Veintiseis
Canción del capítulo: The Kid LAROI ft. JungKook, Central Cee - Too Much.
•••
Había comprado algunas cosas tanto para ella como para el hogar, Bellina tenía sus manos ocupadas por las bolsas teniendo problemas para encontrar las llaves de la puerta donde vivía que era en realidad una habitación alquilada, El auto a su lado en la acera bajó la ventana de adelante, no esperaba en lo absoluto esa visita. La chica se quedó paralizada unos segundos viendo la sonrisa falsa de Sehun, acto seguido la puerta se abrió por él indicándole que subiera, ¿Acaso quería un "servicio especial" al estar allí?, ¿Por qué no la dejaba descansar?, miró a ambos lados antes de subir, su miedo por él era lo que terminaba obligándola.
—¿De compras?—Sehun señaló sus bolsas.
—¿Qué haces aquí?—fingió estar tranquila.
—Últimamente te he visto más cercana a Lianna—la chica sintió su corazón acelerarse mientras miraba al frente—¿Desde cuándo son tan amigas?
—Simplemente actuamos frente a los clientes.
Sehun sonrió con burla sin creerle nada. Revisó en su teléfono la grabación que había guardado de las cámaras del club, había estado revisándolas cuidadosamente acertando en su teoría. Bellina miró la pantalla cuando él se la mostró, se podía ver a la chica en recepción hablar con un cliente tan joven como ella o JooHee, tenía piercings en el rostro.
—Lo ayudaste a sacar a Lianna esa noche, ¿Cierto?—ladeó su cabeza esperando respuesta. La grabación cambió mostrando cuando lo ayudaba a evitar las cámaras, apenas se notaba al chico—Conoces a Jeon JungKook.
Eso no era una pregunta.
—Yo...no sé de que...
—Eres una puta inteligente en ocasiones, no me hagas enojar, ¿De acuerdo?—guardó el teléfono—Sólo responde lo que te pregunte. ¿Lianna tiene una relación con su cliente?
—N-no—Sehun levantó una de sus cejas—No es mentira, ellos...no son nada—su mano fue a su cuello haciéndola temblar—No estoy mintiendo, Sehun.
—¿Por qué saldría con un cliente fuera del club?, conozco a esa mujer muy bien, así que será mejor que seas honesta conmigo—apretó su mano—¿JooHee está saliendo con ese tipo?
—Él...apareció y empezó a...ayudarla—no podía apartarle la mano de su cuello, sabía que sería empeorar la situación.
—¿Ayudarla?
—No sé nada—su respiración se cortó. Su cuerpo se tensó por completo dejándole ver sus temblores—Sehun...
—Las ventanas del auto están polarizadas, nadie verá desde afuera lo que haga contigo—y susurró en su oído—Responde lo que te estoy pidiendo.
Sabía que eso no terminaría bien, Sehun siempre terminaba descubriendo todo.
—Ese...chico iba a ayudarla a salir del club, dijo que...merecía algo mejor por las niñas, prometió ayudarnos...
—¿También estás involucrada en esa ayuda absurda?
—No me lastimes, por favor.
No lo haría, tenía un plan en mente.
—¿Quieres que te deje libre?—la soltó—Harás exactamente lo que te diré.
Sábado por la noche. Los copos de nieve caían dando un aspecto pacífico a la ciudad por la noche, JungKook levantó su rostro inclinando su cabeza hacia atrás, expulsó el aire dejando que el vahío saliera de su boca, frotó sus manos protegidas por los guantes, aquella chaqueta blanca resaltaba sobre su vestimenta negra, abrió los ojos mirando al cielo oscuro donde sólo se podían apreciar pequeños puntos blancos cayendo hasta amontonarse en el suelo aumentando la nieve en cada rincón. Había estado esperando con ansias ese día, ver a JooHee le estaba causando ansiedad, estaba volviéndose casi imposible no pensar en ella o preguntarse que estaba haciendo. La última vez había sido esa misma semana cuando la acompañó a visitar los locales, sabía que había entregado su currículum en la cafetería y que todavía esperaba respuesta.
JungKook no se percató de la persona que lo miraba desde la entrada del edificio, JooHee admiraba aquella imagen del pelinegro sobre su moto, tenía unas botas perfectas para ese clima. Le pareció gracioso que ambos habían coincidido esa noche en la forma de vestir, pues ella tenía unos jeans negros que daba una bonita figura a sus piernas delgadas, tenía unos botines del mismo color protegiendo sus pies del frío, una blusa de mangas largas con rayas grises y blancas, una chaqueta negra que le quedaba grande pero la abrigaba lo suficiente y un gorro de lana en su cabeza blanco.
Inhaló profundo acercándose finalmente, en cuanto JungKook la vio sonrió como siempre echando un vistazo de pies a cabeza.
—Cualquiera pensaría que somos pareja combinando nuestra ropa—bromeó.
—Creo que eso no será molestia para ti, ¿Me equivoco?—metió sus manos en los bolsillos de su chaqueta. Ladeó su cabeza al notar algo—No tienes el casco puesto.
—Lo estaba usando.
JooHee entrecerró sus ojos, el chico se bajó de la moto para levantar el asiento sacando ambos cascos. Al colocarse el suyo subió nuevamente a su moto esperando que ella hiciera lo mismo, en su lugar tuvo una mirada de reproche.
—No sueles usarlo, ¿Verdad?
—¿Qué?
—Cuando te conocí no usaste el casco, fuiste a buscarme al club y no lo usabas tampoco, lo hiciste porque te lo recordé—al abrochar el seguro del casco se apoyó en sus hombros pasando una pierna primero sentándose detrás de él—Úsalo de ahora en adelante, ¿De acuerdo?
—¿Preocupada por mí, señorita...?—miró sobre su hombro—¿Cuál es tu apellido?
—Song.
—Bien, señorita Song—encendió el motor de la moto.
—Cualquier persona se preocuparía por otra.
—No es cierto, un ejemplo claro son mis padres—comentó como si nada. Luego de que le llevara el almuerzo en su trabajo había tenido una pequeña discusión que JooHee desconocía, su madre se rehusaba a irse de su departamento y eso le estaba molestando, había intentado comunicarse con su padre sin obtener respuesta, lo estaba ignorando por completo.
La chica de ojos azules abrazó su torso apoyando su barbilla en su hombro. Esa cercanía le gustaba mucho a JungKook, sentirla así tan cerca de él traía paz a su mente, a su cuerpo, todo. Aunque por otro lado aceleraba su corazón, esa era la diferencia de JooHee con otras chicas, ella si le hacía sentir una montaña rusa de emociones.
—Desde ahora tienes a alguien preocupándose por ti—dijo cerca de su oído—¿Es suficiente por ahora?
Una sonrisa divertida se dibujó en sus labios.
—Más que suficiente.
La moto se puso en movimiento dejando atrás el edificio. La fría brisa golpeó su rostro haciéndole cerrar los ojos, el perfume de JungKook la envolvió mucho más y por un momento quiso que ese aroma se impregnara en su ropa, comenzaba a sentirse agradecida con el destino de haberle colocado en su vida un hombre como ese chico. Tal como le había dicho, cualquiera se hubiera aprovechado de la situación al verla sola con dos niñas, había pasado tantos años a la defensiva por todo lo ocurrido llegando a olvidar que tal vez el 1% de las personas en esa ciudad eran buenas como el chico de la moto. Respiró profundo disfrutando aquella sensación de libertad logrando olvidarse de las cosas que la atormentaban.
Al menos por esa noche quería sentirse libre y JungKook la estaba llevando a eso.
Gracias a uno de los retrovisores de la moto se encontró con la mirada del pelinegro, la había visto tan cómoda en su hombro sintiéndose satisfecho. JooHee merecía cosas buenas, tanto ella como las niñas, estaba dispuesto a protegerlas y ayudarlas todavía más.
Fuera de la ciudad dentro de la naturaleza hay muchos lagos o ríos que las personas visitan para pescar algo o pasar el rato. El lago frente a JooHee estaba totalmente seco, no tenía una sola gota de agua, los autos estaban dentro del hueco que una vez fue un lago, las personas estaban amontonadas allí escuchando música, fumando o bebiendo. Unos tenían una apariencia más cuestionable que otras, JungKook tomó su mano una vez dejó la moto bien estacionada.
—TaeHyung vendría antes, hay que intentar localizarlo.
—¿Le enviaste un mensaje?
—Sí. Todavía no responde—miró aquel ambiente.
—¿Cómo es que este lago está seco?
—Según escuché, cuando construyeron la represa no muy lejos de aquí el agua dejó de correr de este lado—caminó con ella acercándose a aquel ruido. La tierra para adentrarse en aquel hueco estaba algo resbalosa, JooHee no esperaba que JungKook la ayudara con tanta delicadeza a bajar cuidadosamente. Miró los autos extravagantes o de colores llamativos esperando la carrera, la música se hizo más fuerte a medida que se adentraban entre las personas.
TaeHyung le indicó que se acercaran con una sonrisa cuando logró distinguirlos, Hoseok reconoció a JooHee en segundos, las manos tomadas de ambos le hizo sonreír.
—Viniste—el cabello rojo de Hoseok se veía más oscuro por la falta de luz—TaeHyung me dijo que vendrías con una amiga, no esperaba que fueras tú.
Una sonrisa forzada le hizo saber a JungKook que ella no estaba cómoda.
—¿Quieren algo de beber?—propuso TaeHyung quien sostenía una botella de cerveza—Ah, ¿Con quién dejaste a las niñas?
—Tae—el reproche de JungKook lo confundió un poco. La razón era JooHee, no le gustaba que los clientes tuvieran detalles de su vida privada.
—¿Tienes hijas?—Hoseok se mostró asombrado—Vaya, no me lo esperaba.
—¿Cuándo inicia la carrera?—cambió el tema.
—En unos minutos, antes de que llegaran ocurrió la primera.
Tae le entregó una botella a JungKook, JooHee aceptó la suya, bebería solo una.
—¿Ganaste?
—No participé allí, en una noche suelen haber cinco carreras—le señaló al horizonte de aquel hueco—El punto final de la carrera es hasta llegar al muro de la represa—JooHee miró donde le señalaba, Hoseok parecía ser alguien amable—Una vez allí, los autos se regresan.
—¿Todas estas personas son amantes de las carreras clandestinas?—preguntó mirando a los demás.
—Algunos sólo vienen por diversión, otros son conocidos de los corredores—explicó—¿Ves a ese grupo de mujeres de allá?—eran aproximadamente siete mujeres con caras de pocos amigos, tenían melenas muy bien cuidadas, manicure perfecta, rostros impecables sin ningún defecto y la ropa dejaba en claro que no tenían problemas con el dinero—Son parejas de algunos corredores.
JooHee formó una O con su boca asintiendo mientras Hoseok le hablaba.
—¿Alguna vez has venido a estas carreras, Lianna?
—Dime JooHee—no quería usar su apodo fuera del club. Era como una ley—Y no, esta es mi primera vez.
—¿Quieres subir al auto que conduciré?
—¿Enserio?—sus ojos brillaron causándole gracia. JungKook no esperó que ella aceptara con entusiasmo, la había visto ser tan tímida, insegura y dulce. Hoseok la llevó a su auto el cual era diferente al que JungKook y Tae habían arreglado, le abrió la puerta dejándole el pase libre. JooHee subió al vehículo sintiéndose en una nave, las luces de neón rojas por dentro le hicieron imaginarse corriendo en esas carreras, el volante de cuero con detalles rojos la invitaron a acariciarlo.
A Hoseok le causó gracia todo su asombro, parecía una niña pequeña.
—¿Sabes conducir, JooHee?
JungKook y TaeHyung miraron al chico ante esa pregunta.
—Sí, recuerdo que mis padres me enseñaron. Aunque nunca saqué mi licencia de conducir.
—¿No dijiste que no recordabas nada de tus padres?—JungKook apoyó su mano del borde del techo de la puerta sosteniendo en la otra su cerveza.
—No lo recuerdo, pero hay conocimientos que no se olvidan.
—¿Qué te parece si corres conmigo?—Hoseok atrajo la atención de los tres—Puedo llevar un acompañante, ¿Quieres ser mi compañía esta noche?
—No—dijo JungKook.
—Sí—respondió JooHee al mismo tiempo. Ambos se miraron y ella intentó calmarlo—Una carrera, quiero sentir esa adrenalina.
—¿Quién eres y dónde está la dulce chica de ojos azules?
La pelinegra sonrió ante eso.
—Quiero ser libre esta noche, al menos esta noche, estaré bien, no te preocupes.
—Anda, JungKook, déjala—Tae dio unas palmaditas a su espalda—Nosotros los animaremos.
A JungKook no le agradaba mucho la idea de dejarla sola con Hoseok, de por sí no le gustaba dejarla sola con ningún hombre, sentía que todos querían lastimarla. Tuvo que aceptar al saber que no podía prohibirle algo que la entusiasmaba, prefería verla así que volver a verla como esa noche con la mirada perdida luego de que ese grupo de hombres la golpeara aprovechándose de ella.
Me inspiré mucho con la canción de arriba, el ritmo encajaba en mi mente con la escena.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro