En busca de un hogar
Caminaba por todo el lugar, en busca de un hogar temporal, un lugar donde pueda descansar y ver personas más humanas. Debí haber pedido instrucciones para llegar, porque estaba perdida, pero por suerte estaba vacío y nadie me perseguía, todo estaba tranquilo; pero la vida no es muy fácil, así que con el tiempo empecé a escuchar una voz. Al principio me alegré por esto, era alguien humano, así que empecé a correr en donde venía la voz, por suerte recordé que hay varias de esas cosas sabían hablar, como don Toño, o puede que sí sea humano, pero no sé sus intenciones, quizás cuando me vea me maté y me robe las cosas, así que empecé a ir más lento y a ser un poco más precavida. Mientras más me acercaba escuché lo que decía, el chico o la chica estaba maldiciendo a una chica y su mala suerte, por lo que escuché él o ella estaba buscando a una mujer, que si no la encontraba habría malas consecuencias, que su hermanita lo iba a matar y después se lo iba a comer los restos de su cuerpo. Me asomé y lo vi, era un chico al parecer normal, con un pelo anaranjado muy enojado, pensé hablarle, pero me arrepentí, porque él transformo su mano en un hacha y rompió la mesa, eso me hizo entender que no era humano y que era muy probable que cuando me vea me quera matar y lo otro es que están buscando una mujer y yo soy mujer, me pueden buscar a mí. Así que empecé a retroceder poco a poco, lo dejé de ver y seguí escuchando gritos y maldiciones, sentí un poco de seguridad mientras más lejos estaba, pero de repente vi una sombra humanoide acercándose a la puerta, era él; yo me metí a una puerta y me escondí debajo de una mesa, tumbe una mesa y la use como escudo y me puse contra la pared, para que no me pudiera ver, también deje un hueco para que yo pudiera ver. Volvía a estar en una cocina, pero esté era diferente, había cadáveres mutilados y el lugar era mucho más grande e iluminado, había varios cubiertos tirados en el suelo, agarré un cuchillo que estaba cerca de mí; también había una máquina expendedora rota y vacía, unas cuantas cajas de pizza y latas de sodas vacías y una vaca muerta encima de una mesa. Él chico abrió la puerta y empezó a caminar por todo el lugar viendo a todos los lugares, buscando algo, incluso buscándome, pero no encontró nada, yo me sé esconder bien; luego lo perdí de vista, pero escuché sus pasos alejarse, lo que significa que se estaba alejando, me relajé y puse mi espalda en la pared, puse mi mano en mi pecho y respiré lentamente, pero silenciosamente, no quiero que me escuche, al final sabía que todo iba a estar bien. Me separé de la pared y vi por el hueco, no lo vi, pero por lo menos ya no escuchaba pasos, pero que yo no lo vea, no significa que él no me vea a mí; de repente un hacha rompió la mesa que estaba arriba de mí, tiré la mesa que estaba enfrente de mí y empecé a correr hacía la salida, pero antes de que pudiera salir del cuarto, me agarró de buso y me obligó a parar. Miré para atrás y vi que su brazo se había estirado, lo que significa que no solo crea armas con sus extremidades, también puede estirarlas a su antojo; luego encogió su brazo y se acercó a mí.
- hasta que te encontré – él me enrolla con su brazo – te está buscando, gracias por aparecer, ahora hay que esperar a mi hermana, ella vendrá en unos minutos.
- ¿Para qué demonios me quieren? Y ¿Quién carajos es tú hermana? – él sonrío de forma maliciosa.
- tú sabes bien quien es mi hermana, ya la viste hace poco, ella es peligrosa, ágil y muy ruidosa, demasiado ruidosa ¿Ya te acuerdas? – ni la mínima idea – es la chica que tiene motosierras en las manos.
- ¡¿Te refieres a la persona que me intento matar varias veces?!
- esa misma, pero no tienes por qué gritar, estoy cerca de ti y pues, lo que queremos – él se quedó callado – lo que ella quiere, porque yo no importo, es matarte, así que mientras ella buscaba por todo el lugar, yo buscaba en la parte más solitaria, uno era para no estorbarle y él segundo era por si acaso, porque había una pequeña posibilidad de que estuvieras aquí, al final tenía razón mi hermana en mandarme aquí – él dejó de sonreír
- ¿Por qué me hacen eso? ¿Qué quieren de mí? – él recupero esa sonrisa maliciosa que tenía antes.
- pues fácil, eres nueva, lo huelo, tú aroma es nuevo, jamás te había olido, además mi hermana te vio sola y normalmente todos los humanos van en conjunto, en grupo para estar más seguros y tener más posibilidad de vivir, pero tú estás sola, así que eres nueva – intenté bajar mi mano hasta mi bolsillo.
- eso no responde mi pregunta – metí mi mano en el bolsillo.
- porque la carne de la gente nueva es más sabrosa, más dulce y más blanda, así que, si te entrego, mi hermana me de él veinticinco por ciento de tu carne.
- ¿Por qué no me comes en este momento? ¿Por qué no es al revés? Tú deberías comerme y ella no – él me apretó más fuerte.
- no tengo posibilidad, si me enfrento contra ella me corta en pedacitos y luego me comerá, así que no gracias.
- pero ¿Te gusta vivir así? – él me apretó mucho más fuerte.
- ¿Tú que crees? No puedo hacer nada, no me gusta que ella es horrible y mucho más fuerte y solo puedo hacerle caso ¡Lo peor de todo es que me toca vivir toda mi vida así! – él me dejó de presionar! – no, ella va a cambiar, sé que sí, tiene que cambiar.
- lo siento – le clavé el destornillador y él me soltó – pero prefiero vivir – salí corriendo del lugar.
- maldita.
Corrí y salí de la habitación, luego me metí a otra habitación, esta vez era un pequeño huerto y tenía una pequeña cabaña, así que sin pensarlo entré y cerré la puerta, vi a mi alrededor, había varios abonos y una pala. Agarré la pala y bloqueé la puerta, me alejé un poco y miré a mi alrededor en busca de una salida, si lo había, una pequeña ventana en el techo, también había una estantería con algunas pequeñas plantas; utilicé está estantería para subir y con un poco de agilidad subí a la ventana y después subí al techo. Cerré la ventana para que no sospechara y me acosté en el techo esperando lo mejor, escuché golpees a la puerta, para luego escuchar como la puerta se rompía, luego escuché pasos en círculos y por último un horrible silencio, seguramente ya sabía que estaba arriba, así que esperé lo peor, pero por buena o mala suerte, alguien gritó, un horrible grito, como si alguien sin cuerdas vocales intentara hablar o como el último grito de una persona que estaba siendo torturada.
- hermana – dijo asustado y tartamudeando, con una felicidad falsa, esa cosa entro a la habitación - ¿Encontraste algo? Porque yo no – mentiroso – te lo juro – esa cosa giró para atrás y con las manos en la espalda lo agarró del cuello, luego giro su cuello ciento ochenta grados – perdóname, por favor – estaba muy asustado, se notaba en la voz, era como un pequeño niño temblando del miedo – no te volveré a decepcionar – su hermana le grito al oído – sé que ya lo dije antes, pero está ver es verdad – le volvió a gritar y lo empezó a ahorcar – no, te lo suplico – su hermana lo alzó un poco y le volvió a gritar – tienes toda la razón, tú... – él dejo de hablar, seguramente porque no tenía aire, su hermana lo suelta y él cae al piso – tú eres mejor que yo y yo soy una mierda, ya lo sé.
Le pego una patada y él cayó, cuando estaba en el suelo, se paró encima de su espalda y lo pisoteo un par de veces en la espalda, le volvió a gritar al oído, luego le puso la motosierra cerca de su cuello, no podía dejar que saliera lastimado, es un hijo de puta, pero merece vivir, todo lo malo que ha hecho es por órdenes de su hermana, así que lo ayudaré. Agarré la bolsa de comida que me dio don Toño y la deje en el suelo, luego baje con cuidado sin hacer ruido, agarré un tomate de la bolsa y me amarré la bolsa en mi hombro, luego me acerqué sin que me viera y se lo lancé en la cara.
- aquí estoy maldita, perra – ella me vio y dejó de pisar a su hermano – ven aquí, vamos a pelear – ella empezó a correr hacía mí - ¡Mierda! – debí pensar mejor esto.
Corrí hacía la salida, luego corrí por el mismo pasillo, miré para atrás y la vi, corriendo por las paredes, pasando de pared al techo y del techo a la pared, no sé por qué hacía eso, pero verla hacer eso me ponía los pelos de punta. Cuando me iba a atrapar, me lancé a un lado, atravesando una puerta y entrando a la habitación, me levanté y vi rápidamente a mi alrededor, enfrente de mí estaba una puerta, sin dudarlo dos veces corrí hacía ella y la atravesé, la cerré y miré arrastré una mesa hasta la puerta. Me moví hacía atrás y miré alrededor, vi que estábamos en una cocina y que no había otra salida más que esa, eso significa que sí o sí me toca pelear con ella si quiero vivir, primero agarré un cuchillo y lo guardé en el bolsillo, para no perderlo como el otro, también vi un extintor, lo agarré y le quité el pequeño seguro que tenía, luego me hice cerca de una mesa para esconderme, pero antes le heche una última mirada a la puerta, ella ya había llegado a la puerta y la empezó a romper, así que me escondí y esperar lo mejor. No podía ver la puerta, pero podía escucharla, así que escuché como la rompió y escuché sus rápidos pasos; escuché que ella estaba rompiendo algo, pero no lo sabía con seguridad, me asomé para ver qué es lo que hacía y la vi rompiendo un armario, seguramente pensó que yo estaba allí. Agarré el extintor y le disparé en la cara, eso creo una distracción y cuando se me acabo le tiré el extintor y corrí lejos del lugar, salí de la habitación, iba a cerrar la puerta, pero no había puerta, ella la destruyo, así que corrí para salir del lugar, pero me choqué con el otro, al que defendí.
- tú – me dijo con odio y rencor.
- no es momento para esto – lo agarré de la mano y empecé a correr.
- ¿Qué mierdas haces? – él empezó a correr conmigo.
- salvando tú puta vida, de nada.
Ambos corrimos por el pasillo, al final del pasillo había una puerta, aceleré más el ritmo para llegar más rápido, mientras yo corría y él les pegaba a las paredes, para que estas se derrumbaran un poco y cayeran. Entramos al lugar y lo mejor de todo es que ella no nos vio entrar, o eso pienso yo, me acosté en el suelo y empecé a respirar despacio y muy callada para que no me escuchara; él se puso cerca de la puerta para escuchar mejor y se llevó un dedo a la boca en símbolo de que hiciera silencio y obviamente le hice caso, luego de un tiempo él se alejó de la puerta y camino hacia mí y se sentó a mi lado.
- ahora estoy muerto, mierda, todo esto es tú culpa.
- ¿Mía? No lo creo, antes te salve.
- sí y gracias, pero mi vida... – él se quedó callado – mentira, ya estaba jodida, así que, gracias por sacarme, aunque no creo que está vida se mejor.
- por lo menos eres libre, puedes hacer lo que quieras, menos matarme, porque voy a gritar y tú hermana te escuchara y te matara – él se río, pero yo hablaba enserio.
- tranquila, no te mataré, me ayudaste y tomar valor.
- ¿Enserió?
- no, la verdad es que yo quería hacerlo hace rato, hace mucho tiempo, pero no tuve oportunidad, siempre me tenía un ojo encima de mí o no sabría qué hacer, tampoco tenía un escudo humano, como tú – le pegue en la cara.
- me traicionas y te mató.
- ya entendí, pero bueno, solo gracias por todo, por distraer a mi hermanita, pero ¿Qué haremos después? Literalmente te necesito para disimular ser humano, porque si me descubren que no soy humano, los mató a todos.
- mira, yo hablo, tú te quedas callado y únicamente usaras el poder cuando estemos solo o cuando escapemos del lugar.
- estará bien, solo si me prometes que sí te preguntas si tienes parejas, dices que sí, que soy yo – él miró para otro lado.
- ¿Qué? ¿Por qué carajos? – él se paró y se volteó.
- nunca he tenido novia, y tengo veintidós – yo me aguanté la risa, no quería hacerlo sentir mal, así que lo abracé por detrás.
- si eso te hace sentir mejor, te lo prometo – al final me puede ser útil.
- gracias – se volteó, pero no me miraba.
- muy bonito todo, pero hay que irnos, no me siento seguro aquí, con tú hermana suelta por aquí.
- está bien, espera veo si está cerca – él muy despacio abrió la puerta y saco su cabeza y miró para los lados – no la veo, pero puede estar más adelanté – él estiró su cuello y luego de un tiempo su cuello volvió a la normalidad – no vi a nadie, debe ser seguro – abrió la puerta y salió de la habitación y yo lo seguí.
- ¿Sabes dónde vamos? – él empezó a caminar y yo lo seguí.
- claro que sí, conozco muy bien esté lugar, en unos cuantos minutos llegaremos a un lugar seguro.
- ¿Después que haremos?
- no tengo ni idea, quedarnos, socializar y luego salir que aquí, luego yo mataré a las personas que sean malas, horribles y tú puedes seguir viviendo como quieras.
- vaya, no sé qué decir la verdad, aún sigo pensando que estoy en un coma o muerta, así que no he pensado en que haré después, también es que la mayoría del tiempo solo he pensado en una cosa, sobrevivir.
- te entiendo, uno a veces tiene que hacer lo que sea para seguir viviendo, incluso si es lamerle las botas a tú propia hermana o ser su esclavo.
- eso no es vivir, eso es miserable, horrible.
- ¿Acaso la vida no es así? Además, ya te lo dije, estaba esperando el momento justo y tú eres perfecta – yo lo miré a los ojos y le sonreí, el giró apenado – no en ese sentido, no digo que seas guapa, a lo que me refiero es que tú eres perfecta para mi plan.
- ¿Te parezco guapa? – lo dije algo picara.
- no es lo que me refiero, no te digo fea, tú cuerpo es capaz de atraer muchos hombres y mujeres y tus ojos son bonitos, pero no eres guapa, pero sí – él empezó a decir lo mismo una y otra vez, así que lo abracé.
- tranquilo, se lo que quisiste decir – solté una pequeña risa – hablemos de otra cosa antes de que tu cerebro se descomponga ¿Qué te hicieron para acabar así? – luego de unos segundos después me di cuenta de la pregunta que dije – lo siento, no debí preguntar.
- no pasa nada, me quedé callado para recordarlo y no me molesta, es algo normal, te da curiosidad – él se queda callado – fue más o menos así, me capturaron a la fuerza, al parecer mi hermana hizo algo muy malo, creo que fue que violo a un niño y luego lo dejo en la calle tirado, inconsciente, no sé cómo violo a un niño, seguramente se puso un juguete sexual y pues, ya sabes lo que paso – yo lo miré con asco – no sé si es verdad, pero eso me dijeron, pero eso no era todo, yo estaba a cargo de ella, era mayor de edad, tenía dos salidas, hacer un experimento yo solo o ambos, porque al parecer los crímenes de mi hermana daban pena de muerte y yo resulte siendo su cómplice porque ella dijo y porque estaba a cargo, algo estúpido, pero bueno, no podía hacer nada, así que si tenía que sufrir, íbamos a sufrir los dos, creo que en realidad no eran policías, pero en ese tiempo estaba pendejo.
- tenías dieciocho, deberías saber cómo cuidarte.
- mi hermana lo hacía por mí, ella tenía una mano dura y apenas era un año menor.
- ¿Solo estaban tú hermana y tú?
- algo así, vivíamos en una casa abandonada y yo robaba cosas, como alimentos y dinero para sobrevivir, vivíamos muy bien, muy cómodos para ser vagabundos, tuvimos días difícil, pero la vida es difícil.
- ¿Por qué no fueron a un orfanato o algo así?
- nuestro padre era un hombre poderoso y muy malo para mi hermana, para mí era un gran padre – yo lo miré confundido – lo que pasaba es que mi padre me quería por ser hombre y odiaba a mi hermana por ser mujer, le pegaba y la dejaba encerrar, mi hermana tenía que hacer su desayuno propio a los cinco años, obviamente no sabía hacer nada, así que guardaba de mi comida y se lo daba.
- vaya, pobrecita.
- lo sé, pero todo ese daño, al final la enloqueció, era como mi padre, pero mujer y chiquita, un día cuando mi padre llego a mi casa enojado, le quería pegar, así que ella agarró un cuchillo y se lo clavó en la pierna y se fue de la casa, yo me sentí lastima y corrí con ella lejos de la casa, sabíamos que teníamos que ocultarnos y eso hicimos, una parte de mí pensaba que esa pequeña niña lastimada y débil que tenía que proteger estaba ahí, pero había muerto hace rato, solo quedo la maldad de mi padre – él paró de caminar – fue estúpido creer que ella seguía ahí, pero no era así, solo estaba mi padre en ella, no la vi, hasta que violo a un niño y lo dejó tirado en la calle, me di cuenta cuando ya era tarde – se le empezaron a caer algunas lágrimas de sus ojos.
- tranquilo, no es tú culpa proteger a tú hermana – lo abracé – quizás hiciste bien en irte, no sabías que pasaría con tú padre alado y se nota de lejos que eras muy sobreprotegido, así que tal vez alejarte de tú padre fue lo mejor que te pudo pasar – él me abrazó fuerte.
- quizás tienes razón, pero bueno, ese no es el punto – tomo un poco de airé, se calmó y volvimos a caminar– al final ambos fuimos al experimento, a mí metieron un líquido extraño y luego pusieron un caucho en mi sangre o algo así y para que mis huesos fueran fuertes, me metieron metal en la sangre – yo me reí – es enserió o algo así, es más complicado, pero de alguna forma hicieron que mis brazos sean flexibles, pero que pudiera caminar y usar mis extremidades.
- vaya, cada vez esto tiene menos sentido, pero bueno, viendo lo que puedes hacer, es muy creíble todo eso.
- pero a mi hermana sufrió peor, como debe ser, a ella la juntaron con sangre de araña y con un poco de metal y unas motosierras, al final salió eso, al parecer el proceso le daño las cuerdas vocales, pero por alguna razón yo la entendía, era muy extraño.
- por eso es que siempre grita.
- sí, así se comunica y lo peor es que su piel es muy resistente, sobre todo sus motosierras, puede romper lo que sea con el tiempo, es sorprendente y aterrador.
- veo que sufriste mucho y te quiero ayudar, siento lastima por ti.
- gracias – él me abrazó y yo también lo abracé.
- no quiero arruinar el momento, pero ¿Cuándo vamos a llegar?
- ya falta poco – escuchamos pasos atrás de nosotros y un grito desgarrador – mierda, está cerca – ambos miramos para atrás y la vimos correr hacía nosotros - ¡Corre!
Ambos corrimos por el pasillo, esto era malo, muy malo. Yo corrí hacía adelanté, pero él me agarró del buso y me obligo a entrar a una habitación, la cerró y le puso seguro; estábamos atrapados, pero no todo es malo, la habitación antes era como un refugio o algo así, tenía una campaña de acampar y varios muertos en el suelo, lo bueno es que las personas tenían chalecos antibalas y varias armas a su lado, así que agarré la primera que vi y yo quería saber si tenía balas, pero no sé cómo usar una, nunca lo hice.
- ¿Sabes cómo utilizar esto? – su hermana llego a la puerta y la intento abrir normalmente como una persona normal.
- ni la mínima idea, dime como utilizarla – le di la pistola y él la agarró.
- fácil, sacas la munición así – él presiono un botón y el cargador cayó al suelo – cuando se acabe las balas recargas y este es un seguro, te lo quitó y lo último más importante es apuntar y disparar – le disparó a la puerta.
- listo, ahora ¿Qué haremos? – él agarró un rifle.
- solo, defiéndete, yo me oculto y le pego por detrás – él se estiró hacía arriba y se escondió en el techo.
- vamos, yo puedo, yo puedo.
Ella rompió la puerta y entro a la habitación, miró a su alrededor, me vio y empezó a correr hacía mí, yo le disparé y eso hizo que se detuviera, pero no por mucho, porque volvió a correr, yo la esquivé y le disparé en la cabeza, y luego le vacié el cargador en la espalda, el daño que le provoqué fue mínimo; ella se volteó y corrió hacía mí, por suerte tenía a su hermano como compañero. Él le pegó por la espalda y la estrelló contra la pared, atrajo rápidamente su brazo y empezó a tirarles cosas, me dijo que me fuera y yo le hice caso, salí de la habitación y empecé a correr, miré para atrás y lo vi correr detrás de mí, me sentí aliviada, pero no del todo, aún tenemos que escapar de ella. Unos segundos después de eso, la vi salir de la habitación, nos miró y empezó a correr donde estábamos, él sacó su arma y le empezó a disparar, haciendo que paré unos segundos, unos segundos valiosos; cuando el arma dejó de disparar él se la tiró en la cara. Él caminó se dividió en dos y obviamente giré a la izquierda, cuando lo hice me choqué con alguien, era un hombre, con un rifle, un chaleco antibalas y unas gafas.
- cuidado, ve por donde caminas, puedes lastimarte a ti y a los demás – dijo algo fastidiado y no lo culpo, yo también lo estaría.
- ¡Necesitamos ayuda! – ambos escuchamos los pasos y él levantó su arma.
- ¡Corran! – él siguió corriendo y nos pasó, pero él otro se quedó quieto.
- tranquila, Dios es mi pastor y confío totalmente en él – ella apareció corriendo en el techo y él lanzó una granada el suelo y luego le disparó en la cara hasta que la granda explotó – ve para atrás – yo di tres pasoso hacía atrás y me preparé para correr – Dios es mi pastor, Dios es mi cuidador y soy su mejor guerrero y no me importa que tan difícil sea el problema, Dios lo hace para hacerme mucho más fuerte y lo más importante es que nunca estaré solo si Dios está conmigo – luego de ese monologo, él le disparó a ella, ella se levantó y yo creí que lo iba a atacar, pero no fue así, ella salió corriendo de él, huyó lejos – gracias Dios por darme la oportunidad de seguir viviendo – él guardo su arma.
- gracias señor – mi compañero corrió y lo abrazó – nos salvó de esa señorita.
- gracias, pero no me gusta el contacto de otras personas – se apartó de él – bueno, síganme muchachos.
- ¿A dónde iremos? – sentía un poco de desconfianza.
- tranquila, no te haré daño, nosotros iremos a su nuevo hogar, solo confíen y síganme – él chico empezó a caminar, aunque no confíe en él, no tengo otra opción.
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