Treinta y séis
JungKook entró a su departamento cerrando detrás suyo, dejó las llaves de la moto sobre la mesa dirigiéndose a su habitación, su madre no estaba y eso le hizo sentir mucho mejor. Abrió su armario tomando un bolso grande para guardar su ropa, JooHee con las niñas comenzarían a guardar todo lo que llevarían, él pasaría a buscarlas en un taxi, dejaría su moto en el edificio para mayor tranquilidad suya. Irse por dos semanas con las chicas le entusiasmaba más de lo esperado, TaeHyung le había propuesto esa idea comentando que sería mejor que se alejaran de la ciudad para mayor tranquilidad de JooHee, JungKook se detuvo en lo que hacía, tenía que contarle a la chica de ojos azules sobre lo ocurrido con Bellina, sabía que se pondría mal y se asustaría, pero era mejor que mentirle, si no le contó en ese momento y decidió apagar el televisor fue por las niñas presentes.
—Llegaste—ni siquiera había escuchado cuando su madre llegó. Retomó lo que hacía moviéndose por la habitación—¿Qué estás haciendo?
—Voy a salir—fue lo único que dijo.
—¿A dónde?—HyeJun se acercó colocando sus manos en su cintura.
—Estaré fuera por dos semanas, ¿Puedes cuidar el departamento o es mucho pedir?—usó cierta ironía.
—¿Vas a salir con esa mujer otra vez?
—Sí.
—¿Y vas a dejarme sola?—se quejó. JungKook rodó los ojos respirando profundo pidiendo paciencia internamente—Iré contigo.
—¿Qué?, no...—la mujer iba a empezar a acomodar sus cosas—Mamá—la detuvo tomando sus brazos—Voy a ir solo, tú te quedarás.
—No voy a quedarme sola.
—He estado solo casi toda mi vida, ¿No puedes estar sola dos semanas?—le pareció absurdo—No puedes venir, no estás invitada.
—Soy tu madre, ¿No piensas en mí siquiera?—acusó como siempre—Iré contigo, Jeon JungKook, así conozco mejor a esa mujer que te usa tanto.
—No, no irás—jaló de su brazo. Estaba perdiendo la poca paciencia que le quedaba—No dejaré que arruines estas semanas para JooHee o sus hijas, sé de lo que eres capaz, así que hazme el enorme favor de no involucrarte en mis cosas, mamá.
—Si no me llevas llamaré a esa chica y le diré la verdad de su novio.
JungKook era muy consciente de que lo ocurrido cuando tenía quince años estuvo mal, haber golpeado a su madre en un momento de rabia no fue lo correcto, pensaba en ello seguido desde que su madre sacó el tema a relucir, su miedo de contarle a JooHee era que tuviera temor de él, que pensara que podría lastimar a las niñas. Incluso conociendo a la chica, no quería que lo juzgaran, no quería arruinar o colocar sobre un hilo la relación tan bonita que tenían.
—¿Y acaso si te llevo mantendrás tu boca cerrada?
HyeJun sonrió cruzándose de brazos sabiendo que le había dejado la semilla de la duda e inseguridad.
—Quiero saber con que clase de chica estás, ¿No te parece que tengo el derecho?
—No—chasqueó la lengua odiándose por lo que diría—Iremos a Daegu, si me voy y no estás lista te dejaré.
JooHee terminó de abrigar a HeeJin dejándola en el suelo. HeeRan también estaba lista y más que emocionada por ese viaje, los bolsos sobre el sofá contenía la ropa de las tres. Había un bolso adicional específicamente para la bebé donde se encontraban sus pañales, su ropa, zapatos, abrigos, etc.
—Omma, ¿Crees que hayan muchos animales en la granja de Tae oppa?
—No lo sé—cerró las puertas de las habitaciones al no necesitar nada más. HeeJin se acercó a su hermana en silencio mordiendo su pierna.
—¡Auch!, ¡HeeJin!—reprochó tocándose cerca del tobillo—¡No muerdas!
La pequeña hizo un puchero al escucharla levantar la voz.
—¿Estás bien?—JooHee se acercó revisándola, la niña tenía una pequeña marca roja de los pequeños dientes de su hermana—HeeJin, no muerdas a las personas, ¿Entiendes?
—Omma—sollozó. Su madre no la había escuchado hablar hasta ese momento.
—A ahjussi le dijo appa también—HeeRan acomodó su pantalón sentándose en el sillón.
—¿Cómo que le dijo papá?—exigió saber. Cargó a la bebé de nuevo recostándola en su hombro mientras acariciaba su espalda para calmarla—¿Cuándo ocurrió eso?
—Durante la noche, iba a despertarte, pero...vi que habías llorado—explicó—Ahjussi cambió el pañal de HeeJin y ella lo llamó así.
No tuvo siquiera tiempo a pensar, el timbre sonó indicando que JungKook estaba ahí. El taxi esperaba frente al edificio, ayudó a las chicas con sus bolsos bajándolos al auto, JooHee identificó a la madre de él quien permaneció dentro del taxi en el asiento de adelante, ni siquiera la miró o saludó. JungKook con la mirada le indicó que luego le explicaba.
Mientras compraban los boletos para el tren que los llevaría a Daegu, JooHee se puso al tanto del porque la señora Jeon estaba allí, JungKook le había dicho que no quería estar sola y que según, quería "conocerla" más. Dentro del tren el chico acomodaba los bolsos sobre los asientos ya que habían pequeñas cabinas para colocarlos allí, HyeJun estaba junto a la ventana, frente a ella se encontraba JooHee con HeeJin en sus piernas quien no dejaba de mirar seriamente a la mujer y HeeRan estaba a su izquierda balanceando sus piernas.
JungKook se sentaría junto a su madre.
Había mucha tensión de repente.
—¿Siempre hace eso?—señaló la mujer. Esa tonta bebé estaba poniéndola nerviosa.
—Lo siento—acunó a la pequeña en sus brazos intentando distraerla.
—No te disculpes, a veces mi madre es un poco...absurda.
El tren se puso en marcha una vez los pasajeros ya estaban en sus puestos.
—Ahjussi, ¿Le dolió mucho cuando se hizo eso?—se refirió a sus piercings. La respuesta de JungKook fue interrumpida por HyeJun.
—¿Ahjussi?, ¿Crees que es tan viejo?—la niña dejó de mover sus piernas un poco cohibida por ese reproche, a JooHee le molestó un poco. ¿Si no le agradaba nada para qué había ido?—Llámalo por su nombre.
—Lo siento, ahjumma—susurró.
—Mamá, ¿Segura que no quieres quedarte?—fingió una sonrisa aunque quería sacarla del tren él mismo.
—No, estoy bien—miró por la ventana.
HeeRan jaló del brazo de JooHee haciendo que se inclinara a ella, susurró en su oído muy bajo.
—Ella no me agrada.
Y JooHee le respondió de regreso:
—A mí tampoco.
HeeRan se había quedado dormida en las piernas de su madre, HeeJin había conciliado el sueño en los brazos de JungKook quien también dormía con su cabeza apoyada del respaldar del asiento. HyeJun de brazos cruzados miraba por la ventana con un semblante serio, JooHee acarició el cabello de la niña pensando una vez más en Sehun, sabía que no se rendiría tan fácil, sabía que no la dejaría ir porque es un maldito egocéntrico que cree que todo lo que se mueva le pertenece. Nunca pasó por su mente que el hombre sabría sobre su paternidad, estaba tan segura que no lo sabía por su perfecta actuación, recordó cuando le ofreció entregar las niñas a alguien más y de hecho, poco antes de que JungKook llegara a su vida lo consideraba, no se sentía capaz de darle una buena vida a ambas pequeñas. Con ese chico de tatuajes y piercings se sentía un poco más capaz, una pequeña seguridad y firmeza que estaba creciendo lentamente, a ese punto JooHee si se sentía capaz de criar a sus hijas.
—Entrégame a HeeJin—JooHee bufó levantándose del sillón.
—Vete de mi departamento.
—Ya que eres feliz con alguien más y encontraste tu camino, entrégame a la bebé—se levantó también avanzando a ella—No me interesa la mayor, ella no es mi sangre.
Él no quería a HeeJin, no le interesaba su hija, sólo le dolía y le molestaba saber que su poder sobre JooHee estaba perdiendo fuerza porque alguien más le mostraba la fuerza escondida que tenía en su interior. Alguien más la apoyaba y se rehusaba a dejarla sola.
Eso era lo que enloquecía a Oh Sehun.
—¿Cuántos años tienes?
La voz de la mujer la sacó de sus pensamientos.
—¿Qué?
—¿Cuántos años tienes?—miró a JooHee sin moverse—Esa niña se ve muy pequeña aún, calculo que tiene cuatro o cinco años...
—HeeRan tiene cinco—respondió—Y yo tengo veinticinco.
—¿No tenías algo más interesante que hacer que tener hijos?, eres muy hermosa, podías haber ingresado en una universidad...
—Estaba en una—la interrumpió—Estudiaba Idiomas y era una de las mejores alumnas, pero HeeRan llegó a mi vida, su padre se acobardó diciendo que no estaba listo mediante una carta...—por impulso había hablado de más. Aquella mujer le estaba cayendo pesada, no tenía que mostrarse perfecta cuando JooHee no lo era, no iba a mentir sobre donde venía—Ya que usted es madre, sabe perfectamente que los hijos se convierten en nuestra mayor prioridad.
HyeJun se enderezó cruzando sus piernas. Le había gustado esa forma segura de hablar, hubiera esperado que fingiera querer ganarse su aprobación, pero en cambio estaba diciéndole como su vida se jodió.
—Los hijos son un obstáculo para las mujeres.
—No—se atrevió a contradecirla—Pude seguir estudiando, no lo hice por miedo al que dirían, pude trabajar mientras estaba en gestación, no lo hice porque mis padres se empeñaron en recalcar cómo me juzgarían—hizo una corta pausa—La sociedad es el obstáculo, ahjumma. No los hijos.
Por unos segundos ambas se sostuvieron la mirada.
—Me recuerdas un poco a mí cuando tenía tu edad—la tensión disminuyó un poco—Mis padres también recalcaban mucho cómo los demás iban a señalarme al haber sido madre a temprana edad.
—JungKook...me dijo que llegó de manera inesperada a su vida y su esposo...
—Nunca nos casamos—negó con la cabeza. HeeRan dormida se acurrucó más en la pierna de su madre—Los padres de JungSuk lo echaron de casa también cuando supieron de mi embarazo, le dijeron que aprendiera a ser un hombre de verdad y asumiera su responsabilidad.
"Pero aún así tratan de mala manera al chico"
Supuso JooHee.
—¿A qué edad tuvo a JungKook?
—Exactamente a los dieciocho.
—A esa edad me fui de casa para escapar con mi novio, dos años después, llegó HeeRan—miró a la niña. Acarició su mejilla y su pequeña nariz, HyeJun miró en silencio esos gestos.
—¿Te arrepientes de tenerlas?—JooHee levantó la mirada—Siempre me arrepentí de haber sido madre a temprana edad, debí seguir con la idea del aborto.
—¿No quiere a su hijo, ahjumma?, ambas fuimos madres de manera imprevista e inesperada, pero estoy segura que las dos conocíamos las consecuencias de dejarse llevar por la emoción, si sabe a lo que me refiero—comentó—Las niñas confían en mí, soy lo único que tienen y no puedo siquiera imaginarme dándoles la espalda.
—Hay mujeres que no deben ser madres, yo soy una de ellas.
Aquella respuesta no le gustó. ¿Cuántas veces JungKook habrá soportado todo eso cuando niño?, miró al chico quien respiraba despacio mientras la pequeña mano de HeeJin descansaba en su pecho, ambos totalmente dormidos.
—No puede vivir arrepintiéndose de algo, si no quería a JungKook, ¿Por qué no lo dio en adopción?
HyeJun miró a su hijo y luego a las niñas. Había notado que la más pequeña lo buscaba mucho.
—No lo sé—fue su simple respuesta—Cuando decidí hacerlo, JungKook ya se había ido de casa, era un problema menos finalmente.
Aquello dolía escucharlo, incluso para JooHee. Esa mujer sólo guardaba rencor a su hijo como si él hubiera pedido nacer, no fue su culpa que sus padres se dejaran llevar por sus hormonas en la adolescencia, ninguna de los dos lo sabía, pero el chico de tatuajes había escuchado absolutamente todo de aquella conversación.
Su corazón dolió como cuando era niño y escuchaba a sus padres gritarse.
En este mundo hay diferentes tipos de madres, así como hay diferentes tipos de hijos. Yo soy de las que considero que no todos nacimos para ser padres en esta vida y muchas veces me critican eso.
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