XIV
Advertencia: este capítulo contiene escenas sexuales y mucho cringe. Leer bajo su propio riesgo.
. . .
KyungSoo suspiró ante el dulce contacto sobre sus labios, al sentir la suave textura de la boca de JongIn a plenitud, caliente y amable, acariciando los suyos con entrega e idolatría. Se llenó del aroma picante del menor, se aferró a su cintura delgada e impidió que un solo centímetro de distancia los separara.
Con sus pechos juntos, sus olores mezclándose, los labios unidos como un par de piezas de un rompecabezas y el agarre sobre el cuerpo ajeno manteniendo la íntima cercanía, todo era perfecto.
JongIn se alejó brevemente, dejándolo con los labios entreabiertos y la sensación de desazón al desear un poco más clavado en su pecho. Susurró contra su boca ansiosa y temblorosa:
ㅡMueve tus labios contra los míos; no temas ni sientas vergüenza, yo te guiaré en todo momento.
Luego volvió a estrellar su boca sobre la suya con soltura y determinación; KyungSoo soltó un gemido gustoso por el nuevo contacto y obedeció su orden, comenzando a mover sus labios contra los de JongIn con lentitud, explorando con curiosidad y deleite el agradable sabor de la champaña sobre la adictiva boca que lo consumía y lo enloquecía. Todo pareció intensificarse con la llegada del aceleramiento inevitable del ritmo de su beso.
Posesivamente, JongIn lo tomó de la nuca para satisfacer su lado dominante y demandante sobre él mientras KyungSoo lo abrazaba y se ponía de puntillas, queriendo acercarse más, fusionarse con su cuerpo y jamás dejarlo ir.
Ahogó un jadeo sorprendido cuando sintió la lengua del menor tanteando sus labios y se separó un momento para verlo con confusión. JongIn le dio una sonrisa reconfortante y dejó caer sus labios sobre los suyos por un segundo que fue suficiente para relajarlo de nuevo.
ㅡNo tengas miedo, cariño. Se sentirá bien, solo deja que mi lengua entre en tu boca y te lo demostraré ㅡmurmuró tan apasionadamente y con su voz grave haciendo gala, que KyungSoo no pudo hacer más que sonrojarse con fuerza, avergonzado y sumiso ante su mirada fija y espectacularㅡ.
ㅡPero... no me he cepillado aún.
JongIn rió afectuosamente y lo abrazó con fuerza. Sus manos le acariciaron la línea de la espalda con suavidad y los fuegos artificiales siguieron explotando de fondo, iluminando todo a sus alrededores.
ㅡNo hace falta que lo hagas. Tus labios saben tan bien que ese detalle queda como una nimiedad ㅡlo tomó de la barbilla y le alzó el rostro para mirarlo una vez más, apreciando su sonrojo avergonzado y sus labios hinchados y coloradosㅡ. Tan precioso ㅡalabó en un murmullo entregado y KyungSoo suspiró y cerró los ojos cuando, nuevamente, JongIn se inclinó para reclamar otro beso, uno más voraz, aunque igual de afectuoso, que el primero y el segundoㅡ.
Esta vez, KyungSoo abrió la boca cuando sintió la lengua de JongIn en sus labios y se aferró a su cuello al sentir las piernas temblorosas. El contacto era caluroso y su lengua desplegó su experiencia y adoración sobre la suya y, de hecho, fue muy satisfactorio y agradable.
Se avergonzó ante los sonidos que desprendían sus bocas húmedas y desesperadas por más y se recostó completamente en JongIn cuando este tiró de su cuerpo contra él todo lo posible.
Amó el recorrido intenso de las manos del menor en su espalda baja y central y en su nuca, manteniendo el control sobre él, complaciéndolo con un toque más que bienvenido y agradable, apasionado, sensual y posesivo, como JongIn mismo lo era.
Todo pareció empeorar e intensificarse cuando el aroma de ambos salió en oleadas enteras llenas de deseo y pasión, feromonas imposibles de ignorar cargando el ambiente que comenzaban a hacer estragos en los dos, en su alfa y omega desesperados por unirse después de estar tanto tiempo separados. KyungSoo arqueó la espalda cuando JongIn chupó su labio inferior con erotismo y jadeó al sentir los dedos del menor al comienzo de su trasero.
ㅡAhg... JongIn ㅡgimió, cautivado y encantado por sus atenciones, sin pensar en nada ni en nadie más que en la mano que ahora acunaba uno de sus glúteos, acariciándolo y apretándolo de una manera excitante y satisfactoria. KyungSoo se sentía en el quinto cielo y su omega lo instaba a querer más, mucho másㅡ.
ㅡLo siento ㅡsusurró contra su cuello, dejando besos ardientes en su piel enfebrecidaㅡ, lo siento... mi alfa... yo... demonios, KyungSoo, te sientes tan bien ㅡsus labios subieron hasta su mandíbula y volvieron a sus labios, los cuales besó con desesperación y un tinte lujurioso que KyungSoo intentaba imitar sin ser un desastreㅡ.
Quién hubiera pensado que tanto tiempo reprimiéndose y siendo fuertes, alejándose de sus instintos y poniendo frenos a sus deseos íntimos, se irían al demonio con la llegada de un beso.
Era impresionante el poder de la unión sobre las almas que habían sido diseñadas para encajar juntas, era increíble cómo todo parecía no tener importancia más que ellos, que formalizar lo que no podía ser pospuesto por más tiempo porque simplemente estaba escrito desde el inicio, era el destino estar juntos.
Sus instintos habían sido reprimidos por demasiado tiempo, y ahora eran ellos los que dominaban ese momento, sus deseos y acciones, después de ser libres -por fin- y darles una probada del elixir de la felicidad pura en los labios y el cuerpo del otro.
KyungSoo se sentía igual de cautivado, igual de seducido por la idea del erotismo y pasión de dos cuerpos desnudos tocándose plenamente; se encontraba en el mismo punto instintivo y sin salida al que había entrado JongIn.
Y de pronto, nada más que su alfa besándolo importaba, nada más que JongIn acariciándolo con devoción era digno de su atención y pensamientos. Su omega había ganado por fin la batalla y se encontraba completamente entregado a su alfa.
ㅡTe quiero... ngh... te quiero y anhelo tanto, JongIn. Te deseo con cada parte de mi cuerpo ㅡsusurró contra su boca y JongIn gruñó de forma animal en su oído y lo tomó del trasero con ambas manos para acercar los duros bultos dentro de sus pantalones, colisionándolos en un choque que les arrancó un gemido simultáneoㅡ.
ㅡVamos al hotel. Duerme conmigo esta noche, por favor ㅡsusurró gravemente contra la piel de su cuello y KyungSoo se estremeció entre sus brazos, tan cerca que podría olerlo sin ninguna dificultad, ver cada facción de su rostro a la perfección y sentir la delicia de cada músculo contra su cuerpoㅡ.
Lo miró a los ojos, los suyos vidriosos y centelleantes, y luego de lamerse los labios y exhalar una bocanada de aliento, asintió lentamente.
JongIn le besó los labios una vez más, suave y delicadamente, y luego lo tomó de la mano y tiró de él amablemente fuera del jardín. Los invitados se encontraban observando los fuegos artificiales, reunidos y ajenos a todos, a ellos, así que fue fácil escabullirse del ojo público y pasar desapercibidos al conducirse de nuevo al interior del hotel. Dentro, JongIn informó a MoonByul que se irían a dormir y que se hiciera cargo de ahí en adelante; la mujer asintió de inmediato y con una sonrisa los despidió. KyungSoo sonrió a HyeJin y a WheeIn y siguió a JongIn hacia los ascensores.
Debido al reducido espacio, KyungSoo fue abrumado e invadido con el potente y seductor aroma del alfa. La canela penetrando con fuerza en su sentido del olfato fue capaz de enloquecer a su omega ya aturdido y ansioso; el calor y la brumosa aura rodeándolos, tensionándolos y sometiéndolos vigorosamente fue un plus para sentirse aún más atacado, nervioso, deseoso.
¡Ding!
Las puertas se deslizaron y JongIn volvió a tomar la cabeza en el camino. El pasillo elegante y lujoso, alfombrado y precioso y moderno les dio la bienvenida.
Una puerta los saludó no muy lejos. JongIn colocó la contraseña en el panel y la habitación fue expuesta para ambos. Amplia, con un ventanal que daba una vista impresionante de los alrededores, muebles de primera calidad e igual de majestuosa que el resto del hotel, la sala se mostraba con orgullo, pulcra y preciosa.
JongIn cerró la puerta detrás de ellos y ambos se quedaron de pie, uno frente al otro, sin decir nada, pero mirándose fija e intensamente a los ojos. Acercándose un poco, el menor colocó sus amplias manos en el rostro del pequeño, juntó sus caras y lo besó despacio, con suavidad, una caricia a su boca, ahora adicto a su sabor.
KyungSoo correspondió de inmediato, lento e inexperto; colocó sus manos en la cintura del más alto y JongIn lo guió con soltura, juntando sus cuerpos con delicadeza, acunando su nuca en su palma y manteniendo un agarre seguro en sus hombros en medio de un abrazo dulce y afectuoso.
Con el instinto feroz retrocediendo y el humano tomando el control, la situación pudo tranquilizarse, ser más natural, más adecuada, más sencilla y cálida. La tensión desapareció, también el frenesí, y aunque había un vago aire erótico cuando sus lenguas se juntaron y saborearon, no podría ser sexualizado de una manera inmediata y repentina.
JongIn le acarició la piel de su mejilla con el pulgar cuando se alejaron para recobrar el aliento. Juntó sus frentes, apretó su abrazo y luego suspiró largamente. KyungSoo mantuvo sus ojos cerrados y sus manos en la cintura delgada del menor, afianzó su agarre sobre su abrazo y simplemente se mantuvo ahí, quieto, disfrutando del agradable calor corporal de su alfa mientras sus labios eran atendidos con roces ligeros y amorosos.
No mucho después, JongIn los llevó a la habitación; se detuvieron frente a la cama y lo miró largamente. KyungSoo sentía las mejillas sonrojadas, el corazón latiendo desesperadamente en su pecho y la dureza incómoda de su miembro atrapado en los confines de su ropa interior.
JongIn colocó una mano en el centro de su pecho, con los dedos abiertos abarcando gran parte de su torso; sin dejar de mirarlo, él susurró suavemente:
ㅡDime si es demasiado o si deseas parar, ¿de acuerdo?
KyungSoo asintió, sintiéndose incapaz de formular alguna respuesta, y JongIn volvió a besarlo en la boca. Mientras sus lenguas volvían a encontrarse, sus manos grandes le quitaron el saco, el nudo de la pajarita y desabotonaron su camisa.
KyungSoo gimió contra su boca, el rostro ardiendo y su piel quemando cuando la mano del mayor recorrió su torso, rozó su pezón erecto con la punta de sus dedos y tiró de él suavemente antes de dejarlo ir. Se separaron un momento después y JongIn guió sus palmas a su propio sacó sin perderlo de vista.
ㅡDesvísteme ㅡpidió en un tono bajo y ronco que erizó su piel. KyungSoo se lamió los labios y lo obedeció con torpezaㅡ.
Le quitó el saco y lo dejó caer en el suelo, luego aflojó la corbata, los botones y apreció en primera fila los músculos bien construidos, el pecho esculpido y el atractivo color de su piel. KyungSoo, guiado por su instinto, por su deseo, inclinó su rostro y besó el pectoral de JongIn; lamió su piel y mordisqueó suavemente la zona cuando JongIn colocó una de sus manos en su nuca y lo instó a continuar.
Olía tan bien y su piel era tan suave. Masculino, placentero, con el aroma del erotismo y la lujuria impregnando la canela con el recorrido de su lengua.
JongIn suspiró cuando KyungSoo besó dulcemente su pezón oscuro y luego lo alejó de su pecho amablemente para volver a besarlo en los labios. Él le mordió el labio inferior, lo succionó y se hizo con su lengua, lamiéndola y chupándola generosamente.
Mientras tanto, sus manos fueron a sus pantalones, alejaron el botón del ojal y bajó la cremallera. KyungSoo se apretó contra su pecho cuando JongIn tomó los bordes de la prenda y la bajó hasta que cayó y se amontonó en sus tobillos.
Él lo tomó entonces de la cintura y lo acostó lenta y suavemente en la cama. Sus labios pasearon por su mandíbula, por su cuello y clavículas y sus dedos trabajaron en la extensión de piel pálida que quedó al descubierto.
KyungSoo cerró los ojos, abrió la boca y gimió mientras los dígitos adiestrados le recorrían el cuerpo, conocían cada rincón cubierto y adoraban las numerosas cicatrices que lo adornaban.
JongIn se incorporó lentamente y, sin dejar de mirarlo, tomó su pie derecho, le quitó el zapato y el calcetín y luego besó su tobillo, el empeine y el talón. KyungSoo, sintiéndose avergonzado, cubrió su rostro con ambas manos y se permitió disfrutar de ello en silencio. JongIn repitió el proceso con el otro pie y luego lo despojó de sus pantalones.
Acalorado y agitado, esperó su próximo movimiento, no obstante, JongIn simplemente suspiró y susurró con admiración:
ㅡEres tan hermoso, cariño. Tan bonito.
KyungSoo lloriqueó, sintiéndose conmovido y apreciado de una forma tan agradable y cálida que no pudo reprimir un par de lágrimas. El hilillo caliente se deslizó sobre sus mejillas rojas y se perdieron en las sábanas bajo su cuerpo.
El menor se movió en ese momento, besó su pantorrilla izquierda, su rodilla, su muslo y su cadera y lentamente lo cubrió con su propio cuerpo cálido y fuerte. KyungSoo abrió las piernas para él y JongIn se acomodó entre ellas, dejó su peso apoyado en su antebrazo derecho y retiró sus manos de su rostro con extrema gentileza y delicadeza.
ㅡNo llores, KyungSoo. Estoy aquí.
Y KyungSoo lo besó en respuesta, un beso necesario, profundo y sentimental que los envolvió y llenó de inmediato. Al alejarse, JongIn besó su mejilla, su cuello y se dirigió a su oído. Ahí, él susurró en voz baja e íntima:
ㅡTe haré sentir bien, corazón. Recuerda decirme si quieres detenerte.
KyungSoo asintió de nuevo y JongIn atrapó el lóbulo de su oreja en su boca y su mano se deslizó como una serpiente por su pecho. Le acarició el torso, se entretuvo con sus pezones y viajó hacia su vientre cóncavo, el hueso de su cadera y, finamente, a la calidez de su sexo.
Su boca repartió besos, mordiscos y lamidas en su cuello, en su garganta, y reconoció los pequeños capullos duros en sus pectorales con su lengua. Los lamió y los rodeó con su boca caliente, los succionó y su mano frotó la dureza palpitante por encima de la ropa interior.
KyungSoo tembló, apretó los párpados cerrados y abrió la boca para dejar escapar un gemido pronunciado, profundo y lleno de deleite y placer. JongIn tarareó con aprobación contra su pecho, succionó el pezón hinchado y exhaló con calidez sobre el frágil capullo.
De forma inconsciente, y porque su omega lo deseaba y exigía, el cuerpo de KyungSoo reaccionó con movimientos lentos y apasionados. Sus caderas se alzaron y ondearon contra la mano de JongIn, su pene frotándose en la palma enorme y caliente y sus piernas apretándose alrededor de su alfa.
