Era muy común que los clientes tuvieran fetiches o costumbres extrañas que eran cumplidas por las chicas del club, nunca podías decir que no, eso Lianna lo tenía muy en claro. ¿Disfrutaba con esas cosas?, para nada. A sus veinticinco años había llegado a la conclusión de nunca haber experimentado lo que era realmente el sexo, hacer el amor para disfrutar de su pareja, sólo eso, disfrutar mutuamente y no sentirse asqueada por como la tocaban o movían como si se tratara de una muñeca. Aquel cliente tenía sus ojos vendados, era joven, esperaba muy paciente en aquel sofá de cuero, Lianna subió sobre él colocando sus piernas a ambos lados de su cintura, deshizo el nudo de su corbata rozando sus labios delgados con los suyos, una sonrisa pícara apareció en esa boca masculina, a Lianna se le hizo extrañamente familiar, había un ligero olor a cigarrillos siendo soportable.

Inclinó al hombre hacia atrás invitándolo a recostarse del respaldar, sus manos descansaron en los muslos pálidos de ella acariciándolos con su pulgar, sintió cosquillas en su cuerpo, el sentimiento la desconcertó, nunca sentía eso cuando debía hacer su trabajo. Desabrochó los botones de su camisa blanca encontrando un torso marcado, sus manos se deslizaron por la piel expuesta escuchando como su respiración se agitaba con solo ese toque.

Pasó la corbata alrededor de su cuello quedando muy cerca de su rostro, de nuevo obtuvo una sonrisa de su parte, las caricias en sus muslos subieron un poco levantando sin querer la falda de su vestido. Aquel contacto la estaba poniendo nerviosa, ¿Qué mierda le pasaba?, para evitarlo tomó sus muñecas atándolas con la corbata. Las colocó sobre su cabeza depositando cortos besos por su cuello, de nuevo le parecía que todo era familiar, el suspiro de su cliente le pareció sexy, la forma en que el hombre de cabello oscuro inclinaba su cabeza hacia atrás queriendo experimentar más de sus labios le pareció estúpidamente tentador.

—¿Te gusta?—preguntó ella colocando aquella voz seductora que a los clientes les gustaba escuchar o al menos la mayoría.

—Ujum—asintió con la respiración agitada.

Lianna movió su cadera sobre su miembro rozando aquellas partes sobre la ropa. El gemido de parte de ambos le sorprendió, no por él, sino por ella. ¿Estaba disfrutándolo?, no le tomó mucho tiempo sentir un bulto volverse cada vez más duro por sus movimientos lentos, el vaivén hacia adelante y hacia atrás robó otro suspiro de parte del chico quien movía sus manos atadas sobre su cabeza (o al menos lo intentaba)

Levantó la venda de sus ojos descubriendo la identidad de su cliente, ahora podía verlo mejor.

—¿JungKook?—se sorprendió aún más sin esperar ese resultado.

Sus ojos tenían un brillo único, no creía que un hombre pudiera tenerlos, el pelinegro pasó sus brazos sobre su cabeza rodeando así su cintura atrayéndola mucho más a él sin borrar esa sonrisa pícara.

—¿Omma?—una pequeña mano tocó su mejilla con cuidado—Omma, despierta.

JooHee entreabrió sus ojos regresando a la realidad, un poco aturdida y somnolienta con la imagen fresca en su mente de aquel sueño tuvo que obligarse a despertar, a su lado HeeJin seguía dormida muy tranquila, HeeRan por otro lado tenía las mejillas muy rojas al igual que su nariz.

—Buenos días, cielo—había dormido con ambas niñas anoche—¿Sucede algo?

—Me duele la cabeza y la garganta.

La chica se incorporó en la cama tocando su frente.

—Estás ardiendo en fiebre—se levantó cargándola—Creo que la gripe de tu hermana se pasó a ti.

—Omma, no quiero ir al hospital—recostó su cabeza en su hombro.

—Necesito que hoy estés descansando, jovencita.

HeeRan rodeó su cuello con su brazo sin muchas ganas de responder. Al menos era domingo, no debía preocuparse por la escuela.

JungKook empujó el carrito de compras moviéndose por los pasillos del supermercado, tenía algunos productos en dicho carrito, Sostenía el teléfono en su oreja repasando la lista mental, al segundo repique respondieron del otro lado.

—¿Hola?—la voz ronca de Tae le hizo saber que estaba durmiendo.

—Necesito tu ayuda.

—Hoy es nuestro día libre, déjame dormir unas horas más—se quejó como un niño pequeño.

—¿Puedes hablar con tu casera?

—¿Qué?

JungKook tomó una bandeja de fresas colocándola en el carrito, quería tomar algunas frutas.

—Necesito un alquiler pequeño para JooHee y las niñas, eres muy amigo de la casera, pregúntale por algo así. De seguro te hará un descuento por ser su amigo.

—¿Alquiler?, ¿Lograste hablar con ella?

—Así es, la ayudaré junto a su amiga. Lo primero es encontrarle un empleo y un lugar donde vivir...

—¿No tiene un hogar propio?

—En cuánto deje de ir al club sé que irán a buscarla—explicó—Quiero que ella se sienta segura, por eso te pido ayuda, necesito encontrarle algo aceptable para las tres.

—JungKook, creo que debes llamar a la policía.

—Tae, estos tipos están metidos en este rollo—indicó hablando más bajo, aunque nadie estaba prestándole atención, al ser tan temprano no habían muchas personas en el mercado—Avisarles sería condenarla, hay dos niñas de por medio...

—Sí, sí, ya, claramente lo haces por las niñas—fue irónico.

—Sé que te enamorarás de ellas cuando las conozcas.

—¿Dónde estás?—lo escuchó bostezar.

—Comprando.

—¿A las siete de la mañana?

—No podía dormir, hice una lista con las cosas que necesitaba. Esperaré tu llamada con una respuesta positiva.

—Te odio.

—Y yo te amo—bromeó sonriendo divertido. La llamada finalizó, buscó en sus contactos enviando un mensaje a esa persona.

JungKook:
¿Cuáles son las frutas favoritas de las niñas?

Tardó unos cinco minutos exactamente para tener respuesta.

JooHee:
HeeRan ama las manzanas y HeeJin parece disfrutar más las fresas.

Sin pensarlo añadió en una bolsa un poco de ambas frutas. Miró las cosas del carrito un tanto pensativo, parecía estar todo completo. Movió el carrito por el pasillo dirigiéndose a una de las cajeras para pagar todo, envió un mensaje rápido al detenerse en la fila.

JungKook:
Necesito tu dirección.

JooHee:
¿Disculpa?

JungKook:
Debo enviarte algo, confía.

JooHee cambió el pañuelo de la frente de HeeRan, la niña dormía mientras su hermana jugaba en su carrito que le permitía caminar por el departamento. Las mejillas de la mayor seguían rojas por la temperatura alta, JooHee había pensado en hablarle a Nayeon, pero ésta había salido temprano por un asunto personal, estaba sola con ambas niñas.

Acarició una de las manos de HeeRan dejándola tranquila en la cama. Fue hacia la sala adjuntando la puerta, HeeJin sonrió a su madre contagiándole su sonrisa. JooHee la sacó del carrito cargándola.

—Envidio tu felicidad—pellizcó su mejilla escuchando su risa, HeeJin tenía una similitud a Sehun en la forma de sus ojos, ambos tenían ojos pequeños—Espero que siempre seas así, cielo.

La bebé sonrió ajena a lo que ocurría, enredó sus manos en el cabello de su madre llevándolo a su boca, JooHee escuchó el timbre de la puerta pensando que Nayeon había regresado, al abrir cayó en la realidad, las bolsas en sus manos llamaron su atención.

—¿Qué...?

—Esto es el inicio de mi ayuda—señaló con orgullo. HeeJin miró a JungKook quien le sonrió un poco—Hola, HeeJin.

La bebé sonrió reconociéndolo.

—¿Qué es todo esto?—JooHee señaló las bolsas. Lo dejó pasar cerrando la puerta—¿No deberías estar trabajando?

—Tengo mi día libre, hablé con un amigo para conseguirles un lugar para las tres—HeeJin curiosa miraba las bolsas, se removió inquieta ocasionando que su madre la dejara en el suelo—¿Dónde dejo esto?

—En la cocina, déjalo en la mesa.

El chico colocó todo como dijo, JooHee encontró variedad de productos e ingredientes, la última vez que compró tanto había robado la billetera de un funcionario que atendió en el club, estaba tan borracho que terminó desmayándose. La pelinegra notó las manzanas y fresas, una bolsa vacía cayó al suelo, HeeJin disfrutaba meterse en ellas o morderlas, JooHee al notarlo la cargó de nuevo quitándole la bolsa.

—¿Cuánto gastaste?, te lo pagaré por parte...

—No hice esto para que me pagaras—sacó las cosas de las bolsas—Hice esto para que tanto las niñas como tú puedan comer bien, creo que es comida suficiente para las tres, traje algunas fórmulas para HeeJin que ayudan a su desarrollo también, iba a comprar pañales para ella, pero no sabía que tan pequeña es...—en ese momento cayó en cuenta de quién faltaba—¿Y HeeRan?

—En la habitación, tiene fiebre.

—¿Por qué no me dijiste antes?, habría comprado algo en la farmacia para ella.

—Soy su madre, tenía intenciones de ir, pero no quiero dejarla sola ni sacar a HeeJin con este frío.

—Iré a la farmacia. Hoy si traje mi moto...

—No—JooHee lo detuvo. HeeJin veía a ambos adultos con esa repentina seriedad, tal como cuando vio a JungKook la primera vez—Yo iré, conozco el remedio exacto que debo comprar para ella.

—Pero...

—Escúchame bien, te dejaré a las niñas cinco minutos, tal vez menos, la farmacia queda en la esquina—lo apuntó con su dedo—No voy a tardar.

—Está bien.

JooHee dejó a la bebé en la sala con sus juguetes, fue a la habitación buscando su abrigo y el dinero, tomó su teléfono saliendo con prisa del departamento. HeeJin miró a JungKook cuando se quedaron solos, el chico respiró profundo decidiendo guardar las cosas en los estantes, JooHee no tenía mucha comida en ellos, algunas cosas hasta estaban vencidas. Con todo organizado se sintió mejor de ver los estantes llenos, definitivamente había hecho algo bueno. Al girar sobre sus talones dió un respingo encontrando a la bebé sentada en el suelo mirándolo con atención.

—Ya, deja de asustarme así—acusó. La risa de HeeJin le hizo sonreír ladinamente—Eres mala, ¿No?

La bebé gateó hasta él jalando de su pantalón. A JungKook le puso nervioso, nunca había cargado un bebé, no quería que se le cayera, HeeJin al ver su inseguridad hizo un puchero, se sentía rechazada.

—Oye, oye, no llores, tu hermana está enferma y debemos ser silenciosos—aun así HeeJin no estaba de acuerdo. JungKook la cargó viendo en segundos como su sonrisa aparecía de nuevo, lo primero que hizo la pequeña fue tocar su rostro estudiando con curiosidad los piercings—Es increíble que alguien tan cruel como ese hombre tenga una niña tan adorable como tú.

HeeJin sonrió de nuevo sin saber que decía.

Foto arriba de la bebé que intimidó a nuestro Jk, HeeJin ^^