Capítulo 5 (Página 25)
Una última dificultad surgió en su mente. Su codicia y sus pretensiones por dominar Ánpidelle se irían por la borda si dejaba a Rowen en Belvento sin ningún guía ni espía. Si Kite les contaba al Jefe de esa prisión y a sus secuaces acerca del importante papel que tenía según la Profecía del Noctámbulo, sería muy difícil recuperarlo de aquellas codiciosas manos.
Necesitaba a alguien que siguiera a Kite como su sombra y que vigilara su entorno, en búsqueda de cualquier señal de aquellos hombres que diera cuenta de algún intento de retenerlo, por mas pequeño que este fuera.
Una sonrisa llena de maldad revitalizó su alicaído rostro. Sólo existía un hombre indicado para cumplir con esa tarea. O algo que se le parecía bastante.
El inoportuno Férrie apareció interrumpiendo sus pensamientos. Llevaba consigo una fusta dorada que lucía aún más imponente en comparación con su pequeña figura.
-Señor, ya está todo listo para partir- exclamó presuroso, mientras le entregaba la fusta a Lasinder. Una expresión llena de preocupación se dibujaba en su rostro. ¿Adónde se dirigirán?
-Prefiero guardarme esa información por el momento- dijo Grey, mientras pensaba seriamente en cambiar a último momento el destino de la expedición- si hay un infiltrado de la Hermandad entre nosotros, nos podría estar escuchando ahora mismo.
-Tengo trabajo que hacer. Y tu deberías estar haciendo el tuyo.
-Como ordene, señor- repuso Férrie, muy preocupado por la gran responsabilidad que recaía en sus pequeñas manos.
Dicho esto, Lasinder se levantó de un salto de la silla donde estaba trabajando y salió rápidamente del lugar, dejando un inquieto Férrie tras de sí.
Kite seguía tirado incómodamente en el suelo. Un adormecimiento invadía sus delgadas piernas. En todo ese tiempo había estado sin mover un solo músculo.
-Ya se fue- lanzó el carcelero al tiempo que ordenaba unos amarillentos papeles que habían quedado desparramados sobre la mesa de madera.
-Muchas gracias- expresó Kite con un profundo y sincero agradecimiento. La mano derecha de Lasinder había arriesgado su pellejo con tal de que él pudiera escuchar aquella importante conversación.
-No hables - masculló el carcelero al tiempo que Kite se incorporaba trabajosamente- tengo mucho trabajo que hacer y has resultado ser un estorbo mucho mayor del que me imaginaba.
-Mira, Férrie- replicó Kite- Si hubieses querido, hubieras delatado mis intenciones. Hay algo en ti que hizo que desatendieras tu obligación. ¿Compasión, quizá? ¿Bondad?
"Eres una buena persona, pero te encuentras bajo los efectos de una vil prisión que atenta contra esa humanidad"
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