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Sesenta y tres

JooHee sentía que vomitaría, los nervios de nuevo la estaban atacando. A primera hora de la mañana sería la reunión con su abogado, el de Sehun y éste. Se encontraba en la oficina de JaeHyun caminando de un lado a otro, JungKook no podría asistir ya que se quedaría con las niñas, tampoco podía estar presente en la reunión. Tomó asiento frotando sus manos en sus muslos, sentía un nudo en la garganta, la cabeza le dolía, el corazón latía rápido y sus manos comenzaron a temblar. La puerta de la oficina se abrió por JaeHyun:

—Traje algo caliente para beber—dejó los vasos en el escritorio—¿JooHee?—al notarla así se agachó frente a ella—Oye—tomó sus manos—Respira.

—Tengo náuseas.

—Creo que estás teniendo un ataque de ansiedad—frotó sus manos sintiéndolas heladas—Respira conmigo, vamos, inhala—JooHee obedeció—Exhala.

Repitió aquel proceso una y otra vez hasta que su corazón fue calmándose. Debía calmarse, ser fuerte, no demostrar duda ni debilidad frente a Sehun incluso cuando la situación se colocara en su contra, parpadeó varias veces apartando las ganas de llorar o al menos intentándolo, JaeHyun la abrazó con fuerza, JooHee se aferró a él tragando con dificultad el nudo en su garganta.

—Tengo miedo—susurró—Estoy cansada de tener miedo y sigo teniéndolo—su voz fue un poco temblorosa—No quiero que se salga con la suya.

—No lo hará—dio unas suaves palmaditas a su espalda—Te di mi palabra de ganar este caso, HeeJin estará con su madre porque eres la única persona que la cuidaría mejor que nadie—añadió—¿Recuerdas lo que me dijiste?, nadie se preocupará por las niñas como tú.

Sí, lo había dicho, aun así tenía miedo.

—No pude conseguir que Karina colaborara.

—No importa, tenemos otros testigos. Todos lo que te apoyan colaborarán en esto—se separó un poco. Acercó la otra silla tomando asiento en ella sin soltar las manos de JooHee, no mentiría, estar así le trajo recuerdos, en el pasado JooHee era muy insegura, el haber ingresado a la universidad con la carrera que quería fue algo que tardó semanas en aceptar, verla así le hizo recordar a la JooHee adolescente—Tenemos suficiente evidencia para presentar.

—En fotos, nada es en físico.

—Confiemos en Sana, ¿De acuerdo?

—No he podido comunicarme con ella desde anoche, tenía miedo de lo que pudiera hacerle, su bebé está quedándose conmigo, ¿Y si le hizo algo?—volvió a preocuparse.

—Escucha, aunque suene cruel sólo puedo enfocarme en ti en este momento.

—Pero Sana...

—Si no aparece en todo el día avisaré a la policía, ¿De acuerdo?—no, no lo estaba—JooHee, necesito que te enfoques en esto por ahora, ¿Sí?, olvida el miedo que tienes a ese hombre, sé que no es fácil, pero podemos hundirlo, podemos demostrar que es un peligro para cualquiera.

—¿Crees que no comprará al juez y sus testigos?

—¿Crees que no lo sé?, he lidiado con este tipo de gente, siempre fallan en algo. El fallo de Sehun fue creer que su esposa no lo delataría.

—No debiste pedirle más pruebas, si algo le ocurre será mi culpa...

—No, si algo le ocurre será su culpa y sólo suya—apretó sus manos—Confía en mí esta vez.

Para JooHee eso trajo recuerdos también, la forma en que la miraba, la forma de hablarle, la forma de tratarla, no significaba que lo hubiera perdonado por lo que hizo.

—Confié en ti hace cinco años, la primera vez que estuvimos juntos estaba muy nerviosa, ¿Qué me dijiste?, "confía en mí"—soltó sus manos regresando un poco a su actitud defensiva—Por confiar en ti y ser tan ingenua terminé causando un desastre.

—Lo siento mucho.

—Deja de decirlo, mejor haz las cosas bien, sólo gana este caso, luego de eso cada quien seguirá con su vida.

JaeHyun recordó las palabras de JungKook cuando hablaron en la cafetería, según él, JooHee nunca le prohibiría ver a su hija, pero tampoco lo presentaría así de la nada, todo tenía un proceso.

—Luego de esto...me gustaría conocerla—ambos se miraron fijamente—HeeRan es parte de mí, sé que me fui como un cobarde, hice las cosas mal, si me hubiera quedado a tu lado y hubiera aceptado las consecuencias jamás habrías pasado por esto—una vez más se mostraba arrepentido—Quiero conocer a la niña, JooHee, siempre y cuando estés bien con eso.