Sus manos ansiosas también se movieron, envolviendo la cabeza del menor para apretarlo contra su pecho y, de esta manera, instándolo a continuar con sus atenciones.
JongIn lo complació, su palma bajó un poco más y ahuecó sus testículos mientras KyungSoo continuaba contoneándose bajo él, y esto fue suficiente para provocarle una nueva oleada de placer y, en respuesta, sollozar por lo bajo como un pequeño cachorro necesitado.
ㅡJongIn... por favor, por favor...
KyungSoo no sabía qué era lo que quería y necesitaba; nunca había experimentado algo así, nunca había hecho esto con alguien más, pero en su interior, en su bajo vientre, esto era insuficiente. Él necesitaba... necesitaba...
Entonces JongIn adentró su mano en su ropa interior y sus dedos se cerraron firmemente alrededor de su sexo húmedo, duro y ardiente, y KyungSoo sintió algo rompiéndose en su pecho, su respiración siendo arrebatada y sus talones hundiéndose en la espalda baja de su alfa. JongIn mordió suavemente su barbilla y restregó su mejilla contra la suya.
ㅡ¿Qué tal así, corazón? ¿Se siente bien?
KyungSoo apretó su espalda fuerte y musculosa y sus caderas se movieron con más fuerza e intensidad contra los dígitos gruesos y la palma enorme y cálida.
Bañado en sudor, y sintiendo como si fuera a arder en cualquier momento, KyungSoo asintió, entreabrió los ojos y miró los de JongIn, oscurecidos por el placer, por el deseo y por la intimidad que compartían en ese momento.
ㅡSí... se siente muy bien. Tan bien.
JongIn susurró algo inteligible, probablemente una maldición, y estrelló su boca sobre la suya una vez más. Se hundió en sus labios, en la calidez y humedad de su cavidad y en el deleite que le resultaba morder su labio inferior.
KyungSoo se sentía desesperado, sudando profundamente y tan agitado que su pecho no paraba de subir y bajar de forma acelerada. Devolvió el beso con ímpetu, con entrega; sus dedos bajaron hacia la espalda baja del menor y apretaron sus glúteos firmes, lo acariciaron y volvieron a subir para entretenerse y deleitarse con el ancho de sus hombros y el nacimiento de su cabello en la nuca.
JongIn se alejó con un chasquido húmedo y lo miró profundamente a los ojos, fijo e intenso, provocándole un vuelco en el corazón y una palpitación pronunciada en su sexo.
Él era tan hermoso, tan perfecto. KyungSoo se encontraba verdaderamente perdido en él, en su rostro, su cuerpo, sus ojos y su olor. Era todo lo que quería. Era lo único que deseaba conservar para siempre consigo.
ㅡTe quiero ㅡse encontró susurrando con los ojos empañados y el corazón cálido. Tan sincero, él volcó todo su corazón en ese momento, y no podía arrepentirse de ello. No podría hacerlo jamásㅡ. Te quiero tanto. Te quiero. Te quiero.
JongIn suspiró; sus mejillas se habían sonrojado y sus fosas nasales se ampliaron para tomar un poco más de su esencia bañaba en sudor, en afecto y en el propio aroma de JongIn. Él sonrió suavemente, le besó la mejilla y susurró contra su boca temblorosa:
ㅡTambién te quiero, KyungSoo. Con todo mi corazón.
Y como si eso fuera lo último que necesitaba para finalmente derretirse y llegar al punto más alto de su encuentro, KyungSoo cerró los ojos con fuerza y se corrió con un jadeo bajo y silencioso.
JongIn, atento y diligente, atrapó su semen en la mano y luego sacó su palma del interior de su boxer. Llevó sus dedos húmedos a la boca y lo probó sin segundos miramientos. El aroma intensificado de su alfa le animó a abrir los ojos nuevamente y KyungSoo se quedó sin aliento, completamente sonrojado y avergonzado al ver al menor degustando su esencia con especial devoción y éxtasis.
Al acabar, JongIn sonrió y picoteó sus labios entreabiertos con dulzura.
ㅡEres delicioso, cielo.
Entonces se incorporó y KyungSoo reprimió el impulso de estirar una mano y devolverlo a su lado. Lo miró por un largo momento y cuando bajó su mirada por su pecho, directamente a sus pantalones aún puestos, se dio cuenta del bulto que aún se mantenía oculto y erguido en su interior.
Notó de inmediato el largo de su sexo, el aroma masculino y excitante que desprendía de él y la tensión en el vientre delgado y perfectamente plano de JongIn. Volvió a mirarlo a los ojos con incomprensión y señaló sutilmente a su miembro desatendido.
ㅡJongIn, tú aún...
ㅡLo sé; no te preocupes por eso, KyungSoo, estaré bien.
ㅡPero...
JongIn se inclinó y lo besó cariñosamente en los labios. KyungSoo devolvió el beso de rápidamente y suspiró cuando JongIn se separó de su boca.
ㅡEstá bien. No hay que apresurar las cosas aún. Yo me haré cargo de esto, ¿de acuerdo?
KyungSoo asintió lentamente y un pequeño rayo de alivio lo llenó porque, honestamente, él no se sentía completamente listo para hacerse cargo de un trabajo como ese. JongIn sonrió, volvió a besarlo castamente y se incorporó por segunda vez.
ㅡIré al baño por un momento. Espérame aquí.
ㅡEstá bien.
KyungSoo lo miró mientras se perdía tras la puerta del baño y sus mejillas se sonrojaron ardientemente cuando escuchó los gemidos graves y bajos provenientes del lugar (su pene dio un tirón interesado, pero él lo ignoró olímpicamente).
Cuando JongIn terminó, regresó a él con un paquete de toallitas húmedas y una expresión mucho más tranquila. Se dedicó a atenderlo entonces, limpiando su piel sudada, eliminando los rastros de su semen sin quitarle la ropa interior para preservar su pureza y deshaciéndose de la saliva en sus pezones hinchados y sonrojados. Al acabar, KyungSoo estaba limpio nuevamente y olía muy bien.
JongIn dejó el paquete de toallitas en la mesita de noche y fue en busca de un pijama para ellos. Ayudó a KyungSoo a ponerse la amplia camisa y luego él mismo se cubrió con un pantalón de chándal. Semivestidos, y sintiendo el golpe del cansancio en ambos, se acostaron en la cama y se acomodaron uno contra el otro, abrazándose apretadamente y cubriéndose con la misma sábana.
ㅡBuenas noches, JongIn ㅡsusurró KyungSoo, agotado y con los ojos pesados cerrándose por sí mismos luego de un largo día agitadoㅡ.
JongIn le besó el pelo y lo apretó un poco más contra su cuerpo caliente.
ㅡBuenas noches, Soo.
. . .
Con las nuevas ganancias de BaekHyun -y el aporte monetario insistente de ChanYeol-, su familia se había encontrado en un punto estable bastante envidiable.
Había suficiente dinero para cubrir todos sus gastos y llenar una cuenta bancaria con ahorros cada vez más satisfactorios -y que serían destinados a la universidad de JiHyun-. Aparte de eso, Jiang Cheng, el abogado de SooBin, había conseguido convocar a una audiencia que se acercaba cada vez más y mantener una orden de alejamiento contra la madre del niño.
Las pruebas habían sido seleccionadas y guardadas exitosamente; Jiang Cheng se reunía cada cierto tiempo con SooBin, acompañado en todo momento por una psicóloga y KyungSoo como tutor temporal, y hablaba con él, siempre firme pero indudablemente noble y honesto.
Había una enorme posibilidad de salir victoriosos, y eso aumentaba las expectativas de todos.
Con tantas cosas buenas en su vida, KyungSoo -de alguna manera- fue convencido por BaekHyun, JongIn, su hermana y SooBin y se inscribió en una escuela de cocina los sábados en la mañana.
