18
BIENVENIDOS A OREGON
Por fin, después de treinta horas de viaje, y toda esa locura, April y yo llegamos a Oregon.
La cede de la cerveza.
—¡Oh por Dios! —O de la destruccion.
Oregon paso de ser un poblado entretenido a un lugar rodeado por la desdicha que superaba a cualquier otra ciudad donde habiamos estado.
Las casas no tenían cristales o puertas, al igual que los supermercados o restaurantes y había TyGors en cualquier parte del camino.
—Vaya. ¿Quién diría que así es como se ve el mundo de Bird Box?
—Cierra la boca —April estaba muy concentrada en no ser devorada como para creer que su vida iría a terminar por culpa de una broma.
Según el GPS estabamos a diez minutos del refugio, pero por la velocidad supuse que llegariamos en casi una hora.
—¡Cuidado! —pero nuestras opciones eran jugar al Rapido y Furioso a cambio de ser perseguidos o ser lentos y no convertirnos en el postre de ese TyGor.
—Lo se —la imagen era devastadora
Un hombre de nuestra edad, cuyo cuerpo aun tenía algo de vida, era devorado lentamente por esa cosa.
Condujé a 10km por hora, cuidando de no hacer ruido dentro de un area que practicamente era dominada por los TyGors.
Un camino de casi treinta minutos que continuó con una salida.
—¡Acelera!
—¡Ahí voy! —por fin eramos libres de ese grotesco campo minado.
El GPS nos condujo hacía un camino libre por el que viajamos durante cinco minutos, libre de problemas o accidentes.
Era como sí el exterior nos dijera que aquí las cosas eran más calmadas.
No había TyGors, personas desangradas y el camino era demasiado libre, lo curioso es que nos condujo hacía un punto que de solo verlo...
—No puede ser —...nos hizo pensar que tal vez podía ser una broma.
Habiendo tantos lugares en todo Estados Unidos.
Academias militares, campos de prueba y laboratorios Xavier tuvo que elegir este presciso punto para esconder su refugio.
El último Blockbuster del mundo.
—¡No puede ser! —una sorpresa que April no estaba dispuesta a ver con los mismos ojos que yo— ¡Tiene que ser una maldita broma!
Viajamos casi mil kilometros...
...pusimos en riesgo nuestras vidas...
...los TyGors estuvieron a punto de devorarnos...
...todo para viajar a la ultima sucursal de la compañía que fue derrotada por Netflix.
—¡Xavier! —April quedó debastada— ¡Xavier! —tomó el radio y gritó como una compradora decesperada por obtener un rembolso— ¡Responde!—pero estaba muerto—, ¡Maldita sea!.
Habiamos perdido la comunicación con él y April no tomó eso como una buena respuesta.
—¡Por qué! —igual que sí estuviese siendo torturada—¡Confiabamos en ti!.
Yo por otra parte me quedé mirando el local.
Ya lo había visto en canales como Cinemassacre o The Verge, y deseaba tanto estar ahí y tomar una foto para instagram.
La tienda que ahora solo existe gracias a los deseos nostalgicos estaba deltante de mi.
Pero había algo diferente.
Por lo general los sitios que visitamos habían sido saqueados o golpeados y siempre encontrabamos pistas; Ventanas rotas, paredes pintadas, puertas derribadas o que el lugar estuviese abierto, como una trampa para atraer sobrevivientes y este local no tenía nada de eso.
De hecho parecía estar en excelentes condiciones, como lo ví en YouTube.
No tenía golpes, rayones y todas las cajas de DVD estaban sobre los anaqueles, como sí aun estuviese abierto al publico.
—¡Eso es! —no podía haber alguien ahí...
Beep, Beep
...solo nosotros y el sonido.
—¡Vamos respondan! —Toqué el claxon durante varios segundos, y nadie me respondio.
—¿Qué haces? —solo April.
—¿Qué crees que hago? —y segui tocando.
—¡Actuar como un idiota! —April no lo vio de la misma forma— ¡Detente! ¿Acaso estas demente?
—No.
—¿Entonces por qué lo haces?.
—Para probar mi teoria.
—No. Lo que vas a hacer es que nos maten.
—¿Quiénes?
—¡Los TyGors! ¡Olvidaste que son muy sensibles ante el sonido!
—¡No! —y volví a tocar— ¿No lo vez?
Toqué varias veces y no ocurría nada.
—¡Sí hubiese un TyGor ahí ya habría salido! —y volví a tocar— ¡Mira! —El lugar seguía vacio—No hay nadie ahí.
—¿Y sí hay algun demente escondido?
—April.
—En serio. ¿Y sí hay un tipo ahí escondiendose? Podría recibirnos con un arma y robarnos el auto.
—En ese caso creo que la unica forma de averiguarlo será viendolo.
Y así fue como me rebelé.
—¡Hunter! —a pesar de que April podía volver a apuntarme— ¡Detente!
—Después de ver lo que hay aquí dentro.
Al fin pude imitar lo que había visto en todas esas peliculas de drama.
Liberarme del opresor y enfrentar el miedo.
—¡Espera! —aunque April me siguió hasta la entrada— ¿qué crees que estas haciendo?
—Siguiendo las ordenes.
—¡No podemos hacer eso!
—¿Por qué no? ¿Acaso les debes recargos?
—Nunca le pagué recargos a Blockbuster.
—Yo sí y no por eso voy a parar.
—¡Hunter! —April estaba convencida de que debía detenerme.
Por su rostro deduje que estaba asustada.
Y no la culpaba.
En estos seis meses todo lo que vivimos fueron persecusiones, miedo y hambre.
Sentir preocupacion por el desconocido que se convirtio en parte de su vida era de lo más natural que podía existir.
—April —Tenia miedo de perderme— vamos —y eso no podía ser un impedimento.
Xavier nos hizo venir por algo.
El lugar estaba tan despejado que podiamos dejar a los chicos solos y teniamos armas para defendernos.
—Lo haremos juntos.
—Eso era lo que quería oir —ahora los dos nos enfrentariamos a una nueva aventura..
Nos dirigimos a la entrada principal, la cual no estaba cerrada o cubierta de polvo, la empujamos y entramos a un pequeño pasillo. Acto segundo la primera puerta se cerró y la segunda entrada que teniamos delante de nosotros se abrió.
—Creí que solo los bancos hacían eso —Ese fue el unico detalle que nunca vi en un Blockbuster—. Espero que aun les queden copias de él Joker —cruzamos la entrada e ingresamos al escenario — ¡No puede ser! —que jugaba más el papel de un verdadero viaje a la nostalgia.
El local estaba en excelentes condiciones.
No había Luz o empleados pero sí una perfecta atraccion turistica que iniciaba con un mostrador repleto de dulces.
—¿Qué estas haciendo?.
—Tengo hambre —los dulces parecían estar en perfecto estado—. Ademas no he probado unos m&m's con pretzel en meses.
—No puedo creer que estes haciendo esto.
—Y lo dice la que me amenazó por una bolsa de papas fritas
Y otra vez dejé a April sin palabras.
Los dos estabamos en un lugar que se había jurado extinto y yo lo quería aprovechar.
Caminamos entre los anaqueles, sin apartarnos a una distancia menor de los tres metros. Recorrimos las areas de videojuegos, el canasto con VHS, los posters que vendían como souvenir y encontramos una pequeña exhibición. Tenían los vestuarios originales de las peliculas Les Miserables, Robin Hood y Cinderella Man; un pequeño punto turistico que estaba delante de otra vitrina.
—Mira —esta tenía más recuerdos.
Dvd's, juegos, libretas y un par de botellas de cerveza.
—Siempre quise estar aquí.
—Apegate al plan Hunter.
—No puedo hacerlo. Estoy en un monumento, que no vez —incluso encontramos un libro de firmas— han venido personas de otras partes del mundo.
—Sí, cuando los seres humanos no fueron infectados por insectos mutados y comenzaron a matarse entre ellos. Quieres por favor volver a la realidad, Hunter.
—Lo siento, pero es que soñé con poder ver esto algun día. Mira todas estas peliculas, videojuegos, souvenirse y...,
—...y esa puerta.
—¿Qué?
—Mira esa puerta.
—¿Qué? —April no era del tipo de personas que solían expresarse mediante metaforas o sarcasmo.
—Con tu permiso —pero sí de las que buscaban aventuras.
Cruzó el aparador de la misma forma que lo haciamos cuando robabamos...
—¡Hey! —y el cristal no se rompio—¿Qué crees que haces?
—Pongo a prueba las leyes de Newton —no lo podía creer. El vidrio recistía los setenta kilos de April —Se nota que he perdido peso —y la dejaba lucir su figura angelical—. ¿Quién diría que ser un Geek sería tan complicado?
