16 Sentimientos Alerta
–Sabri, Sabri.– Escuché la voz de Neilyn a lo lejos.– Hey despierta, rápido, despierta.– Me removí en la cama tratando de buscarla entre la oscuridad pero no veía nada, hasta que la localicé al borde de mi cama.
—Que pasa?.– Pregunté con voz ronca, aún me pesaba la mirada.
Me estaba comenzando a sentir muy extraña, el cuerpo me hormigueaba, y escuchaba a lo lejos un leve llanto, he intuía que algo no andaba bien.
"Se te esta agotando el tiempo"
—Te sientes bien?.– Preguntó preocupada y no sabía por qué.
—Si, solo, me duele un poco la cabeza.– Comenté mientras me incorporaba en la cama.– ¿Que sucede? Porque me has dicho que despierte rápido?.
—Venia a buscarte, pero he visto que te estabas quejando dormida, las pesadillas volvieron?.– Preguntó aún con voz nerviosa.
—Si, desde hace unas semanas he estado teniendo sueños muy raros de nuevo, la verdad no entiendo que significan.– Comente con voz baja.
—Sabri, volveré a preguntarte, y quiero que me respondas con total sinceridad.– Pregunto Neilyn con voz pausada, comenzando preocuparme más.– Te sientes bien? Sientes que algo cambio en ti?
—No, como te comenté, me está doliendo un poco la cabeza, pero me tomaré algo y de seguro se me pasa, tranquila, ¿que ha sucedido?–Comente restándole importancia, con el sueño que había tenido minutos atrás y está conversación con Neilyn, de seguro en cualquier momento me volvería loca.
—Sabri, no creo que lo que sientas se pueda quitar con un paracetamol.– Comentó de nuevo con voz pausada.
—¿Que?... ¿De que hablas?
—Mira, no quiero que entres en pánico.– Dijo alejándose de la cama encendiendo la luz y acercándose a la peinadora.– Pero hay algo en ti que ha cambio– Extendió el pequeño espejo de mano hacia mi y lo tome.– compruébalo por ti misma.
—Que puede ser tan malo, como para que reacciones de esa manera, solo es un dolor de cabeza, si se me reventó algún vasito de los ojos es normal por la pre...– mis palabras quedaron atascadas en mi garganta, definitivamente si había cambiado algo en mí luego de la siesta que tuvimos.
Mis ojos, no eran los mismos ojos verdes que me había visto toda mi vida cada que me veía en el espejo o en alguna foto, un escalofrío me recorrió toda la espalda al verlos, el iris de mis ojos estaban completamente oscuros sin ningún ápice de color en ellos.
No sabía que estaba pasando, me sentía algo débil, y un fuerte dolor de cabeza me aturdió por un momento.
Escuche un llanto a lo lejos y levanté mi vista de nuevo, no lo había notado antes, Neilyn lucia ansiosa, sus manos estaban inquitas sobre la cama, un brillo apagado la cubría por completo.
El sentimiento de alerta se hizo presente.
—¿Que ha pasado? —coloque el pequeño espejo sobre la cama y cambie de tema.
—¿Estás bien? —pregunto ansiosa.
—Si, no te preocupes, me siento cansada—comente serena.
Desvió su mirada de mi un momento y la centro en sus manos, inhaló hondo antes de volver a mirarme, y las palabras se quedaron atoradas en su garganta por un momento.
—Gabriel ha sufrido un accidente —comento en voz baja.
Mi corazón comenzó a latir con fuerza, como si quisiera salirse de mi pecho.
—¿Cómo... —no pude terminar de formular la pregunta cuando, los recuerdos de lo que había visto, en el bosque y en la cena se hicieron presentes.
"Todos saldrán heridos, y no quedará ninguno de ellos"
De nuevo volvía a escuchar esa voz, me levanté rápido de la cama y salí en dirección al pasillo, escuché los pasos de Neilyn detrás de mi y baje las escaleras lo más rápido que pude, encontrándome con Héctor y Lina en la puerta, ambos lucían destrozados.
—¿Cómo está? —pregunte en cuanto estuve cerca de ellos.
—No sabemos nada, nos llamaron del hospital hace un momento para informarnos que había sufrido un accidente — comentó Héctor mientras abría la puerta —. Iremos a ver qué ha ocurrido, por favor quédense aquí, las llamaremos en cuanto sepamos algo.
—Iremos con ustedes —comente decida.
—Sabri, no..
—Iremos con ustedes y punto. —No quería perderlo, necesitaba asegurarme de que estaba bien.
Héctor lo pensó por un momento antes de aceptar, subimos al auto en completo silencio.
Un largo pasillo se abría paso frente a nosotros, iluminado y de largas paredes blancas, el olor a antisépticos me golpeó la nariz haciendo que el estómago se me removiera por completo.
Subimos al segundo piso y llegamos a una pequeña sala de espera, Héctor y Lina se detuvieron junto al doctor en cuanto llegamos, mientras yo me sentaba junto a Neilyn en uno de los muebles.
—¿Son los familiares de Gabriel Herrera? —Pregunto el doctor centrando su vista en ellos.
—Si, somos sus padres —comento Lina, nerviosa —¿Como está?
—Ha sufrido un accidente automovilístico grave, presenta fracturas en el brazo y la clavícula, así como múltiples contusiones y lesiones en la piel. —con cada palabra que decía, un fuerte dolor de cabeza se hacia presente —En estos momentos se encuentra estable, pero existe riesgo de complicaciones potencialmente graves. Hemos realizado una intervención urgente para estabilizarlo y controlar su dolor, ya hemos realizamos estudios adicionales para descartar posibles lesiones internas. En unos momentos lo subiremos a su habitación y podrán pasar a verlo. —Dicho eso, el doctor se disculpo y se retiro de la sala.
Lina comenzó a caminar de un lado al otro, buscando calmarse, Héctor camino hacia una maquina de expresos que se encontraba al final del pasillo junto a una máquina expendedora y volvió con dos cafés, entregándole uno a Lina que no dejaba de dar vueltas por la sala.
"Perderás a las personas que quieres"
Gire mi vista en dirección al pasillo al escuchar aquello.
"Serás la responsable de sus muertes"
Vi como uno de los faros de aquel pasillo comenzaba a parpadear y una densa niebla se extendía desde el suelo.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo y me encontré a mi misma con la sensación de caminar hacia ese lugar.
"No puedes escapar de tu destino".
Cerré los ojos por un momento, en cuanto ví que los demás faros de aquel pasillo comenzaba a parpadear hasta apagarse y trate de ignorar lo que estaba viendo.
El chirrido de unas ruedas me saco del trance y gire mi vista hacia donde provenía aquel sonido.
Pude ver cómo dos enfermeras empujaban la camilla en la que Gabriel estaba acostado, hasta entrar en la habitación frente a mí.
Héctor y Lina entraron junto a Neilyn a verlo, les había dicho que entraría luego de ellos para que tuvieran su espacio en familia.
No podía dejar de pensar en lo que había soñado antes de que Neilyn me despertara, el dolor de cabeza aún seguía presente y varias voces a mi alrededor no dejaban de repetir cosas sin sentido.
Mire todo a mi alrededor tratando de entender lo que estaba sucediendo pero me era imposible, como si pudiera escuchar los pensamientos de todo el mundo, sin tener a nadie cerca de mi.
—Sabri, puedes pasar a verlo —comento Neilyn en voz baja desde la puerta.
—¿Como lo viste?— pregunté preocupada.
—Bien —murmuró en voz baja— No ha dejado de preguntar por tí.
Sentí el apresurado latir de mi corazón, me levanté de inmediato y camine hacia la habitación entrando sin pensarlo, Lina y Héctor se despidieron de él y salieron para dejarnos solos.
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