La mensualidad era una broma si tenía en cuenta todo lo que enseñaban, pero aún así era algo que en otro momento jamás se habría permitido. De algún modo consiguieron arreglárselas y pronto se vio asistiendo a clases, con pocos materiales, cuchillos, delantales y gorros de segunda mano, lo admitía -porque no, definitivamente esta vez no aceptaría la ayuda de JongIn, no con esto siendo algo tan personal y que necesitaba cubrir por su cuenta-, pero estaba empezando a hacer algo por sí mismo, para él y su crecimiento personal; estaba haciendo algo que le gustaba después de tanto tiempo, estaba pensando en él, y la revelación de todo esto lo llevó a las lágrimas y un fuerte abrazo familiar.
Entonces se dio cuenta: cada cosa estaba calzando en su lugar. Todo comenzaba a ordenarse y a ser más bonito y brillante. Ya casi no había oscuridad en su día a día, se descubrió sonriendo cada vez más y su corazón se hallaba mayormente tranquilo.
Había hecho buena amistad con Lu Han y MinSeok, por lo que se reunía con ambos cada viernes en la noche. También descubrió que ChanYeol era un compañero de aventuras genial en el momento que ambos se lanzaron a explorar los supermercados de la ciudad vestidos con camisas playeras y enormes gafas de sol para "pasar desapercibidos por los paparazzi" -porque ChanYeol se cree alguien superimportante -y quizás lo sea realmente- en un día terriblemente helado y lleno de nubes grises.
También resultó siendo bueno en eso del Candy Crush y fue un oponente aceptable en Monopoly, lo que le daba un rango de estima mucho más elevado a los ojos de JiHyun. Había sido adoptado como el hermano/tío mayor casi un mes después de que estuviera con BaekHyun, y eso le había llevado lágrimas a los ojos.
Luego estaban JongIn y él. Si bien las cosas no habían cambiado demasiado ente ellos, ahora se encontraban disfrutando de algunos besos y abrazos más prolongados a puerta cerrada en la oficina o en su auto cuando lo llevaba al departamento. También iban a algunas citas luego del trabajo y compartían almuerzos y comentarios sobre la evolución en la cocina de KyungSoo de vez en cuando.
Era algo maravilloso, si tiene que ser honesto, poder expresar sus sentimientos de esa manera y tener tanta intimidad, una conexión natural sin ser forzada, con alguien tan bueno como JongIn era excepcional.
Se sentía contento, feliz, maravillado, y aunque unas que otras veces lo embargaba la culpa y los malos pensamientos, su mente se mantuvo lo suficientemente activa y ocupada como para poder ignorarlos u opacarlos con aquella nueva felicidad y plenitud.
No habían repetido lo que había ocurrido en el hotel, pero no hacía falta. No cuando ambos se sentían tan plenos en ese momento.
De esta forma, el último mes estuvo lleno de emociones, promesas, deseos y una evolución tan completa que KyungSoo se preguntaba si su vida había sido tan difícil y desastrosa hace un tiempo.
Ese lunes, KyungSoo y SooBin había llegado temprano a KADI. Saludaron a Mark y a Lea, que hablaban tranquilamente en la entrada del edificio, y juntos se dirigieron al los cambiadores para colocarse el uniforme y dar inicio a un nuevo día de trabajo.
JiYeon, atenta a ellos, miró a KyungSoo por un momento y una sonrisa llena de satisfacción llenó su rostro atractivo. KyungSoo se sintió extrañado, pero decidió no profundizar en eso a favor de responder una pregunta de Mark.
Una vez listo, con su carrito de limpieza bien sujeto y el uniforme pulcramente colocado, KyungSoo se volvió hacia SooBin y Mark y les recordó con una sonrisa:
ㅡNo olviden que nos reuniremos para comer con MoonByul y Sunny, chicos. Los estaré esperando en la cafetería.
Mark y SooBin asintieron y estuvieron de acuerdo fácilmente. Entonces KyungSoo se dirigió al elevador, pulsó el botón correspondiente a su piso, y apretando el collar que JongIn le había obsequiado con una sonrisa tonta y las mejillas enrojecidas, sintió la emoción burbujeando en su interior ante la expectativa de ver a JongIn nuevamente.
Él no había podido visitarlo el fin de semana porque se encontraba mortalmente ocupado, así que KyungSoo tuvo que vivir dos días llenos de agonía y un anhelo tan profundo que le sorprendía.
Cuando el ascensor avisó de la llegada a su piso, KyungSoo comenzó con su trabajo. Decidió que podía esperar un poco más para verlo mientras limpiaba los cubículos de los diseñadores y se aseguraba de que los baños se encontraran en perfecto estado.
Limpió los espejos, el mesón sobre los que descansaban los lavamanos y luego se desinfectó las manos con un poco de antibacterial. Acabado su oficio en los baños para alfas, se acercó a la oficina de JongIn con el corazón acelerado y las mejillas arreboladas y saludó a MoonByul con una sonrisa contenta.
Su amiga le devolvió el gesto, le tendió una taza de té blanco y una galleta de chispas de chocolate que aún se encontraba caliente. KyungSoo las tomó con una ligera inclinación de cabeza y bebió la bebida caliente con satisfacción.
ㅡAh, está delicioso. Muchas gracias, MoonByul.
ㅡNo hay necesidad de agradecer. YongSun me dijo que lo comprara para ti de camino aquí. ¿La idea de almorzar sigue en pie?
KyungSoo asintió y le dio un mordisco a la galleta. Estaba deliciosa y las chispas de chocolate se derritieron en su boca.
ㅡPor supuesto. Les he recordado a los chicos sobre eso antes de venir aquí. Espero que les guste el pollo al horno.
Los ojos de MoonByul relucieron y ella bebió un sorbo de su propio té humeante.
ㅡ¿Preparaste pollo para nosotros? Oh, KyungSoo, eres un sol. Realmente eres el mejor chico que he conocido en mi vida.
KyungSoo rió por lo bajo, terminó su galleta y le dio el sorbo final a su té.
ㅡEspero que el señor Kim no te escuche diciendo eso nuevamente.
MoonByul bufó con buen humor, y lo dejó continuar con su trabajo. KyungSoo empujó el carrito hacia la oficina del menor y abrió la puerta que siempre se encontraba abierta con una sonrisa brillante.
ㅡBuenos días, JongIn...
KyungSoo se calló de inmediato y su cuerpo pareció paralizarse, helado y rígido, al notar que JongIn no se encontraba solo en la oficina.
Jung SooJung también estaba ahí, tan pulcra y perfecta como siempre, con su cabello largo recogido en una coleta y su cuerpo esbelto vistiendo un traje de falda y chaleco.
Su corazón pareció caer justo a sus pies y toda la emoción y el buen humor que había experimentado anteriormente se drenó en cuestión de un segundo. Su respiración quedó atrapada en sus pulmones, sus manos apretaron el carro de limpieza y su rostro palideció y se enfrió completamente.
Él recordó entonces todo lo que había estado ocurriendo en ese tiempo que SooJung se mantuvo lejos, en los besos de JongIn, en sus abrazos, en las citas y los momentos compartidos. KyungSoo pensó en la noche de la fiesta de la compañía, en su entrega y su intimidad, y se sintió sucio, dolido, como un maldito desgraciado desagradecido. Un tramposo malvado y asqueroso.
Sintió los hombros pesados y los ojos calientes y todo empeoró, se multiplicó y dolió mucho más cuando ella lo miró tranquilamente y le sonrió con calidez y amabilidad.
Ajena a lo que había ocurrido con quien era su alfa y un empleado, ella aún se mantenía cálida y gentil para él.
ㅡBuenos días, KyungSoo, ¿cómo estás?
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