OOO.     PRÓLOGO
Querido   Valentine

Querido Valentine Bane. . .

Sé que he incumplido la última promesa de escribirte más seguido, sin embargo, creo que mi excusa puede servir (por lo menos sí esta vez). Últimamente, no ha sido sencillo llevar el apellido familiar con la cabeza en alto, al salir a caminar puedo escuchar los murmullos de las bocas malintencionados a mi espalda expandiendo como un virus rumores los cuales no saben respetar el dolor ajeno. No obstante, lo que más me duele profundamente es arrastrar a mis hermanos a mi castigo, después de que Genevive abandonara nuestro hogar para armar su vida, es mi responsabilidad cuidar de Silvain y Odette, ¿no es así?

Tengo que confesarte que mis días son sombríos desde aquel suceso. Eres la única persona que tengo la certeza que no juzgará mis pensamientos. Val, siempre sabes qué decir en el momento indicado, es por eso que busqué la fuerza de tomar esta pluma olvidada sobre el escritorio de Odette para empezar a desahogar mi corazón. Extraño tu compañía cada día, pero soy consciente que sería egoísta de mi parte pedirte que vuelvas a Francia, mucho más sabiendo que tu impulsividad te llevaría a hacerlo.

Desde la temprana e inesperada muerte de Gautier, al parecer todos perdieron el juicio de sus palabras y acusaciones. El velorio fue duro de presenciar, sabiendo que en menos de un mes llegaría la fecha donde se planeó nuestro matrimonio.

Estoy cansada, Valentine. Tan cansada de recibir condolencias que ya no sé si es real.

Pienso en ese trágico momento cada día desde que sucedió, a veces me doy el regalo de imaginar que nada ocurrió, después vuelvo a la realidad, más convencida que la vida no desea que llegue el momento de que algún hombre me desee de una forma verdadera, más allá de mi apellido ni el título en la sociedad... así como lo hacía él. No entiendo la razón por la que los dedos acusadores me apuntan, yo le quería intensamente, estábamos organizando el día más importante de nuestras vidas con ilusión. Si mi pasado me condenaba, ahora me sentenció a la soledad absoluta, vamos, hay que ser realistas, ¿quién desearía desposar a una mujer como yo?

Días atrás descubrí que me llaman la Viuda Negra, ¿puedes creer la creatividad de la gente? Como aquella araña considerada mortal. Lo escuché directamente de la boca de las empleadas mientras realizaban sus deberes, ellas creyendo que no estaba presente. Eso no fue todo, sin dudas lo que más me dolió escuchar fueron las duras palabras frías de mi madre durante la cena de esta noche, asegurando que mi mano estaba maldita y cualquier hombre que la tomara estaba destinado a la muerte.

En el fondo intento comprenderla, creer que me aprecia. Que de esa dura manera trata de guiarme por el camino correcto, hasta que me veo llorando otra vez con el reflejo siendo una falsa compañía.

Quiero creer que lo sucedido no fue mi culpa, te prometo que estoy intentando mantener la compostura solamente por Odette y Silvain que no merecen ser arrastrados por las desgracias de su hermana. Por su parte, Genevive intenta convencerme de que haga oídos sordos a las venenosas palabras. Val, estoy empezando a dudar, no es la primera vez que me toca pasar por esto, no es la primera vez que me toca vestir un vestido color negro, guardar luto y despedir a un prometido en un ataúd.

Tengo el corazón nuevamente destrozado. Nadie se detiene a comprender mi dolor, solo culparme de aquello.

No he compartido esto con nadie, ni con Odette o Genenvive para evitar preocupaciones. Sé que puedo contar con tu confidencialidad.

Dos días atrás, Silvain llegó lastimado a altas horas de la madrugada en un estado inusual, intentó no generar alboroto creando una mentira sencilla. Sabes que él es mi mellizo, también que lo conozco mejor que cualquiera y logré sacar la verdad de su propia boca; al parecer un par de hombres comenzaron a hablar sobre mí a su espalda, él siempre fue más valiente a la vez que impulsivo por lo que por defender el honor de su familia llegó a límites extremos. . .

Puedo soportar mi castigo social por no lograr cumplir con mi deber de concebir matrimonio, los comentarios ajenos que juzgan la vida que llevo e incluso soy capaz de guardar silencio en la mesa para evitar un conflicto con Arthur y Brigitte. Tú me conoces mejor que mucha gente con la que convivo habitualmente, mi límite está fuertemente marcado con mis hermanos. No dejaré que se metan con alguno de ellos, mucho menos por mi culpa.

Sé que tu lealtad es de las pocas cosas que me quedan, reitero, es por eso que te ruego que el contenido de esta carta quede entre nosotros.

Debo decir que cuando leo tus cartas puedo llegar a envidiarte, espero no la interpretes mis palabras. Lo hago de la mejor manera posible, tu libertad de conocer el mundo, aprender infinidad de cosas que te apasionan es algo que está muy lejos de mi alcance. Los que me rodean esperan lo mismo, pero lo he intentado dos veces con trágicos finales que me hacen analizar si realmente estoy destinada a recibir amor sin que el cruel destino me lo quite de maneras abruptas e irremediables.

Desearía vivir en un exilio interminable.

Lamentablemente lo que deseo dejó de importar hace bastante.

Bueno, finalmente uno de los motivos por los que tienes este papel en tus manos es para comunicarte la gran noticia que cambiaremos de aires.

¿Recuerdas cuando en una de tus cartas hablaste de Londres? Me alegro de compartir contigo que finalmente conoceré aquellas tierras, mi padre adquirió una casa hace años que estuvo a punto de vender. Nos mudaremos para allá antes de que inicie la nueva temporada que aprovecharemos de realizar el debut de Odette. Ella está feliz, por mi parte la verdad es que no sabría afirmar si este drástico cambio es algo bueno o una medida desesperada.

Soy consciente que la llegada de una familia de marqueses franceses dará que hablar en las tertulias de la alta sociedad, espero que no dure mucho. Quiero imaginar que esta es la mejor decisión a pesar de que en el fondo me seguiré aferrando a Francia de muchas maneras. Me niego a presentarme en sociedad, no me siento preparada, honestamente, no creo estarlo nunca a la vez que no me emociona en lo absoluto verme casada con un británico. . . por su acento me complica un poco entenderles. Y toman mucho té.

Oh, me olvidaba. No te creas que me he olvidado de Duncan, no hay duda que pasaré a visitarlo a su hogar. Hace mucho tiempo no conversamos y será grato volver a encontrar una cara conocida.

Lamento si esta vez la lectura se hizo más larga que anteriores ocasiones, simplemente han ocurrido demasiadas cosas en poco tiempo que tenía la necesidad de compartirlo. Además, quería que estuvieras al tanto de mi nuevo paradero, así que adjuntaré el código postal de la residencia en Londres para poder recibir tus recados. No menos importante, Gen se encuentra allá junto a su nuevo prometido, por lo que igualmente podré abrazar a mi hermana otra vez. Todos juntos. . . como una familia.

Como dijimos alguna vez; sin arrepentimientos.

Sin otro particular, quedo a la espera de tu respuesta y te envío un abrazo a la distancia que en el fondo sé que los dos necesitamos.

Atentamente,
Sylvie Mountbatten-Windsor