11: Celebración en la Mansión
La noche estaba fresca y clara mientras Jimin y Jungkook se alejaban del bullicio del estudio de televisión. La celebración tras su exitosa colaboración no había hecho más que aumentar la emoción en el aire. A medida que caminaban, la energía entre ellos era palpable, llena de risas y un ligero nerviosismo que ninguno de los dos podía ignorar.
—Oye, ¿por qué no celebramos en mi casa? —sugirió Jimin, sus ojos brillando con entusiasmo mientras miraba a Jungkook. Su mansión a las afueras de Seúl era un lugar que guardaba muchas memorias, y quería compartirlo con Jungkook.
—¿Tu casa? —preguntó Jungkook, sorprendido y emocionado a la vez—. ¡Eso suena increíble!
Jimin sonrió, sintiendo que la invitación era un gran paso en su creciente amistad.
—Es un lugar tranquilo, perfecto para relajarse y celebrar. Hay mucho espacio y, si te apetece, puedo preparar algo de comida.
—Me encanta la idea. —respondió Jungkook, su rostro iluminándose.
Los dos se dirigieron a la mansión de Jimin, donde el trayecto fue acompañado de risas y anécdotas sobre la entrevista. Cuando llegaron, Jimin abrió la puerta de su casa, revelando un vestíbulo espacioso adornado con obras de arte modernas y una iluminación suave que creaba un ambiente acogedor.
—¡Bienvenido a mi humilde morada! —exclamó Jimin, haciendo una reverencia teatral.
—¡Es impresionante! —Jungkook se asombró, caminando por el vestíbulo y admirando cada detalle. La mansión tenía un aire de elegancia, con grandes ventanales que dejaban entrar la luz de la luna, y un jardín que se extendía hacia el horizonte.
—Gracias. —dijo Jimin, un poco avergonzado—. A veces es un poco solitario aquí, pero me gusta.
Jungkook lo miró, notando la vulnerabilidad en la voz de Jimin.
—Bueno, al menos ahora no estarás solo. —dijo, sonriendo—. Vamos a celebrar.
Ambos se dirigieron a la cocina, donde Jimin comenzó a preparar algo de comida. Mientras cortaba verduras, Jungkook se movía por la cocina, buscando las botellas de vino.
—¿Te gusta cocinar? —preguntó Jungkook, observando a Jimin con curiosidad.
—Sí, me gusta. Es una forma de relajarme después de un largo día. —respondió Jimin, sintiéndose más cómodo—. ¿Y tú? ¿Eres buen cocinero?
—No, definitivamente no. —dijo Jungkook, riendo—. Mi especialidad es pedir comida a domicilio.
Jimin soltó una carcajada, disfrutando de la liviandad del momento. Mientras cocinaban y preparaban la mesa, la conversación fluyó sin esfuerzo, llena de anécdotas y risas. Jungkook no tardó en compartir historias sobre sus aventuras en la industria musical, sus travesuras con amigos y su vida en general, mientras Jimin lo escuchaba con atención, encantado por la forma en que Jungkook iluminaba la habitación.
Finalmente, con la mesa puesta y una botella de vino en cada mano, se sentaron a disfrutar de la cena. Las risas y las bromas continuaron mientras compartían historias de su infancia y cómo habían llegado a donde estaban. Jimin estaba impresionado por la facilidad con la que Jungkook podía hacer que cada momento se sintiera ligero y divertido.
Tras la cena, se acomodaron en el sofá de la sala, con las copas de vino en la mano y un aire cómodo en el ambiente. La pantalla del televisor iluminaba el cuarto mientras seleccionaban una película.
—¿Te gustaría ver algo ligero o algo más... intenso? —preguntó Jungkook, levantando una ceja de forma provocadora.
Jimin sintió un pequeño escalofrío recorrer su espalda al ver la sonrisa pícara de Jungkook.
—Algo ligero está bien. —respondió Jimin, intentando mantener la calma—. No quiero que se vuelva incómodo.
Jungkook soltó una risa suave.
—Tranquilo, solo bromeo. Aunque, tal vez una película romántica no sería tan mala idea.
Jimin se sonrojó, sintiéndose aludido por el comentario. Se acomodaron en el sofá, y mientras la película comenzaba, Jungkook se inclinó hacia Jimin, provocando que el corazón de este latiera con fuerza.
A medida que avanzaba la película, el ambiente se volvió más íntimo. Las risas se tornaron más suaves y la tensión se hacía palpable. Jimin no podía evitar robar miradas a Jungkook, admirando su expresión y la forma en que se entregaba a la historia.
—¿Te imaginas una situación como esa? —preguntó Jungkook de repente, señalando la pantalla mientras una pareja en la película compartía un momento romántico.
—No sé... tal vez. —respondió Jimin, sintiendo que su rostro se sonrojaba—. No es algo que me pase a menudo.
Jungkook se giró hacia él, una chispa de interés en sus ojos.
—¿Nunca has tenido un romance así?
Jimin desvió la mirada, sintiéndose vulnerable.
—No tanto. —dijo, sintiendo que la conversación tomaba un giro inesperado.
—¿Y eso es algo que te gustaría experimentar? —preguntó Jungkook, su tono ahora más serio, pero aún con un toque juguetón.
Jimin se mordió el labio, sintiendo el peso de la mirada de Jungkook en él.
—Quizás... —murmuró, sintiendo el peso de la tensión entre ellos.
Ambos se quedaron en silencio por un momento, la tensión creciendo entre ellos, mientras la película continuaba en segundo plano. Jimin sintió que sus pensamientos se mezclaban, preguntándose si esta noche sería el momento en que finalmente dejarían caer las barreras que los separaban.
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