Veintinueve
—Omma, ¿Podemos quedarnos un poco más?—pidió HeeRan. JooHee apartó la nieve de su ropa bajo la mirada de Bellina, le parecía que ésta se encontraba un poco distraída, como si algo le preocupara.
—Sólo unos minutos más, luego volvemos a casa.
La niña regresó con los demás niños que jugaban, HeeJin se había quedado dormida por lo cual la cubrió mejor con su manta acariciando una de sus mejillas regordetas. El teléfono de la otra chica vibró en sus manos con un mensaje, se levantó aclarando su garganta.
—Debo irme.
—¿Tan pronto?—levantó la mirada.
—Debo...hacer unas cosas. Luego hablamos.
—Quería que conocieras el departamento...
—JooHee, no estés sola mucho tiempo, ¿De acuerdo?—aquello la confundió.
—¿Pasa algo, BoYoung?
—Luego hablamos—repitió antes de alejarse. La pelinegra mantuvo la vista en ella hasta que dejó de tenerla en su campo visual, revisó su teléfono sin tener mensajes de JungKook lo cual era extraño, no sabía nada de él desde anoche, cuando le contó a Nayeon ésta le reprochó diciéndole que debió haberse quedado con él, no sabía si se repetiría la ocasión, si eso pasara...¿Sería correcto?, dejar a las niñas por unas horas por un hombre estaba mal, se sentía culpable de haber considerado esa opción.
Miró las redes sociales que más usaba para no perder contacto con el mundo, en su Instagram tenía pocas fotos de las niñas, no era una mujer adicta a las redes, le tenía cierto temor, nunca subía fotos suyas por si algún cliente encontraba su cuenta, un mensaje en el buzón de la aplicación llamó su atención, el mensaje había sido escrito ayer durante la noche, reconoció el usuario cuando entró a ese nombre viendo fotos de paisajes, pinturas y de una pareja en específico.
Su madre le había dejado un mensaje queriendo hablar con ella, su número de teléfono estaba ahí. JooHee sintió una pequeña emoción creyendo que quizás querían solucionar las cosas, no dudó en marcar al número esperando respuesta, cuando la llamada estaba por caerse escuchó esa voz que no escuchaba desde hace cinco años.
—¿Hola?
—Mamá—decirlo de nuevo le trajo nostalgia. La chica sentía que los había decepcionado por completo, que la actitud de ellos no fue la mejor, pero en el fondo los extrañaba.
—¿JooHee?—escucharla decir su nombre trajo un nudo en la garganta. La chica contuvo las lágrimas teniendo una pequeña sonrisa en los labios—Supongo que viste mi mensaje, creí que lo ignorarías.
—Jamás podría ignorarte, aunque si fue sorpresivo—miró a HeeJin dormida. Acarició su pequeña mano cubierta por un diminuto guante—¿Cómo supiste que era yo en la cuenta?
—Usas la misma cuenta de hace cinco años—Era cierto, JooHee sólo había borrado las fotos donde ella misma aparecía colocando la cuenta privada—Tu padre y yo vimos que tienes otra niña.
—Sí, así es.
—¿No aprendiste de tu primer error?—y aquello hizo que su sonrisa fue desvaneciéndose—Tu padre te vio anoche con un tipo de mal aspecto, no es la primera vez, estás trabajando en ese club de mala muerte, ¿No?
—¿Cómo sabe...?
—¡Tu padre te vio hace varias noches!, yo misma te vi luego de eso—el sentimiento de culpa fue intensificándose. A JooHee sólo le trajo malos recuerdos de cuando la echaron de casa—¿No te da vergüenza?, no podemos creer que nuestra única hija sea una puta.
—Mamá, por favor—suplicó. La JooHee de veinte años tenía un pequeño bulto en brazos, HeeRan tenía días de nacida, dormía muy profundo ajena de todo el escándalo de sus abuelos—No tengo a donde ir, no puedo ocuparme sola de la bebé...
—¿No crees que debiste pensarlo antes de acostarte con ese imbécil?—reprochó su padre—Lárgate, no queremos verte de nuevo en esta casa y olvida que siquiera tienes padres.
Las cosas de la chica estaban cerca de la puerta, decir que JooHee tenía miedo era poco.
—¿Por qué tener a HeeRan si iban a hacerme esto?—su madre se mostró ofendida con esa pregunta. Tenía cabello negro como su hija—Cuando vine a darles la noticia del embarazo me dejaron quedarme aquí, prohibieron que abortara.
—¿Te parece justo abortarla cuando fuiste irresponsable y te dejaste llevar por tus hormonas?—la señora Song estaba más que indignada, JooHee era una decepción para ambos—Asume tus consecuencias.
—Esa niña repetirá tus pasos, no me sorprendería si es más tonta que tú.
—Papá, es tu nieta, es tu sangre...
—¡No es mi nieta!—alzó la voz—Y tú no eres mi hija.
HeeRan dejó de disfrutar el juego de esconderse con los niños, desde aquel castillo podía ver a su madre limpiando sus lágrimas, no le gustaba verla llorar, le recordaba cuando solía verla así tan seguido a los tres años, nunca olvidaría esa imagen de su madre llorando por las noches mientras morían de hambre.
—Mamá...—la voz de JooHee estaba destrozada por completo.
—Deja de llorar. Me molesta cuando haces eso.
—Lo siento—tenía que controlarse. Algunas personas la estaban mirando como si nunca hubieran visto a alguien llorar—Pensé que...si querías hablarme...sería para arreglar las cosas...
—¿Arreglar las cosas?, ¡Tú arruinaste todo!—JooHee sintió el teléfono vibrar en su mano. Tenía un mensaje de JungKook—Deberías mudarte a otra ciudad, no soporto saber que estamos en el mismo país y en el mismo espacio.
—Nunca quise lastimarlos tanto, nunca quise...decepcionarlos así...
—Hubieras tenido un brillante futuro si nos hubieras obedecido.
Aspiró por su nariz que comenzaba a dificultarle respirar por las lágrimas. Al notar que HeeRan miraba de lejos forzó una sonrisa intentando indicarle que todo estaba bien.
—¿Cómo está papá?
—Mucho más decepcionado y molesto que yo, el día que sea nuestro funeral ni siquiera te aparezca, si llegamos a morir será por tu culpa—cada palabra dolía más que la anterior—Tenemos que mentirle a los vecinos diciéndoles que estás viviendo en Estados Unidos, ¿Qué dirán que si te ven en ese club?, no, que horrible. Vete muy lejos, no quiero que me causes tal vergüenza.
—Las niñas...
Ni siquiera la dejaba hablar.
—Esas niñas están condenadas a repetir los pasos de su madre...—JooHee colgó. No podía escuchar más, se obligó a respirar profundo sin poder conseguirlo. No debió llamar, no debió ser tan ingenua, no debió emocionarse tan estúpidamente. Necesitaba llorar, necesitaba hacerlo.
—Creo que esto le serviría—una mujer le ofreció un pañuelo.
—Gracias—lo aceptó secando sus mejillas.
—A veces las cosas no salen bien, pero lo importante es que no dejamos de dar nuestro mejor esfuerzo—JooHee notó su vientre abultado. La mujer era joven como ella y tenía cabello color caoba—¿Es su hija?—señaló a la bebé con intenciones de distraer a la chica.
—Sí—sonrió un poco fingiendo como siempre.
—Es muy tierna—tomó asiento a su lado—¿Cómo se llama?
—HeeJin—para alargar la conversación decidió preguntar—¿Será niño o niña?
—Niña—acarició su vientre con una sonrisa orgullosa—Estoy en mis últimos días, mi esposo y yo ansiamos tenerla en brazos.
Algo que nunca pudo decir, nunca tuvo un apoyo con ella, siempre era ella su propio apoyo, era tan agotador muchas veces.
—Felicitaciones. Espero que nazca sin ninguna complicación.
—Omma—HeeRan se había acercado interrumpiendo ambas mujeres—¿Te sientes bien?
—Sí, estoy bien—mintió—Ella es mi otra hija, HeeRan—presentó a la mujer.
—Hola, HeeRan, creo que tu madre está un poco cansada. ¿Sueles cuidarla?
—Sí. Cuidaré de ella mejor.
—Muy bien.
—¿Podemos irnos a casa?—miró a su madre. JooHee se levantó del banco ignorando su dolor por ese momento, una vez que estuviera sola sabía que acabaría llorando, sabía que tenía un mensaje con JungKook, aún así no quería hablar con nadie, quería estar sola como siempre.
—Gracias por el pañuelo...
—Sana, me llamo Sana.
—Sana—asintió. HeeRan tomó el abrigo de su madre aferrándose a él para caminar a su lado—Soy JooHee.
—Gusto conocerte, JooHee, espero que las cosas vayan mejor.
—Espero lo mismo para usted.
—Así que está insegura—dijo Sehun al escuchar la grabación en el teléfono de BoYoung, ésta se encontraba en su auto no muy lejos del parque—Esto es tan ridículo—se burló—El mecánico y la prostituta tienen una relación.
—¿Puedo irme?
—No. Tú me ayudarás con lo que necesite.
—Dijiste que me dejarías libre si hacía esto...
—Bellina, no seas tonta. Prometo pagarte, ¿De acuerdo?—pellizcó su mejilla—Pensaré en algo y te llamaré.
Estaba traicionando a JooHee, lo sabía, pero también sabía que tenía miedo de Sehun.
—No lastimes a las niñas, ellas no tienen la culpa de nada...
—No lo sé, las niñas pueden ser un excelente chantaje, específicamente la más pequeña.
Foto arriba de Sana ^^
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