10
Lacey
Conforme los días pasaron las cosas se hicieron cada vez más difíciles.
Kyle tuvo la suerte de responder a lo poco que teníamos; botellas de alcohol, aspirinas y una chica que revisaba constantemente su pierna, cuidando de no hacer presión herida, sin embargo el no tener los medicamentos necesarios ni saber su tipo de sangre hizo que el proceso fuese más lento de lo que April hubiese imaginado.
A veces la televisión lo hacía ver fácil.
Un tipo hiendo con un veterinario a que le extrajera la bala y luego caminando como sí nada.
Ojala Kyle tenga la misma suerte que Hunter.
Él tardó cinco días en sanar, dos de reposo y volvió a la jugada.
De vez en cuando lo veía usando con su tablet o tratando de componer una nueva melodía con la guitarra de Gerald, lo malo era que no podía hacer los movimientos que un guitarrista dependía por culpa de su mano izquierda.
Eso colocaba a Levi en la obligación de cortar leña para la estufa.
—¡Ahhh! —y era divertido verlo fallar.
El hacha quedando atorada en medio del tronco o cortando un pedazo que salía volando al granero.
Ninguna golpeo su preciada motocicleta, pero toco mucha paja, como le ocurrió a Hunter en sus primeros días.
Esas eran las consecuencias de ignorar a sus compañeros.
—Te cuidado —le dije a Rose— a veces grita tonterías.
—Kyle podría hacer eso sin problemas.
—¿En serio?
—Es muy fuerte.
—Hunter también —Yo tuve que encargarme de Rose—. Tardo tres días en dominarlo.
—Yo creo que él tardara una semana.
—Quizás más. No deja que Hunter le diga como hacerlo.
Era divertido hablar con Rose.
De vez en cuando la llevaba a alimentara a las aves o a recolectar manzanas.
Tal vez no era la perfecta forma de convivir pero sí de distraerla porque no sabíamos cuando Kyle iría a reponerse y no podíamos nutrir a un enfermo con huevos y manzanas.
No teníamos enlatados ni podíamos ir en búsqueda de provisiones o gasolina teniendo a dos heridos.
Solo nos quedaba la opción.
Las gallinas.
—Perfecto —algo que Levi esperaba con ansias.
—Solo tomaremos las necesarias.
—Claro —pero el se sentía deseoso por comer pollo KFC.
Esa noche hicimos nuestro primer intento.
Levi le cortó la cabeza y patas a dos gallinas. Abrio su cuerpo, sacó los órganos y me las dio para cocinarlas en un estofado con lo único que había a mi paso. Esa noche comimos una sopa que le faltaban muchas verduras y condimentos que no teníamos.
Un nefasto platillo que nos duró un día.
Necesitábamos más.
—Hoy quiero nuggets —y debía apoyarlo.
Kyle necesitaba carne.
Levi se encargó de matarlas y yo de condimentarlas con lo poco que encontraba; eso nos dio carne fresca durante una semana.
—¡Demonios! —un lujo que pronto íbamos a perder...
—¿Qué paso? —...al igual que la electricidad— Oh no.
Ahora sí estábamos jodidos.
El generador dejó de funcionar.
—¿Qué ocurre? —Hunter nos acompañó al ver que la casa se quedó sin electricidad— ¡Oh no! —y ver a Levi junto a un generador apagado.
—No tiene combustible
—¿Qué?
—Se acabaron todas las reservas que guardamos.
—¿Y no queda más?.
—Solo el tanque de tú auto.
—¿Cuánto es?
—Medio.
—¡Maldita sea!.
Ahora sí habíamos llegado al limite.
Tener a Rose y Kyle nos limito demasiado.
No buscamos combustible o alimentos y cocinamos a la mayoría de las gallinas.
—Lacey —y verme cargar un plato solo empeoró las cosas— Dime que tienes buenas noticias.
—La verdad no.
—¿Qué pasa?
—Ya no podemos comer más gallinas.
—¿Por qué?
—Solo quedan cinco —y mi respuesta creo un vació en la cocina.
Los tres nos volvimos cómplices.
No había electricidad, quedaba poca gasolina y estábamos a punto de quedarnos sin alimento.
—¿Qué vamos a hacer? —necesitábamos una respuesta.
—Pues sí quieres mi opinión podríamos comernos a ese maldito hijo de puta que duerme arriba.
—No hablaras en serio.
—Claro que sí —Levi no se sentía dispuesto a razonar.
—¡No lo hagas! —pero Hunter sí—. Nosotros no somos así.
—¿Y quien te dijo que yo soy uno de ustedes? —Hunter le bloqueo el acceso a la cocina— Déjame pasar.
—No lo harás.
—¡Por favor!, Hunter.
—No puedes hacer eso.
—¿Tenemos otra opción? —Levi hablaba como todo un demente —oh no —. No pensaba solo actuaba—. No me digas que ahora ese tipo te cae bien.
—Esta ahí por nuestra culpa.
—No. Esta ahí porque April le disparó luego de que él te cortó dos veces.
—Lo hizo para proteger a Rose.
—¡Intentó asesinarte! Y ahora yo le devolveré el favor así que...
—¡Ya basta! —pero yo no me sentía dispuesta a seguir escuchando tonterías— ¡No podemos perder el tiempo así!, ¡Necesitamos buscar comida y gasolina! de lo contrario todos los huevos que hemos estado almacenando se echaran a perder.
—Podríamos matar a las gallinas —dijo Levi.
—¡Solo quedan cinco! y los polluelos aun no están listos. Sí las matamos nos quedaríamos sin alimento.
—Lacey tiene razón —intervino Hunter— tenemos que buscar, como lo hacíamos antes.
—¿Y a donde? Cerebrito —Levi quería una respuesta real—. No se si recuerdas que la última vez que salimos no encontramos nada porque todas las estaciones del norte fueron vaciadas y supongo que ahora las del sur también lo están—empujó a Hunter y caminó a la cocina, sin pensar en lo que haría—. Y yo veo por el grupo.
—¡No! —iba en camino al porta cuchillos.
Hunter sujetó su torso y yo tomé de las manos.
—¡Déjenme! —no podíamos permitir que cometieras un asesinato— ¡Tú! —Rose nos estaba viendo desde la entrada de la cocina.
Un adolescente tratando de tomar un cuchillo de carnicero y dos adultos deteniéndolo, como en un programa de comedia.
—Oigan —Rose parecía asustada por la manera en como Levi actuaba— creo que puedo ayudarlos.
—¿Ah sí? —pero Levi no iba a creerle— dinos.
—Yo se donde hay comida.
Hunter
Levi era demasiado impredecible.
Un chico solitario que podía esconder muchas sorpresas como actuar como un primate al ver que el alimento se estaba escaseando.
—¡Tú!—tener que sujetarlo fue una de las tareas más diciles.
Actuando como un salvaje ante una niña que nos veía con temor.
—Oigan creo que puedo ayudarlos.
—¡Ah sí! ¿Cómo?
—Yo se donde hay comida.
—¿Qué? —de pronto la situación se volvió delicada.
Rose nos miraba con inocencia, luego de vernos pelear, como sí estuviese tratando de detenernos.
—¿En serio? —y Lacey tuvo que soltar a Levi para formar parte del debate.
—Sí.
— ¿Dónde?
—En el motel. Donde Kyle y yo nos estuvimos escondiendo.
—Pero Kyle nos dijo que no quedaba nada de alimento o combustible..., que todo lo saqueron.
—No es cierto. Hay mucho.
—¿Cuánto?
—Suficiente para un año o dos.
—Eso es imposible —yo no me sentía incapaz de creerle—. April y yo revisamos todo el lugar. Ahí no quedaba nada.
—Eso es porque Kyle me dijo que debíamos ser cuidadosos. Por eso lo ocultamos.
Rose era una niña muy pequeña.
A esa edad cualquier niño creía que encontrar un dolar en la calle te ayudaría a obtener la fortuna de Donald Trump. Eso era lo que me hacía dudar de sí era realidad o una mentira para regresar y recoger un osito de peluche que dejó en el hotel.
Sin embargo Levi y Lacey parecían convencidos.
Pero no era un tema que podíamos hablar con Rose.
Necesitábamos debatirlo con April.
—¿Cómo sigue?
—Sigue dormido.
—¿Eso es buena señal?
—No, Lacey. Es mala.
—¿Por qué?
—Solo duerme. Eso podría ser señal de que necesita antibióticos; es eso o tener que amputarle la pierna para poder salvarlo.
—¡Yo voto por esa opción!
