La gran noche
Luego de un tiempo fuimos a comer, nada interesante paso después, lo único importante que paso es que ese chico de antes me saludo y sonrió, se estaba acercando hacía nosotros, hasta que sus amigos lo llamaron, él se detuvo y se devolvió. Todo estuvo tranquilo, comimos y nos fuimos a dormir, ambos nos pusimos los pijamas y nos dormimos abrazados. Tuve un sueño tranquilo, estaba sentada en un campo, con mi "novio" pero estaba más guapa y más alto de lo que es, porque casi somos del mismo tamaño, él me gana por cinco o seis centímetros. Estábamos viendo el amanecer y comiendo helado, yo de fresa y él uno anaranjado, quizás de sabor de naranja, sabía que no era real, pero igual lo disfrute, sentir el aíre, él sol y chico muy apuesto, un muy buen sueño, uno de los mejores sueños que tuve. Me desperté cuando alguien me cacheteó en la cara. Tardé en saber qué demonios estaba pasando, lo primero que vi es una pistola delante de mí, no sabía que estaba pasando, tarde unos segundos hasta que reaccioné. Miré a los lados y vi a varios soldados en la habitación y a mi lada estaba mi "novio", volví a mirar al frente, la persona que sostenía el arma era mil.
- despierta al bello durmiente, necesitamos que me escuche, los dos – alguien le pego una cachetada a mi "novio".
- ¿Qué está pasando? – mil le apuntó en la cabeza.
- no hagas nada raro, o si no – me apunto a la cabeza – no lo quiero hacer, pero tengo motivos.
- no hagas una locura – mil sonrió.
- ¿Somos amigos? – lo miré confundida.
- ¿Sí? No sé ¿Qué demonios? – mil se río.
- solo es una pregunta ¿Somos amigos? – esto me empezaba a dar miedo, no sabía que estaba pasando.
- sí, somos amigos.
- tengo una regla para la amistad, no se mienten, las personas que te importan no se les mienten y los amigos son personas que importan, así que no se les mienten.
- pero, nunca te hemos mentido – él se quedó callado.
- tal vez, tal vez no lo han hecho, pero hay otra regla aquí, no demonios o infectados, si hubieran dicho que uno era así, especial, le hubiera aceptado y no hubiéramos llegado a esto.
- ¿De qué hablas? – intenté mover las manos, estaba amarrada con una soga.
- voy a soltarte, ve que quieres escaparte, pero tú supuesto novio se quedará amarrado – me quitó la soga de las manos – pero no te creas, te levantas y te mato.
- ¿Me dices que está pasando? – él sonrió y se volteó y dejo su arma en la mesa y miro a la nada.
- hoy es la gran noche, todo cerca de mí, estoy muy cerca.
- ¿A qué te refieres?
- no tan rápido, antes quiero contarte algo, vamos lento, tenemos tiempo, aun no son las doce – agarró un vaso, no vi que tenía.
- ¿Qué va a pasar a las doce? – tomo un poco del líquido que tenía el vaso.
- lo sé, sé la verdad, sé lo que es tú novio tienen poderes, no me dijeron cual – yo me quedé callada – el camaleón me lo dijo, lo había visto varias veces con la chica de las motosierras, pero por estos días, él ha visto a la chica de las motosierras, gritando hermano – él sonrió – usa tu cerebro y sabrás que pasa, sabrás que este chico de aquí tiene poderes y su es su hermano – tomo otro poco del líquido de su taza – pero me quise asegurar, así que después de que mi amigo camaleón encontrara la puerta, le di la misión de vigilarlos y escucho varias cosas muy interesantes, ya deben saber que fue.
- lo siento, pero tenía miedo que lo mataras – él me miró.
- te daré un consejo, porque soy buena persona, no mientas, las mentiras caen y sabías muy bien cómo me pondría, sabías que no me gustaban los monstruos, pero me quedé con esa chica, hubiera pasado lo mismo con él – yo me quedé callada, no sabía que decir – bueno, falta poco, te contaré mi historia mientras todo pasa, quiere que veas lo que pasara.
- ¿Qué va a pasar? – él sonrió.
- sabes algo, la primera vez que use mi cerebro realmente era de pequeño, muy niño, como de seis o siete años, no tenía muchos amigos – él se quedó callado – de hecho, no tenía amigos, he estado gran parte de mi vida solo – él soltó una pequeña risa – pero ese no es el punto, yo no salía mucho, me quedaba en casa, con viejos comics de Batman y como no quería morir de aburrimiento, me lo empecé a leer, todos y descubrí un error muy grande en los comics, quizás hubieran otros errores, pero no los vi y no vuelvo a tocar un comic en mi vida.
- ¿A dónde quieres llegar? – él se tomó lo que quedaba del líquido de su taza.
- tráeme más por favor – le paso la taza a un soldado – a ningún lado – me miró – hago tiempo, para que lo veas, es una noche muy especial.
- estás loco – él se río.
- al contrario, soy el más cuerdo, quizás, pero te diré algo, tengo razón, desde ese día tenía razón y la sigo teniendo – él agarró el arma – y no hables, eres un mentiroso, no sé si lo que dices es verdad – mil me miró – sigo con mi historia, yo descubrí la estúpides en el pensamiento de Batman ¿Por qué vas a dejar vivos a los villanos? Se nota que no aprendían, eran mal, escoria, debí eliminarse ¿Cuántas veces el guasón escapo? ¿A cuántas personas mato? Es simple, solo tenías que matarlo y la ciudad era más segura ¿Tú matarías a Hitler? – no respondí – respóndeme por favor.
- sí, así salvaría a miles de personas, creo.
- claro que lo harías, porque lastimo a muchas personas, a millones, pero ¿Por qué con el guasón era diferente? ¿Por qué no sé hace lo mismo con un asesino cereal? Normalmente lo dejan en la cárcel, viviendo cómodamente.
- pero la prisión se usa para alejar las personas peligrosas de la gente normal.
- es cierto, para eso se usa, pero cómo es posible, que haya más oportunidad de vivir en la cárcel que en la calle ¿Te parece lógico? ¡Qué sociedad tan buena! – él se río – además ¿Cuántos asesinos cereales salieron de la cárcel? Tengo varios ejemplos, entonces el castigo no parece uno, por haber matado a miles de personas, te quedas gratis en la cárcel y luego te dejan – él empezó a aplaudir – genios.
- entonces ¿Matarías a todos esas personas que están en la cárcel? – mire a mi "novio", tenía miedo que le disparaba o que lo lastimara.
- no, no todos, solos los asesinos.
- entonces ¿Los que mataron en defensa propia, los matarías? – él se río.
- ¿Por qué? Tú mismo lo dijiste ¡Fue en defensa propia! No debería estar en la cárcel.
- y ¿A las personas que pagan para matar a los demás? ¿Saldrán vivos?
- no, mataron, mataron a alguien y en no es en defensa propia, yo los mataría.
- y que pasaría si tiene familia y usaba eso para mantenerlos, eran personas pobres y es la única forma de sacarlos de la pobreza.
- no importa, no importaría, no importa la razón, para mí sería igual si los mata solo por el dinero o porque disfruta hacerlo, importa la acción, por eso los mataría – quería hablar, pero tenía un nudo en la garganta y no podía hablar – un consejo, haz lo que te salga del puto culo, pero come tu propia mierda – él agarró la taza de nuevo – gracias – le sonrió al soldado y giro al vernos – si no entendieron a lo que me refiero, lo explicaré, haz lo que tú quieras, no te importen los demás, pero todo tiene consecuencias y hay que aceptarlas y admitirlas – él tomo un poco del líquido de la taza – si a ti te gusta comer penos o coños, hazlo, olvida a los demás, solo importas tú, si quieres matar a alguien, hazlo, no importa lo que digan los demás, pero habrá una consecuencia, siempre lo habrá.
- estás loco.
- me llamaron toda mi vida así, desde pequeño me decían que estaba equivocado, loco, demente, me dejaron solo por lo que pensaba ¡Por usar mi maldito cerebro! Pero no me importaba, los que estaban equivocados eran ellos, decían que yo era mala persona y me dieron la espalda, solo por pensar diferente – él se volvió a reír – acaso, en su colegio decían que todos los pensamientos son correctos y no había que juzgar a las personas sin conocerlos, porque en el mío si nos dijeron eso, pero hicieron lo contrario, había un margen para que un pensamiento sea correcto, había ciertas reglas para hacer amigos y tener ciertos rasgos, como se alto, cosa que no soy, mido un metro sesenta y seis – él se río – pero ustedes también son muy pequeños.
- ¿Qué es lo que quieres? ¿Por qué estamos aquí?
- crecí y me gradué – maldito, me ignoraste – fue difícil conseguir amigos con mis pensamientos, pensar correctamente, incluso algunas personas me intentaron pegar por pensar así, mala suerte que a mi si me tocan las pelotas, yo se las arrancó – él se río – tenía un cuchillo en mi bolsillo, siempre estaba protegido, si algo malo pasaba, lo utilizaría, y ese día lo estrene con su cuello, maté a uno de mis agresores y me salí con la mía, en ese momento era menor de edad y fue divertido matar a esa escoria, aunque quizás no matarlo, me pase un poco, debí dejarlo solo invalido, pero que importa, ya lo hice, lo hecho, hecho está.
- estás loco.
- quizás, pero en esa época no, esa época todavía no estaba loco, o no tanto, quizás ni estoy loco, no lo sé, es complicado, por eso yo les daré toda la información de mi historia y ustedes juzgan, doy mi punto de vista y ya, cada uno para su casa, aunque no creo que salgan de aquí vivos – él volvió a tomar un poco del líquido de la taza – sabroso.
- ¿Solo vas a hablar de tú historia y nos mataran? – él se río.
- no, les estoy contando mi historia para hacer tiempo – miro al reloj – para matar el tiempo, ya casi, ya casi.
- sigues sin responderme ¿Qué mierdas hacemos aquí? – él sonrió.
- no te voy a decir, es algo glorioso que, si te lo cuento, no te lo creerías o quizás sí, pero te lo perderías.
- esto se está volviendo tedioso ¿¡Qué mierdas quieres?! – él se río.
- nada, lo tengo todo, bueno, casi todo, soy feliz y después de esta noche, vamos a esperar un poco.
- está bien, adivino que no puedo hacer nada.
- exactamente – él me miró a los ojos – después de eso, no tuve ningún otro problema, no uno muy grande, pequeños problemas, como todos, hasta que llegue a conseguir un trabajo, el mejor, mi obra de la vida, iba a ser mi mona lisa, mi another – yo lo mire confundió – el anime, esto es una obra de arte, casi perfecta o perfecta.
- Pero ¿Qué es? Me dejas con la duda.
- no, ahora te voy a contar hasta el final – él se tomó otro poco del líquido de la taza – yo tenía una idea, que cambiaría el mundo y no fue fácil, me esforcé, mucho, sacrifiqué todo, todo lo que podía dar, aunque no fue mucho, me esforcé, yo quería hacer mejor el mundo, de la mejor forma, quería que todos viviéramos más y no como piensas, quería que las células del cuerpo se rejuvenezca, no quería tener ciento cuarenta años, sin poderme parar, viviendo en la cama, miserable y triste, no, eso no era para mí – él sonrió – iba a hacer un cambio y demostraría que soy capaz de hacer el bien a todos – mostró su grande sonrisa - no íbamos a ser inmortales, aun podríamos morir con un tiro o una soga en el cuello, yo quería hacer un medicamento que pueda rejuvenecer las células.
- ¿Te querías hacer rico? – él se río.
- no, ósea sí y no, me importaba hacerme rico, si quería, pero en ese experimento quería demostrar de lo que soy capaz y ayudar a la humanidad, no me quería rendir, no quería morir, quería vivir un buen rato, quería ser famoso y por último rico, me importaba más el impacto que genera que el dinero que generaba.
- adivino que todo salió mal – su sonrisa desapareció.
- cómo es claro, necesitaba pruebas, conejitos de indias, me conseguí legalmente unos prisioneros para experimentar con ellos, un año, experimente por un año, fue glorioso – él sonrió un poco – obviamente eran asesinos cereales, nada de violadores o ladrones, solo asesinos – él miro la taza por unos segundos – hasta que llego ese día, ese maldito día – me miró, se notaba que estaba enojado – no sé cómo, pero alguien dijo lo que hacía y ¡Cómo la gente es estúpida, me quitaron todo! – agarró la taza y la lanzó contra la pared – ¡Vinieron a mi casa a lanzarme ladrillos! Lo peor de todo, es que ellos decían que eran los buenos ¡Casi me matan! ¡Intentaron quemar mi casa! ¡Malditos! – él se acercó a mí – solo y únicamente porque la gente le daba pena ¡Puta pena! Solo por pena, porque eran seres humanos y merecían vivir ¿¡Y yo qué!? ¡Si me mataban no importaba y se notaba! ¿¡Acaso por ser yo no cumplía esa regla?! ¡Malditos moralistas de mierda! Todos esos eran escoria – él se acercó más a mí, podía sentir su aliento – y su único argumento que tenían, era que eran personas ¡Vete a la mierda! ¡Ojalá todos los que dijeron eso se encontraran con esos tipos de personas! ¡Me quitaste un puto año de mi vida solo por qué son personas! – él se río – y sabes que, no se dieron cuenta de esto, no lo hicieron ¡Por qué solo piensan con el pene! Que asco de gente – él se detuvo un momento y respiro para calmarse – de hecho, no piensan con el pene, piensan con esto – hizo un corazón en con sus manos.
- a veces, la gente no entiende.
- es como una enfermedad, una plaga, debe ser eliminada, cómo un virus, como él puto cáncer.
- lo siento por escuchar eso, pero no todos somos así.
- yo sé que no – él se río - ¿Te imaginas tener un trabajo gratuito porque das pena? Horrible, putos moralistas y su único argumento de que eran humanos – se alejó de mí – pero no eran los únicos, los religiosos también, decía que me creía Dios y eso era malo, que no puedo ser Dios, los humanos no pueden jugar a ser Dios ¡Dios no existe! Y si existiera ¡Nosotros somos mejores que él! ¡Nosotros hemos podido vivir muchos años con solo lavarnos el cuerpo! ¡Nosotros podemos también crear vida! Mientras su Dios murió clavado en una cruz ¡Una maldita cruz! – miró el reloj y sonrió un poco – me quitaron todo, en un punto no aguante más y salí con un arma, una pistola y caminé a la calle, muchos se acercaban para pegarme, pero nadie hizo nada y no por el arma, sino porque son una puta mierda, porque solo saben atacar cuando se esconden, por las espaldas – él se río – lo único que hice es dispararles, matarlos, todos corrieron y termine en la cárcel y... – él se quedó callado, quería que terminara la frase.
- terminaste atrapado – me quedé callada, no quería hablar, él tenía un poco de razón, pero me parece muy extremista, además se nota que tiene problemas de ira.
- exacto, si pusieron atención – se acercó una mesa con un micrófono y varios botones – prendan las cámaras, todas – en los monitores de la habitación mostraron cámaras de los soldados, todos tenían una en los cascos – prepárense.
- ¿Qué haces? – él volteó y sonrió.
- sabías que tú novio está sedado, debería matarlo, pero lo necesito, además se que no me matara, no quiere que tú sufras, le importas – se volvió a voltear, donde estaba el micrófono – la gente nunca aprenderá, lo he visto aquí y lo he visto afuera, la estúpides, las quejas de mierda, solo hay una manera – él se quedó callado – no, hay varias maneras, está la correcta, es la que la sociedad apoya, por ejemplo cuando te pega un alumno, lo correcto es decirle a un mayor y bla bla bla, y la que se tiene que hacer, es partirle la boca, así no te vuelven a tocar, yo siempre hago la que se tiene que hacer.
- ¿Qué planeas? – él levantó la mano y me señalo los monitores.
- ya deberías saberlo – vi que los soldados se acercaban a las puertas de las habitaciones – preparados, a mi señal.
- no me digas que... - él se volteó y sonrió.
- creo que lo captaste, era obvio ¿No crees? – él se volteó al micrófono – que inicie la operación shelos one life.
Los soldados empezaron a patear la puerta hasta tumbarla, cuando entraron a le empezaron a disparar a las personas que había dentro, si compasión; luego se acercaban y se aseguraban que de verdad hubieran muerto. Algunos intentaron defenderse, pero no lograron nada, cada pantalla mostraba a alguien disparándole a gente inocente. Noté que unos de los monitores estaba la habitación de mi amiga, la que hacía sentir los otros lo que sentían; abrieron poco a poco la habitación, cuando entraron los soldados a la habitación, apuntaron sus armas, pero no dispararon, le temblaban las manos y se tambaleaban y al final cayeron al suelo. No sé qué paso después, la cámara quedó mirando al suelo. Mil dijo algo, pero yo no lo estaba escuchando, estaba perturbada, asustada y enojada. Luego la vi salir de la habitación poco a poco, con miedo, hasta que una torreta del techo la mato. Yo grite y me intenté acercar a mil, pero antes de que pudiera alcanzarlo, un soldado se puso enfrente de mí y me pego un puño, yo caí al suelo y sentí como salía sangre de mi nariz. Me giré para ver a mil, él estaba sonriendo.
- hermoso, no crees.
- eres un monstruo.
- tal vez – él sonrió – un monstruo que ellos crearon, ellos me dieron una razón para odiarlos, son plagas y me quitaron algo muy importante, mi tiempo, mi traba y esfuerzo, ahora yo les quitó algo más importante, su vida.
- pero son gente inocente, no tienen nada que ver con tú experimento.
- inocentes si son, eso lo sé y quizás si tuvieron algo que ver con mi experimento, pero eso ya no me importan, crucé una línea aquí, en esté lugar ¡He estado un maldito año aquí adentro! Incluso he estado en un piso más abajo.
- ¿Qué? ¿Un piso más abajo? – él sonrió.
- ¿No lo sabes? Hay pisos debajo de nosotros, no sé cuántos, pero se nota que estamos bajo tierra y que no se puede romper los techos ni los suelos, pero bueno, centrémonos aquí, ese límite de matar inocentes ya lo pasé, varias veces, es sobrevivencia del más fuerte, he matado a gente inocente por comida, por seguridad, por lo que sea, ya no me importa matar aquí, ya lo hice, rompí mi regla de no matar inocentes y no me importo, mientras esté aquí abajo haré lo que sea necesario para sobrevivir.
- eso está mal.
- para ti, pero yo he visto cosas peores.
- esto es un desperdicio de balas, de gente, de todo – él se río.
- ¿Sabes de donde saco la sangre? ¿Jamás te lo preguntaste? – yo lo miré confundido - ¿Creíste que teníamos una granjita con animales? – él se río – la consigo de dos formas, la primera es de animales, a veces hay ratas, hay muy pocas ratas, pero hay, rara, pero muy rara vez encontrado grillos y hemos comido carne de grillos, pero la principal fuente es carne humana, los cadáveres que conseguimos, los capturamos y le sacamos la carne, por eso siempre tenemos carne, siempre hay muertos por ahí, por eso siempre casi salimos – yo me asquee – pero cuando no hay, las ratas que tenemos, nos la comemos, así que al final si conseguimos algo, comida.
- ¿Eso significa que yo he...? – no pude terminar la frase, no podía.
- sí, todos hemos comido carne humana y seguramente lo has disfrutado, no sé cómo los religiosos han sobrevivido si no comen carne, pero creo que tienen un huerto para eso – él volteó hacía los monitores – es hermoso.
- estás loco – él se río.
- intenta estar cuerdo en este lugar por un año, no sé puede, es imposible, aunque sigo muy cuerdo, lo único que me cambio es que ya no me importa quien mato, es sobrevivencia y es hermoso matar, lamento si la persona que mato es amigo o no es una escoria, pero es sobrevivencia, pero cuando mato a una escoria, como ellos – señaló a los monitores – los disfruto, como hacerme una paja, es divino.
- ¿Nos mataras? – él me volteó.
- depende de ustedes, si se comportan, los dejaré vivir, aunque él – señalo a mi "novio" – estará siempre en una jaula.
. ¡Suéltame loco de mierda! – él intento soltarse - ¡Te mataré! – mil se acercó y le pego en la cara y en el suelo lo pateó varias veces.
- ¿Mil? – me giré para atrás, vi al mismo chico de antes, estaba aterrado y confundido - ¿Qué está pasando? – todos los soldados le apuntaron a la cabeza.
- tranquilos, que nadie disparé – miré que todos estaban distraídos y aproveché a acercarme a la pistola que estaba en la mesa – tranquilo chico, vamos a hablar.
- ¿Qué está pasando? ¿Por qué hay alguien atado y en el suelo? – él se asustó más y empezó a caminar para atrás - ¿Por qué se están disparando? – él empezó a temblar, supongo que vio a los monitores - ¿Qué le hiciste a esas personas?
- mira, te lo explicare todo, solo espera un momento, estoy atendiendo un problema – agarré la pistola, le disparé a un soldado y agarré a mil y le puse la pistola en la cabeza.
- todos bajen sus armas – todos me estaban apuntando.
- tranquilos, no me hará daño, bajen sus armas – todos le hicieron caso – buena esa, pero nada bueno saldrá de todo esto, lo sabes.
- nada iba a salir bien, estás loco.
- bueno, estás dándole a un loco una razón para matarte.
- hey tú, ayúdame – miré al chico – necesito tu ayuda.
- yo... - no pronunció nada más, estaba congelado, temblando de miedo.
- ¿Quieres quedarte aquí? Yo te puedo ayudar a salir – él miró a los monitores – por favor.
- está bien – empezó a caminar hacia mí - ¿Qué hago?
- ves a esa persona a mi lado – él miró a mi "novio" – libéralo.
- entiendo – se acercó a mi "novio" y lo liberó.
- ¿Estás bien? – se levantó tambaleándose.
- un poco dormido, apenas puedo mover mis extremidades.
- el suero debe dejar de hacer efecto – le apunté en la cabeza a mil – ya me cayó.
- ¿Puedes caminar?
- sí, no te preocupes, aunque no soy muy útil – él lentamente estiro su brazo para formar un hacha.
- impresionante, te di un tranquilizador para elefantes hace cinco minutos y apenas te hace efecto, pronto dejará de hacer efecto.
- si alguien nos sigue lo mato – empecé a caminar hacia adelante.
- es muy capaz, hagan caso.
- cuidado con lo que haces – salimos de la habitación – no queremos que nadie muera ¿Cierto? Y muchos menos él – caminaba para atrás, para siempre ver a los soldados – miren detrás de mí, por si alguien nos quiere atacar.
- pero ¿No tenemos ningún arma? – yo sonreí.
- no necesitamos, él es nuestra arma – él miró a mi "novio".
- sabes que esto va a acabar muy mal, sabes que si sigues morir.
- prefiero morir intentando escapando, que amarrada del cuello como un perro.
- cada quien, les deseo suerte, lo necesitaran – llegamos a una intersección, podíamos seguir caminando para atrás o girar a mí izquierda.
- ustedes dos vayan adelanté, yo iré detrás de ustedes – los soldados salieron de la habitación.
- no te mueras – ambos caminaron y yo me quedé.
Apunte donde estaban los soldados, mil aprovechó y me pegó en la cabeza y me empujo contra la pared. Lo iba a agarrar, pero ya estaba bastante lejos y los soldados estaban apuntándome, esperando que se alejara lo suficiente y dispararme, fui a la izquierda y me cubrí, ellos dispararon, pero yo ya estaba al otro lado, salí corriendo detrás de mis compañeros. Ellos se voltearon preocupados, le hice señas para que siguieran corriendo. Corríamos por todo el lugar, teníamos miedo y sabíamos que se estaban acercando. Corríamos por todo el lugar, cuando podíamos girar, girábamos, no sabíamos donde íbamos, pero no podíamos parar, los soldados corrían rápidamente hacía nosotros. Nos metimos en una habitación y nos escondimos. Cuando pasaron los soldados, empecé a caminar lentamente hacía la puerta, me acerqué al marco de la puerta y puse mi oreja en la puerta, escuché atentamente, esperando escuchar algo, pero no fue así, lo único que escuchaba eran pequeños pasos, lejanos, pero nada más. Abrí lentamente la puerta y miré por el pequeño hueco de la puerta, no vi a nadie, entonces la abrí un poco más y seguí sin ver a nadie, le hice señas a mis compañeros que se acercaron. Abrí la puerta completamente y miré a los dos lados, no había nadie. Salimos de la habitación y caminamos por el lugar, lentamente y atentos a cualquier cosa; yo recordaba con claridad donde estaba la salida y caminamos lentamente hacía la salida, atentos de todo lo que pudiéramos ver y oír, todo estaba en silencio, cosa que no me gustaba, algo no andaba bien, pero no sabría explicar porque esto me parece raro. Luego de un tiempo escuche a alguien respirando y gruñendo, también se escuchaba algo que se cortaba, como un carnicero cortando carne. Quería abrir la puerta y ver que estaba pasando, pero era mala idea, entonces seguimos adelante sin hacer ningún ruido, todo iba bien y nos estábamos acercando a la salida. Alguien me empujo hacía adelante y caí al suelo, me giré y no vi a nadie, pero sabía quién era; me agarraron del cuello y me lanzaron contra la pared, luego le pegaron a mi "novio", no sé dónde le pego, pero cayó al suelo, nuestro nuevo amigo se escondió. Apunté la pistola hacía enfrente, esperando a que el apareciera o algún indicio de él, pero no hubo nada, cuando me di cuenta ya era muy tarde; estaba colgando por el techo, alcanzó acercase mucho a mí y cuando estaba arriba de mí, se soltó, yo lo alcancé a esquivar un poco. Él me agarró de la pierna y me arrastró hacía él, luego me levantó y se mostró, tenía el mismo aspecto de siempre, pero con una horrible sonrisa.
- es bueno volverte a ver – saco su lengua y me lamió el cachete – me pregunté a que sabía los humanos, no saben a nada especial, es algo simple, le falta sal – aún tenía el arma en mis manos, así que la empecé a subir poco a poco la arma, pero cuando él lo notó y me agarró del arma – tranquila, no hagas esto tan difícil – la lanzó detrás de mí – tu novio está sedado, además le pegue varios golpes, quizás lo noquee, pero ahora estamos solo tú y yo.
- ¿Por qué haces esto?
- porque sí, son negocios, comida.
- sabes que, si don Toño descubriera lo que hiciste, no te darían más comida.
- pues hagamos algo, no le digamos, no tiene por qué saber.
- te estás juntando con gente peligrosa.
- y ¿Eso me tiene que importar? Somos amigos, lo que significa que no tiene que atacarme, además, no me importa mucho morir si disfruto lo que hago y me encanta robar y matar, así que no me importa morir por manos de él.
- espero que no te arrepientas después.
- no lo haré – se escuchó un disparo y mi oponente gruño un poco – maldito – miré por un lado de su cabeza y vi a ese chico con el arma, le había disparado por la espalda – hoy morirás – le disparó varias veces en la espalda, hasta que el cargador se quedó sin balas, él dio un grito ahogado de dolor – ahora me toca a mí – le travesó con su cola en la barriga, no fue profundo, pero si dolorosa y seguramente lo dejara incapacitado por un tiempo – vamos a ver si resistes eso mierda.
- metete con alguien de tú tamaño – mi "novió" lo agarró del pie y lo atrajo hacía él, por suerte me pude soltar.
- suéltame.
Él arañó a mi "novio" en el pecho con sus garras, mi "novio" soltó un grito de dolor, se enojó y lo agarró con su mano, cerró un poco su mano aplastándolo y después lo lanzó contra la pared, está se rompió y le cayó encima, estaba atrapo. Me acerqué a mi "novio", estaba sangrando mucho, tenía que escapar de aquí. Le ayudé a levantarse y él camino solo. Luego cargué al otro, se había desmayado, también agarré el arma, aunque no tenía balas, solo yo lo sabía. Salimos de las instalaciones, cargaba a mi compañero, estaba hirviendo, tenía fiebre. Recorrimos los pasillos, no nos habían seguido, estábamos solo, por ahora; tampoco nos encontramos con ningún monstruo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro