Sesenta y cinco
HeeRan había sido la primera en despertar esa mañana, finalmente era navidad por lo cual Santa debió dejar sus regalos en el árbol y en efecto, una sonrisa grande se dibujó en sus labios cuando vio los regalos devajo del árbol. Fue corriendo a su habitación despertando a HeeJin quien dormía en su cuna con Naomi, ambas se habían acostumbrados a dormir junto a la otra.
—HeeJin, despierta, Santa vino—tocó el seguro de los barandales de la cuna sacándola de allí. Naomi no se despertó ni se movió estando a gusto de esa manera, la niña volvió a colocar los barandales como estaban cargando como pudo a HeeJin quien bostezaba restregando sus ojitos.
—Unnie—se quejó somnolienta.
—Mira, hay regalos—señaló mostrándole. La bebé sin entender bien que pasaba se recostó en la alfombra de la sala bostezando de nuevo—Ah, espera aquí—fue corriendo a la habitación de JooHee—¡Omma, appa!—tocó la puerta con insistencia. Desde que JungKook se quedaba en el departamento le parecía que era correcto tocar antes de entrar, giró el pomo con cuidado sin poder contener la emoción—¡Omma, appa!—subió a la cama saltando en ella—¡Santa llegó!, ¡Despierten!
Con ese alboroto era imposible que no despertaran.
—HeeRan—JooHee entreabrió sus ojos—¿Qué sucede?
—Santa llegó, tienes que venir—jaló de su mano sin hacer que se moviera—¡Omma!—la niña estaba eufórica.
—Dame un minuto, ya voy—murmuró. La escuchó salir del cuarto mientras se estiraba en la cama, JungKook también despertaba recién diciéndose así mismo que así era la vida de padres, las horas de sueño podían y debían ser interrumpidas sólo por los hijos.
JooHee no recordaba haber visto a HeeRan tan entusiasmada y emocionada en navidades anteriores. La niña casi lloró al ver la colección de cuentos que había comentado a JungKook unos días atrás, para JooHee fue dulce además de tierno cuando el chico aseguró haber hablado con Santa indicándole el regalo perfecto para ella, era lindo ver la inocencia de los niños en su máximo esplendor. HeeJin no parecía mostrar mucho interés en los juguetes, pero si en las envolturas de regalo jugando con ellas. Naomi se encontraba en brazos de la pelinegra quien no pudo evitar pensar en Sana, era la primera navidad de esa pequeña y debía estar lejos de su madre por culpa de su padre. La última llamada fue hace unos días, el mismo día de la reunión por la noche cuando dijo que Suho le había dado su teléfono por unos minutos para que fuera breve, Sana estaba bien según ella misma, Suho estaba ayudándola de una manera extraña (aunque igual no se confiaban de ello, Suho también era peligroso)
Sólo sabía que estaba encerrada en una habitación, que Suho "colaboraba" y que por nada del mundo avisara a la policía de esa situación. Algo le decía que el primo de Sehun la tenía amenazada o era una de las consecuencias al ayudarla, el punto es que Naomi debía quedarse más tiempo con JooHee y sí, ya estaba al tanto que Sehun sabía su paradero.
La joven madre fue tomada desprevenida cuando unas manos masculinas pasaron un collar por su cabeza colocándolo en su cuello.
—Feliz navidad—lo escuchó decir. JooHee tocó el collar encontrando un dije en forma de corazón, su color era dorado—Sé lo mucho que las niñas significan para ti, sé que tenerlas lejos es algo difícil, así que este es mi regalo para ti.
El corazón podía abrirse, al hacerlo en ambos lados tenía una pequeña foto de HeeJin y otra de HeeRan, para JooHee fue un hermoso gesto que nadie había hecho por ella antes.
—Está muy hermoso—levantó su rostro para verlo pues éste se encontraba detrás de ella y del sillón—Aunque le faltó algo.
JungKook frunció el ceño ladeando por breves segundos su cabeza.
—¿Qué cosa?
—Hay tres personas en mi corazón, aquí hay dos—señaló—¿No quieres estar en mi corazón?—bromeó jugando con él.
—Depende—le siguió el juego—¿Por cuánto tiempo puedo quedarme?
—¿Por cuánto tiempo desea quedarse, señor Jeon?
—¿Puede ser eternamente?
—¡Omma!—HeeJin interrumpió haciéndose notar. La pequeña se colocó de pie apoyándose de la pierna de su madre queriendo subirse a ella.
—Espera, recuerda que Naomi es más pequeña que tú—JungKook la ayudó con ambas. JooHee sostuvo en un brazo a la bebé teniendo con el otro a HeeJin quien curiosa miró su collar—¿Te gusta?
—Lindo—sonrió ocasionando que sus ojos se volvieran dos líneas.
—Falta un regalo más—JungKook se agachó frente a JooHee. En una de las muñecas de su novia colocó un brazalete de pequeñas perlas muy sencillo, pero bonito—¿Ves que la perla del medio es más grande que las demás?
—Sí.
—Cuando necesites que vaya a ti puedes tocarla y automáticamente sabré que me necesitas.
—¿Enserio?—HeeRan que había escuchado se acercó queriendo mirar. Apoyó uno de sus brazos en el hombro de JungKook quien al estar agachado quedaba a su altura.
—¿Cómo podrías saberlo?
El chico le mostró un brazalete en su muñeca derecha, la suya era un hilo negro que tenía una sola perla del mismo color. Para demostrarle a lo que se refería, presionó la perla de JooHee y la suya automáticamente se iluminó tornándose blanca por segundos, lo mismo pasaba cuando él hacía lo mismo al revés, sólo que en vez de tornarse blanca para JooHee, se colocaba oscura por unos segundos, retomaba su color y volvía a oscurecerse.
—Ahora me siento mal al no tenerte nada preparado...
—No importa, sé que tienes muchas cosas en mente en este momento.
—Gracias—sonrió un poco—Te abrazaría si pudiera, pero...ciertas personitas ocupan mis manos—HeeJin sonrió como siempre cuando su madre la miró. Incluso Naomi hizo una mueca parecida a una sonrisa.
El timbre del departamento interrumpió el momento, JungKook fue quien abrió dejando que TaeHyung con Nayeon entraran, la chica había sido dada de alta recientemente, JooHee tuvo que contarle lo de Suho temiendo que se enojara, en su lugar, su miedo por estar sola incrementó. La policía estaba buscándolo mientras que su amiga tenía agendado su contacto en el teléfono con el presentimiento de necesitarlo pronto.
Por esa razón, estaba quedándose con TaeHyung...en su departamento.
—¿Puedo hablar contigo un momento?—pidió Nayeon mientras entre ella y JooHee preparaban el desayuno. Los chicos con las niñas estaban en la sala, JungKook leyéndole uno de los cuentos a HeeRan mientras que TaeHyung cuidaba de Naomi dibujando con HeeJin logrando mantenerla distraída.
—¿Qué sucede?—le colocó atención al colocar la tetera en la estufa para que el agua se calentara.
—¿En qué momento comenzaste a confiar en JungKook?
—¿Qué?
—Seré directa—miró hacia la sala como si temiera que alguien la escuchara. Se acercó a JooHee susurrándole al oído—TaeHyung ha sido muy dulce y atento conmigo.
—¿Y qué tiene que ver con...?—le tomó segundos comprenderlo. Sus ojos se abrieron de más, cubrió su boca con su mano y Nayeon asintió.
—Siento una extraña sensación de seguridad cuando él está cerca, pero luego pienso en Suho, en lo que pasó...
—¿Te gusta Tae?
—Es ridículo, me siento como en secundaria de nuevo. No digo que sea así, tal vez estoy confundiendo las cosas, las emociones siguen algo...alteradas por lo ocurrido—se cruzó de brazos recostándose de la pared—Eso no tiene sentido.
—¿Recuerdas lo que me dijiste cuando desconfiaba de JungKook?, si hubiera querido hacerte daño, ya lo hubiera hecho.
—No tiene sentido, JooHee, ¿Por qué nacería algo entre los dos con este desastre?
La chica colocó sus manos en su cintura.
—Vaya, así de negativa sonaba antes, ¿Cierto?—Nayeon le reprochó con la mirada. Su rostro tenía secuelas de aquel maltrato, aunque no tan notorio como cuando la encontró—Escucha, tienes razón, no significa que haya algo entre ustedes, con los días sabrás que sientes en realidad.
—No le digas a JungKook, por favor. Siento que le contará a Tae y será vergonzoso para mí.
—No diré nada—prometió.
—¿Has hablado con Sana de nuevo?
—No. No me calma para nada saber lo que debe estar pasando.
—¿Has hablado con tu abogado?
—JaeHyun dijo que probablemente el próximo mes podamos ir a juicio, me hace sentir más inquieta. Quiero que todo acabe pronto.
—Si te soy honesta, no creo que Sehun lastime a su esposa, si algo le ocurre a Sana sin duda alguna lo sabríamos.
—Lo sé, también estoy segura que sabe sobre esa llamada—escuchó las risas de HeeJin desde la sala. Justo en ese momento un mensaje llegó a su teléfono, al revisarlo, Nayeon notó el gesto de rodar los ojos.
—¿Qué sucede?
Le mostró la pantalla de su teléfono donde tenía un mensaje de JaeHyun diciendo un simple: Feliz navidad para ti y las niñas.
—El padre del año—insinuó.
—Por supuesto que sí—JooHee fue igual de irónica que ella.
Este capítulo fue un poco informativo, pero necesario uwu
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro