16
[3/?]
---
Agust se detuvo un momento, mirándolo con un brillo en los ojos.
—No puedo creer que tengamos un hijo en camino. —dijo, su voz mezclando incredulidad y emoción.
—Yo tampoco, pero sé que será maravilloso. —respondió Jimin, sonriendo con ternura.
Agust sintió una oleada de amor y deseo por Jimin, y decidió que era el momento de hacerle sentir todo lo que significaba para él. Se movió hacia arriba, alineando sus cuerpos, y comenzó a moverse con suavidad, como si cada movimiento estuviera cargado de significado.
—Déjame mostrarte cuánto te amo. —susurró, sus labios apenas rozando la piel de Jimin.
Jimin cerró los ojos, entregándose a la sensación, disfrutando del placer que Agust le brindaba. Era un momento en el que todo lo demás desaparecía; solo existían ellos, unidos en un abrazo de pasión y ternura.
—Agust… —gimió Jimin, sintiendo el calor de su cuerpo y la conexión profunda que compartían.
Agust intensificó su ritmo, sintiendo cómo Jimin se movía con él, como si estuvieran bailando en una coreografía perfecta. En cada suspiro, en cada gemido, ambos se perdían un poco más en su amor, recordando que, sin importar lo que viniera, siempre tendrían el uno al otro.
Yoongi se quedó parado en la entrada, observando la escena que se desplegaba ante él. La risa de Jimin llenaba la habitación, y la complicidad entre Agust y él era palpable. A pesar de que se sentía invadido por un torbellino de emociones, especialmente celos, se forzó a permanecer en silencio.
Agust fue el primero en notarlo, levantando la vista y sonriendo con despreocupación.
—¡Oh, Yoongi! —exclamó. —¡No te escuchamos entrar!
Jimin se giró, su expresión radiante iluminada por la alegría del momento. Sin embargo, Yoongi sintió cómo su corazón se apretaba al ver la conexión entre ellos, un recordatorio doloroso de lo que le faltaba.
—Solo estaba verificando que todo estuviera bien. —respondió Yoongi, tratando de que su voz sonara casual, aunque no pudo evitar que un leve tono de amargura se filtrara en sus palabras.
Jimin, incapaz de captar el tono de malestar en la voz de Yoongi, se acercó a él, ansioso por compartir su entusiasmo.
—¿Cómo está Rose? —preguntó, con genuino interés, mientras Agust se movía para ponerse una camiseta.
—Está bien, durmiendo un poco. —respondió Yoongi, obligándose a mantener una expresión neutra.
Agust, notando la tensión, decidió romper el hielo.
—¿Quieres unirte a nosotros? Siempre hay espacio para más. —sugirió con una sonrisa, aunque el brillo en sus ojos no ocultaba su inquietud por la reacción de Yoongi.
Yoongi se quedó en silencio por un momento, luchando con su respuesta. La idea de estar con ellos lo incomodaba y al mismo tiempo lo atraía. La intimidad que compartían era palpable, y eso lo hacía sentir como un intruso.
—No, gracias. —El tono de Yoongi fue más cortante de lo que pretendía. —Solo… quería asegurarme de que todo estaba bien.
Jimin frunció el ceño, percibiendo la frialdad en la voz de Yoongi.
—¿Estás seguro? —preguntó, preocupado. —Sabes que siempre puedes estar con nosotros.
Agust, viendo la situación, se acercó a Yoongi y le dio una palmadita en el hombro, buscando aliviar la tensión.
—De verdad, no es necesario que te sientas fuera de lugar. —Su voz era cálida y acogedora, aunque su propia inseguridad brillaba en sus ojos. —Somos una familia ahora.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro