Conforme el ascensor subía hasta mi piso, me di cuenta de una falla. Me lo había pasado genial, no puedo quejarme, pero ahora estaba prácticamente obligándome a encarar a Evann.

Abrí la puerta de con extrema precaución. Esta mañana había salido medio muerto por el marco y lo había ignorado pero ya no era el caso de ahora. Sin embargo, todo lo que me encontré dentro era a Vix, cruzada de piernas en el sofá y con su portátil, y el ruido en la cocina.

Nadie se percató de mi presencia hasta que dejé caer mi mochila junto a Vix antes de echarme sobre su hombro.

—¿Qué haces? —le saludé.

—Uno, quítate que pesas, puerca cerda asquerosa.

—¡Oye!

—Y dos, estoy viendo YouTube porque tal vez no estamos en nuestro último año y nuestro TFG se esté asomando por la esquina.

—Bueno, no se tarda nada en redactar un trabajo.

—¿Uno de 50 páginas?

—Sólo es diez veces más largo de lo normal.

—¿Y te parece poco? —me espetó.

—Bueno, los ha habido peores y...

—Y me da igual —me interrumpe Callum viniendo desde la cocina—. Ahora, ¿podéis despejar la mesa del comedor para que comamos? Está llena de pintauñas y tonterías de esas, os estoy mirando a las dos.

—Yo estoy haciendo mi TFG —se escaqueó Vix.

Suspiré y me levanté para hacer lo que Callum había mandado hacer. No parecía estar de humor para ponerle morritos y que me perdonara, así que intento darme toda la prisa posible. Tras poner la mesa también, arrastré mi mochila hasta mi cuarto para volver y encontrarme con sólo tres platos servidos.

—No es idiota, que se diga —comentó Vix—. Seguía en casa hace quince minutos y se fue por la puerta trasera del edificio para no tener que cruzarse contigo.

Vix no tenía ninguna expresión en particular mientras lo decía. Nunca le había importado el tema menos en contadas ocasiones. Aunque, me dolió saberlo. Él seguía siendo considerado conmigo y yo estaba comenzando a parecerme a la mala de la historia.

—En verdad yo no necesitaba saberlo. Ya me había dicho Evann que si tú ni comías fuera, lo haría él —añadió Callum—. Me pidió que lo preguntara por él.

Sonreí amargamente. ¿Qué más podía hacer? ¿Pedirle que volvamos? ¿Decirle que los dos nos habíamos equivocado? ¿Que no podía dejar de pensar en él si dependiera sólo de mí? Aunque ninguna de esas cosas sucederían, porque él lo decidió así sin mí. Y yo no pienso decidir con él.

—Entonces, malos rollos aparte —Callum se sentó a la mesa, apoyando las manos, listo para escuchar historias—. ¿Qué tal con tu cita? ¿Cómo se llama? ¿Es guapo?

—Creo que lo conoces, se llama Damien O'Hannagain.

La cara de Callum no tenía precio. Siempre hablaba del bufete de los O'Hannagain y cuánto le gustaría hacer sus prácticas ahí. Lo sabía todo sobre ellos.

—¿El pelirrojo?

—Creía que me dijiste que todos son pelirrojos.

—Son todos irlandeses pero no todos los irlandeses son pelirrojos —dijo Callum, haciéndose ofendido. Y él sólo tenía un octavo de irlandés—. Brooke, puta, te ha invitado a salir el O'Hannagain más caliente y, ¿vuelves así?

—¿Así cómo?

—Con ropa, a las ocho en punto.

Entonces entiendo qué quiere decir, mientras que Vix se parte de la risa a mi lado e intentando no escupir el agua que acababa de tragar.

—¿Lo... siento?

—Pero, ¿de verdad que no te ha mandado ninguna indirecta de querer... ya sabes?

—Uhm... no, creo que no. Me llevó a un restaurante caro y luego fuimos a jugar a los bolos. ¿Por qué lo dices? A mí no pareció un chico de esos...

—Vamos a ver, amor. He ido alguna vez a fiestas suyas o de sus hermanos. No se le veía casi nunca, y si se le veía era siempre saliendo de algún cuarto manoseando a alguna. Dicen que incluso le daba dinero a las que lo hacían bien.

—Y ya sabes, donde hay humo, hay fuego —intercaló Vix, a la vez que se llevaba el pollo a la boca—. Estos rumores no salen de la nada.

—Pero si yo fuera tú, no me importaría hacerlo con un tío como él —Callum me señaló con su tenedor—. Tiene pinta de ser un dios en la cama. Eso sí, sí por algún casual te enteras de que es bi, me llamas, ¿eh? Ah, y ya que estamos, háblale de mí si sale el tema de sus padres. Si me consigues esas prácticas haré tus tareas de la casa por un año.