Canción del capítulo: Ariana Grande - Breathin

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—¿Realmente está bien?—JungKook lo preguntó de nuevo haciendo que JooHee perdiera la cuenta de las veces que repetía eso.

—Sí, está bien—HeeRan se aferraba a su madre escondiéndose, aquel chico le intimidaba, incluso HeeJin lo miraba curiosa.

—Lo siento mucho, realmente no la había visto...

—Estaremos bien, debemos irnos.

—Espera, ¿A dónde se dirigen?—se apresuró a preguntar. Seguía sobre su moto en la orilla de la calle, se había sorprendido al verla con esas dos niñas, ¿Serían sus hermanas?, no, había creído escuchar la palabra "omma".

—¿Vas a llevarnos en tu moto?—señaló con algo de ironía—Te dije que estamos bien.

JungKook notó la forma de la bebé al verlo. Se sintió algo intimidado, un poco gracioso, pero cierto. JooHee miró a HeeJin preguntándose qué pasaba por su cabecita.

—¿Por qué me mira así?—apenas preguntó obtuvo una sonrisa muy tierna de la pequeña. El chico sonrió ladinamente mirando luego a su madre—Creo que le agrado.

—Ella le sonríe a todos—escuchó decir a HeeRan quien asomó su cabecita manteniendo sus pequeñas manos aferradas al abrigo de su madre—Por eso se llama HeeJin, su nombre significa "llena de alegría".

—Creo que entonces escogieron muy bien su nombre—le sonrió un poco. A JooHee le pareció dulce el tono que usaba para hablarles—¿Cómo te llamas, preciosa?

—Insisto, debemos irnos, la bebé ha estado enferma por el frío...—JooHee fue interrumpida.

—Oh, así que ella era la persona enferma, ¿No?—adivinó—Por eso estabas tan preocupada cuando saliste del...

—Del trabajo, sí—lo calló—Debemos irnos, adiós—tomó la mano de HeeRan y empujó el carrito de HeeJin.

La noche estaba siendo muy movida en el club Dreamers, las salas estaban llenas, la música, la bebida y la comida abundaban en la mayoría de ellas, los clientes iban y venían. JooHee acomodaba su apariencia frente al espejo del baño, recogió su cabello en una cola alta prefiriendo llevarlo así, era cosa de gusto, aunque sabía que Sehun la obligaría a llevarlo suelto.

—Oye, Lianna—Katie llamó su atención. Era la más alta de las chicas, también la mayor de ellas, aunque intentaba conseguir clientes no le colocaban tanta atención como a las más jóvenes—Un cliente te busca.

—¿En qué sala está?—aplicó un labial rojo a sus labios de manera rápida. Guardó el maquillaje en un pequeño bolso junto a su teléfono.

—Sala 7.

Lianna salió del baño subiendo un poco su falda, aunque ésta ya era muy corta de por sí. La sala 7 fue abierta por ella, al cerrar detrás de sí la persona se encontraba de espalda a la puerta tomando un trago del vaso, Lianna fingió su mejor sonrisa abrazando por detrás al cliente.

—Me dijeron que me buscabas—susurró en su oído. Era alguien joven que sonrió también con un toque de malicia y diversión—¿Por dónde iniciamos, señor?

—Sehun me dijo que eres una de las mejores—aquello no le gustó, tuvo que tragar aquel desagrado. El hombre volteó mirándola de pies a cabeza—Creo que mis amigos se divertirán contigo, espero que puedas complacerlos.

—¿Qué?—Lianna retrocedió un poco.

—No te preocupes, te pagaré siempre y cuando hagas lo que te diga—pellizcó su barbilla—Quítate la ropa y recuéstate en el sofá, no te moverás ni hablarás.

Lianna tragó con dificultad.

—Dijo que sus amigos vendrían, ¿Cuántos...?

—Son compañeros de la oficina, iniciaremos con el mayor hasta el menor de los nueve.

—¿Nueve?—sintió pánico. Nunca había estado con tantos hombres de esa manera, siempre era uno y Sehun lo sabía, Lianna tenía un límite—Debo hablar con mi jefe...

—Él ya lo sabe, dijo que tienes una bonita boca que sabe dar un excelente oral—acarició su labio inferior—Haz lo que te digo, deben estar por llegar.

—Lo siento, debo hablar con él—cuando se disponía a irse, otros caballeros entraron a la sala impidiéndole retirarse, desde ya podía imaginar cómo acabaría todo eso.

JungKook había ido solo esta vez, por un momento consideró la posibilidad de ir con TaeHyung, pero no quería chismosos en el plan de ver a Lianna. Luego de esa tarde supo que debía ir al club, algo en su interior le decía que debía hacerlo, apenas pasó por la puerta principal cuando una mano tocó su brazo.

—Viniste de nuevo—era la chica de esa noche. La que le aconsejó que debía hacer su oferta sin pensarlo. Esta vez vestía entre azul y negro—Supuse que Lianna no había sido muy buena contigo, no te ví de nuevo.

—No imaginé que alguien esperara por mí—miró hacia el pasillo donde varias puertas se distinguían, todas estaban cerradas o eran abiertas en ocasiones—¿Dónde está Lianna?

—Ocupada, ya sabes. ¿Quieres que te atienda mientras?—acarició su brazo. La chica era hermosa, tenía un rostro redondo muy dulce, su cuerpo era un poco más voluptuoso que el de Lianna, pero aunque sonara poco creíble además de ridículo considerando que es la tercera vez que vería a la chica, prefería a la de ojos azules.

—Esperaré por ella.

—¿Seguro?—chasqueó la lengua—Estará ocupada por muchas horas.

No quería imaginarla en esa situación, se sentía hipócrita quejándose de eso cuando estaba entrando a ese lugar, aunque por su cabeza no pasaba la idea de tener sexo con ella, sólo...quería verla, ¿Sonaría loco?, ¿Por qué tenía un mal presentimiento?

—Ella sabe que vendría—mintió. Evidentemente la muchacha no le creyó.

—Aun así debes esperar, amigo, hay más clientes que atender.

—Entonces esperaré en una de las salas regulares.

—De acuerdo, como quieras—tomó su mano guiándolo—Pero si cambias de opinión sabes dónde buscarme—le guiñó el ojo. JungKook intentó identificar a Lianna cuando algunas chicas pasaban junto a él, la chica lo llevó a la sala séis preguntándole si deseaba algo de beber a lo que se negó por completo.

Una vez sólo en la sala, su teléfono vibró con un mensaje.

TaeHyung:
Estaba equivocado, si estaba muriendo.

JungKook:
¿Qué pasó?

TaeHyung:
La gripe me está matando, eso pasó. Estuve durmiendo toda la tarde, luego de vernos fui a casa y recién despierto.

JungKook:
Te dije que debías descansar.

TaeHyung:
No creo que mañana pueda ir al taller.

JungKook:
No te preocupes, no pasará nada si faltas un día.

TaeHyung:
Gracias.

Dejó el teléfono en la mesa decidiendo sacar un cigarro de la cajita en el bolsillo de su chaqueta. Lo encendió dando una calada dejando salir el humo de su boca, tomó de nuevo el móvil mirando algunas redes sin encontrar nada interesante. Kim TaeHyung era su amigo desde hace un tiempo, se habían conocido en el taller, al principio, para JungKook era un chico ingenuo en ocasiones o intimidante en otras, pero no podía negar que era un buen amigo. La amistad surgió de repente en ambos llevándolos a lo que eran hoy en día.

Aunque en el taller trabajaban otras personas, no encajaba tan bien como lo hacía con Tae, con el resto todo era cuestión de trabajo, con TaeHyung podía hablar de muchas cosas y enterarse de chismes que nunca sabía cómo acababa enterándose el rubio. Conocía a su familia pues en ciertas ocasiones fue a casa de la familia Kim por invitación de Tae, sintió algo de envidia de que su amigo fuera tan querido.

Dió otra probada a su cigarro dejando caer las cenizas en el cenicero de cristal, la primera vez que fumó estaba en secundaria, sus padres no pudieron reprocharle mucho cuando ellos también tenían ese hábito desde muy joven, aunque en ellos era más una adicción. Dejó el teléfono a un lado recostándose en el sofá mientras fumaba, ¿Quién iba a imaginar que Jeon JungKook asistiría a un club por una chica que trabajaba complaciendo a los demás? Recordó lo sucedido en la tarde con curiosidad por el hecho de haber creído escuchar la palabra "omma" de la niña mayor, ¿Y sí resultaban ser sus hijas?, ¿Significaba que tenía pareja?, ¿Sabría a lo que se dedicaba?, ¿Aquella niña escondida detrás de su madre sabría la verdad?

"No, no lo creo. Por la reacción de Lianna, lo dudo"

Recordó como la bebé le sonrió causándole ternura, los niños no le agradaban ni le desagradaban, podía tener buena comunicación con ellos siempre y cuando no lloraran tanto o fueran tan malcriados, no iba a soportar niños así. ¿Se imaginaba como padre?, no lo sabía, nunca pensó en formar una familia, le gustaba andar por su cuenta, le gustaba disfrutar su soltería, le gustaba disfrutar del sexo sin compromiso, le gustaba su libertad, su soledad no era tan mala para él, desde que se había ido de casa de sus padres podía tener paz mental. Podía pasar un día sin escuchar discusiones, podía descansar sin temor a que sus padres se mataran entre sí cuando bebían o perdían el control.

JungKook no se arrepentía de lo que era.

Una vez acabó su cigarro se levantó decidiendo asomarse en la puerta, la puerta a su lado también se abrió dejando salir un grupo de hombres que reían más ebrios que sobrios, también apestaban a nicotina, JungKook miró el número de esa sala indicando la 7, se llevó la amarga sorpresa de ver a Lianna por la puerta entreabierta, su apariencia no era la mejor.

—¿Lianna?—entró a la sala sin pensarlo. Su ropa estaba rota en algunas partes, tenía su labio inflamado, la mejilla roja y su nariz sangraba, había hematomas por su cuerpo también—Dios mío—se quitó su chaqueta al verla temblando—Lianna—tenía la mirada tan pérdida que no parecía estar allí en realidad—¿Qué te hicieron?—acomodó la chaqueta en sus hombros—Te llevaré al hospital.

—¿Qué le pasó?—la chica que le había coqueteado a JungKook había entrado a la sala—Dios, Lianna—se notaba realmente preocupada.

—Esos hombres le hicieron esto—se agachó y como pudo la colocó sobre su espalda sujetando sus piernas para que no cayera—La llevaré al hospital.

—No, no puedes, Sehun nos tiene prohibido eso—notó el pánico en sus ojos. Toda esa seguridad se había esfumado en segundos.

—Mira como está, ni siquiera responde...

—Oye, si la llevas al hospital te verán como sospechoso, piénsalo. Llévala a otro lugar, no lo sé—miró a la puerta asegurándose de que Katie no estuviera allí—Sácala por la puerta de atrás, las cámaras no podrán verte y Sehun no te detendrá.

Era segunda vez que escuchaba ese nombre.

¿Vieron el separador que hizo mi StaylaV? A mí me encantó, sobretodo ese fondo que colocó.

PD. ¿Qué les parece si dedico algunos capítulos?, creo que es una bonita manera de agradecimiento a los que leen esta historia.