13 Nosotros
"Mis manos estaban cubiertas de algo negro, no podía ver bien por la poca luz que había, un grito de auxilio me hizo voltearme y lo vi...
Owen estaba en una de las esquinas, en cuclillas, sus pequeños brazos rodeaban sus piernas, y su mirada reflejaba mucho miedo.
Intente acercarme a el, quería ayudarlo, sacarlo de aquí y ponerlo a salvo de lo que fuera que estuviera cerca de nosotros, pero cuando estuve a punto de caminar hacia el, comenzó a gritar y a empujarse con sus piernas, quería huir, pero no entendía de que.
—Soy yo Owen —dije acercándome mas a el— Soy Sabrina, tu hermana, estas a salvo pequeño, no dejare que nada malo te ocurra.
—Aléjate de mi, aléjate de mi —pidió llorando— por favor, aléjate de mi, por favor.
Eso me partió el corazón, no entendía porque quería alejarme, yo solo quería ayudarlo.
Te tiene miedo querida.
Esa voz, había escuchado de nuevo esa voz...
Tiene miedo de lo que eres capaz de hacer.
No entendía que estaba sucediendo... ¿De quien era esa voz que estaba escuchando?
Owen volvo a gritar de nuevo, y volví a mirarlo, había alguien cerca de el, esa chica que había visto anteriormente, la que estaba en el largo pasillo.
la chica levanto una de sus manos y largas ramificaciones negras salieron de ella, recorriendo la distancia entre ella y Owen, tomándolo de los tobillos y enredándose en su pequeño torso para levantarlo del suelo y mantenerlo suspendido en el aire.
Intente correr hacia ella, o gritar para detenerla, pero mi cuerpo no reaccionaba y las palabras no salían de mi boca.
Vi como la chica comenzaba a voltearse lentamente en mi dirección poco a poco mostrando algunas partes de su rostro..."
Desperté de golpe, exaltada por la pesadilla que había tenido, mire a mi alrededor y estaba acostada con Gabriel en la cama de la habitación, no se en que momento nos habíamos pasado a la cama, seguro Gabriel me había cargado y dejado en la cama luego de que me quede dormida, una sensación extraña recorrió todo mi cuerpo al sentirme vigilada.
Una densa oscuridad cubría toda la habitación y comencé a removerme un poco incomoda en mi lugar, el aire se quedo atascado en mis pulmones cuando sentí los brazos de alguien rodearme desde atrás, me gire de golpe y me di cuenta que era Gabriel.
—¡Mierda! —dije en voz baja asustada, la pesadilla que había tenido se había sentido muy real, y mi corazón aun latía apresuradamente.
Gabriel se despertó al escucharme, encendió la luz de la pequeña lampara en la mesa de noche, y volteo su mirada de nuevo a donde me encontraba.
—¿Te sientes bien Pinky? —pregunto preocupado al ver mi rostro, que de seguro le indicaba que algo no andaba bien.
—Si, solo... He tenido una pesadilla —dije intentado calmar mi acelerado corazón
—¿De nuevo? —pregunto curioso
—¿Cómo que de nuevo? —pregunte curiosa, no recordaba haberle dicho a Gabriel algo referente a mis pesadillas, y por razones muy obvias que conocía, Neilyn tampoco pudo haberle dicho nada
—Sabri, conozco tus pesadillas —comentó— Olvidaste cerrar mi cuenta de la laptop que te di, y hace unos días estaba buscando un documento de la universidad, en la computadora de mesa —dijo señalando el ordenador que estaba a un lado de la ventana— cuando por accidente abrí un documento sin titulo y leí pensando que era lo que andaba buscando, pero me lleve una gran sorpresa al ver que lo que había escrito no eran temas de la universidad o algo que se asemejara, eran según el subtitulo, "sueños que han ocurrido desde que llegue a la quinta Herrera." De ninguno de nosotros pueden ser esos sueños, ya que la única persona que conoce mis contraseñas eres tu, y además, eres la única persona nueva que esta viviendo aquí en la casa. —comentó con un poco de obviedad.
Al menos, eran sueños raros que habían escritos en ese documento y no era nada erótico con referencia a el.
—Nunca me dijiste nada referente a ello —comenté, aun impresionada por lo que me había dicho— ¿Por que no lo hiciste? —pregunte.
—Supuse que no me habías dicho, por algo —dijo sincero— No quise presionarte y espere a que en su momento me contaras, pensé también que dejarías de tener sueños así, luego de que pasara el tiempo, pero al ver que cada día la fecha del documento era actualizada, me di cuenta de que pasaba constantemente, y... Veo que no ha dejado de pasar
—No se que decirte —dije completamente sincera
—Tranquila, solo... Cuéntame que sucedió, puede que logre ayudarte con algo
Pensé por unos minutos si era buena idea contarle o no, luego de analizar los pros y los contras de que el lo supiera, le conté que había sucedido en mi sueño, la sensación de incomodidad y miedo no desapareció de mi, luego de contarle, al contrario, se hacia cada vez mas presente que antes... Lo que menos quería era que el o algún de ellos, sufrieran por lo que ocasionara mi destino.
Después de hablar con Gabriel sobre lo que había sucedido, me pidió que descansáramos, y prometió estar para mi si lo necesitaba de nuevo, le pedí que dejara la luz de la pequeña lampara encendida, aun me causaba miedo estar a oscuras...
¢
—¡Juro que te voy a matar! —sentencie enojada, mientras caminaba a oscuras sin saber a donde iba
Sentí las manos de alguien empujándome por la espalda, mientras me tomaban del brazo con fuerza.
—Si me dejas caer, te arrancare el cabello con mis propias manos, hasta que no quede nada de cabello en tu cabeza —amenacé de nuevo, al no escuchar a nadie decir nada.
—Si, si, ¿ya puedes callarte? —dijo Neilyn tras de mi.
—¿A donde me llevas? —pregunte confundida, y levante mi mano para intentar levantar un poco la venda que tenia en mis ojos —AUCH! —Grite, al sentir un gran manotazo contra el dorso de mi mano.
—¡No te quites la venda! —dijo Neylin aun detrás de mi. —Espera, quiero que veas algo.
No dije nada y seguí caminando sin saber a donde iba, quería que esto terminara rápido, sentí un pequeño vacío en el estomago en cuanto di un paso y caí de pie, alguien me sujeto fuerte del brazo, evitando que cayera rodando y escuche un ¡Mierda! de Neilyn detrás de mi.
Al parecer Neilyn si planeaba tirarme por las escaleras...
Luego de caminar por unos minutos mas, llegamos al lugar a donde la loca que me guiaba quería llevarme, sentí una brisa fría envolverme y el sonido de los arboles al moverse con la brisa fresca, pude escuchar el susurro de varias personas a mi alrededor y sentir los brazos de alguien rodearme desde atrás.
—¿Estas lista Pinky? —pude oír la voz de Gabriel, parada a un lado de mi.
—¿Debo estar? —pregunte con ironía.
—No es tan malo, ¿como es que no te gustan las sorpresas? —preguntó.
—Si me gustan, solo que es raro, no sé cómo reaccionar ante ellas, así que prefiero evitarlas a toda costa —comenté sin ánimos.
—Vale, pero no tienes que preocuparte por como reaccionar, somos nosotros mismos, así que, en todo caso, la única meta aquí es sorprenderte, así que... ¿Estás lista? —Pregunto de nuevo.
Dude un momento antes de responder, después de todo, solo sería algo insignificante, no sucedería nada malo.
—Si, estoy lista.
—Bueno, entonces, ya puedes quitarte la venda —dijo cerca de mí.
Lleve mis manos con cuidado y nervios a la venda que tenía en mis ojos, hale de ella y los abrí lentamente, encontrándome con una pequeña mesa, con algunos regalos, Héctor y Lina están de pie junto a la mesa con pequeñas sonrisas en sus rostros, Neilyn sostenía un pequeño ponqué en sus manos... Para mí.
—Feliz cumpleaños Pinky —Dijo Gabriel, aún de pie, junto a mí.
Si, hoy era mi cumpleaños, había pasado el día, con muchas cosas en mi cabeza, lo había olvidado.
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