«Un día cualquiera en mi vida... O eso creía»

Mike Lauper.

El bullicio que había en aquella universidad no parecía el de un pueblo en lo absoluto. En aquella mañana de noviembre, un joven Mike dejaba su casco de moto en su taquilla mientras tomaba de paso algunos libros que utilizaría durante el día en la universidad.

Le fascinaba llegar a la universidad en moto, disfrutar de la brisa de la mañana de aquella manera mientras que sentía el rugir de su moto.

Mike tomó aquellos libros y cerró su taquilla, viendo a su mejor amigo Jonathan apoyado en la taquilla al lado de la suya con rostro divertido mientras lo miraba.

Jonathan, un pelirrojo bastante atractivo, era también compañero de equipo de Mike, donde disfrutaban jugando al fútbol como nunca y estar juntos en aquella universidad aunque no fuese la universidad de sus sueños, iba a disfrutarlo al máximo.

—¿Que tienes en la cara? —preguntó Mike divertido mientras empezaba a caminar hacia su próxima clase.

—Lo mismo te pregunto a ti —respondió Jonathan—. Dicen las malas lenguas que tuviste un finde intenso. ¿Es eso cierto?

Mike rio ante ello.

—Si vinieras a las fiestas de las fraternidades te enterarías —respondió divertido.

Jonathan, el cual era el novio de Johanna, la joven de que Mike había empezado a tener dudas sobre su orientación, lo siguió mientras tenía sus manos metidas en la chaqueta universitaria del equipo.

Todas las mujeres del pasillo observaron a ambos hombres como si fuesen 2 tipos en peligro de extinción. 2 hombres guapos, atléticos pero, sobre todo, se centraban más en Mike quien parecía un semidiós por el rostro de Adonis que poseía.

Su cabello rubio bien peinado, con algún rizo frente a su rostro y aquellos ojos azules como el mar, hacía derretir a cualquiera.

Mike, que había subido las mangas de su sudadera con aquellos pantalones vaqueros que marcaban bastante bien cierta zona estratégica que hacía atraer miradas, continuó con su camino mientras que Jonathan se colocaba el cabello hacia atrás.

—Cuando tienes novia, a veces te apetece más disfrutar de un momento a solas.

El rubio asintió mientras continuaban por su camino en los largos pasillos del campus.

Mike no le gustaba sentirse así y sentía que había traicionado a su amigo cuando se sintió así por su novia. Pero él sabía los límites y aunque fue un momento y esa sensación fue desapareciendo, quizás porque Johanna era la novia de su mejor amigo, seguía sintiéndose de aquella manera.

—¿Como está Johanna?

—Bien. Ahora tenemos otra clase aburrida... La universidad no es lo mío, Lauper —respondió el pelirrojo.

Mike frenó en mitad del pasillo, escuchándose alguna joven que hacía un pequeño sonido al verlo.

—¿Y porque no lo dejas? Puedes estudiar otra cosa que no sea en la universidad.

Jonathan sacudió sus hombros.

—Porque no sé ni lo que quiero estudiar, M.

El joven asintió por ello, mientras los rayos solares entraban por los grandes ventanales del pasillo, iluminando el lugar sin necesidad de luz artificial.

En ese momento, Abby estaba caminando centrada en sus libros hacia su primera clase del día, el cual no estaba muy lejos de ese pasillo. En mitad de todo aquel alboroto de personas charlando, profesores, alumnos, etc. Estaba metida en su propio mundo, disfrutando de esas horas de libertad, de esas horas de tranquilidad que le daba el ir a la universidad al no estar metida en aquella casa tan deprimente.

—Encontrarás lo que te apasiona, Jon —susurró su mejor amigo Mike—. Ya verás.

Ambos amigos se despidieron y Mike, sin dejar de mirar hacia el otro pasillo por el que se había ido su amigo, continuó con sus largos pasos hacia su siguiente asignatura, una de sus favoritas.

Ninguno estaba observando por donde pisaba, hasta que Mike sintió que alguien se chocaba en su duro pecho, consiguiendo que este diese 2 pasos atrás de la sorpresa, cuando vio que frente a él, una hermosa joven estaba a punto de tambalearse hacia atrás. Pero Mike, tan rápido como pudo, la tomó de la mano y consiguió que esta no cayese al suelo.

Frente las miradas de todos, sobre todo, de las personas más envidiosas y deseosas de poder ser esa joven en ese momento, Abby miró fugazmente hacia aquel joven tan atractivo, clavando sus ojos sobre los azules de él.

Mike, sin entender que había pasado, se quedó totalmente absorto mirando los ojos castaños de esa mujer, los cuales juró que podía ver tristeza en ellos. Parecían estar apagados y aquello llamó y mucho la atención de ese universitario, que por un momento se preguntó que es lo que le habría ocurrido para que esa joven tuviese esa mirada triste y apagada.

Pareciendo que el mundo se paraba frente a ellos, Abby dejó de mirarlo tan rápido como pudo para arrodillarse frente a él y empezar a recoger los libros y los papeles que se habían caído frente a ellos.

Mike no tardó ni un segundo en arrodillarse frente a ella, también.

—Eso se llama hacer una entrada triunfal —bromeó el universitario, queriendo sacarle una sonrisa a esa mujer misteriosa que tenía frente a él.

Pero Abby no levantó la vista. Ya se sentía lo suficientemente avergonzada por chocarse con alguien que no conocía en persona, solo de verlo en algún partido de fútbol. Recordaba que cada vez que ocurría algo como eso en su casa, terminaba por una buena bronca de Theo, por no hablar de los malos tratos que sufría en ese "hogar" que parecía más una prisión.

Que alguien la tratase de esa manera era algo bastante nuevo para la joven. Es por ello que no quiso mirarlo por temor. Pero Mike era todo lo contrario a lo que ella pensaba, y no todos eran iguales que aquel hombre que conocía desde toda su vida.

—Es la primera vez que te veo por esta universidad, ¿es tu primer año?

Mike trataba de ser elegante preguntándole, quería volver a mirarla y ver aquellos ojos deseando que pudiese cambiar esa mirada de tristeza, al menos por un momento. Pero Abby no era capaz de levantar la mirada.

—Si —contestó con la voz baja.

—También es mi primer año —susurró el joven bastante alegre, tratando de contagiarla, pero no lo conseguía—. Soy Mike Lauper, ¿y tu?

Abby levantó su mirada hacia los ojos azules de él y juró que vio la mirada más hermosa que había visto en su vida.

Estaba tan acostumbrada a no hablar con nadie, a vivir su vida en solitario que estaba tan cómoda de esa manera. Pero que un hombre como Mike, que todas parecían estar enamoradas de él, le tratase de arrancar una sonrisa, le hacía intrigarse porque si quiera se molestaba en ello. Abby no estaba acostumbrada a mostrar su sonrisa, pero ver la sonrisa de ese universitario tratando de sacarle una sonrisa le hizo desear empezar a cambiar su manera de ver la vida.

Pero no era fácil cuando ya habías tenido una vida complicada.

Fue a abrir la boca, cuando el capitán del equipo de fútbol le gritó al joven, acallando a la muchacha.

—¡Mike! ¿Que haces? Vas a llegar tarde a la clase del profesor Peter.

Mike levantó su mirada para poder mirar hacia ese compañero de clase para decirle que ya iba, pero cuando volvió a centrar su mirada en los ojos de Abby, esta ya se estaba levantando con sus pertenencias.

—Siento estamparme contigo —respondió Abby.

Tan rápido como pudo, continuó de largo, dando largas zancadas para no llegar tarde a clase ante la mirada hipnotizante que se le había quedado a Mike. El cual, con una sonrisa, dijo;

—Yo no —susurró, pensando que le había gustado conocerla.

A pesar de que no conocía su nombre.

—¡Mike! ¡¿Vienes o no?!

Miró con enfado a su compañero de equipo y de dicha clase en esa asignatura y negó con la cabeza, sabiendo que por su culpa había perdido la oportunidad de saber el verdadero nombre de aquella joven misteriosa.

***

Aquí tenéis un nuevo capítulo de la nueva versión de la historia de Abby y Mike.

¿Que les ha parecido?

¿La forma de conocerse Abby y Mike?

Nos leemos mañana :3

Patri García