—¡Ni se te ocurra, Levi! —y otra vez tome el cargo del líder.
Decirle a April sobre la noticia de Rose fue difícil de creer, ya que podía estar mintiendo sin darse cuenta.
Quizás esa comida eran solo paquetes de galletas.
Comida que nosotros no teníamos.
Pero verla junto a Kyle tomando su brazo en señal de afecto fue lo suficiente para ayudarnos a sentir un golpe en el corazón.
Rose quería recuperar a su amigo.
—Supongo que debe haber medicinas.
—La verdad no lo creo April—dijo Lacey— pero no tenemos otra opción.
—El problema es que sí lo hacen no tendrán mucha ayuda. Con Hunter herido y yo cuidando a Kyle solo podrían hacerlo Levi y tu. A menos de alguien pueda conducir.
—Yo puedo conducir April —pero mi respuesta no fue lo que ella espero—solo no debo moverme mucho.
—Aun estas muy delicado.
—Mis heridas ya cerraron.
—Es muy arriesgado.
—Puedo intentarlo, como en la ciudad.
—Y nosotros haríamos el resto del trabajo —continuo Lacey— podemos ir, ver que hay y regresar.
—¿Y la gasolina?
—Rose dijo que ocultaron todo. Supongo que también la gasolina.
—¿Y si miente?
—Entonces la matare —y Lacey dijo algo que no creí oír de sus labios— por mentir.
—Y yo mataré a ese tipo —continuo Levi.
—Solo si miente.
—Con gusto —como sí por fin alguien hubiese secundado su noción.
Nos íbamos a arriesgar mucho.
Conducir 30 kilómetros con medio tanque de gasolina..
Esa mañana nos preparamos.
Tomamos algunas palas del granero y viajamos con Rose en un camino que al principio era lento y silencioso. Mis heridas ya estaban cerradas, pero de vez en cuando sentía el dolor al momento de cambiar de velocidad o girar el volante hasta llegar con el gran lugar que me hacía dudar por el casi cuarto de gasolina que perdí.
—Sigan me —quien diría que al momento de salir Rose sería nuestra guía en estos pasillos que parecían ser los del hotel Overlook—. Tengan cuidado. A Fred no le gusta que hagan ruido.
—¿Fred?
—Trabaja en el 7-Eleven. Ahora es su hora de descanso.
—Ya veo —quien diría que Rose les podría nombres.
Todo seguía como sí nada.
Los pasillos estaban sucios, las tiendas vacías y la entrada del hotel había otro cuerpo sin vida.
Rose nos dijo que se llamaba Billy.
Caminos entre el lobby, cruzamos varias habitaciones y la piscina, todo para llegar a la habitación 213.
La cual estaba cerrada.
—Esperen —Rose sacó una llave de su pantalón, la colocó en la perilla y al abrirla —Pasen —nos dimos cuenta de que no todos los niños mienten para llamar la atención— Mi casa es su casa.
—No puede ser —sin duda me quedé sin palabras.
Estábamos en una mina de oro.
Cajas, botellas, bolsas, maletas y ropa.
Había de todo.
—Kyle me dijo que debíamos estar preparados. Cualquiera que llegara aquí podía hacer lo que sea con tal de robarnos por eso ocultamos todo en varias habitaciones.
—¿Todo?
—Había muchas personas. Mi familia y yo nos registramos aquí cuando todo empezó; las habitaciones se llenaron a los dos días y al tercero recibimos la visita de esos camiones blindados —Rose no soltó lagrimas—. Mi padre murió tratando de salvarme.
—¿Y cuantos sobrevivieron?
—Kyle, yo y otros que fueron muriendo conforme recibíamos las visitas. Este lugar era demasiado grande.
—Ya veo —Había demasiadas maletas, juguetes y hasta regalos.
Quizás estábamos delante de las suficientes provisiones para sobrevivir dos años.
O más.
—¿y qué hay del combustible?
—Extrajimos todo lo que pudimos para los generadores. Kyle lo guardo en los baños de las habitaciones 114, 215, 308 y aquí.
—Se nota que el tipo pensó en todo —Al abrir la puerta del baño encontré varios barriles repletos de combustible.
Quizás no iría a poder subirlos todos en el auto, como más de la mitad de estas cosas. Pero había alimento.
Y mucho.
—Amigos creo que vamos a tener que hacer varios viajes.
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