Capítulo 5 (Página 26)
-Ya basta- masculló Férrie.
-Férrie, ninguno de los dos quiere estar aquí, ¿no es cierto?
Una solitaria lágrima rodó por la mejilla de Férrie.
-La vida no te ha dado lo que de verdad mereces, lo que tanto sueñas. Férrie, lo que tanto deseas no se encuentra entre estos barrotes. Lo vi en tu mirada al verme sufrir. Hasta podría apostar que intercediste ante Lasinder para que Balathid fuera llevado a mi celda. No eres un Guardián. No tienes maldad.
Kite observó la reacción que esperaba en Férrie. Sus ojos estaban vidriosos, sollozando y llenándose de lágrimas con cada palabra que llegaba a sus oídos.
Dentro suyo Férrie estaba librando una batalla para decidir lo que debía hacer. La tentación de ayudar a Kite era encantadoramente irresistible, pero tendría que ser prudente con cada cosa que hiciera por él. No podía perder el favor de Lasinder. Era un hombre muy poderoso, dueño de muchos secretos que ni siquiera él conocía.
Sin embargo, tampoco había sido sincero con Grey. Él, su mano derecha, el hombre en quién más confiaba y a quien tanto le debía, era el mismo que cada mes, en una de las habitaciones más lúgubres de Hoe Tofes, una pequeña y desolada posada en las afueras de Ruckmord, desnudaba la intimidad que se vivía en Ingerdi ante un grupo de sectarios de la Hermandad que le escuchaban fascinados.
Ya podía ver esos rostros, llenos de regocijo y encantados ante la melodiosa información de tinte confidencial que Férrie les proporcionaría. Fue él quien había dado el aviso a la Hermandad para que atacaran Ingerdi en aquel momento de debilidad.
Pero había palidecido al ver que Lasinder sabía de ese ataque y que, preparado contra el mismo, había desplegado con ingenio una batalla ficticia.
El Jefe de Guardianes tampoco le había contado a él, su más ferviente seguidor, acerca de sus planes futuros. ¿Acaso notaba en su semblante atisbos de desconfianza cuando hablaba con él?
No podía culparlo por ello, pero igualmente le parecía raro que su jefe rehusara a contarle sus secretos sin saber que él lo traicionaba.
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