5
Escuchaba murmullos a lo lejos. Además del fogaje del sol atacando su cara.
Aquellos dos factores hicieron que Yoongi despertara. Restregó sus ojos y estiró sus extremidades, para después sentarse y observar a lo lejos a los demás.
Todos estaban en la orilla, preparando la comida o haciendo cualquier otra cosa. A él, le habían ordenado que se quedara descansando.
¿Y cómo no? Después de lo de anoche, todos le dijeron que necesitaba si o si relajarse y recuperar fuerzas.
La noche de ayer, había ido a la laguna acompañado de Jimin, hasta que este fue a orinar, se demoró mucho, fue a buscarlo, no lo encontró... y entonces, todo fue confuso.
Había despertado en los brazos de Jimin, quien estaba rodeado de los demás, observándolo con caras de preocupación. Se había desmayado.
Yoongi bufó molesto consigo mismo. ¿Por qué se había desmayado? Él no se sentía mal ni nada, y ahora todos creían que estaba débil y nervioso.
- ¿Por qué me desmaye? - Yoongi masajeo su dolorido cuello por la posición en la que durmió. También por el hecho de que nada se comparaba a dormir en un colchón con una suave almohada.
Trataba de recordar que había pasado, pero todo era confuso y niebloso. Sacudió su cabeza y se levantó.
- Hey, buenos días leche azucarada, ¿te sientes mejor? - dijo Rose, yendo hacia él.
- Buenos días Ro, si estoy bien, no estoy enfermo solo fue un desmayo, quizá solo se me bajó la presión por el frío y ya.
Rose le extendió un poco de sopa de algas que habían hecho con lo poco que tenían, la cual estaba en una cáscara de concha grande.
- Come esto, espero que recuperes energía y no vuelvas a desmayarte.
- Gracias Ro - le sonrió Yoongi.
Alzó su mirada hacia los demás, centrándose en Jimin, quien ayudaba a Jungkook y Hoseok cazando peces.
Sentía que debía hablar con Jimin, y preguntarle qué había pasado anoche. ¿Por qué no estaba detrás de la cueva cuando lo fue a buscar?.
En fin, le preguntaría más tarde.
- Después de comer y asearme, iré con ustedes a ayudar en lo que se necesite.
- No señor, por supuesto que no. Te quedarás descansando, nadie quiere verte rondando por allí.
- ¡Pero Rose! Ya dije que no me siento mal...
- Aún así, mejor prevenir que lamentar chiquillo.
Con un puchero, Yoongi dio media vuelta y se fue con su sopa de algas.
Desde lo de anoche, Jimin se había sentido muy incómodo.
Trató de ocupar su mente en otra cosa y no ceder a los nervios y ansiedad que lo estaban consumiendo.
Recordaba como había visto sus ojos oscurecer, y aquello lo había hecho correr sin rumbo, lejos de Yoongi. Estaba confundido y muy, muy asustado. Su cabeza dolía, y se sentía mareado. Escuchaba como Yoongi gritaba, llamándolo, pero era como si no tuviera control de si mismo.
Hasta que después de caer de rodillas y respirar hondo, después de unos minutos puedo recuperarse, supuestamente. Había regresado en busca de Yoongi, pero cuando este lo vio, se desmayó. Jimin se había asustado aún más, tomandolo en sus brazos y evitando que se golpeara en el suelo. Enseguida había corrido con él en sus brazos, hacia donde estaban los chicos.
¿Yoongi se había desmayado por culpa suya? ¿Él le había hecho algo?
No tenía respuestas para esas preguntas, y aquello lo agobiaba. Estar atrapado en esta isla de verdad que lo estaba volviendo loco. No entendía que le estaba pasando. ¿Tenía alguna enfermedad mental?
Jimin negó con la cabeza y siguió su camino. Hace un rato había terminado de ayudar con la comida y arreglar el refugio, ya que algunas ramas se habían caído por el viento, además, se turnaban cada cierto rato para recorrer la orilla del otro lado de la isla, y vigilar si veían algún barco o lo que sea. No era su turno en ese momento.
Iba hacia la parte de la isla donde habían encontrado una vieja amaca, quería acostarse allí y olvidarse de todo por un rato. Ignorar que su estómago le dolía y sus encías picaban. Si seguía sin poder comer, porque todo le daba náuseas y ganas de vomitar, sería el primero en morir. Lo peor, era que no podía desahogarse con nadie, porque no quería darle más carga a sus amigos. Todos estaban siendo afectados por esta situación. Sus vacaciones se habían arruinado por completo.
Al llegar a la amaca, se detuvo al ver que no estaba solo.
Yoongi dormía plácidamente en esta.
Se acercó minuciosamente hacia él, observando cada detalle de su amigo. Ahora que lo veía de esta manera con más detenimiento, comprendía porque Rose le decía leche azucarada.
La piel de Yoongi era tan blanca, que, aún con mucho sol que habían recibido estos días, su piel no se veía bronceada, a lo sumo se volvía rosada.
Ladeó su cabeza, observándolo aún más. Como si fuera la primera vez que lo hubiera visto de esta manera.
¿Qué manera? Se preguntaba Jimin.
Sus labios estaban rojizos por el sol...rojizos...
Jimin se terminó de acercar, y sin controlar sus movimientos, se arrodilló e inclinó frente a él.
Su garganta ardía al igual que la boca de su estómago, el aroma que llegaba a él conforme más se acercaba a Yoongi, era...
Exquisito...dulce...
Sus encías latian, y su cabeza dolía. Sus ojos estaban negros pero esta vez no se dio cuenta, no había forma de que se viera.
Estaba cerca de su cara...esa piel tan blanca y rosada...esos labios rojizos....
Hambre...tenía mucha hambre...
Pasó la nariz por su mejilla, cerrando los ojos, y saciandose se ese delicioso aroma. Bajó hasta su cuello, donde escuchaba claramente sus latidos, su respiración...su sangre correr.
Quería. Necesitaba. Ansiaba.
Pegó sus labios en el cuello de Yoongi, abriendolos y dejando que dos dientes filudos y puntudos rosaran aquella suave piel. Debajo de esta, había lo que quería.
Antes de morder aquella deliciosa carne, pasó su lengua por el largo del cuello...dulce y afrodisíaco...
Pero Yoongi, al sentir un peso sobre él, y algo húmedo pasar por su cuello, se levantó de golpe, empujando a Jimin más que asustado.
Jimin había caído sentado en la arena, y Yoongi se puso de pie de inmediato poniendo la mano en su cuello.
- ¿Qué...estás.... - jadeaba consternado y tembloroso. - ....¡¿QUÉ CREES QUE HACES JIMIN?! ¡¿ESTÁS LOCO?! ¿P-por qué estabas l-lamiendo mi cuello? ¡¿ESTÁS DEMENTE?!
Yoongi no podía dejar de gritar, mientras se sonrojaba avergonzado y si, furioso.
Jimin se puso de pie, tragando grueso, pues él tampoco entendía porque había hecho eso. No entendía su actuar, solo... el cuello de Yoongi... no podía dejar de verlo. Aquella vena que pasaba por ahí...
- ¡Te estoy hablando mierda!
Los gritos de Yoongi lo sobresaltaron, regresando su mirada a los ojos enojados de este.
- Yoongi...yo...no se...
- ¿No sabes? Jimin...no me digas que... - Yoongi retrocedió unos pasos.
- ¿Qué cosa?
- No, no es posible.
- ¿A que te refieres?
- Acaso, yo...tu...¡ay no!, ni pensarlo... sabes que, olvidemos esto, aquí no ha pasado nada. Pero escucha una cosa eh Jimin... - Yoongi aún temblaba de los nervios, pero se acercó a Jimin, colocando un dedo en su pecho. -...que no se te ocurra volver a hacer una estupidez como esta ¿te queda claro? Si vuelves a querer tocarme o...lamerme estando dormido o despierto, te partire esa perfilada nariz que tienes.
- Bien, entiendo. - respondió Jimin. Su voz estaba ronca, porque su garganta ardía. - lo siento, Yoongi.
Yoongi retiró su dedo y se alejó. - Ah y dos cosas...primero, aún sigo enojado, y dos, si yo te gusto anda bajandote de esa nube.
Con eso, Yoongi se fue, dejando a Jimin con todos sus pensamientos revueltos.
¿A él le gustaba Yoongi? ¿Por eso es que quería morderlo hace un rato?
La confusión era enorme...al igual que su hambre.
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