Once
Canción del capítulo: Taylor Swift - Would've, Could've, Should've.
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JungKook estaba seguro que había terminado en tiempo récord, generalmente cuando debía arreglar o revisar un auto se tomaba su tiempo para comprobar cuál era el verdadero problema, pues a veces los mismos dueños no saben de dónde viene la falla en sí. Podía tardar, pero hacía un buen trabajo y el taller lo sabía, pues el chico no tenía queja alguno con lo que hacía o con quiénes atendía, Ese día había hecho todo lo más rápido posible terminando antes que los demás, la razón era una, luego de ver el mensaje de JooHee por la mañana no dudó en responderle que su decisión de ayudarla ya estaba hecha, ambos se encontrarían a las séis de la tarde en una dulcería reconocida por la zona, estaba retirada del club Dreamers. Se preguntó si la chica de ojos azules iría a trabajar considerando la hora que se verían.
Al terminar de limpiar sus manos para eliminar parte de la grasa de autos fue a los vestidores quitándose el uniforme del taller. Debía ir al departamento, tomar un baño e ir al punto de encuentro. TaeHyung tomó asiento en el banco mientras su amigo se colocaba su suéter y luego su chaqueta grande.
—¿Estás seguro de lo que estás haciendo?—el rubio se había enterado por el mismo JungKook quien tuvo que contarle luego de pedirle que no volviera a ir a ese club—Ese hombre parece ser peligroso con lo que has contado, ¿No crees que por algo le tiene tanto miedo?
—Esa clase de hombre tiene que manipular a la víctima—subió la cremallera de su chaqueta tomando sus guantes—Se asegura de que crea que no hay escapatoria y entonces la maneja a su antojo.
—Es mejor ir con la policía.
—Tae, iré con esta chica, escucharé su historia primero y entonces buscaré la manera de ayudarla.
—Sí, pero...
—Hay dos niñas involucradas, si las hubieses conocido te habrías enamorado de ellas—lo calló—Ella no merece esto, nadie merece esto.
—Creo que estás dejándote llevar por la atracción que tienes hacia esa JooHee.
JungKook cerró su casillero tomando su bolso, lo colocó en su espalda colocándose un gorro de lana en la cabeza, cubrió sus orejas mirando una vez más el reloj del lugar.
—Te veo mañana.
—Oye—Tae lo detuvo—Ten cuidado.
JooHee dejó salir el vapor de su boca totalmente abrigada como todos los demás. La dulcería estaba calentita, pero habían muchas personas, específicamente niños. Cuando llegó había comprado algunas gomitas para HeeRan quien era una amante de ellas, mientras esperaba afuera de la tienda miró las decoraciones de las demás tiendas, la navidad estaba a la vuelta de la esquina, las niñas estaban ansiosas por decorar el departamento y aunque JooHee no tenía ganas de festejar, debía hacerlo al ser la primera navidad para HeeJin. Aquella pequeña había escuchado demasiado en su vientre, era algo que JooHee suponía o se decía así misma, sentía que incluso antes de nacer no la había cuidado lo suficiente.
No recordaba la última navidad con sus padres, no recordaba siquiera el último momento donde se sintió realmente feliz, el nacimiento de HeeRan y HeeJin fueron dos días dolorosos para ella quien supo que en ese instante su vida ya no le pertenecía, todo lo que hiciera caería en esas pequeñas. Casi de inmediato recordó las palabras de Sehun.
"Puedes llevar dinero a casa gracias a mí, tus hijas siguen viviendo gracias a mí, tienes lo que tienes gracias a mí"
No, las niñas podían comer por ella misma, por estar vendiendo su cuerpo. Si JooHee no lo hiciera estuvieran en la calle, tal vez HeeJin no existiera y HeeRan no hubiera soportado tanto. Sus hijas seguían respirando gracias a ella, nadie más. Siempre fueron las tres, no tenía que agradecerle a Sehun una mierda.
—¿Qué haces aquí afuera?—miró al chico de vestimenta oscura que había llegado. JungKook tenía la nariz roja y los labios rosados por la baja temperatura—Debes estar congelándote, pudiste esperarme dentro...
—Hay muchas personas allí.
—¿Quieres que hablemos aquí afuera?
—¿Quieres beber algo?—propuso—Podemos ir a esa tienda—señaló el lugar del otro lado de la calle. Era una tienda que se mantenía abierta las veinticuatro horas del día, había dos mesas afuera con unas sillas.
—Está bien.
—¿Dejaste tu moto?—decidió preguntarle mientras caminaban junto al otro. La diferencia de altura no era mucha, aún así, JooHee se veía más pequeña a su lado.
—Ah, sí, hace mucho frío para usarla—la miró. Su cabello iba suelto de manera lisa por sus hombros, sin maquillaje se veía mucho más joven, tenía una nariz pequeña y labios delgados—¿Y las niñas?
—Con Nayeon, es la chica con quién hablaste. Suele cuidarlas en la noche y es mi vecina también.
—Ah.
—¿Recuerdas la chica que te ayudó a sacarme del club?—decidió contarle. Debía hacerlo—Fui con ella anoche al hospital, Sehun sabe que estuve fuera del club, pero no sabe la verdad completa.
—Espera—JungKook se detuvo. A JooHee le pareció lindo como le quedaba el gorro en su cabeza—¿Qué les hizo ese tipo?
—Le hizo corte en la mejilla a Bellina por haberme ayudado y haberle mentido—una sonrisa amarga se dibujó en sus labios cuando vio la sorpresa en su rostro—Estás a tiempo para retirar tu ayuda, chico—siguió caminando metiendo sus manos en los bolsillos de su abrigo.
Dos cervezas abrieron la conversación entre ambos. JooHee se sentía extraña por lo que diría, siempre intentaba ocultar toda la versión sabiendo que ganaría miradas acusatorias de las personas que la tacharían como zorra, mala hija, problemática, en fin. Ambos habían tomado asiento en una de las mesas dentro de la tienda que era más cálido, el ventanal a su lado dejaba ver a la calle.
—A este punto creo que ya sabes lo que son las niñas para mí—rompió el silencio evitando encontrarse con sus ojos grandes y oscuros.
—¿Cuántos años tienen las niñas?
—HeeRan tiene cinco años y HeeJin cumplirá su primer año el próximo mes.
—¿Su primer año?—JungKook intentó controlar sus emociones. No esperaba que fuera tan pequeña a pesar de haberla conocido ya—¿Dónde están sus padres?
JooHee bebió un trago de la lata antes de responder.
—El padre de HeeRan desapareció cuando supo que estaba embarazada, era un novio de la secundaria que me hizo creer que estaríamos siempre juntos—el chico notó la amargura en su voz—Hace cinco años que no lo veo, no sé absolutamente nada de él.
—¿Sabe de la existencia de HeeRan?
—Lo sabe, pero no le importa—volvió a beber.
—¿Qué me dices de la bebé?
—Fue un cliente—resumió—No me preguntes por él—JungKook quiso preguntar algo referente a ello, no quería ser tan atrevido a la hora de hablar, sabía que JooHee seguía a la defensiva con él—Por esa razón no puedo dejar el club.
—¿Qué?—frunció el ceño inclinándose hacia adelante. Apoyó sus brazos en la mesa observándola con atención—¿Te tiene amenazada?, ¿Sabe de HeeJin?
—Él...—hizo una pausa. Tomó una exagerada bocanada de aire, aquello ni Nayeon lo sabía—Él sabe de la existencia de HeeJin.
JooHee limpió su boca en aquel lavabo sintiéndose todavía con el mareo. Había vomitado de nuevo como los días anteriores, se miró al espejo del baño encontrándose pálida. Tenía leves dolores de cabeza que estaban haciéndole complicada la noche, la última vez que se sintió así había sido hace años con HeeRan, la puerta se abrió dejando ver a Sehun con un semblante serio como siempre. JooHee intentó colocarse derecha queriendo disimular su malestar.
—Katie me dice que es la segunda vez que vomitas hoy—se acercó con sus manos en los bolsillos de su pantalón—Y que has estado así desde hace días.
—Estoy bien—mintió.
—¿Estás embarazada, Lianna?—al encontrarse con su mirada supo que así era—Lo estás, enserio fuiste tan descuidada.
—No estoy embarazada.
—Te lo haré más sencillo, recoge tus cosas y vete a casa, le daré el puesto a alguien más...
—No, no, por favor—tomó su brazo—Sehun, necesito el trabajo y lo sabes.
—¿Qué harás cuando se note?—indicó—Le darás asco a los clientes, no querrán cogerte y los perderás, sabes que cuando una de mis chicas no genera ingresos debo deshacerme de ella.
—He hecho lo que me has dicho, no has tenido quejas conmigo, por favor no me eches—suplicó.
—Sí, tienes razón, eres muy buena con tu trabajo—tomó su barbilla con una sonrisita maliciosa—Y por eso creo que el trabajo en mente te servirá durante los nueve meses que esa cosa esté en tu vientre.
—¿No...no quieres que aborte?
—¿No dijiste que no estabas embarazada?—sonrió al haberla pillado. La colocó frente al espejo quedando detrás de ella, apartó el cabello del lado derecho en su cuello y susurró en su oído acariciando su cintura—Quiero que seas mi dama de compañía personal.
—¿Qué?
—No quiero verte durante nueve meses en este lugar, yo te llamaré y te diré cuando debas ir a mi casa—depositó un beso en su cuello—No deberás preocuparte por el dinero, te pagaré cada encuentro que tengamos—JooHee no se sentía mejor. Sólo sentía asco de tener que seguir vendiéndose, ni siquiera podía tener un embarazo normal, las manos de Sehun se introdujeron debajo del vestido de la pelinegra subiendo por sus muslos obligándole a separar las piernas un poco. JooHee se tensó apretando sus manos del lavabo, se había acondicionado así misma a no sentir nada cuando la tocaban, podía fingir un orgasmo, podía fingir un gemido, podía fingir estar perdida en el placer si el cliente quería eso, aún así no podía evitar sentirse mal consigo misma—Así que recogerás tus cosas...—lo escuchó decir en su oído—Y te irás, esperarás que yo te llame, ¿Quedó claro, Lianna?
Tragó con dificultad encontrando sus ojos en el reflejo. Sehun sabía que no se negaría.
—Sí, allí...estaré.
He estado viendo una serie que LolaBritez26 me dió y me ha ayudado mucho a ir organizando las escenas que tengo en mente de esta historia. Para las que quieran verla se llama "Sky Rojo", tiene contenido fuerte, así que si lo ven están advertidas.
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