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Uno

HeeRan era una niña de cinco años la cual no daba ningún dolor de cabeza a su madre, la pequeña la mayor parte del tiempo estaba callada obedeciendo lo que los adultos le decían. Incluso su maestra del preescolar no tenía ningun tipo de queja con ella, era una niña muy tranquila para su edad. Balanceó sus pequeñas piernas mirando a los doctores o enfermeros que pasaban por allí, sus ojos oscuros identificaron a la mujer más importante de su vida. No le gustó verla con ese vestido corto, pudo notar como muchos se le quedaban mirando, sabía que su madre era muy hermosa, le gustaba mucho sus ojos azules.

—Aquí están—Lianna se acercó sin pensarlo. Nayeon tenía a HeeJin en brazos, la bebé dormía con un puchero en sus labios.

—Omma, ¿Olvidaste tu abrigo?

—¿Qué?—la chica al darse cuenta aclaró su garganta.

—Toma, úsalo—Nayeon le ofreció el suyo.

—Gracias—al colocárselo cargó a la bebé de casi un año con cuidado. HeeJin al parecer sintió su calor y aroma, ya que dormida escondió su rostro en el pecho de su madre. Lianna tocó su frente queriendo comprobar su temperatura.

—El doctor pudo hacer que disminuyera su fiebre—comentó la niñera—Dijo que ahora que el invierno está entrando es posible que la gripe la vuelva más vulnerable.

—¿Podemos llevarla a casa?

—Sí. Sólo necesita mantenerse calentita.

—Gracias, Nayeon.

—Lamento haberte interrumpido en tu trabajo—ella sabía a lo que se dedicaba y era la única en no juzgarla. Al ser vecinas se había creado una linda amistad entre ambas, también con las niñas.

—Está bien—acomodó a HeeJin en su hombro cubriéndola con la manta que Nayeon le tenía.

—¿Vendrás a casa temprano, omma?—HeeRan sonrió sin evitarlo.

—Así es, vamos—le extendió su mano libre permitiéndole tomarla.

Song JooHee se había convertido en madre a una temprana edad, poco antes de la graduación en secundaria se mudó con su novio creyendo que vivían el perfecto cuento de amor, que siempre serían ellos contra el mundo, sus familias se escandalizaron por supuesto y cuando el embarazo llegó todo se vino abajo. En ese entonces JoHee tenía recién cumplido sus veinte años, estaba enfocándose de lleno en la facultad de idiomas teniendo una gran facilidad para memorizar palabras en otras lenguas, JoHee encontró una nota de su novio donde se disculpaba, pero esa no era la vida que quería y que ese bebé no era suyo.

Volvió a casa creyendo que sus padres intentarían apoyarla esta vez perdonando sus errores siendo peor. La habían obligado a tener a HeeRan para luego, a los tres meses de nacida echarlas a ambas a la calle, incluso desde el momento en que nació, era tan serena que debía comprobar en las noches si respiraba.

Desde hace cinco años no sabía absolutamente nada de sus padres.

—Omma—aquella vocecita la sacó de sus pensamientos. La televisión estaba encendida en el canal de noticias, fue donde JooHee abrazándola con fuerza—Buenos días.

—Buenos días—besó su mejilla. Su cabello tenía unas suaves ondas en las puntas cayendo por la mitad de su espalda.

—¿En qué pensabas?

La acomodó sobre sus piernas sin romper el abrazo. Guardó sus pequeños pies debajo de su suéter en una dulce costumbre que tenían ambas.

—En que ya estamos cerca de la navidad—mintió. Las niñas no podían saber a lo que se dedicaba realmente, si algo se repetía JooHee era que nunca las dejaría pasar por lo mismo que ella. Ellas merecían una vida mejor—Debes hacerle una carta a Santa.

—HeeJin no podrá pedirle regalos a Santa porque es muy pequeña, ¿Verdad?

—¿Por qué no le hablas a Santa sobre ella en tu carta?—acomodó su cabello—Santa toma en cuenta si los hermanos se quieren o se detestan.

—¿Qué le gustará a HeeJin?

—Mmm...todavía tienes días para pensar en ello.

—¿Hoy trabajarás en la noche?

—Sí—su sonrisa fue disminuyendo un poco—Creo que esta noche llegaré tarde...

—Siempre llegas tarde y siempre trabajas—hizo un puchero—Omma, ¿De qué trabajas exactamente?

—Bueno...—aclaró su garganta—Ayudo a las personas—no supo que inventar—Ellas...suelen ir a karaokes, a veces...canto con ellos.

—Es mentira—se echó a reír.

—¿Estás burlándote de tu madre?

—No te gusta cantar.

—No me gusta, pero si no canto esas personas no me pagarán.

—¿No puedes pasar una noche con nosotras?—pidió—Siempre trabajas, omma, ¿No estás cansada?

Aquella pregunta le dolió en el corazón. ¿Estaba cansada?, todos los días y se sentía como un pedazo de carne que todos tocaban dejando un poco para el siguiente. Algunos lo llamaban dama de compañía, pero JooHee sabía que el nombre real era prostituta.

En casa era JooHee, la madre de dos niñas hermosas que no conocían la crueldad del mundo y en el club era Lianna, una dama de compañía que sólo hacía lo que le decían.

—A veces me siento cansada, HeeJin y tú son mi mayor fuerza—besó su frente—Mientras estén conmigo nada malo les pasará.

Y HeeRan confiaba en su palabra por completo.

—¿Y bien?, ¿Qué tal la moto?—TaeHyung intentaba eliminar los rastros de grasa de motor de sus dedos con el pañuelo.

—¿Con qué?

—Dijiste que la probarías anoche para ver si funcionaba correctamente.

—Ah, sí, estuvo bien—continuó en el mantenimiento que le hacía al auto moderno. Tenía una camiseta negra que dejaba ver sus brazos musculosos con un tatuaje en el derecho, el uniforme del taller se encontraba doblado hasta la cintura ya que lo sofocaba un poco mientras trabajaba, algunos mechones negros de su melena tocaban la parte superior de sus ojos, mordisqueaba el piercing en su labio inferior distraídamente.

—¿Harás algo esta noche?—quiso saber—Jung Hoseok me comentó del club Dreamers.

Ante eso, JungKook dejó lo que hacía.

—¿Dreamers?

—Sus salas VIP tienen de todo, por supuesto, es costoso, aunque sabes que Hoseok no tiene inconveniente con eso.

—¿Hablas del chico que vino con un auto demasiado rojo?

—Es su color favorito, era un buen auto deportivo.

JungKook frunció el ceño cruzándose de brazos. TaeHyung tenía su cabello rubio recogido en una coleta, no era muy largo aunque tampoco muy corto.

—¿Desde cuándo son amigos?

—Estuvimos hablando mientras cambiábamos sus ruedas—se encogió de hombros—Guardó mi número y hoy me escribió invitándome. Dice que irán otros amigos suyos, anímate, tal vez conozcas una chica atractiva.

"Creo que ya conocí a una"

La chica de arriba en multimedia es nuestra protagonista JooHee (Lianna)

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