12: Llamada de la Pasión
La tensión en la habitación se intensificaba con cada segundo que pasaba. Jimin sintió cómo el aire a su alrededor se hacía más denso, como si las palabras no dichas y los sentimientos reprimidos se agolparan entre ellos. La película continuaba proyectándose, pero era como si sus imágenes se desvanecieran ante la realidad que los envolvía: el cuerpo contrario, tan cerca pero al mismo tiempo tan lejano.
Jungkook, con su mirada fija en Jimin, se inclinó un poco más cerca. Sus corazones parecían latir al unísono, y por un instante, el mundo exterior desapareció. Todo lo que existía era el espacio entre ellos, cargado de posibilidades y promesas.
—Jimin... —susurró Jungkook, su voz suave pero intensa, llenando el aire con una calidez inconfundible.
—¿Sí? —respondió Jimin, sintiendo que su respiración se aceleraba. El tono de Jungkook era diferente, más serio, y eso lo intrigaba.
—Me gusta estar contigo. —expresó Jungkook con sinceridad, y había algo en sus ojos que hizo que el corazón de Jimin se saltara un latido. La sinceridad en su voz resonó en el pecho de Jimin.
Antes de que pudiera responder, Jungkook dio un paso decisivo. Su mano se movió con lentitud hacia el rostro de Jimin, acariciando suavemente su mejilla. Jimin contuvo la respiración, sintiendo el calor de la mano de Jungkook y la electricidad en el aire.
—¿Puedo? —pidió más como una suplica, su voz un susurro lleno de deseo. La pregunta no era solo sobre un beso; era una invitación a cruzar una frontera que ambos habían evitado.
Jimin asintió, incapaz de articular palabras. En ese momento, el miedo y la duda se desvanecieron, reemplazados por un anhelo ardiente. Jungkook se acercó, y en un instante que pareció durar una eternidad, sus labios se encontraron en un choque seguido de suspiros.
El beso comenzó suave, lleno de ternura y dulzura. Las manos de Jungkook se deslizaron a la cintura de Jimin, atrayéndolo hacia él, mientras que Jimin se permitió caer en esa sensación, entregándose al momento. Pero a medida que sus labios se movían juntos, la suavidad dio paso a una pasión incontrolable.
Jungkook profundizó el beso, su deseo por Jimin emergiendo con fuerza. Sus labios se entrelazaron, y Jimin sintió que todo su cuerpo respondía a la presión y la calidez que Jungkook le ofrecía. Una oleada de lujuria se apoderó de él, y por un momento, olvidó todas las inseguridades que lo habían mantenido alejado, subiendo su cuerpo sobre el de Jungkook.
El pelinegro, sintiendo la respuesta de Jimin, se dejó llevar, intensificando el beso. Sus manos exploraban la espalda de Jimin, presionándolo más contra su cuerpo, como si quisieran fusionarse en uno solo. Jimin, embriagado por la cercanía y el ardor, empezó a perderse en la conexión que se había formado entre ellos. Sus manos encontraron el cabello de Jungkook, y en un instante de claridad, supo que lo quería más de lo que jamás había querido a alguien.
El mundo exterior desapareció, y solo existían ellos, atrapados en esa burbuja de deseo y atracción. Sin embargo, en un momento de lucidez, Jimin se separó ligeramente, buscando el aliento y la razón en medio de la tormenta de emociones que lo envolvía.
—Jungkook... —susurró, sintiendo cómo la realidad empezaba a asomarse entre la niebla de pasión.
—¿Qué pasa? —preguntó Jungkook, su aliento cálido contra los labios de Jimin, sus ojos llenos de deseo.
Jimin se detuvo, notando la chispa de inseguridad en su propia mirada. La duda comenzó a infiltrarse en su mente, y aunque anhelaba el contacto, la voz de la razón le susurraba que debía tener cuidado.
—No sé si esto es... —Jimin comenzó, pero las palabras se desvanecieron en su garganta. La atracción era demasiado intensa, y la idea de que lo que compartían pudiera ser solo un momento fugaz, lo asustaba.
—Solo déjalo fluir. —Jungkook interrumpió, y su voz era una mezcla de confianza y deseo—. A veces, lo mejor es vivir el momento.
Pero Jimin se sintió dividido. La pasión que lo había llevado hasta aquí chocaba con la incertidumbre de un futuro incierto. Jungkook, notando la vacilación en la mirada de Jimin, se sintió frustrado.
—Jimin, sé que puede parecer que esto es solo un juego, pero... —Jungkook respiró hondo, buscando las palabras adecuadas—. Desde que te conocí, en estos pocos días, he sentido algo que no esperaba. Quiero más que solo un momento. Quiero explorar esto que estamos construyendo. Quiero conocerte, entenderte.
Las palabras de Jungkook flotaron en el aire, llenando el espacio entre ellos con una nueva intensidad. Jimin sintió una mezcla de emoción y miedo. Quería abrirse al amor, y a pesar de sus dudas, la conexión con Jungkook se sentía real.
—¿De verdad? —rebuscó Jimin, sus ojos buscando la verdad en la mirada de Jungkook.
—Sí —respondió Jungkook, sin dudar. La sinceridad en sus palabras hizo que Jimin sintiera que se le derretía el corazón—. Quiero todo contigo, no solo esto.
Jimin tragó saliva, sintiendo cómo la realidad de sus deseos se manifestaba en ese momento. Aceptar lo que sentía por Jungkook era un paso que lo asustaba, pero la verdad era que no podía ignorar la conexión que habían forjado.
—Yo también... quiero más. —dijo finalmente, y la decisión liberadora le dio valor. Sus palabras no solo rompieron la barrera que los mantenía separados, sino que también encendieron una chispa de esperanza en su corazón.
Jungkook sonrió, su rostro iluminándose con una mezcla de sorpresa y alegría. —Entonces, déjame mostrarte lo que podemos construir juntos.
Con una nueva determinación, Jungkook se acercó de nuevo, y sus labios se encontraron una vez más, esta vez con una mezcla de amor y lujuria. Jimin sintió que todo su ser ardía con la promesa de lo que estaba por venir, y mientras se entregaba a ese beso lleno de deseo y emoción, supo que estaban listos para explorar juntos el viaje del amor.
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