Treinta y dos
El timbre del pasillo indicó a los alumnos de aquella escuela que debían volver a sus aulas, una versión más joven de Jeon JungKook caminaba por esos pasillos con un libro en su mano. Se movió entre la multitud estudiantil llegando a la biblioteca, otros estudiantes se encontraban allí en total silencio, intentaban resolver algunos problemas matemáticos, otros intentaba adelantar sus tareas o sino querían aprovechar el silencio para enfocarse en algun examen a presentar. Al contrario de lo que pudiera pensar el resto, JungKook prefería pasar el tiempo allí lo más posible, era agradable tener paz en ese lugar antes de ir a la tormenta que diariamente tenía en casa con sus padres.
—Traje el libro de física que tomé hace dos semanas—se lo entregó a la mujer anciana que mantenía orden en ese lugar—Lo traje antes del tiempo límite, quisiera tomar otro en su lugar.
—¿No necesitarás este?—la anciana tomó nota de la persona que entregaba el libro junto a la hora.
—No. ¿Tiene el libro de último año de biología?
—Sí. En el pasillo ocho al final.
—Yo lo busco.
Se dirigió a dicho pasillo con su bolso en el hombro, pasó por los libros mirando rápidamente el lomo de estos buscando el libro que necesitaba, habían algunos de tercer año, primer año, todo estaba revuelto, sabía que algunos alumnos no colocaban las cosas donde iban por simple flojera. Rodó los ojos decidiendo organizarlo, no le costaba mucho tampoco.
—¿Qué hace Jeon JungKook con tantos libros cuando ni siquiera está en la lista de buenos estudiantes?—ese era el idiota de su salón. InGuk era de su misma altura, delgado como el chico y un grano en el culo por completo, siempre molestaba a cualquiera, en especial a JungKook. No fue novedad para el joven estudiante verlo con sus dos amigos de siempre—¿Los ratones te comieron la lengua?
—No, solo ahorro mi saliva con idiotas que no vale la pena—pasó a su lado dirigiéndose al pasillo de al lado para organizar los libros que tenía, por supuesto, InGuk lo siguió. Empujó sus libros al suelo estampándolo contra el estante ocasionando que su bolso cayera al suelo, sus dos amigos lo tomaron con otras intenciones.
—¿Por qué eres tan bocón, JungKook?
—Querías que te respondiera, ahora lo hago y te molesta—lo empujó acomodando el chaleco de su uniforme, intentó recuperar su bolso sin éxito, uno de ellos levantó su brazo impidiéndoselo, el más alto de los dos idiotas—¿Enserio quieren que se repita lo de la última vez?
—No creo que a tus papis les importe mucho si le enseñamos a su hijo a quien debe respetar.
—Tienes razón, no les importa—tomó la mano de InGuk doblándosela ocasionando que se arrodillara de dolor—A mí tampoco me importa aclarar las cuentas—dio una bofetada al chico. Uno de sus amigos golpeó en sus costillas tumbándolo al suelo, el que tenía su bolso acabó dándole patadas llamando la atención de otros estudiantes que alertaron a la bibliotecaria.
JungKook detuvo su pie al aferrarse a su tobillo, de una patada empujó su pierna derribándolo, con el puño cerrado golpeó su rostro rompiéndole la nariz por la fuerza, recuperó su bolso incorporándose, sonrió maliciosamente a InGuk quien estaba listo para seguir la pelea.
—Los niños nunca aprenden.
—Hijo de perra—tanto él como el otro se abalanzaron a JungKook teniendo más ventaja, aunque éste no se rindió nunca.
Era de esperar que el director los expulsara a los cuatro por una semana. No era la primera pelea para JungKook en lo absoluto, su uniforme estaba hecho un desastre, tenía el pómulo izquierdo inflamado, su labio superior estaba roto además de hinchado, había ganado otros golpes en el cuerpo que acabaría de ver cuando llegara a casa, se sentía molesto, un nivel de enojo que no había experimentado antes. Apenas entró por la puerta con sus padres la discusión inició señalándose mutuamente que el chico era desobediente y rebelde, JungKook fue al refrigerador sirviéndose algo de agua en un vaso, al beberlo se deshizo de su chaleco con algunas roturas en la manga debido al forcejeo en la pelea.
—Esto es tu culpa, es evidente que el muchacho es igual de problemático que tú—acusó su madre al hombre. Era unos centímetros más alto que su hijo, un poco corpulento y cabello totalmente oscuro además de muy corto.
—¿Mi culpa?, ¿Acaso olvidas que eres tú quien jodió todo en cuanto quedó embarazada?
JungKook dejó su bolso en la silla del comedor dándole la espalda a la pareja. ¿Y si se escapaba de casa para poder tener paz?, estaba cansado de tantas discusiones. ¿Nunca se cansaban esos dos?, había perdido la cuenta de cuantas veces se decían lo mucho que se odiaban, pero ahí estaban, cogiendo por las noches porque JungKook muchas veces se despertaba cubriéndose el rostro con la almohada.
—¿Crees que lo hice sola?—típico sacarse las cosas en cara—Si hubieras usado un maldito condón no estaríamos aquí, pero prefieres lo "natural"
—Voy a mi cuarto, no me apetece seguir escuchando esto—dejó el vaso en su lugar. Tomó su bolso y su chaleco saliendo de la cocina.
—¡Jeon JungKook!—fue detrás de él jalando su brazo—No te irás a ningún lado, ¿No te cansas de meterte en problemas?, ¿No te cansas de...?
—¿De ser un error para ustedes?—se soltó de su agarre fulminándola con la mirada—¿Quieres que me suicide?, ¿Les haría feliz?, tal vez así volverían a sus vidas sin necesidad de encargarse de un error como yo—subió un escalón—Ah—la miró—O tal vez tengan otro error por lo mucho que se la pasan cogiendo como animales cada noche.
—¡JungKook!—el grito de su padre poco le importó. Se dispuso a subir las escaleras siendo detenido por su madre de nuevo, la situación empeoró cuando en medio de su ira acabó golpeándola con una bofetada. Su padre actuó de inmediato jalándolo de su camisa golpeando su nuca y luego su cuerpo—¿Qué demonios te pasa?—era primera vez que todo eso ocurría. El chico intentó cubrirse cayendo al suelo, parecía estar en shock, ¿Había golpeado a su madre?—¿Cómo te atreves a golpearla?—su padre dio otro golpe a su espalda. Dolían al estar herido por la pelea—¡Disculpate!
JungKook miró a su madre con leves temblores, sus ojos contenían las lágrimas y a la mujer le recordó cuando era un bebé. Cuando simplemente necesitaba de ella al ser su madre, se veía totalmente indefenso...y arrepentido.
—Lo siento, lo siento, no quise golpearte, yo...no sé que ocurrió...—hizo el intento de levantarse. Su padre se lo prohibió dando otro golpe a su cabeza.
—Ya basta, JungSuk—su madre lo detuvo. Que lo golpeara tanto no le gustaba, de por sí, que lo golpeara por primera vez era peor.
—Acaba de golpearte, HyeJun.
—¿Y debes golpearlo como un salvaje?
JungKook se encontraba de rodillas con sus manos temblorosas en sus piernas. ¿Qué demonios había hecho?, la escena se repitió en su mente, sólo había sido un impulso, sólo eso. HyeJun se agachó frente a su hijo tomando su rostro entre sus manos, apartó las lágrimas silenciosas del adolescente mirándolo fijamente.
—Vete a tu cuarto.
—Mamá...
—No digas nada, vete a tu cuarto, no ha pasado nada—era imposible de creer con su mejilla roja. Lo ayudó a levantarse dándole su bolso—Anda, sube.
Despertó con aquel recuerdo fresco en su mente. Hace mucho que no soñaba con ese momento, la habitación estaba a oscuras y la cama era ocupada sólo por él. Miró alrededor tardando unos segundos en recordar donde se encontraba, JungKook recogió su ropa del suelo vistiéndose en la oscuridad, al salir de la habitación ya vestido escuchó algunas risas, JooHee estaba en la sala junto a HeeRan imitando el baile de un grupo femenino en la televisión mientras HeeJin reía a carcajadas viendo a su madre y su hermana en su momento de locura.
La idea principal era distraer a la bebé que había estado llorando. JungKook divertido miró la escena recostándose de la pared mientras cruzaba sus brazos, no quería interrumpir su concierto. Terminó acabando cuando HeeRan dio un respingo al asustarse una vez lo vio observando, su madre no le había dicho que él seguía allí, HeeJin sorprendió a todos cuando en vez de gatear como siempre hizo el intento de colocarse de pie.
—¡Omma, omma!—chilló emocionada la niña al ver a su hermana.
HeeJin quería llegar donde JungKook, al estar muy lejos de ella dio un solo paso para luego agacharse y gatear hasta él. El pelinegro la recibió con cariño como siempre.
—Nunca había hecho eso—JooHee estaba igual de sorprendida. HeeJin había hecho su primer intento de caminar.
JungKook se acercó un poco más con la bebé dejándola en el suelo a la vez que sostenía sus pequeñas manos.
—Ve con mamá, princesa.
La pequeña en medio de su inocencia sonrió emocionada moviendo sus piernas. Cuando él la soltó poco a poco cuidó que no se cayera de bruces al suelo, HeeJin a mitad de camino prefirió gatear hasta JooHee quien la cargó besando su mejilla.
—Acabas de caminar, cielo—la abrazó con fuerza escuchando su risa infantil. Un dulce momento que los cuatro habían presenciado al mismo tiempo.
Un poco sobre JungKook.
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