Cincuenta y ocho
—Hablé con mi madre, le dije que mañana iría a buscar a las niñas—escuchó la voz de TaeHyung del otro lado.
—Gracias por ofrecerte a buscarlas.
—No agradezcas, JungKook no es el único que puede ayudarte cuando lo necesitas—JooHee sonrió un poco. La pareja había regresado a casa, JooHee a regañadientes ya que su novio quería que intentara descansar unos minutos luego de tanta información y emociones—Nayeon sigue durmiendo, la enfermera dijo que es normal, me quedaré hasta que acabe el horario de visitas, un policía estará vigilando en la puerta.
—Todo esto terminará pronto—parecía que se lo dijera más así misma.
—¿Crees que sea buena idea no contarle a los padres de Nayeon sobre lo ocurrido?
—La verdad no—hizo una mueca moviéndose por la sala—Pero al mismo tiempo sé que son capaces de venir corriendo donde su hija, ambos quieren mucho a Nayeon, tienen una relación muy bonita, la verdad.
—El oficial trajo las cosas que encontraron en esa habitación, ya sabes, su equipaje y también su teléfono. ¿Qué va a decirle cuando ellos llamen?
—Debo decir que no esperaba tanta preocupación de tu parte.
—¿De qué hablas?, conocí a Nayeon gracias a ti y JungKook, sé que es una chica amable, que quiere a las niñas tanto como nosotros...
—Creo que es un bonito gesto, Tae—ella no pudo verlo, pero TaeHyung sonreía un poco avergonzado—Gracias de nuevo, le dije a JungKook que volviéramos al hospital...
—Ustedes tienen demasiado que pensar, que hacer...ah, antes de olvidarlo, ¿Qué ocurrió con la mujer?, ¿Realmente es la esposa de ese monstruo?
—Lo es—escuchó el agua correr en el baño debido a JungKook—Salimos de un tema para meternos a otro, apenas tengo tiempo de asimilar todo esto—se dejó caer en el sofá con cierto cansancio—Le dejé un mensaje a JaeHyun antes de venir, nos reuniremos todos para comenzar a reunir evidencia.
—¿Y si se niega al juicio?
—No lo creo, JaeHyun enviará una carta a él para informarle que será citado en su oficina, estaremos con él y su abogado, si no se puede llegar a un acuerdo entonces vamos a la Corte.
—¿Cuando dices "estaremos"...?
—JaeHyung, Sehun, su abogado y yo.
—¿JungKook lo sabe?
—Sí, no está de acuerdo, pero sabe que debe respetar estos protocolos—indicó—Todos sabemos que esto se llevará a juicio.
—¿Segura que quieres a las niñas aquí con todo esto?
—TaeHyung, a donde suelo ir siempre tengo a las niñas conmigo, sé que este no es el mejor ambiente con todo lo que está pasando, pero las quiero conmigo—y sí, se sentía rara sin ellas—Tu familia ha sido muy amable, no lo niego, aun así quiero tenerlas conmigo, soy su madre, es mi responsabilidad.
—Supongo que te entenderé cuando tenga hijos. Está bien, no estoy reprochándote nada. Te llamaré si ocurre algo.
—Está bien—la llamada finalizó dejando a una agotada JooHee. Se sentía de ese modo tanto física como mentalmente, había mucho que procesar y asimilar, ¿Quién diría que esa mujer de hace un mes sería la esposa de Sehun?, Sana era tan dulce, tan amable que jamás hubiera pasado por su mente que ese tipo estuviera con una mujer así. Se levantó del sofá dirigiéndose al baño, giró el pomo con cuidado entreabriendo la puerta, JungKook se encontraba dentro de la ducha dándole la espalda, como la puerta corrediza de la ducha era de cristal, se podía ver hacia el otro lado.
JungKook estaba metido en sus pensamientos con el agua cayendo sobre él, se había quedado pensando en su madre de nuevo, la culpa venía despacio hasta repetir en su mente el último momento que vio a HyeJun, en la discusión de la granja, si ella no se hubiese quedado en el departamento seguiría viva...o tal vez no, tal vez ese Suho, el primo de Sehun la habría atacado de igual manera. Mientras pensaba en eso, JooHee tocó la puerta corrediza con sus dedos, el chico parpadeó varias veces un poco sorprendido porque ella estuviera ahí. No era algo común.
Deslizó un poco la puerta corrediza aun con la ducha abierta, el cabello oscuro del chico estaba completamente peinado hacia atrás, las gotas caían por cada lugar de su cuerpo.
—TaeHyung irá mañana a Daegu para traer a las niñas, le expliqué un poco lo que pasaría con el abogado.
—¿Nayeon está bien?
—Sigue dormida, creo que está descansando lo que no pudo hacer en ese tiempo—JungKook la sintió extraña, antes de preguntar, ella se adelantó con otra pregunta—¿Puedo bañarme contigo?
No lo esperaba para nada.
—Claro—respondió extrañado. JooHee comenzó a desvestirse dejando la ropa caer al suelo, no era la primera vez que estaban desnudos frente al otro, conocían sus cuerpos, no había vergüenza en eso, ni siquiera JooHee parecía sentir vergüenza desde que sus marcas y cicatrices sanaron. Debido a lo de anoche, algunos chupetones seguían en el cuello de ella junto a una marca en uno de sus muslos, eran marcas diferentes a las que dejaban en el club por supuesto, estas ni siquiera le molestaban en lo absoluto.
JungKook dejó que el agua de la ducha cayera sobre su novia, con las niñas en el departamento no podrían hacer eso, tampoco podrían tener un momento de intimidad tan común como en ese instante.
La abrazó en silencio con el agua sobre ambos, JooHee hizo lo mismo dejando sus manos en la espalda del chico, tenía miedo, sentía que algo no saldría bien, ese mal presentimiento amenazaba con atacarla.
—¿Estás bien?—lo escuchó preguntar.
No, nada estaba bien, no estaba bien.
—Dime que esto vale la pena—pidió—No me siento segura incluso cuando Sana demostró estar de nuestro lado.
—Todo esto vale la pena—susurró en su oído—Todas estas emociones valen la pena, todo lo que estás haciendo vale la pena—JooHee sonrió un poco. JungKook se separó un poco sosteniendo su rostro entre sus manos—No dudes ni un segundo, ¿De acuerdo?
—Creo que no soy tan fuerte como crees.
—Eres mucho más de lo que creo—volvió a hacerla sonreír un poco. JooHee fue quien atrapó sus labios con los suyos iniciando los besos largos, con sus manos en el pecho de su novio lo hizo retroceder dejándolo contra la pared, el agua que seguía cayendo rozaba la espalda de JooHee.
JungKook pudo sentir aquel cambio en los besos que pasaron a ser un poco demandantes, con sus manos en el cuello de la chica acarició sus mejillas con su pulgar, fue totalmente consciente cuando sintió el toque de ella deslizarse hacia su miembro, se escuchó un jadeo de parte del pelinegro ante la caricia allí abajo, intentó detenerla sintiendo que su cuerpo correspondía al momento.
—Déjame hacerlo esta vez—pidió entre besos cortos. JungKook apartó su mano dejándole hacer el trabajo, en su lugar enredó sus dedos en la nuca de la chica apoderándose de su boca. JooHee movió su mano de arriba abajo notando como se endurecía su miembro entre sus dedos, otro gemido se escuchó por parte del chico haciendo eco en el baño. Sus lenguas se encontraron aumentando el cosquilleo y la necesidad de sentirse.
Su mano comenzó a moverse más rápido, su boca repartió besos por el cuello de JungKook quien tensaba su agarre en el cabello de su novia. Inclinó su cabeza de lado dejando que hiciera con él lo que quisiera, JooHee fue lamiendo las pequeñas gotitas en el paso. Sonrió con cierta picardía al verlo disfrutar, su ceño ligeramente fruncido mientras intentaba controlar sus gemidos fue tan fascinante para ella como lo era para él al colocarla en esa situación.
JungKook colocó sus manos sobre sus pechos redondos masajeándolos, los apretaba estimulándolos. JooHee quien correspondía los besos de su novio jadeó en su boca sintiendo ese líquido familiar entre sus dedos, lo tenía en la palma de su mano (literalmente), interrumpieron los besos cuando ella se alejó un poco limpiándose con el agua de la ducha. JungKook esta vez comenzó a dejar besos por su hombro atrayéndola a él de nuevo, la hizo voltear colocándola de espaldas a su cuerpo con sus manos apoyadas de la pared cambiando la posición de ambos. Fue el turno de ella de disfrutar, suaves mordidas en su cuello le hicieron suspirar, se podían escuchar las respiraciones agitadas del otro, el baño haciendo eco de todo parecía volverlo más erótico.
JooHee dejó que una de las manos de su novio jugara con uno de sus pechos masejándolo entre sus dedos mientras la otra separaba un poco más sus piernas, le dejó escuchar un gemido al sentirlo introducir dos dedos en su intimidad, estaba perfecta y lista para recibirlo. Las manos de JooHee se tensaron en la pared viéndose prisionera del placer permitiendo que su mente se nublara. JungKook movió sus dedos dentro de ella masturbándola, aceleró el ritmo de las embestidas escuchándola más frecuente, JooHee inclinó su cabeza hacia atrás dejándola en el hombro de su pareja queriendo más. Decir que lo estaba disfrutando era poco, la presión en su vientre fue disminuyendo cuando alcanzó el orgasmo corriéndose en los dedos del chico, éste satisfecho de su trabajo limpió sus manos en el agua como ella hizo segundos atrás.
Ambos se mojaron por un momento limpiando rastros de lo ocurrido en sus cuerpos...y dando paso a una ronda más. JungKook ni siquiera pudo reaccionar cuando la chica de ojos azules atacó sus labios, la cargó dejando que sus piernas abrazaran su cintura, la apoyó de la pared cerrando la llave del agua, mientras sus bocas demandaban sobre la otra con evidente necesidad, JungKook se acomodó en ella logrando penetrarla finalmente. JooHee gimió al sentirlo en ella, mordió su labio inferior jalándolo un poco, las embestidas a diferencia de las veces anteriores fueron más fuertes y rápidos, el baño se vio ocupado de gemidos por partes de ambos, las respiraciones mezclándose por unos minutos cuando querían escuchar al otro, el espejo empañado, la ropa en el suelo, los cuerpos mojados y sensibles ante cualquier toque...todo era perfecto.
JooHee apretó los hombros de su novio aferrándose a él, ni hablar cuando JungKook mordió sus pechos llevándolos a su boca en más de una ocasión. Agradecía estar siendo cargada por él, de lo contrario sus piernas no aguantarían, algunas gotas de leche fueron expulsadas de los senos de la joven madre, JooHee creyó que sería asqueroso para el chico, en su lugar, lo vio limpiarlas con su lengua como si no fuera la gran cosa. Se sentía una locura encontrando sexy ese gesto, las embestidas fueron más rápidas cuanto más se acercaban al punto máximo del sexo, los rostros de ambos se vieron desfigurados por el placer segundos antes de alcanzar el clímax, los movimientos fueron deteniéndose dejándolos agotados y jadeantes.
JungKook la abrazó como solía hacer, JooHee depositó pequeños besos en su hombro sonriendo satisfecha, siempre estaba satisfecha si era él quien le hacía el amor de esa manera.
Era el momento, Sehun había salido por alguna razón que Sana desconocía. En la oficina, encendió la laptop de su esposo colocando la fecha que JooHee le había indicado, la pantalla cambió dándole acceso a cualquier cosa. No sabía como sentirse con ese dato, ¿Por qué Sehun tenía de clave la fecha de nacimiento de HeeJin?, quizás era su manera de mantener seguro lo que tenía. No cualquiera adivinaría eso.
Se puso manos a la obra revisando las carpetas que habían allí, para su sorpresa todo estaba limpio, no había nada fuera de lo usual. La carpeta con información del club sólo tenía los planos digitales de la estructura junto a las remodelaciones que se estaban haciendo, aun así, Sana no entendió mucho. Uno de los diseños le mostró el escenario que se haría con algunos tubos que claramente serían usados por las mujeres que trabajaban en él, sabía que debía hablar más del tema con JooHee.
Salió de la laptop apagándola, dejó todo como estaba dirigiéndose a la segunda opción, la caja fuerte. Probó la fecha de nacimiento de su primera hija de nuevo obteniendo acceso, acercó la silla del escritorio teniendo mejor vista, habían documentos, carpetas, pasaportes, sobres, muchas cosas.
—¿Pasaportes?—susurró Sana tomándolos. Todos eran de mujeres jóvenes con diferentes edades, ninguna pasaba de los treinta, en total habían más de quince pasaportes. ¿Acaso todas trabajaban en el club?, tomó su teléfono de su bolsillo llamando a JooHee. La contestadora fue lo único que respondió en las dos ocasiones—Debe estar ocupada con lo de su amiga—decidió tomar fotos de esos pasaportes.
En los sobres encontró fajas de billetes, dólares, euros, wones, etc. No sabía cuanto sería en total, en los documentos encontró currículos de diferentes mujeres, allí si aparecía el de Song JooHee. Una punzada en su pecho le hizo sentir culpable, su esposo era un proxeneta, ella pudo detenerlo antes si tan sólo hubiera insistido como en ese momento, otra carpeta tenía una libreta, los números en ella parecían reflejar dinero que entraba y salía, también algunos nombres al final de esas hojas estaban tachados con fechas a un lado. El último nombre era Seo BoYoung, su muerte era la más reciente con tan sólo semanas.
Miró dentro de la caja fuerte, estiró su brazo dentro, su mano atrapó un teléfono. Era el único que había allí, lo encendió creyendo que tal vez era otra manera de Sehun de comunicarse, un teléfono extra para ello. Por suerte no tenía clave, su idea terminó siendo errónea cuando en los contactos encontró el nombre de JungKook.
—¿El teléfono de tu madre no estaba en la escena del crimen?—preguntó bebiendo un poco del líquido caliente de la taza.
—Estoy seguro que el asesino lo tiene, recibí una llamada de ese mismo número.
En efecto, en el historial de llamadas aparecía su nombre. Aquel móvil no era de Sehun, era de la madre de Jeon JungKook.
Nos acercamos a la etapa final.
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