la espalda con el pecho y dirigió su pene a su entrada goteante.
Una vez se halló bien alineado, entrelazó sus manos con las de KyungSoo y empujó en su interior con un movimiento contundente, sin detenerse para evitar prolongar el dolor.
KyungSoo gimió contra alguna prenda de ropa desconocida, cerró los ojos con fuerza y apretó sus manos en las de JongIn. Permanecieron de esa manera por un par de minutos donde su alfa se dedicó a besar sus hombros, su nuca y su mejilla caliente, juntó sus rostros y esperó ahí, acurrucados mientras el cuerpo de KyungSoo se acostumbraba a una intromisión de esa magnitud por primera vez.
Una vez el ardor inicial se apaciguó y la curiosidad y la desesperación resurgieron, KyungSoo movió suave y experimentalmente las caderas y un jadeo bajo escapó de sus labios entreabiertos.
—Está bien, me moveré —le tranquilizó el moreno antes de besarle la sien y cumplir con su palabra—.
El ritmo inicial fue lento y profundo, tanteó el terreno y estuvo atento a lo que parecía gustarle más. Entonces descubrió que, de hecho, a KyungSoo le iba muy bien algo de aceleración, un hundimiento completo y la presión de sus manos causando un leve daño que le excitaba.
Su peso también provocó una fricción aún mayor contra la almohada bajo sus caderas, así que él estaba disfrutando mucho toda esta nueva experiencia.
JongIn juntó ambas manos por encima de su cabeza y apresó las delgadas muñecas con un poderoso agarre. La diestra, mientras tanto, tocó todo su cuerpo, bajando por sus costillas, tanteando los laterales de sus muslos y llegando a una de sus nalgas.
Entonces, firme y contundente, una palmada cayó sobre su carne y esta fuerza y escozor activó algo oculto en su interior, un fuego en su bajo vientre que lo mantuvo gimiendo como un desvergonzado necesitado, apretando sus paredes internas, succionando el pene de su alfa en su interior y arqueando el culo contra la mano grande y poderosa de su compañero.
Se removió bajo su agarre, pero fue imposible de mover. La pétrea sujeción lo mantuvo en su lugar, a merced de los deseos de su alfa, y el pensamiento y la realización de esto causó un nuevo estremecimiento y una oleada de placer que agradecía poder conocer y experimentar.
JongIn apretó su glúteo con fuerza y se apiñó contra él, soltó la carne por un momento y luego volvió a golpear, justo cuando una embestida nueva llegaba para enloquecerlo y un mordisco caía en su hombro.
KyungSoo gimió desesperadamente, apretó los párpados cerrados y algunas lágrimas escaparon de sus bordes. Su cuerpo hipersensible reaccionó con fuerza a la estimulación, a todas ellas, y lo remontó a un punto sin retorno, a un lugar desconocido que quería explorar profundamente con su pareja.
JongIn mordisqueó suavemente su oído y susurró en él, bajo y caliente, ardiente y lujurioso como el sexo.
—¿Te gusta así, bebé? ¿Es bueno de esta manera?
—Sí, sí... es tan bueno, tan bueno... por favor, dame más, por favor, por favor...
Y JongIn no tardó en complacerlo.
Sus caderas golpearon con más fuerza, con más velocidad, y los dedos de su mano desocupada se hicieron con sus pezones duros y erectos para tirar de ellos, pellizcarlos y masajear sus pectorales.
En este punto, KyungSoo no podía hacer nada más que rogar, sollozar y temblar. Estaba siendo atacado, asaltado completamente y sin reparos, y joder, le gustaba muchísimo esto. Le gustaba llorar, le gustaban las nalgadas, le gustaba esta nueva brusquedad.
Le encantaba el paso de la lengua de JongIn por su piel, sus dientes apretando su carne, su pene abriéndose paso en su interior como si fuera suyo y sus testículos pesados golpeándole las nalgas. Lo amaba, le enloquecía, y no haría nada para cambiar este momento, para hacerlo diferente, porque era perfecto de esta manera.
Finalmente, luego de una extensa rutina, KyungSoo sintió cómo su vientre se tensaba y al fin, al fin, se vaciaba de toda tensión y liberaba satisfactoriamente por primera vez en medio de aquel encuentro.
El orgasmo fue alucinante, lo atrapó con la guardia baja y fue más extendido de lo que había esperado originalmente, por ello no era extraño que cayera medio desmayado en la cama, alucinando un poco y sintiéndose bastante distraído y agotado.
Al final no supo cuándo se corrió JongIn exactamente, pero fue consciente del chorro ardiente de su semen llenándolo hasta los bordes, de la ampliación de su miembro palpitante, el enganche en su interior y la nueva ola interminable de esencia cremosa y caliente saliendo una tras otra para llenarlo (no sería una sorpresa quedar encinta después de eso).
También fue consciente de la presión del mordisco de emparejamiento en su cuello y la creciente emoción y alegría de su omega risueño y completamente satisfecho en su interior.
Se habían apareado. Finalmente, después de tanto tiempo, eran una verdadera pareja estable, eran compañeros establecidos y unidos de por vida por el destino y la vida que habían decidido vivir.
Con eso en mente, todo su cuerpo sintió un calor diferente al celo, era agradable, dulce y gentil y lo arropó como la mejor manta mullida del mundo. Una sonrisa se pintó en sus labios y rió por lo bajo cuando sintió un camino de besos cariñosos y juguetones en su cuello.
—¿Cómo te sientes? —preguntó JongIn y KyungSoo pudo captar fácilmente su propio sentimentalismo en su voz—.
Era dulce.
—Aplastado y feliz, ¿puedo pedir algo más?
—Bueno, solucionar lo primero, sin duda.
Muy gentilmente, JongIn lo tomó y lentamente les dio la vuelta para poder acostarse de costado y mantenerse de esta manera hasta que el nudo bajara.
KyungSoo se sintió un poco sorprendido al ver que no había sentido ni un poco de dolor, y no pudo evitar preguntar al respecto.
—¿Cómo lo hiciste? ¿Tienes mucha experiencia para manejar nudos y que tu pareja no sienta incomodidad?
JongIn hundió su nariz en su cabello húmedo y lo abrazó fuertemente por el vientre. Sus manos descansaron en su estómago (KyungSoo no sabía si fue intencional o no) y él mismo no pudo evitar colocar las suyas sobre los dorsos fuertes y acariciar los nudillos con delicadeza.
—No realmente, es la primera vez que me entrego a alguien de esta manera. Contigo fue mi primer nudo, Soo, y como sabía que sería así busqué algunos consejos.
Su corazón dio un vuelco y se acurrucó un poco más en sus brazos. Se sentía tímido y avergonzado de repente, pero la felicidad fue incapaz de amainar o ser eclipsada por algo como eso. Al final terminó sonriendo tontamente, sin querer disimular su satisfacción.
—¿De verdad? ¿Quién te ha aconsejado? ¿ChanYeol?
—No... lo hizo mi padre.
Y antes de que pudiera hacer algo como moverse rápidamente o gritar, JongIn salió de su escondite y lo besó cuando giró el rostro, callando sus exclamaciones, sus quejas y su vergüenza con sus labios y su lengua.
A KyungSoo le costó un poco corresponder; en realidad estaba tan avergonzado que no podía pensar correctamente, pero JongIn fue paciente y determinado y al final pudo relajarse nuevamente y entregarse a las caricias de su boca.
Unos segundos después, cuando se alejaron con los vagos vestigios del calor burbujeando en su interior, JongIn sonrió y le dio un beso en la mejilla.
—Deberías comer algo antes de que comience otra vez.
—No cambies el tema, realmente no sé cómo pudiste preguntarle a tu padre algo así.
—No es algo por lo que tengas que preocuparte ni sentirte avergonzado; ellos te aceptan y papá estuvo feliz de que quisiera saber cómo hacerte sentir bien.
—Aún así creo que es demasiado. ¿Cómo podré verlos a la cara cuando los conozca? Sinceramente, JongIn...
Repentinamente el alfa se movió un poco y esto trajo una sensación complicada en su interior. KyungSoo jadeó y se quedó muy quieto mientras el alto estiraba el brazo y tomaba algo de la mesita de noche. Cuando sus ojos se enfocaron en ello, notó un plato lleno de panqueques de aspecto suave y esponjoso y esto fue depositado a su lado, justo a su alcance.
JongIn volvió a acomodarse detrás de su espalda y besó su hombro y su oreja.
—Come, KyungSoo.
Sus quejas se vieron interrumpidas por el derroche de besos y caricias sobre su piel, así que él no pudo hacer nada más que suspirar y tratar de vivir con ello mientras se comía unos panqueques demasiado buenos como para ser hechos por su compañero.
—¿Este es el desayuno que me preparaste antes de irte?
—Mnn. ¿Están buenos?
—Sí... realmente lo son.
—Me alegra.
Después de comer, KyungSoo no pudo evitar sucumbir al agotamiento que aquella rutina exhaustiva había provocado en su cuerpo, así que, cuando el nudo bajó, JongIn salió de su calor y se dedicó a limpiar un poco, ventilar la habitación y refrescar a su compañero dormido.
Fue a la cocina y buscó mucha agua, algunas frutas y galletas y las dejó al alcance, también cambió las sábanas y al finalizar, algo como la posesividad lo golpeó al ver a su omega desnudo sobre el nido hecho a base de su ropa, oliendo a él, siendo marcado por él y perteneciéndole a nadie más que a él.
Hubo un tirón en su corazón y su instinto lo llamó a reunirse con su compañero indefenso y hermoso, y él fue hasta él. Lo abrazó apretadamente y le besó y le adoró. También se sintió afortunado, muy afortunado, por tenerlo en su vida.
JongIn sabía con todo su corazón y su mente que haría cualquier cosa por este hombre, para verlo feliz y mantenerlo a su lado cómodamente. Después de tanto tiempo, era lo único que deseaba para él, para ambos, y lucharía duro todos los días para conseguirlo. Por lo que le debía, por lo que vendría y por lo que ahora tenían.
Así, con esto en mente, JongIn se quedó dormido con el calor de KyungSoo acunándolo y haciéndolo sentir seguro.
En secreto, las marcas en sus muñecas se modificaron, cambiando de tal manera que ahora eran parte de la otra, estaban entrelazadas y bien unidas. Como si el patrón anterior no hubiera existido, como si siempre hubiera sido de esta manera, brillando intensamente y contrastando con la piel de ambos.
Ya había pasado el trago amargo, ya habían dejado atrás las grandes dificultades y el ardor del alejamiento.
Ya habían dejado de estar solos.
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