¡Juntos en el Casino!
¡Estén atentos! Creare un libro exclusivo para One-Shorts. Pueden pedirme cosas que no incluyan incesto o lemmon :3
Sally camino a paso firme, acomodando al pequeño ratón en sus brazos y sonriéndole ligeramente. Se acerco a un tren quieto sobre las vías, yendo directamente al segundo vagón y golpeando ligeramente la superficie. Bufo al no recibir respuesta, golpeando nuevamente pero con un poco más de fuerza. La puerta del vagón se abrió, dejando ver un fantasma con sus ojos flotando a su lado.
-Oye, ¿quien...?- los ojos parpadearon al ver a la rubia. -¡Ho Sally!- sonrío. -¿Qué te trae por mi humilde tren?- pregunto con voz burlona.
-Cállate fantasma, estoy ayudando al pequeño- gruño ella.
-Hola~- saludo Mickey con una sonrisa cuando los ojos del fantasma se enfocaron en él por un momento.
-Él esta buscando a su amiga coneja y pensé que tu la habrías visto o podrías ayudarlo- Sally hablo con seriedad, mirando fijamente al fantasma.
-¿Una coneja?- pareció sorprendido. -¡Oh, ya sé! ¡Espérenme aquí!- se adentro al vagón, desapareciendo de sus vistas por un momento.
-¿Qué esta haciendo?- pregunto el ratón con curiosidad al escuchar risas dentro.
-Ni idea, a veces es mejor no preguntar- negó ella, encogiéndose de hombros.
-¡Aquí esta~!- canturreo Blind con una gran sonrisa, volviendo a aparecer pero sosteniendo a una pequeña coneja semi-dormida.
-¿Qué haces?- Ink bostezo, refregándose los ojos con las manitos. -Estaba durmiendo...- gruño, abriendo los ojos. -¡Mickey!- sonrío, todo rastro de sueño desapareciendo de su rostro.
-¡Ink!- apenas los pies de los menores tocaron el suelo, corrieron y se abrazaron con fuerza, riendo.
-¡Que bueno que te encuentro!- Ink se separo, mirándolo con una gran sonrisa.
-¡Es bueno haberte encontrado!- rio Mickey. -¿Tu crees...?- murmuro pensativo. -¿Tú crees que Mug, Cup y Bendy estén molestos con nosotros por irnos?- ella rio.
-Nha, no lo creo. En realidad...- Ink pareció pensarlo mejor, tensándose y haciendo una mueca. -...van a matarnos cuando nos encuentren- murmuro con miedo.
-Ya me lo esperaba...- suspiro el ratón.
-Oh vamos...- el fantasma sonrío, acariciando las cabezas de los pequeños. -...yo creo que estarán felices de encontrarlos-
-Yo también lo creo- asintió Sally con una sonrisa.
-Eso espero...- suspiraron los niños.
-¿Qué es eso?- vieron con sorpresa y curiosidad una gran burbuja de color rojo que flotaba hacia ellos, deteniéndose frente a los infantes.
-No creo que sea buena idea tocarlo- hablo la rubia al ver que la coneja levantaba una mano y lo acercaba a la burbuja pero antes de poder tocarla, esta se movió ligeramente. Vieron con gran sorpresa como un par de ojo aparecían en la burbuja, parpadeando repetidamente y mirando a su alrededor, como si estuviera habiéndose de en que que lugar estaba.
-¿Eh?- Mickey se sobresalto cuando la burbuja lo miro. -...¿hola?...- sonrío con torpeza pero la burbuja solo parpadeo.
-¡Hola~!- Ink sonrío.
-Hey amiguito...- Blind sonrío, sus ojos flotando a cada lado de su rostro. -...¿estás perdido?-
-Oigan...- murmuro Sally al ver que aquella burbuja empezaba a crecer lentamente. -...realmente no creo que esa cosa sea amigo-
-Yo tampoco- negaron lo otro, la burbuja superando el tamaño de los mayores y mirándolos fijamente, una linea en zick-zack apareciendo un poco más abajo de los ojos. Gritaron cuando abrió la boca, lanzandoce sobre ellos. Cerro a los pequeños dentro de su boca, ni siquiera molestándose por los golpes que daban los menores.
-¡Suéltanos tonto!- gruño Ink.
-¡Hey!- Mickey apoyo sus manos en la superficie transparente, mirando con miedo a la rubia y al fantasma. -¡Ayuda!- la burbuja empezó a moverse.
-¡Oye, vuelve aquí!- Specter y Sally fueron tras la burbuja, deteniéndose con miedo al ver que la burbuja se dirigía a la siguiente isla. "Inkwell Hell" se podía leer a un lado del puente. Tragaron con fuerza, viendo con miedo como la burbuja con los niños dentro se dirigía directamente al Casino del Diablo.
... ... ... ...
-¿Donde estamos?- pregunto Mickey con curiosidad, aun ambos encerrado dentro de la burbuja.
-El Casino del Diablo- respondió Ink. -Me pregunta que querrá de nosotros...- la burbuja reventó, dejándolos caer de sentón al piso. Se levantaron, mirando el salón en la que estaban.
-¿Qué hacen ustedes dos aquí?- se voltearon al escuchar un voz, viendo a un ser muy alto y con cabeza en forma de dado, de nariz color violeta y bigote delgado. Vestía un traje color lila, con un pantalón color morado, un chaleco lila claro con dos botones morados del lado derecho, un par de zapatos color lila, un gran moño de color morado y guantes blancos.
-¡King Dice!- Ink lo reconoció, sonriendo y corriendo hacia él, abrazándose a su pierna.
-Hola pequeña- él sonrío, sentándose lentamente en el suelo y cruzando las piernas. -¿Qué hacen ustedes dos aquí?- pregunto nuevamente, permitiéndoles sentarse en su regazo.
-Ni idea- la coneja se encogió de hombros.
-Una burbuja con ojos y boca apareció, nos comió y reventó en este lugar- respondió Mickey.
-¿Una burbuja roja?- cuando ambos asintieron, Dice dejo escapar un profundo suspiro. -Jefe...-
-¡Con que ha llegado!- una criatura muy grande, de manos y pies grises con largas uñas, con ojos rojos, con lo que parecía ser un "pelaje" negro y con dos cuernos muy largos, junto a unas orejas también largas. Chasqueo los dedos con una gran sonrisa que mostraba sus colmillos, una mesa con dos sillas comunes y dos altas apareciendo en medio de la habitación.
-Jefe...- gruño King Dice, levantándose con los pequeños en brazos y mirando al otro con el ceño fruncido. -...le dije que no podía traerlos aquí-
-¡Soy el gran Jefe, puedo hacer lo que se me de la gana!- rio. -Además...- una sonrisa perversa se formo en su rostro. -...esos dos pueden servirme para negocios- ellos se encogieron, temblando de miedo.
-Nop- Dice se dio media vuelta, caminando fuera de la habitación.
-¡Oye, vuelve aquí!- el hombre con cabeza de dado cerro la puerta, caminando con paso firme por un pasillo e ignorando los gritos del demonio.
-¿Para que le serviríamos a ese loco?- pregunto Ink con confusión.
-Publicidad- respondió Dice. -Desde que esos dos niños lo vencieron y quemaron todos sus contratos, empezó a ver otras formas para atraer nuevos clientes- bufo. -Quería que ustedes vallan a las diferentes islas y atraigan a todos lo que pudieran con sus brillantes ojos-
-Oh...- los pequeños se miraron entre ellos.
-¿Los demás estarán buscándonos?- pregunto Mickey después de unos minutos de silencio.
-No sé- Ink se encogió de hombros.
-Yo les aseguro que si- King Dice les sonrío, abriendo un puerta y entrando, dejando a los niños en el suelo.
-¿Qué...es...todo...esto?- miraron con asombro a su alrededor, la habitación llena de múltiples juegos ¡Incluso había una montaña rusa! Sus ojos brillaron, unas grandes sonrisas pintándose en sus rostro.
-Es el cuarto de juegos del Jefe- Dice sonrío. -Creo...que ustedes merecen divertirse- Ink y Mickey se miraron entre ellos, asintiendo con grandes sonrisas.
-¡Vamos~!- corrieron a ver con que juego empezar, mientras que King Dice se reían ante la energía de ellos.
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