No, no estaba bien, prefería mandarlo lejos, escapar como una vez él lo hizo. Aunque odiara aceptarlo, ambos estaban unidos de por vida por esa pequeña. HeeRan era una pequeña parte de ambos, nunca sería capaz de prohibirle ver a su padre, odiaba tener que hacer lo correcto.

—¿Te parece que estoy bien con el hecho de que quieras conocer a la hija que dejaste hace años?—suspiró—No le hablaré mal de ti, no podría hacerlo, como pareja fuimos un desastre, aun así tu deber de padre nunca terminará hasta que dejemos de existir—señaló—No tengo cabeza para ese asunto en este momento, prefiero enfocarme en Sehun hasta que esto termine.

El abogado asintió estando de acuerdo.

—Te ayudaré económicamente—para JooHee fue un poco molesto—Como su padre debo ayudarte...

—No quiero tu dinero. No lo necesito, mejor mira por ti mismo lo que HeeRan necesita realmente.

Unos golpes a la puerta de la oficina interrumpieron, la asistente de JaeHyun se asomó al abrir anunciando:

—El señor Oh acaba de llegar con su abogado.

HeeRan miró por la vitrina la colección de cuentos de siete princesas de Disney, entre esas estaba Pocahontas, su favorita. Apoyó sus manos del cristal acercando más su rostro viendo los colores pasteles de los cuentos, las letras doradas y se imaginó leyéndolos, le gustaba cuando en el preescolar las maestras solían leerles, le parecía divertido que su imaginación volara con esos cuentos.

—¿Qué estás mirando?—JungKook se acercó con HeeJin en su coche, habían ido los tres al centro comercial para pasear por un rato, aunque el pelinegro no dejaba de pensar en JooHee.

—Hace mucho que omma no compra un cuento para mí—hizo un puchero. JungKook sonrió ladinamente al ver lo que ella veía, si tan sólo supiera.

El chico se acercó colocándose a su altura.

—¿Y si se lo pides a Santa?—propuso.

—¿Crees que pueda traerlos?

—¿Por qué no lo haría?, ¿Has sido buena niña?

—Creo que no—respondió—Fui un poco mala con usted al principio. Cuando llevó las manzanas...me gustaron mucho y esos caramelos...—JungKook los recordó perfectamente—No los acepté porque estaba molesta.

—Ya veo—el chico se mostró algo preocupado actuando muy bien—Así que estás en la lista negra de Santa, ¿No?

—Eso creo.

—¿Sabes cómo puede colocarte en la lista de niños buenos?—ella lo miró esperando saber. Llevó su mano al bolsillo de su abrigo, HeeRan identificó algunos caramelos—Descubrí que te gustan los caramelos de naranja, siempre termino comiéndolos, pero esperaba que tal vez quisieras aceptarlos en algún momento...

—Los quiero—la niña colocó sus manos juntas dejando que los colocara entre sus dedos. Eran cinco caramelos—¿Quiere uno, ahjussi?

JungKook sonrió asintiendo, era un gran avance en la relación de ambos. Decir que se sentía contento era poco. Ambos abrieron dos de los caramelos llevándolos a sus bocas, HeeJin se quejó al ver que estaban comiendo sin ella.

—¿Sabe bien?

—Ujum.

JungKook se levantó empujando el coche donde HeeJin iba, TaeHyung le envió un mensaje comentando la extrema calma que tenía Naomi, el chico se había quedado en casa para cuidarla mientras, al ser tan pequeña preferían mantenerla allí. Por otro lado, Tae también esperaba que su amigo volviera para ir al hospital con Nayeon.

—Ahjussi—HeeRan caminó a su lado mientras él empujaba el coche con una mano escribiendo en el teléfono con la otra.

—¿Sí?—guardó su móvil en el bolsillo.

—¿Qué sucede con omma?, parecía muy nerviosa y preocupada cuando me dijo que no hablara con nadie más que ustedes—lo miró curiosa. Tomó la mano del pelinegro dando esa imagen de padre e hijas.

—Tu madre sólo está solucionando algunas deudas—mintió—No debes preocuparte por eso, estamos ayudándola para que se solucione pronto.

HeeRan sonrió un poco.

—Ahora vivirá con nosotras, ¿Verdad?

—Por el momento—asintió—Aunque puedo irme al departamento de TaeHyung...

—No, si se va, de nuevo estaremos solas. Me gusta cocinar con usted, appa—se apresuró a decir. La caminata se detuvo, JungKook parpadeó varias veces asimilando esa última palabra—Lo siento—la niña cubrió su boca con sus manos. ¡De nuevo lo había dicho!

—¿Qué dijiste HeeRan?—quería escucharlo de nuevo. Tomó asiento en uno de los bancos, acomodó el coche con HeeJin mirándolos con su característica forma.

—Perdón.

—No, no estoy molesto—tomó sus pequeñas manos—¿Qué dijiste, princesa?

—Es culpa de HeeJin—la bebé frunció el ceño viéndose más seria—Ella siempre lo llama así...

—No me molesta—los ojos del chico brillaban. Estaba eufórico e intentaba controlarse—Sé que no soy exactamente el padre de las dos, pero...—ella lo abrazó sorprendiéndolo.

—Se siente agradable decir esa palabra por primera vez a alguien.

JungKook besó su cabeza apretándola entre sus brazos, ¡HeeRan lo había llamado papá!

—Se siente agradable tener una hija más—la niña se sonrojó ante eso.

—Lo llamaré appa entonces.

—Appa—HeeJin estiró sus bracitos queriendo abrazo también.

El dolor en su mejilla izquierda fue intenso al despertar, se quejó un poco llevando su mano a la zona del golpe. Su cabeza la torturó un poco, lentamente quedó sentada en la cama con una mueca de dolor, aquella habitación la reconoció, era la que compartía con Sehun, la cuna de Naomi estaba cerca de la cama encontrándose vacía, revisó en sus bolsillos sin encontrar su teléfono, Sehun se lo había quitado, era de esperarse que no se lo dejaría. Se levantó dirigiéndose al balcón, la puerta corrediza estaba cerrada con seguro, el cristal no era de los que se rompía fácilmente. Estaba encerrada en su propio cuarto.

Como última opción fue a la puerta, giró el pomo sin tener respuesta, estaba con seguro desde afuera. Lanzó una maldición internamente sabiendo que le había fallado a JooHee, su mal presentimiento era su sexto sentido indicándole que no estaba bien, ¿Debió seguir siendo la esposa sumisa y permitir que su esposo causara más daño?, negó con la cabeza. Si se hubiera mantenido en silencio entonces sería cómplice.

Retrocedió al escuchar la cerradura, la persona entró cerrando detrás de sí, volvió a retroceder cuando se acercó a ella.

—Sehun está ahora mismo con tu amiga—siguió acercándose.

—Fuiste tú, asesinaste a esas personas...

—Sí, lo hice—respondió como si nada—Mi primo fue un idiota subestimándote, Sana—la chica tragó con dificultad. Suho estaba muy serio, era extraño que no le coqueteara—Fuiste capaz de sacar de la caja todos sus secretos, conseguiste la clave incluso, te hiciste amiga de quien no debías, ¿Algo más que deba saber sobre ti?

—¿Asesinaste a mis padres?—preguntó directamente.

—¿Crees que soy el único asesino aquí?—Sana no pudo retroceder más. La pared en su espalda se lo impedía, Suho acarició la mejilla lastimada mirándola con cierta pena—Sigues creyendo que tu querido esposo no haría tal cosa.

—Sehun...¿Lo hizo?

—Tus padres eran adictos a la droga, Sehun simplemente les dio lo que querían, ¿Eso responde tu pregunta?

Los ojos de la chica contuvieron las lágrimas, aunque sus padres no fueron los mejores, los quería, sí, fueron adictos a la droga y el alcohol, siempre recordaba cuando los atendía en medio de esas influencias, Sana fingía no saber nada al día siguiente, muchas veces se quedó dormida llorando al sentir que no hacía nada para evitar ese daño en sus padres, jamás les deseó la muerte.

—Sé que dejaste a la bebé con tu amiga—añadió. Sana le sostuvo la mirada—Y sé lo que ella intenta hacer en la corte, no me sorprende que Karina no quiera ayudarlas.

—¿Qué?, ¿Tú...?

—La grabadora en tu auto fue muy efectiva.

—Idiota—su mano impactó en la mejilla del chico—Sehun irá a la cárcel, pero tú mereces el doble por lo que has hecho.

Suho tomó sus brazos con fuerza. Tensó su mandíbula no muy contento.

—No seas estúpida, vine con intenciones de ayudarte, no eres la única que quiere verlo en la cárcel—eso le sorprendió—Estoy harto de que Sehun me trate como un perro, si no quieres que él termine asesinándote entonces haz lo que te digo.

—No pienso hacer nada contigo.

—Tienes la opción de ir ahora mismo a la oficina para sacar todo de la caja fuerte, si la luz falla en la casa, las cámaras no verán nada—para Sana fue tentador—O tienes la opción de hundirlo y evitar que caiga por él.

—¿Por qué ayudaría a un asesino como tú?, sé lo que hiciste a la amiga de JooHee...

—Vas a ayudarme porque sabes que soy capaz de lastimar a tu hija, sabes que no pensaré dos veces en ir por ella—amenazó.

Y los hijos eran delicados para cualquier madre.

Le dijo appa T_T Hoy triunfamos, señores.

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