Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Cuarenta y cinco

Canción del capítulo: Zayn Malik - Pillowtalk.

•••

El frío estaba intensificándose al igual que la nieve. JungKook se acercó al banco donde estaba JooHee con dos bebidas calientes para ambos, la pelinegra no dudó en beber de su latte espumoso dejando un rastro de espuma en la comisura de sus labios sin querer, aquel líquido caliente cayendo por su garganta le hizo sonreír un poco, sintió la calidez del vaso pasar a sus dedos. Fue tomada desprevenida cuando su novio tomó su barbilla inclinándose a ella, con su boca eliminó los restos de espuma de sus labios provocando un tono rojizo en sus mejillas, sonrió divertido sin entender como JooHee era tan inocente en ocasiones.

—Debía limpiarlos.

—Todavía no me acostumbro a eso—susurró avergonzada.

—Es gracioso como en mis sueños sueles ser dominante y en la realidad...

—Sabía que soñabas conmigo—sonrió divertida al pillarlo—Te he escuchado llamarme dormido, ¿Tan loco estás por mí?—ahora el avergonzado era otro. JooHee sonrió más al ponerlo nervioso—¿Quieres que te diga algo?, también he soñado contigo de muchas maneras.

Eso le interesó.

—¿De muchas maneras?

Bebió del café antes de responder.

—¿Debo dar detalles?

JungKook sonrió de lado mordiendo su labio inferior inclinando su cabeza de lado por un momento. Típico gesto de él. Se inclinó hacia ella besándola esta vez, un beso que inició dulce además de lento aumentando en cuestión de segundos causándole un cosquilleo en el estómago, JooHee lo detuvo con su mano en el pecho sintiendo que los miraban, en efecto, un grupo de ancianas murmuraban entre ellas reprochando con la mirada la actitud de los jóvenes.

—Creo que no deberíamos hacerlo—susurró indicándole con la mirada ese grupo. JungKook al ver a las mujeres regresó la atención a JooHee, colocó su mano en su nuca acercándola más a él importándole una mierda el resto. La chica le siguió el ritmo sintiendo que el frío disminuía siendo sustituído por un leve calor—JungKook...—hizo presión en su pecho.

—Sólo están envidiosas, te aseguro que jamás las han besado así.

—Jamás me habían besado así—confirmó y ambos compartieron una sonrisita cómplice. En vez de alejarlo jaló de su abrigo alargando el beso un poco más, la forma en que JungKook inclinaba su cabeza profundizando el beso le hizo sentir que quería comerla viva allí. Como siempre, lo hacía tan sensual que nublaba su cabeza, sintió su caricia en su mejilla brindándole seguridad—¿Dónde...dijiste que...estaba el hotel?—el beso se detuvo dejando atónito al chico—¿Qué?, ¿Ya no quieres hacerlo?

—Siempre quiero hacerlo si es contigo.

—Que romántico, señor Jeon—bromeó con tono coqueto. Se levantó del banco extendiéndole su mano—Es mejor la privacidad en estos casos. ¿Estás preparado?

Sabía que se refería a los preservativos.

—No debes preguntarlo—aceptó su mano levantándose.

JooHee se deshizo de su bufanda admirando la habitación, tenía una cama matrimonial con dos mesas de noche a los costados, la puerta del baño quedaba a un lado, era pequeño con lo necesario, la calefacción estaba encendida manteniendo cálido el cuarto, aunque con lo que pensaban hacer estaba segura que no lo necesitarían. Se asomó en la ventana deslizando el cristal a un lado, estaban en el segundo piso por lo cual la altura no era mucha, seguía nevando con más intensidad que antes. JungKook dejó las llaves en la mesa de noche dejando su abrigo en el sillón que había en dicho lugar, con su bufanda negra en la mano se acercó sigilosamente a JooHee cubriendo sus ojos estando de pie detrás de ella.

—¿Lista para despejar la mente, señorita Song?—susurró en su oído escuchando su risita. Depositó pequeños besos en su cuello manteniendo vendado sus ojos.

—Eso es muy sexy, señor Jeon—bromeó refiriéndose a la bufanda en su visión.

—Entonces la dejaré allí unos minutos—hizo un nudo no muy fuerte para mantener sus ojos cubiertos. Colocó sus manos en la cintura de JooHee invitándola a retroceder de modo que ambos quedaran frente a la cama, JungKook se encargó de quitarle su abrigo blanco dejándolo junto al suyo en el sillón.

JooHee sentía que sus otros sentidos se mantenían más alertas, listos para sentir cualquier cosa. En el club, la mayoría de los hombres disfrutaba de una mujer que fuera dominante, que fuera agresiva o ruda en el sexo, incluso algunos le pedían que los golpeara siendo un poco traumático para ella la primera vez, siempre debía ser creativa en la intimidad, en una intimidad que no disfrutaba en lo absoluto. Con JungKook era distinto, él se encargaba de tratarla con dulzura y pasión al mismo tiempo siendo cuidadoso con ella, era él quien se encargaba de complacerla haciéndole tener sensaciones que había olvidado, gracias a él aprendía lo que le gustaba en el sexo.

Su boca se vio ocupada cuando lo sintió besarla, primero con cortos besos que fueron siendo alargados hasta volverse intenso. Sólo los chasquidos de esos besos se escuchaban en la habitación, introdujo sus manos debajo de aquel suéter y su camisa tocando la piel de su abdomen, mentiría si dijera que no le gustaba hacer eso. Le gustaba tocarlo...y a él le gustaba eso. JooHee mordió con suavidad su labio inferior sintiendo el piercing allí, un jadeo por parte de JungKook le hizo sonreír encantada de ese sonido.

La bufanda de sus ojos terminó siendo desatada por el chico. Ni siquiera habían iniciado y JooHee ya estaba sonrojada respirando con cierta irregularidad igual que él, aquellos ojos azules pasaban a ser oscuros. La dejó quitarle el suéter junto a la camisa dejándola caer al suelo. Dejó un beso en sus labios bajando a su cuello al depositar otro, uno más en su pecho...y no bajó más porque JungKook no se lo permitió, no le gustaba verla de rodillas ante él, le hacía imaginarse todas esas veces que ella debía complacer a esos idiotas.

—Siéntate en la cama—susurró en su oído acariciando sus mejillas.

—¿Qué estás pensando?—quiso saber curiosa.

—Tú relájate—dio un corto beso a sus labios. JooHee obedeció tomando asiento a orillas de la cama, JungKook comenzó a desvestirla bajo su mirada curiosa, se arrodilló frente a ella desabrochando su pantalón para luego quitárselo dejando en ropa interior a la pelinegra. Con sólo un mes el cuerpo de JooHee tenía marcas apenas visibles, muy diferente a la primera vez de ambos.

—No es justo, todavía tienes ropa—señaló su pantalón.

—¿Quieres quitármelo?—insinuó.

No necesitaba preguntarlo. JooHee lo "ayudó" quedando ambos en ropa interior, aquellos bóxers de Calvin Klein era la única prenda que quedaba en el chico. JungKook acarició sus muslos apretándolos con suavidad, JooHee sintió su corazón acelerarse más cuando comenzó un camino de besos húmedos por uno de ellos, cuanto más subía más se acercaba a esa zona íntima, no pudo resistir las ganas de pasar sus dedos por su cabello oscuro, aquellas cosquillas de su estómago pasaron a su vientre bajo, tragó en seco respirando con dificultad.

Intentó relajarse como él dijo, inclinó su cabeza de lado viendo lo que hacía, siguió acariciando su cabello soltando un jadeo cuando mordió con suavidad la parte interna de su muslo. Era costumbre que nunca hicieran ruido ya que siempre estaban "acompañados". El chico apoyó sus manos en la cama dejando un camino de besos desde el vientre de aquel cuerpo femenino, pasó por su abdomen dirigiéndose hacia sus pechos protegidos por el brasier deslizándose a su cuello hasta finalmente llegar a sus labios. JooHee tomó su rostro entre sus manos correspondiendo aquel gesto, JungKook quedó sobre su cuerpo acomodándose entre sus piernas, aquel bulto rozando su intimidad robó un gemido a ambos.

—Se siente raro poder hacer ruido—susurró divertida. Se sentía como una niña haciendo travesuras.

—Espero que no se asusten con lo que escuchen—bromeó.

—Me mantendré callada.

—No, no quiero que hagas eso—miró fijamente sus ojos—Quiero escucharte, JooHee. ¿Entendido?

—En ese caso también quiero escucharte—acarició sus piercings—Quiero escucharte decir mi nombre, ¿Entendido?—usó ese tono autoritario colocándolo nervioso como la primera vez que lo vio.

A veces esa dualidad en JooHee le tomaba por sorpresa.

—Lo que pida mi novia—y retomó los besos escuchando su risita de fondo.

Suho marcó el número en su pantalla, con sólo presionar el contacto en su teléfono la llamada inició colocándolo en alta voz. Apoyó su brazo de la ventana del auto, dio un sorbo a la botella de cerveza que tenía observando la entrada de aquel edificio.

—Te escucho—respondieron del otro lado de la línea.

—Estabas tardando mucho en responder, ¿Sana y tú estaban ocupados?—bromeó un poco.

—No seas estúpido, no podía responderte con ella allí.

—Pensé que ya estaba dormida a esta hora.

—Dame la información que quiero, Suho.

—Bien—aclaró su garganta—Estoy en el edificio que me dijiste, en efecto, el chico vive aquí. He estado observando a su madre desde la mañana—apoyó su cabeza en su mano—Creo que tu querida Lianna sigue de viaje con su novio.

Sehun había pedido a uno de sus hombres que investigara sobre Jeon JungKook, de hecho, toda la información que necesitaba la tenía en su oficina en ese instante. Fecha de nacimiento, hobbies, educación, trabajo, familia, etc. El chico era hijo único con dos padres de mierda, el muy maldito tenía un expediente muy limpio, aunque como estudiante fue fatal. Sabía que JooHee no estaba en el departamento al haber visitado de nuevo el lugar, estuvo tocando sin tener respuesta hasta que la casera del edificio le contó que la chica que vivía allí se fue de viaje por unas semanas con sus hijas.

Automáticamente supo que JungKook estaría con ellas.

—¿Estás seguro?

—He seguido a esta vieja todo el maldito día, su hijo no apareció en ningun momento—aseguró—Está sola. Ahora mismo se encuentra en el departamento—se encogió de hombros.

—Entonces ya sabes lo que debes hacer.

Un mensaje nuevo llegó al teléfono de Suho, sus ojos brillaron al ver el nombre de Nayeon.

—En cuanto termine te llamo de vuelta—colgó.

Nayeon:
Está bien, oppa. En unos días estaré de regreso en Seúl, será encantador pasar la navidad contigo.

Una sonrisita maliciosa se dibujó en sus labios, su insistencia en hacer que volviera había funcionado.

—Mi regalo de navidad estará de vuelta—decir que le emocionaba era poco.

Suho:
Créeme, será la mejor navidad si estás a mi lado.

Las embestidas eran fuertes y constantes sin llegar a ser bruscas. JooHee se sentía en el mismo paraíso con la cabeza en las nubes dejándose llevar por el placer del momento, JungKook gemía en su cuello penetrándola una y otra vez, con cada movimiento apretaba sus manos las cuales tomaban las de ella manteniéndolas a ambos lados de su cabeza, la escuchó gimiendo acariciando su cintura con una de sus piernas, dejó besos con algunas mordidas juguetonas por sus pechos redondos que estaban libres de aquel brasier. JooHee quien tenía su cuerpo sensible ante cualquier toque gimió apretando las manos del chico.

—JungKook—la escuchó decir. Subió a sus labios hinchados además de rojizos besándola, soltó una de sus manos al presionar su barbilla haciéndola abrir un poco más la boca introduciendo su lengua en ella, aquel beso apasionado les hizo sentir un cosquilleo que ya conocían. Detuvo las embestidas saliendo de ella, se recostó a su lado dejándola sobre él permitiéndole tener el control, JooHee acomodó su miembro con el preservativo en su entrada moviéndose en un vaivén apoyando sus manos en el pecho de su novio.

—JooHee—lo escuchó gemir como ella también lo hizo segundos atrás. Una sonrisita pícara apareció en sus labios, su cabello largo y oscuro se encontraba un poco despeinado dándole un aspecto salvaje. Sus mejillas estaban rojas, sus labios hinchados por los besos. JungKook mantuvo sus manos en las caderas de ella ayudándola un poco en los movimientos.

JooHee gimió inclinando su cabeza hacia atrás, los movimientos fueron aumentando presionando el pecho de su novio con sus dedos al sentirse cerca del orgasmo, el pelinegro le hizo dar unos pequeños brincos en su miembro siendo el cielo para ambos tocando el clímax. Las respiraciones agitadas se escuchaban en la habitación dejando dos cuerpos sudorosos totalmente sensibles al toque del otro, JooHee pasó su mano por su cabello encontrándose la mirada hipnotizante de su novio. La imagen de la chica desnuda sobre él, sudorosa, respirando entrecortada con una linda sonrisita ladina fue hermoso.

—Eres hermosa, JooHee.

Siempre debía decirle esas cosas en el sexo. Incluso comenzaba a creerlo, se inclinó a él tomando su rostro sellando aquel momento con un dulce y tierno beso.

—Y tú...eres hermoso, JungKook—susurró.

¡Que vivan los novios!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro