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04


Sangre.

Lo único que veía el pequeño Han en el suelo era sangre, su sangre.

Su cuerpo temblaba con fuerza, los cortes profundos le hacían sentir un dolor que nunca en su vida había experimentado, sus piernas estaban por ceder y caer sobre aquel charco rojizo oscuro.

— ¿Aún tienes fuerzas, mocoso? —Preguntó una voz lejana, tan lejana que lo sintió como un débil susurro.

Pestañeaba repetidamente a causa del adormecimiento que le estaba causando la pérdida de sangre. Sentía su cabeza dar vueltas y vueltas, pero aun sintiéndose horriblemente mal, las palabras de su querido abuelo seguían presentes en su mente.

Te harán algunas pruebas y tienes que soportarlas con toda tu voluntad, ¿Está bien? Tu mamá me dijo que si lo hacías, vendría por ti y te llevaría a la playa otra vez.

La mente de Han era un revoltijo de recuerdos que ya no creía ciertos, tal y como lo era el de su madre siendo desmembrada por zombies. Para Han, aquello sólo fue un mal sueño.

Si el abuelo lo dice, es porque es verdad, pensaba el de cabellos rubios.

Ah, pobre y desolado niño.

Un violento pinchazo en su brazo le hizo gritar y caer de rodillas al suelo, sintiendo como una sustancia caliente viajaba desde el interior de su brazo hasta el resto de su cuerpo.

— ¿Sabes que es lo que te inyectamos? Una alteración genética hecha por los terroristas. Serás el primero en probarla y sentir sus efectos, porque si dan el resultado que queremos, a tus amiguitos también se la inyectaremos.

Pese a lo disperso y distante que estaba la realidad en su mente, se desesperó al escuchar lo de sus amigos. Lo que sea que le hayan inyectado le estaba provocando un dolor insoportable que sólo podía expresar a gritos que desgarraban su garganta y él no quería que sus amigos pasasen por el mismo calvario.

Abuelo, por favor, sálvame de esta gente mala...

Pasaron las horas y el pequeño rubio sentía la agonía pura por primera vez, acompañando su débil estado con un llanto incontenible al escuchar los gritos de sus amigos en la habitación de al lado.

Lo siento por causarles daño... todo es mi culpa.

Culpándose cuando era la víctima y esperando a personas que nunca llegaron, así fue como el pequeño siguió en aquella sala de pruebas a merced de aquellos tipos.












—Y yo le dije: "¡Tienes más tetas que yo!"

Todo el cuarto de chicas estalló en carcajadas, algunas retorciéndose en el suelo y otras corriendo a los baños para orinar. Estaban todas reunidas alrededor de la cama de Jang, alegres y risueñas ante la rubia con aires de chico.

—Dios, eres un caso, Miu.

La de cabello corto se unió a las carcajadas de sus compañeras, gozando de cómo le abrazaban y rozaban sus pechos contra sus brazos. Intentó atesorar el tacto y la imagen de aquellas chicas tan hermosas a su parecer, personas tan buenas que merecían algo mejor que toda esta mierda.

En dos horas empezaría la expedición y, como siempre pasa, con suerte llegarían tres cuartos de la División en general, las chicas siendo la mayor cantidad de bajas.

Aunque el compañerismo caracterizara la División, si no había salvación o el peligro era alto, había que dar la vuelta y salvar la vida propia, incluso si eso le costaba a la de los otros.

"El fuerte sobrevive. No basta con tener fortaleza física, sino psicológica más que nada. En territorio de peligro se debe pensar con la cabeza y el corazón frío."

— ¡Miu! —Se despegó de sus pensamientos y miró a la persona que le nombró— El sargento te manda a llamar ahora mismo.

No era novedad que su cuerpo se tensara cada vez que Sungmin la mandara a llamar, ya que siempre que lo hacía, significaba que algo andaba mal dentro del sistema del ejército.

Dejó a sus chicas y se vistió con el uniforme, desordenando su cabello mientras caminaba hacia la oficina de comando. En el camino, divisó cómo los soldados preparaban las camionetas y camiones blindados con suministros y municiones, yendo de aquí para allá, revisando que todo estuviera en perfecto orden.

Llegando a su destino, recordó que debía revisar su querida M4A1*. La última vez que la usó fue en la expedición del año pasado.

Se disponía a tocar la puerta, pero antes de que su puño impactara con la madera, el general Donghae apareció detrás de la puerta, saliendo a paso rápido y dejando a Miu con una desagradable sensación en el pecho.

Por la expresión del general, no se trataban de buenas noticias.

Entró y cerró la puerta, realizando el saludo oficial de ejército ante la escrutadora mirada de Sungmin.

—Tome asiento, señorita Jang.

Y tal como lo había predicho hace uno segundos atrás, la esperanza de buenas noticias se había ido por el inodoro.













Los muros fueron abiertos, al igual que las cercas eléctricas y el puente por encima de las trincheras. La mayoría de los soldados nuevos estaban emocionados, ya que para algunos sería la primera vez combatiendo con zombies reales y salir de la ciudad luego de años.

Pero no se podía decir lo mismo de los soldados antiguos, ellos sabían que hasta el más fuerte podía ser devorado por cualquier descuido, incluso por más mínimo que fuera. La expedición significaba un suicidio, de allí que todos en el ejército los catalogaban como División Suicida.

Salir de aquellas protecciones era muerte segura para cualquiera que se atreviera, porque nunca sabes lo que puedes encontrar afuera. Hace un par de años, el gobierno había comprobado que aún seguían terroristas por la zona que antes era conocida como República Popular China, ocultos en laboratorios abandonados y creando cosas más peligrosas que infectados.

Todos recuerdan con impotencia al escuadrón del soldado Kim Jongdae, personas que fueron masacradas por algo que no podía catalogarse como un muerto viviente. Por deducción, cosas similares a esa fueron las causantes del ataque en el año 2066.

Chanyeol observaba atentamente desde su asiento a Sehun, tan sumergido en analizar al durmiente peli blanco apoyado en el hombro de Yoongi como para percatarse de la sonrisa burlona del más alto. Baekhyun y Jimin miraban con frustración a los tres chicos frente a ellos, el primero molesto por no tener la atención de Chanyeol y el segundo celoso por no ser el chico durmiendo en el hombro del rubio.

Sehun estaba absorto en cada rasgo delicado y perfecto del rostro de Luhan, intentando buscar alguna imperfección que le diera razones para quitar su interés en él. Sin embargo, todo lo que veía era abrumadoramente perfecto, como si los mismos dioses hubiesen creado al extraño chico de cabello dudosamente blanco, un detalle que tenía a Sehun con mucha curiosidad, al igual que los notables signos de cansancio en su expresión.

¿Qué tiene ese chico? Pensaba una y otra vez, sin dar con la respuesta a su mayor interrogante.

Mientras los seis chicos batallaban en una guerra de miradas silenciosas poco notorias, Suho y Yixing se encontraban ocupando los asientos de piloto y copiloto, el menor conduciendo y el pelinegro mirando a sus alrededores con su arma en mano.

A diferencia del resto, ambos establecían pequeñas conversaciones cuando los nervios se iban por algunos minutos y les daba algún tema que comentar.

Una hora pasó cuando llegaron al límite que establecieron el año anterior para comenzar las misiones, una ciudad desconocida para todos con un aspecto verdaderamente tétrico; autos abandonados en la mitad de la carretera, restos de huesos esparcidos por todas partes, edificios con mal mantenimiento de la pintura, ventanas rotas y una sensación escalofriante.

—Nos adentramos de más en esta ciudad al no encontrar infectados por el camino. Su misión es exterminar a todo ser que no sea humano, excepto a los que encuentren infectados —Sungmin se dio la vuelta para volver al vehículo y comenzar con su trabajo—, pero tengan cuidado, aquí fue donde los únicos sobrevivientes de la matanza del escuadrón de Kim desaparecieron.

Luhan, un tanto adormilado y con un humor de perros, comenzó a caminar por la carretera, importándole una mierda dejar a esos estúpidos detrás.

— ¡Hey, Lu! ¡Luhannie~! —Chanyeol corrió rápidamente tras él, tomándolo del cuello de la chaqueta y jalándolo hacia atrás, riéndose a carcajadas por el ligero estrangulamiento que le causó al menor— ¿A dónde crees que vas, cariño?

—Hay que dividirnos en pareja según el armamento —Habló Suho, caminando con todos los de su escuadrón hasta los dos chicos—, los que usamos armamento de fuego sólo atraeremos a una multitud de infectados.

—Bien —Murmuró Yoongi, posando su mirada en un distraído Jimin—, tú vas conmigo, Park.

El aludido se puso tan rojo que su cabello contrastó con el tono de su rostro.

— ¡Yo iré con Suho!

Baekhyun y Yixing miraron mal al alto, quien se encogió en su lugar por las penetrantes miradas en él.

—Mejor que Yiyi vaya con Suho —Corrigió rápidamente mientras caminaba hacia Baekhyun y lo jalaba del brazo—. Yo iré con el enano dos.

Le miró mal e intentó zafarse del agarre de Chanyeol, procurando verse molesto y no hacer notar su nerviosismo.

— ¡¿Y quién demonios es el enano uno?!

—Sehun irá con Luhan —El último miró con fastidio al rubio mayor—. ¡Es hora de irnos!

Todos corrieron por la carretera, saltando autos y algunos hasta saltando del puente para llegar directo a las calles de la ciudad.

El peliblanco bufó cuando Sehun se posicionó a su lado, revisando las balas en su M16*.

—Si saltamos hacia la izquierda y seguimos la calle principal, llegaremos al centro de la ciudad.

— ¿Cómo lo sabes?

—Me estudié el mapa del sector anoche.

Ambos caminaron hacia el barandal de la carretera, Luhan saltando primero desde esos 5 metros de altura y cayendo en perfectas condiciones.

Sehun le siguió y así ambos comenzaron una caminata en silencio, atentos cualquier movimiento o sonido extraño.

Estaba de más decir que la tensión entre ambos no era netamente por lo mal que se llevaban.














Taemin miró a los dos chicos de cabello claro caminar por las solitarias calles, acomodando su francotirador y viendo por la mira a su objetivo.

Niñato inútil, pensaba con altanería el castaño, tocando el gatillo con su dedo índice y esperando el momento oportuno para disparar.

—Pensé que serías más inteligente, Lee.

Taemin rápidamente sacó su pistola de su chaqueta y apuntó a la silueta de Miu, su corazón un tanto acelerado por el susto que le causó.

—Será mejor que te des la vuelta y no te metas en mis asuntos.

—No subestimes a Luhan, imbécil, porque el único que terminará muerto serás tú.

La risa del chico no se hizo esperar.

— ¿Me matarás tú acaso?

Jang sonrió divertida mientras retrocedía y se daba la vuelta para seguir con la misión, logrando que su melena se sacudiera con cierta arrogancia.

—Nop, pero tu objetivo sí.

Y en menos de un segundo, el característico sonido de infectados se escuchó desde la calle.

Taemin sacó su vista de Miu y la dirigió hacia su objetivo, abriendo los ojos a tope cunado el peli blanco cortó cabezas con una habilidad impresionante.

Sehun se quedó estático en su lugar, viendo como el pavimento se manchaba de sangre y de restos de zombies. Siquiera pudo reaccionar cuando Luhan ya los había decapitado a todos.

—Ese niño no es normal...

Se levantó, llevando consigo su arma y mirando una última vez al chico para darse la vuelta y despejar el leve miedo que estaba recorriendo su cuerpo.















Baekhyun se topó con una gran muralla de ladrillos, no tengo escapatoria, se decía desesperadamente mientras escuchaba como los zombies se acercaban paulatinamente a él.

Habían escuchado gritos de personas dentro de una fábrica abandonada, por lo que rápidamente entraron en busca de personas con vida. Sin embargo, se toparon con una multitud de infectados devorando cuerpos.

Chanyeol le había dicho que corriese a la salida mientras él se encargaba de todos y le obedeció, pero justo en la entrada de la fábrica otra multitud de zombies entró, haciéndole correr por su vida.

— ¿Dónde demonios estás, Chanyeol? —Murmuró temblorosamente a la vez que cargaba su M16.

Usar su arma era muerte segura, pero al menos le daría tiempo para que el alto llegara a salvarle el pellejo, si es que llegaba. Esperó a que se asomaran para comenzar a disparar, pero antes de que pudiese darle al primer zombie, este cayó al suelo sin su cabeza.

—Te ves tan caliente en posición de ataque, enano dos.

Corrientes eléctricas viajaron por su cuerpo, poniéndose un poco rojo por las repercusiones de ese comentario.

— ¿Dónde diablos estabas?

El castaño caminó hasta el alto, mirándole con el ceño fruncido cuando guardó el radio telecomunicador en su cinturón de accesorios.

—El escuadrón de Wu encontró el laboratorio y ahora están rodeado de zombies. Debemos ir a ayudarles.

—Demonios, lo que faltaba...

—Cálmate, diva. Si salimos de esta, juro darte la mejor follada en la vida.

El más bajo se atragantó con su saliva y le miró perplejo.

— ¿Q-qué?

—Vamos —Tomó su brazo y comenzó a correr con él—, si los matamos, nosotros nos llevaremos el premio mayor.

Byun se sentía como una colegiala cuando el chico que le gusta le pide una cita, pero se esmeró en hacer muecas de asco, así causando la risa de Chanyeol.

Luego de correr hacia las coordenadas que se les dieron, llegaron con los demás escuadrones, parados como estatuas mientras veían como los que usaban katanas se encargaban de los infectados alrededor del edificio.

Baekhyun contuvo las arcadas al ver como algunos zombies pescaban del uniforme a los soldados y les arrancaban las extremidades.

Los francotiradores hacían lo posible para apuntarles, pero era una tarea complicada si los zombies se movían tanto.

— ¡A la mierda todo! ¡Usen sus malditas armas!

Y una ráfaga de estruendosos disparos se dejó escuchar.

Sabían que aquel acto sólo atraería a todos los zombies de las cercanías, pero era aquello o que todos los ocupantes de arma blanca murieran.

Suho llegó corriendo junto a Yixing, la adrenalina corriendo en grandes cantidades al escuchar el estruendo de los disparos.

— ¡Divídanse y maten a los que vengan por las demás calles!

Los soldados se dispersaron y comenzaron a matar a los infectados que venían. Mientras tanto, su escuadrón y el de Min mataron a los restantes en la entrada del edificio.

—Chan —El nombrado miró a su mayor—, avísale a Yifan que el área está despejada. Yo me contactaré con nuestros escuadrones.

El alto asintió y sacó el dispositivo de su cinturón. Lo mismo hizo Suho y se llevó la parte del micrófono a escasos centímetros de su boca.

—Sehun, Jimin, ¿Dónde están?

Nada se escuchó.

—Sehun, Jimin, ¿Dónde están? —Volvió a repetir, los nervios apareciendo de repente.

—Jimin aquí, estamos a una cuadra del laboratorio. Una estampida de zombies nos alcanzó en el camino y por eso nos hemos retrasado.

—Bien, no demoren.

—Entendido.

Volvió a acercar el micrófono a su boca.

—Sehun, ¿Dónde estás?

Yixing lo miró de reojo cuando no hubo respuesta del menor.

— ¡Sehun! ¿Dónde estás?

Chanyeol cortó la transmisión luego de avisarle al escuadrón Wu que el área estaba despejada, centrándose en un Junmyeon demasiado ansioso a su parecer.

Un frío se coló por su espalda.

— ¡Demonios, Sehun! ¡Responde!

—Hy-hyung...

El aire abandonó sus pulmones. Sehun jamás tenía ese tono tan... inseguro.

—Por favor, dime que estás bien.

Jimin y Yoongi habían llegado, el último recibiendo miradas cómplices por parte de Yixing y Chanyeol, percatándose entonces que algo no andaba bien.

¿Dónde estaban Sehun y Luhan?

Yo si lo estoy —Susurró apenas, causándole más incertidumbre a Suho—, p-pero...

— ¿Y Luhan? —Yixing se abalanzó sobre él y le quitó el dispositivo, usando un tono seco y frio ante el mal presentimiento— ¿Luhan está bien?

Encontramos el laboratorio.

— ¿Qué? Sehun, nosotros estamos en el laboratorio.

¡No, no lo entienden! Fue una maldita trampa. Entramos y vimos la maquinaria y unas cuantas personas merodear por el lugar, eran los jodidos terroristas. Ustedes están en el señuelo.

Una pulsación se hizo presente en la cabeza del rubio, desesperándose y llamando la atención de todos.

Yixing alejó el aparato de sí mismo y miró con los ojos abiertos al menor.

—Mientras nos adentrábamos, encontramos un pasillo repleto de zombies. Allí Luhan se separó de mí y no logro encontrarle.

— ¿Yoongi? —Habló temeroso Chanyeol, ganándose la mirada extrañada de los tres chicos ignorantes de la situación del experimento.

—No lo sé —Murmuró quedamente, culpándose por no haberse quedado junto a Luhan—, pero no es nada bueno.

Gracias a la misma alteración genética que los cuatro llevaban en sí, podían sentir a través de pulsaciones los estados del otro, aunque generalmente las sentían cuando ciertas hormonas estaban secretándose de manera completamente anormal.

La última vez que Yoongi sintió una pulsación de ese tipo fue cuando Luhan acabó con los zombies durante el ataque del año 2066.

Adrenalina, adrenalina pura en su máxima función.

Desenvainó su katana y se dio la vuelta, un solo objetivo en su mente.

—Yixing, Chanyeol: debemos encontrarlo ahora.






*M4A1:   Fusiles de asalto automáticos en versión carabina, derivados del fusil M16.

*M16:  Semi  automático con sustracción de gas en el cañón y obturador rotativo.
 


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