Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

24.- So melona

Damien posa un beso en mi frente y luego otro suave sobre mis labios antes de dejarme ir. Sonríe mientras salgo del coche, pero se detiene a revisar su móvil justo cuando me despido.

—Nos vemos —me contesta aunque sin poner mucha atención.

Asiento y cierro la puerta sin darle más vueltas. Por el camino, Callum me había llamado allá por quince veces y mandado más de noventa y nueve, porque mi móvil no señala el número exacto a partir de ahí, mensajes. No sé qué clase de emergencia tenía que ser para que Callum se pusiera así. Tampoco estaba segura de que esta hiperactividad por su parte era posible.

Pero se ve que sí. Y en cuanto llego a nuestra planta, escucho el porqué. Unos gritos de lamento inundaron mis oídos, acompañados de irregulares llantos.Meto la llave en el cerrojo y entro de sopetón.

Sin embargo, no había nadie ahí. El ruido venía del pasillo que daba con nuestras habitaciones.

Callum sale a mi encuentro y lo veo jadeante. Apoya sus manos sobre sus rodillas y, sin haber recuperado el aliento aún, señala hacia la puerta de mi cuarto. Ladea la cabeza, haciéndome entender que debía ir ahí.

Cuanto más me acercaba, más familiar me parecía la voz de fuera quien fuese que estaba llorando y chillando como si no hubiera un mañana. Antes de llegar, la reconozco. ¿Cómo no? Era Evann. Y discerní también sus inteligibles lamentos.

—Brooke... —repetía.

Toqué la puerta.

—¿Brooke? —me llamó de nuevo.

Tragué saliva. Tal vez ya no fuéramos pareja, pero como amiga suya, debía ayudarlo, aunque fuera a costa de unas mentirijillas.

—Sí, Evann —le respondo—. Ábreme, por favor.

—Está abierto —me espetó Callum desde el sofá, donde se había tumbado—, so melona.

Respiro hondo. Preparándome para lo peor, sea lo que sea eso. Sin embargo, el pomo se gira antes de que yo posara mi mano sobre él.

Poco a poco, se mueve y un crujido agudo me deja entrever a Evann. Estaba hecho un desastre, casi tanto como solía serlo. Tenía los ojos inyectados de sangre de tanto llorar y podía ver marcas de rasguño en los laterales de su cuello, gesto que llevaba sin ver mucho tiempo y me hizo sentir un escalofrío.

Pero no me dio tiempo para pensar. El cuerpo de Evann se desplomó sobre mí.

—Brooke... Brooke... Brooke... —continuaba.

Le di dos palmaditas en el hombro, pasando mi mano por toda su espalda en el segundo toque. Mi cuerpo se limitó a actuar por inercia. Arrastré de Evann como pude, porque estaba claro que Callum no iba a ayudarme, y, sólo por comodidad, lo dejé en mi cama. Por mi parte, me senté en el borde y comencé a acariciarle su suave cabellera, aunque algo despeinada.

—Brooke... Brooke...

—Sssh, ya estoy aquí —le aseguré—. No pasa nada.

Sus fuertes brazos rodearon mi cintura, enterrando su rostro en mi abdomen. Las lágrimas que habían invadido su cara pasaron a mojarme ligeramente la ropa. Pero no me importó eso.

En cambio, busqué marcas en sus brazos. Pero no encontré nada, lo que me hizo suspirar aliviada.

—Lo siento... Brooke... Brooke... perdóname...

—Tranquilo —seguí acariciándolo—. Todo está bien.

Pero no pude evitar pensar en las otras cosas que había podido hacer que no se reflejaran en sus muñecas. Lo más peligroso había sido evitado. Pero, ¿y todo lo demás? Es más, ¿por qué lo había hecho?

Tenía dudas, muchísimas dudas de lo que podía haberle pasado en mi ausencia. Y el sentimiento de culpabilidad me empezaba a carcomer desde dentro. No era quien ocupaba el lugar número uno en mi corazón, no, pero seguía siendo alguien muy importante en mi vida.

Quería preguntarle, pero ya dormía por, seguramente, el efecto de la fatiga.

A veces, es tentador pensar que había echado de menos esto. Evann no era el novio perfecto ni el más detallista, pero todo lo que hacía tenía un claro propósito central. Y ese era yo. Seguro, Damien también me había hecho sentir lo mismo y lo había acompañado en sus momentos de debilidad pero algo se sentía diferente en mi pecho.

¿Eran así las relaciones, únicas para los dos partícipes? No era capaz de pensar en otra respuesta. Y, entonces, resonó en mi cabeza aquella fatídica frase:

«No sabes qué es el amor.»

Tal vez, sólo en un lejano tal vez, Evann podría tener razón. Pero, ¿qué significaba que la tuviera? ¿Me uniría a él de nuevo o me alejaría cada vez más de él? ¿Qué quería de él? ¿Qué lugar ocupa en verdad?

Demasiadas preguntas para el silencio que obtenía como respuesta.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro