T R E I N T A Y C I N C O | S E C R E T O S 🏈
«Me estaba empezando a sentir distinto y entender cosas que no comprendía. Todo era tan nuevo para mi. Y odié hacerla sentir de aquella manera»
Mike Lauper
—Papá... —murmuró él, tapando su desnudez mientras que se acercaba a Abby para también tapar cuanto de le veían sus piernas.
Pero su padre no estaba mirándola a ella por vergüenza y porque no era nada cortés para él hacerle eso a una mujer.
—¿Mike? Eh... —Trató de decir, pero no le salían las palabras. —Yo...
Simplemente, su padre negó con la cabeza sin saber que decir. De todas las cosas que podía encontrar en su casa teniendo a su hijo universitario solo, jamás creyó que él estuviera con una mujer y que encima estuviesen desnudos por la casa.
Así que Mike, mientras se rascaba la nuca sin saber que hacer, dijo;
—Pensé que estabas en el gimnasio —aclaró, pero su padre volvió a mirar al periódico sin saber dónde poner la mirada.
Y ninguno de los tres sabía quién estaba más incómodo por dicha situación.
—Al final decidí tomarme el día libre y dejarlo en cargo de mi socio —respondió. —Quería pasar el día contigo, pero... —Se sinceró, sintiéndose un mal padre, pero al ver que había interrumpido a su hijo, supo que no podía meter más la pata—. Lo siento, no sabía que tenías compañía femenina —susurró, intentando aclarar dudas en el aire, pero que ni él ni la joven que tenía detrás suya, le iban a responder en ese preciso instante.
Mike observó a Abby, que estaba tratando de taparse y esconderse en la espalda ancha y desnuda de Mike. Y él sabía que ya era hora de marcharse ambos a vestirse.
La manzana podía esperar más adelante.
—Ya, yo... —Intentó pensar que decir, teniendo la mente en blanco y observó a Abby desde su espalda.
Mike sabía que no era momento para presentaciones, pero no sabía qué hacer. Estaba clavado en ese sitio, nervioso y angustiado. Y Abby estaba igual que él.
—Vale, esto es muy incómodo para los tres —contestó Kevin, levantándose del taburete y tapándose la cara con una mano mientras miraba hacia un punto fijo de la cocina—. Vayan arriba, vístanse y hablaremos mejor.
No faltó ni tres segundos para que Mike reaccionara, tanto como Abby.
—Vale. Ya volvemos —habló y se giró, tomando la espalda de la joven para guiarla a su cuarto—. Vamos Abby.
La tomó de la mano y subieron juntos mientras que el padre de Mike negaba disimuladamente a la vez que sonreía un poco y no porque lo viera con una mujer. Pero era esa sonrisa en la cara de su hijo que le iluminaba el rostro, esa felicidad que salía de él y que no había visto en mucho tiempo.
Y supo muy bien a que se debía esa felicidad.
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Los tres, tras la incomodidad de hacía un rato, estaban charlando en la mesa del comedor, debido a que el padre de Mike los invitó para que comieran con él. Se había tomado el día libre para estar con su hijo, que menos para hacerlo con la culpable de esa felicidad que tenía Mike en el rostro.
Así que, después de vestirse, de Mike pedirle disculpas a Abby por ello y presentársela a su padre como era debido, él sentado al lado de esa universitaria y frente a su padre, almorzaron una de las especialidades de Kevin.
Porque ese afán de cocinero de Mike lo había sacado gracias a su padre.
—Bueno, ¿y cómo se conocieron? —comenzó a decir Kevin, teniendo su vista en la de los dos universitarios.
Y Mike, con las mejillas sonrojadas, no supo que decir. Abby lo miró y tampoco sabía que responder, pero ambos sabían lo que significaba esa pregunta y era si era novio en realidad.
No supieron por qué, ambos desearon una cosa y era que fuese cierta que lo eran, pero era bastante complicado para decirlo.
—Oh, eh... No somos... pareja —dijo costándole decir esas palabras a Mike, porque no entendía por qué, pero sentía que eran eso y más.
Y realmente deseó decir que si lo eran, como cuando se lo dijo a Uriel, pero no entendía que le ocurría en ese momento. Y ese fue el sentimiento que su cuerpo sintió al ver que decía una falacia.
Entonces miró a Abby para ver si le había hecho daño con sus palabras, pero no vio reacción, no hasta los pocos segundos.
—Nos chocamos en los pasillos de la universidad. —Abby contestó con la voz algo confusa y bajita, sin saber porque se sentía dañada por las palabras de Mike, cuando él tenía razón.
Quizás porque le había hecho ilusión el que la hubiese llamado "novia" horas atrás delante de Uriel en los pasillos de aquella universidad. Quizás porque empezaba a sentir muchas más cosas por él de lo que nunca sentiría por nadie. Quizás porque había creído que, tras aquella lista, habría un futuro entre ellos. Pero todo eso se rompió con aquellas palabras de Mike.
No eran nada, pero quizás ese nada era una espinita para ella en su corazón.
—Aunque ya lo conocía de verlo en los partidos —concluyó, mirando a su comida y Mike odió verla así.
Deseó levantar la cabeza de ella, asegurarse de que lo mirase a los ojos y preguntarle delante de su padre si todo estaba bien, si entre ellos estaba todo bien. Pero cuando lo iba a hacer, vio que ella lo observaba como si le respondiera a esa pregunta mental que tenía Mike, y la joven asintió como si hablasen con solo mirarse.
Pero el rubio no se tranquilizó porque ya la conocía muy bien.
—Bueno, ese fue el día que ambos nos conocimos mutuamente —dijo el joven sin retirar la mirada de ella para luego añadir en voz baja. —Yo ya tenía la vista puesta en ti días atrás.
Siguieron observándose, notando como Abby sonreía un poco y él también, olvidándose quien estaba frente a ellos escuchándolos.
—Vaya, eso está muy bien —respondió Kevin, poniendo sus manos sobre la mesa y colocándose su pelo rubio ya algo canoso y teniendo toda su atención en ellos—. Perdonen, no me entrometeré en vuestra vida privada —concluyó, sabiendo que, sin ni siquiera preguntarles si eran pareja, ya los había metido en un lío—. Abby, ¿tus padres a que se dedican?
Abby soltó el tenedor suavemente sobre el plato para luego dejar de mirar a Mike para observar al padre de él, quien juró que se parecían mucho si Mike tuviese la edad de su padre.
—Mi madre es ama de casa, aunque antes trabajaba en una empresa antes de tenerme —aclaró. —Y mi padre trabaja en una gasolinera.
La mente de Kevin comenzó a trabajar y empezó a atar cabos, entonces preguntó;
—Oh... Tu padre no será Theo, ¿verdad? El amigo del alcalde... —cuestionó, deseando que no fuera ese el padre de aquella joven.
—Si, es él —contestó ella, arrugando su frente al igual que lo hacía Mike que tenía la mirada sobre ella—. ¿Por qué?
Miró a su hijo, quien a su vez lo miraba a él tras mirar a Abby y negó con la cabeza.
—Por nada —susurró.
Y siguieron hablando de temas del día, sobre el trabajo, los estudios y creando un vínculo interesante entre ellos. Pero bastó para que Mike se quedase totalmente dudoso por ello.
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Mike apagó el motor de su moto y dejó que Abby se bajase de la moto antes de que él le siguiera. Cuando ella le entregó el casco y se colocó el cabello para entrar a su casa, saliendo de aquel escondite en el que estaban metidos entre los arbustos de aquel lugar, Mike la tomó de la mano y la giró para mirarla a los ojos.
Aquellos ojos ahora algo vacíos como hacía semanas que no la veía.
—¿Todo va bien entre nosotros?
Los ojos de Mike demostraban la preocupación. Y no era poca.
Abby no quería darle importancia, aunque después cuando llegaría a su habitación acabaría llorando durante bastante rato. Sabía donde se metía cuando aceptó aquel trato, y recordaba las palabras de Mike pero... ¿como le decía a él lo que ella sentí? No era tan fácil, menos cuando no tenías experiencia en relaciones. Menos cuando podría fracasar todo y él alejarse de ella tan rápidamente como Abby era lo que temía.
La baja autoestima de Abby era más que obvia y, aunque poco a poco parecía bajar aquellas barreras que había creado, aun quedaban muchas cosas por hacer.
—Si, claro —mintió.
Pero Mike la conocía y sabía cuando decía la verdad y cuando no, por la mirada.
—No me pareció eso antes... —respondió.
Se habían prometido hablar, como siempre lo habían hecho. Pero costaba a veces. A veces las palabras no salían o no se sabían expresar y, aunque Abby se había abierto emocionalmente con Mike varias veces, aunque aún le costaba bastante y habían cosas que no podía contarle, Mike no se había abierto a ella todavía. Y eso era otro motivo que la hacía ella sentirse de esa manera.
—Mike...
—Siento si le dije aquello a mi padre. —Se apresuró en decir él—. No sé que me pasó...
Y ella negó.
—Decías la verdad, solamente.
Mike fue a abrir la boca, pero Abby se acercó a él, dejándole un casto beso en los labios para luego despedirse de él esa tarde.
—Hasta mañana.
Cuando se giró, una lágrima en uno de sus ojos empezó a resbalar, pero no se la secó para que Mike no supiera que estaba llorando. Solo la veía de espaldas y era mejor así, que no supiera que se sentía de aquella manera por ahora. Pero sabía que necesitaba hablarlo con alguien, con alguien que entendiese más a los hombres, que tuviese más experiencias que ella, que la guiase.
Y sabía que era hora de abrirse emocionalmente a Johanna.
Mientras, Mike se quedó allí, mirándola irse y deseando ir a por ella, besarla y demostrarle que era mucho más que un simple rato. Pero las cosas no siempre eran tan fáciles.
Nada fáciles.
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Después de que Mike llevase a Abby a su casa, el joven entró a su casa aparcando su moto frente al garaje.
Abrió la puerta y se encontró con su padre lavando los platos.
Se quitó la chaqueta y se acercó a él para preguntarle;
—¿Por qué le preguntaste si su padre era Theo? —cuestionó, deseoso de saber una respuesta clara. —¿Sabes algo de lo que vive Abby? —susurró muy bajo, como si temiera que alguien más lo escuchara.
Kevin dejó de lavar platos y apretó su mandíbula mientras que un mechón de pelo rubio y algo canoso se asomó por sus ojos. Observó a su hijo que esperaba una respuesta desesperado.
—Algo sé, sí —murmuró con el mismo tono de voz que el de su hijo—. Pero Theo es como el intocable en este pueblo. Y sé algo de la madre de Abby que esconde y yo le prometí guardar el secreto —concluyó para volver a lavar platos.
Pero su hijo no iba a dejarlo ahí y menos escuchando esa respuesta de él. ¿Acaso se conocían la madre de Abby y él? ¿Por qué iba a contarle un secreto a su padre? ¿Abby sabría algo de todo aquello?
Empezó a cuestionarse muchas cosas sin comprenderlas y todas ellas sobre esa mujer que tanto le importaba. Y temió por muchas cosas.
—¿Se conocen? —Fue lo primero que preguntó y al ver como su padre asentía agrandó los ojos, sorprendido.
Kevin dejó de fregar, cerró el grifo y se secó las manos para sentarse en el taburete que había a dos metros de él y Mike hizo lo mismo.
Ambos se miraron y dejaron pasar unos segundos antes de que su padre comenzara a hablar. Y sintió como un fuerte nudo se le cruzaba en la garganta a Mike.
—Si, aunque no conocía a su hija —dijo. —Isabel fue una gran amiga en mi pasado, Mike. —Al ver que su hijo abría la boca para decir algo, él lo frenó—. Y no, antes de que pienses mal, ella y yo nunca hemos tenido absolutamente nada. Para mi siempre fue como una familia. Antes de irme a vivir a Inglaterra, viví aquí, aunque me fui cuando apenas ella y yo teníamos 18 años, Isabel fue mi mejor amiga por años antes de que conociera a Theo y no volviese a verla. Luego, con el tiempo, perdimos el contacto y conocí a tu madre. Lo demás ya lo sabes. Y hace poco, cuando nos fuimos a vivir aquí, la volví a ver y supe que no estaba nada bien —respondió apenado, recordando que no era esa Isabel que conoció de joven.
Mike se quedó estupefacto por ello, pero no dejó que le afectara demasiado para poder seguir preguntándole cosas a su padre e, inconscientemente, comenzaron a pasar un rato padre e hijo.
—¿Y no has hecho nada para ayudarla? —preguntó.
Kevin asintió antes de cambiar la mirada hacia un jarrón decorado con flores que tenían a un lado de la isla de la cocina. Alargó la mano y comenzó a juguetear con las flores algo marchitas.
—Lo hice —contestó. —Pero Theo es intocable y los más poderosos de aquí están con él —murmuró, arrepentido de no poder hacer más nada—. Isabel tiene mucho miedo, por eso no se ha marchado con Abby de aquí y la verdad... No hay nada que hacer en este pueblo, ellas deben irse lejos, muy lejos.
De no tener el suficiente poder para poder ayudar a esa mujer que fue su amiga por años, por no hablar de la hija de ella, que no podía ni imaginar el infierno que tendrían que vivir.
—¿Por qué es intocable? ¿A qué se debe eso?
Kevin miró a su hijo, a esos ojos azules con azules y negó con la cabeza.
—A algo raro de su pasado y de que los policías e, incluso, el alcalde, están juntos en todo esto.
La respuesta le vino como un jarro de agua fría a nuestro Mike, quien lo escuchaba temeroso de oír ciertas cosas turbias.
—¿No me jodas?
—Lo siento... —dijo Kevin, apenado de no poder decirle más nada y de no poder hacer lo que estuviese en su mano para salvarlas.
—¿Y qué es eso que sabes de la madre de Abby? —La pregunta de Mike se formuló en el rostro de su padre, que no sabía si contárselo o no.
Y al final optó por lo más seguro.
—Mike, si te lo dijera te pondría en peligro.
—¿Por qué? —dijo un angustiado Mike que se preocupaba por esa mujer y Kevin lo descubrió.
Descubrió lo que su hijo sentía por esa universitaria simplemente por sus gestos y por como la miraba. Y ahora, por cómo se preocupaba por ella.
—Porque, hace un año que me lo contó y le prometí que no se lo diría a nadie.
Mike negó con la cabeza, comenzando a tocarse el pelo y despeinarse sin pensarlo, simplemente preocupado por Abby y deseando poder sacarla de allí con rapidez.
Llevársela de ese pueblo lejos, muy lejos.
—¿Ni siquiera a mí? —Se apresuró en preguntar.
Y Kevin negó con la cabeza.
—Sobre todo a ti —habló. —Si te lo diría, se lo contarías a Abby y ocurriría algo malo. Muy malo para la protección de ellas. Ambas correrían peligro. —Le advirtió con ese tono de voz que solo ponía muy pocas veces y que solo había escuchado dos veces en su vida.
Y Mike apretaba tanto su mandíbula que sus músculos se marcaban.
—¿Cómo sabes que se lo terminaría contando a Abby? —cuestionó.
Kevin sonrió por la obviedad de su pregunta.
Ambos se miraron y dejaron sus diferencias a un lado, y ese era el momento más importante, donde más podrían hablar de sus vidas y donde comenzaban a conocerse de verdad. Como el padre y el hijo que eran, como las personas que vivían juntos, como esas mentes diferentes y únicas que podrían catalogarse como ellos mismos.
Y, mientras el joven rubio y atractivo esperaba una respuesta de su padre, Kevin sonrió y dijo;
—Por la cara de enamorado que llevas.
La sorpresa se hizo evidente en el rostro del muchacho y se quedó sin habla, sin saber que decir. Y el nerviosismo se hizo presente, dejando callado a su hijo por primera vez en su vida y respondiendo lo que ya era evidente para su padre.
—¿Qué? —Fue lo único que alcanzó a decir.
Entonces, Kevin puso su mano sobre el hombro de su hijo para contestar;
—Solo un enamorado no se da de cuenta de que está enamorado.
Mike se quedó callado otra vez, mirando hacia un punto fijo y volviendo a posar la mirada sobre los ojos de su padre.
—Yo...
Kevin negó con la cabeza y colocó su otra mano sobre el hombro libre de su hijo, mirando a sus ojos para tener esa conversación que tanto había guardado y del que tanto se había arrepentido en no poder decirle antes.
—Hijo, no te avergüences por sentir cosas por una mujer —murmuró. —No soy el hombre más abierto del mundo, pero sé que, si mi hijo es libre sexualmente, también es libre de enamorarse de quien sea. Sea un hombre o una mujer —aseguró. —Y te apoyaré en lo que sea. Y esa joven es una gran mujer con una vida muy complicada —aclaró sin apartar su mirada de los ojos algo llorosos de la de su hijo—. Solo ten cuidado de donde te metes y de que Theo nunca descubra que sales con su hija —murmuró.
Y por primera vez, no lo negó.
Mike, con una sonrisa en el rostro y libre de no guardarse de lo que realmente sentía por esa universitaria, asintió. Asintió prometiéndole a su padre que no le pasaría nada, pero también prometiéndose a sí mismo que haría feliz a Abby. Fuera como fuese.
—Gracias papá...
Sin aguantar más, Kevin abrazó a su hijo y lo atrajo así, como años atrás. Y con ese simple abrazo, se demostraron las cosas que sentían mutuamente.
***
Aquí tenéis un nuevo capítulo de Abby y Mike.
¿Que les ha parecido?
Él próximo capítulo se viene uno muy interesante.
¿Lo desean?
Nos leemos :3
Patri García
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