—Pásame la herramienta—TaeHyung estaba debajo del auto que se encontraban reparando. Su uniforme tenía manchas de grasa lo cual era muy común en esa labor—¿JungKook?—llamó de nuevo. Tuvo que deslizarse saliendo del vehículo, JungKook estaba allí de pie sosteniendo la herramienta en su mano jugando con ella con una pequeña sonrisa. Se veía muy risueño esa mañana, tomó el pañuelo que tenía cerca y lo arrojó a su rostro ganando su atención—¿En qué andas pensando?, tengo rato llamándote.

—Lo siento. ¿Qué necesitabas?

Tae hizo una mueca de descontento, desde que la jornada inició sabía que su amigo tenía la cabeza en las nubes. Se levantó del suelo sin soportarlo más.

—De acuerdo, dime.

—¿Qué te digo?

—Desde que llegaste apenas pones atención a algo y es extraño viniendo de ti considerando lo mucho que te enfocas en el trabajo cuando estás en el taller.

—No es nada.

—¿Fuiste a ver a JooHee?

—Sí.

—¿Qué?—hubiera esperado que mintiera o algo así.

—¿No usarás casco?—Lianna dejaba que JungKook acomodara el casco en su cabeza, sus manos rozaron su barbilla cuando se encargaba de colocar el pequeño seguro. Había salido más temprano del club gracias a la ausencia de Sehun. Afuera caían pequeños copos de nieve quedándose sobre la cabeza de ambos o incluso en sus ropas—Cuando me llevaste al hospital no recuerdo haberte visto usando uno.

—Lo usé—levantó el asiento de la moto sacando otro casco—¿Lista para irnos?

—¿Sabes que puedo tomar un taxi...?

—Prefiero ser yo quien te lleve y no dejarte sola a esta hora—subió la cremallera de su chaqueta. Bajó el asiento subiendo a la moto terminando de acomodarse el casco, Lianna sonrió ladinamente encontrando atractiva la imagen, no iba mentir, JungKook era un chico atractivo. En cuanto el beso vino a su mente borró la sonrisa—Apóyate en mis hombros para que puedas subir.

Esas emociones...todavía la hacían sentir extraña.

Lianna apoyó sus manos en los hombros del chico pasando una pierna sobre la moto logrando sentarse detrás de él, hizo lo mismo de esa noche, rodeó el torso del chico aunque esta vez se sintió diferente para JungKook.

—Así que la llevé a su casa.

—JungKook—uno de los hombres del taller lo llamó—El jefe te recomendó con un cliente, te está buscando.

—Ya voy—dejó la herramienta en manos de Tae alejándose de su amigo—Luego hablamos—subió las mangas de su uniforme acomodando el gorro de su cabeza, un hombre joven de vestimenta formal se encontraba hablando por teléfono, tenía cabello castaño oscuro y ojos pequeños que le recordaron a los de HeeJin por su forma. Al percatarse de JungKook alejó el aparato de su oreja.

—¿Eres el mecánico que me recomendaron?, el dueño del lugar dijo que Jeon JungKook resolvería mi problema.

—Soy yo—asintió—¿Qué ocurre?

El auto era totalmente blanco, se veía en buen estado.

—Lo había llevado ayer a otro taller que creía era de confianza, pero en vez de solucionarlo lo empeoraron, el auto se apaga de la nada luego de dos horas. Quiero que lo revises a profundidad, te daré un buen pago extra si haces tu trabajo bien.

—Está bien—asintió—Tardaré un poco, ¿Tiene prisa?

—No, está bien. Pediré a alguien que venga a buscarme, haz lo que debas hacer. Anota mi número, lo necesito para hoy.

JungKook sacó su teléfono del bolsillo agendando el número del hombre quien pedía en su llamada que no colgaran.

—¿Con qué nombre lo guardo?

—Oh Sehun.

Los ojos del chico fueron al hombre pensando que había escuchado mal, Sehun no lo volvió a repetir, se alejó conversando por su celular dejando un JungKook en shock e incrédulo. ¿Ese era el hijo de puta que le hacía la vida imposible a JooHee?, ¿De tantos talleres en Seúl debía ir allí?, miró el auto pensando en la posibilidad de dejarle fallas, luego de considerarlo inmaduro negó con la cabeza. Agendó el número teniendo un mensaje nuevo.

JooHee:
Lamento no haberte respondido antes, mi teléfono acaba de cargarse. HeeRan está mejor, sólo una pequeña tos.

Sus dedos vacilaron sobre el teclado. ¿Debería contarle?

—¿Estás bien?, tu buen humor acaba de irse—TaeHyung se había acercado a él.

—Ese hombre es el dueño del club—guardó el teléfono al responder el mensaje.

—¿Enserio?—se sorprendió—¿Cómo lo sabes?

—JooHee me dijo su nombre, lo he escuchado varias veces—tomó una bocanada de aire cruzándose de brazos—Generalmente suele alegrarme cuando el jefe me recomienda a los clientes, pero esta vez hubiera preferido que no lo hiciera.

—Es bonito—Nayeon miraba las fotos en el teléfono de JooHee—Las extrañaré—hizo un puchero—Pero me alegro de que estés permitiendo que te ayuden.

La pelinegra tomó asiento frente a ella al servir un poco de chocolate caliente para ambas. HeeJin gateó hasta los pies de su madre queriendo que la cargara, JooHee la colocó en sus piernas acomodando su cabello oscuro.

—JungKook dijo que pagaría el alquiler al salir del trabajo.

—¿Cuándo será la mudanza?—dio un sorbo a su taza al devolverle el celular.

—Probablemente mañana o pasado mañana.

—Entonces deberíamos empacar todo. Yo te ayudaré, ¿Es un hecho que lo pagará?

—Sí. Me dio su palabra—bebió un poco de chocolate bajo la curiosa mirada de la bebé, le dio a probar un poco al asegurarse que no estuviera muy caliente para ella, HeeJin sonrió por el sabor dulce causando ternura en ambas mujeres.

—JooHee, puedo seguir ayudándote si lo necesites. No dudes de eso.

—Gracias, unnie.

Aunque no lo pareciera, Nayeon era mayor.

—¿Hablaste con HeeRan?

—Voy a hacerlo cuando venga del preescolar. Por cierto, ¿Tu príncipe azul te ha escrito?

Nayeon se sonrojó sonriendo tontamente. La chica había estado ausente ayer porque se había reencontrado con su crush de la secundaria, al parecer habían estado conversando desde hace unos días. Nayeon había mantenido todo en secreto intentando ignorar las cosquillas en su estómago.

—Suho me escribió a primera hora de la mañana—comentó haciendo un esfuerzo por controlar su emoción—Le pregunté cómo seguía su muñeca y dijo que estaba mejor.

El chico había tenido un accidente durante el trabajo resultando herido.

—¿Lo invitarás?, me gustaría conocerlo. Por como sonríes, es obvio que es importante.

—Él es...hermoso—JooHee se echó a reír—Hablo enserio, incluso en la secundaria era uno de los más guapos—acercó la taza a sus labios—Dejaré que descanse hoy, mañana pasaré a verlo.

—¿Le dijiste sobre tus historias?

—No, me avergonzó contarle que disfruto dibujar mangas.

—¿Por qué?, es tu trabajo y te pagan por ello, Nayeon.

—Ya sé, pero los hombres que he conocido me ven como un bicho raro cuando toco el tema—explicó—Ah, pero si fuera un chico hasta se interesarían en saber que hago.

—Creo que deberías ser honesta con el chico que te gusta, si no lo eres entonces no podrá conocer a la dulce Nayeon que yo conozco.

—No soy dulce, soy torpe, JooHee.

—Si eso fuera cierto no te dejaría dos niñas a cargo—le recordó—Mucho menos a esta traviesa—besó las mejillas de HeeJin haciéndola reír, Nayeon sonrió dulcemente mirándolas. Apoyó su barbilla en su mano teniendo el codo sobre la mesa.

—Quiero estabilizarme con alguien, quiero enamorarme locamente...

—Pero no quieres mostrarme quien eres en realidad.

—¿Y si huye?

—No lo hará. Tu estilo de vida es mucho mejor que el mío, en mi caso si espantaría a cualquiera.

—JungKook no está espantado, ha sido bueno contigo.

—Ser bueno y estar enamorado son dos cosas diferentes. No confundas.

—Ha ido al club para que lo uses de excusa y nadie más pueda verte.

JooHee pensó en el beso sintiendo cosquillas en el estómago, se supone que ese beso no contaba, pero la forma en que la besó robándole ese suspiro fue tan...

—Sólo está ayudándome.

—Ya lo sé, mi próximo manga será inspirado en ti.

—¿Qué?

—Una joven hermosa que trabaja como dama de compañía se ve deslumbrada por la aparición de un cliente que desea algo diferente a los demás—sonrió orgullosa por su propia idea.

—¿Y cómo lo llamarás, señorita editora?

Nayeon lo pensó un momento, JooHee dió otro poco de chocolate a HeeJin manchando sus labios, sonrió divertida viendo como saboreaba aquel líquido.

—Exótico.

—¿Exótico?

—¿Sabes lo que significa?, es cuando algo tiene una belleza que no va en los estándares de perfección y hermosura de la mayoría de las personas hoy en día—señaló—También suelen usarlo cuando la persona sale de lo común.

—Entiendo.

—Tú por ejemplo, tienes una belleza exótica empezando por tus ojos, lo común en los coreanos son los ojos oscuros—JooHee recordó los alagos de JungKook—Los tuyos son azules.

—Me hubiera gustado heredarles ese detalle a las niñas—dio un sorbo a la taza—Bueno, creo que encaja con lo que quieres hacer, si usarás mi imagen exijo el cincuenta por ciento de las ganancias—bromeó haciéndola reír.

—Te volveré famosa—le guiñó el ojo—Tu madre será famosa, HeeJin.

La pequeña sonrió aplaudiendo con sus pequeñas manos en medio de su inocencia.

Tensión al inicio 7w7