—Creo que el termino correcto sería Freaky. Los Geeks son los que...
—¡Cierra la boca! —y así fue como volvió la antigua April.
Una mujer que no le daba importancia a los adultos con gustos infantiles sino a las cosas más adultas, como verificar la pared que a simple vista parecía un murial que le hacía homenaje a Starwars.
Cuatro posters enmarcados adornando la pared.
—Bingo —April le dio importancia al último.
—¿Qué haces?
—Pensando como tú
—¿De qué rayos hablas?—En sí April no estaba interesada en el poster sino en el rostro del actor que vestía la ropa de Han Solo.
—Sí vas a ocultar algo importante — Alden Ehrenreich — hazlo detrás de un poster donde no aparezca Harrison Ford interpretando a Han Solo.
—¡No puede ser! —y al ver el otro lado me sentí como sí mi ser no pudiera comprender la forma en como todo ocurrio.
El poster cubría una entrada color plateado sin chapa, como en todas esas peliculas de espias.
—Espera —el tipo de pasajes en los que también podían conducir a una trampa—. ¿No estaras pensando en hacerlo?
—Por supuesto que sí.
—¿Por qué?
—Debemos cumplir con las ordenes.
—Pero no sabemos a qué nos enfrentamos —Cruce el aparador antes de que April tocara la puerta—. Por favor —tomé su mano y la miré a los ojos—. no lo hagas.
—Hunter.
—No lo hagas.
—Sueltame.
—Por favor April.
—Debemos hacerlo.
—Puede que haya otra forma.
—¡No la hay!
Y así fue como comprendí el poder de la verdad.
No podía haber otra salida más que esta.
¡Kyle se sacrificó para que nosotros llegaramos aqui!
—Hunter —sí detenia a April condenaría al grupo a una muerte injusta— por favor—. Y ella lo entendía— No podemos detenermos.
—Pero...
—Yo también tengo miedo.
—¿Qué?
—Hunter. ¿Crees que no me doy cuenta?
—April.
—No tienes que explicarlo. Cualquiera se sentiría así estando en tu lugar —April usó su segunda mano para tocar los dedos con los que sujetaba su muñeca— pero la única forma de enfrentar el miedo— como una belleza acariciando mi piel— es enfrentandolo.
Así fue como solté su mano.
April comprendía mis sentimientos, pero también tenía razón.
Debía enfrentar mis miedos.
Tocó la puerta, como cualquier otra, la entrada se abrió y delante de nosotros aparecio un pequeño pasillo iluminado que conducía hacía abajo.
—Quien diría que Jack me ayudaría en algo así.
—¿Jack?.
—Mi ex.
—¿Hablas del tipo que te me enseñó a disparar?.
—Así es.
—Y supongo que también te llevó a ver Han Solo.
—Él me hizo ver toda la franquisía.
—¿Y por qué lo hiciste?
—Amaba pasar tiempo con él. Era increible, amable, inteligente y educado.
—¿Dónde lo conociste?
—En la universidad. Él estudiaba para ser psiquiatra.
—"Wow" —y yo solo sabía tocar la guitarra.
—Mi madre también lo amaba. Incluso me decía que podía usar su vestido de novia para nuestra boda.
—¿Se iban a casar?
—Nunca me lo propuso, pero sí lo hubiese hecho habría aceptado.
—¿Entonces por qué terminaron?
—Virus Night
—De veras lo siento —Por el uso de sus palabras deduje que April ya había superado la perdida de Jack.
Quizas ahora era un infectado, como fue el caso de Jay, y nosotros no teniamos tiempo para pensar en eso.
Teniamos que recorrer un pasillo iluminado que conducía a un sotano.
Una distancia no mayor a los dos pisos que conducía hacía un corredor.
—No bajes la guardia.
—No lo hare —era como jugar Resident Evil.
Los pasillos eran cortos, había espejos cubriendo cada punto y al final del corredor ambos vimos nuestros reflejos.
Dos adultos que tenían dias sin darse un baño.
No había algún lector o camara de seguridad.
Solo estabamos nosotros en medio de un pasillo iluminado.
Acto segundo las luces se apagaron.
—¡Hunter! —Y la tension nos volvió a atrapar.
—¡April! —Como caminar en medio de una cuerda floja.
Sentía la presencia de April pero no podía ver nada más que la oscuridad.
—¡Ahh! —las luces volvieron a encenderse con un intensó resplandor que nos devolvió la vista— ¡No puede ser! —junto con algunas sorpresas.
El tal Xavier resultó ser un fanatico del mago Enmascarado.
Quince guardias aparecieron delante de nosotros, como en un truco de espejos. Armados y nos tenían rodeados.
—Identifiquense —gritó una mujer.
—¿Disculpe? —dije
—Identifiquense —repitio—. Digan sus nombres.
—Hunter Wells.
—April Swanson.
—¿Quién los envio aquí?
—El profesor Xavier —dijo April.
—¿De donde vienen?
—Nueva Jersey.
—¿Cómo conocieron a Xavier?
—Por el cadete Kyle —dijo April—. Arriesgó su vida para que nosotros pudiesemos venir aquí.
—Esta bien —la mujer nos ignoró. Dos segundos nos volvio a hablar— ¿Ustedes son los que encontraron a la hija de Xavier?
—Así —dije— se llama Rose.
—¿Y donde esta?
—En mi auto —dije— ella y otras dos victimas más estan en el asiento trasero.
—Muy bien —y otra vez nos ignoraron.
Los guardias no nos quitaron las armas de encima durante casi dos minutos. En el tercero la pared de espejo se abrió y seis hombres con traje de paramedico se dirigieron a la entrada, mientras que otros dos se acercaron a nosotros.
Usaron el mismo tipo de escaner que tenía Kyle para berificar sí no estabamos infectados. También nos midieron la temperatura, tomaron nuestras armas y me pidieron las llaves de mi auto.
—¡Estan limpios! —respondio uno de los paramedicos.
—Entonces vayan por los otros —dijo un tipo que iba con traje de doctor—yo me encargaré de ellos.
No hablaba como el Xavier que escuchamos por el radio.
Su voz era aguda y por la apariencia yo diría que solo se trataba de un doctor recien graduado.
—Muy bien. Ustedes son los chicos de los que nos informó el profesor Xavier.
—¿Usted no es Xavier? —pregunté
—No. Soy el doctor Evan Rowans, encargado del area medica. Xavier no tardará en llegar pero primero me pidio que les hiciera unas preguntas.
—Esta bien.
—Ustedes dijeron haber viajado casi dos mil kilometros en un automovil Versa junto con tres sedados, cierto.
—¿Sedados?
—Así nos referimos a las Victimas del suero, volviendo al tema diganme ¿Encontraron más Sedados en el camino?
—No —dijo April.
—¿Los Sedados que trajeron consigo son mayores o menores de 21 años?
—Dos menores y una mayor.
—¿Hace cuanto tiempo les inyectaron el suero?
—Dos días.
—¿Alguno de ellos o ustedes es diabetico, hipertenso o hipoglusemico?
—Ninguno.
—Por último ustedes. ¿En qué trabajaban antes de que esto empezara?
—Yo era enfermera. Hunter repartía pizzas.
—...y conducía un Uber.
—Muy bien —las preguntas eran cortas pero lo bastante útiles para entretenernos en lo que los paramedicos regresaban acompañados por más guardias.
—¿Qué no iban...?
—El establecimiento tiene varias entradas escondidas. Por lo general los sobrevivientes entran al blockbuster, pero también pueden hacerlo en el restaruant o la salida trasera. Todas estan vigiladas y protegidas para que los medicos puedan conectar a los Sedados y bloquear sus chips de rastreo sin ser atrapados.
—¿Chips de rastreo?
—Cada vez que Sedan a alguien le implantan un chip. Nosotros bloqueamos la señal para mantenerlos seguros —Los chicos fueron recostados sobre camillas y llevados a la entrada—. Sus amigos van a estar bien.
—¿Qué haran con ellos? —preguntó April.
—Mantenerlos con vida —comentó otra voz— al menos hasta que encontremos el modo de despertarlos —y esta si nos era familiar.
Entre los soldados y medicos surgio la figura de un hombre que, a diferencia de los otros, no iba vestido con uniforme de guardia o doctor.
Solo llevaba puesto un pantalon oscuro y una camisa baige.
—¿Ustedes son Hunter Wells y April Swanson?.
—Sí —respondimos.
—Es un gusto conocerlos. Soy el profesor Xavier, sean bienvenidos al refugio.
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